Desde fines del siglo VIII se empiezan a padecer los saqueos de los noruegos. Brian Boru o Boroimhe (941-1014), rey de Irlanda (1002-14) contuvo estas invasiones, venció a los escandinavos en Limerik y liberó su país de una nueva invasión en Clontarf (1014) aunque murió en esa batalla, transformandose un héroe de características míticas.
Enrique II Plantagenet, rey de Inglaterra y señor de media Francia –uno de los reyes más poderosos de su época-, aprovechando las peleas internas invadió el último país celta libre en el año 1172 y obtuvo del papado la "concesión" del pueblo irlandés y la soberanía de su Iglesia.
Una represión continua en todos los campos, político, cultural, social, económico y religioso, ejercieron los ingleses, con mayor intensidad en el siglo pasado cuando un millón de irlandeses murieron a causa de la hambruna a que fueron sometidos, que sumado a una fuerte emigración provocó un notorio descenso demográfico. En 1916, en momentos que Inglaterra peleaba la Primera Guerra Mundial, una nueva sublevación se llevó a cabo, que si bien fue derrotada, obligó al gobierno británico a reconocer la autonomía en 1921. Este fue el inicio de un camino que concluyó en abril de 1949 con la declaración legal de la República de Irlanda y tomó el nombre de Eire.
Los Astures.
Así se denominaba el pueblo celta que dio nombre a la región de Asturias, quienes junto a los cantabros, los galaicos y los vaceos se rebelaron contra los romanos en una guerra -que duró desde el 29 al 19 a. C.- en la que tuvo que intervenir el propio emperador Octavio Augusto. Del campamento Asturica Augustas (Astorga) salíeron sus legiones y sus mejores generales, Lucio Emiliano, Cayo Furnio, Carisio. En el 19 a. C. el célebre Agripa, finalmente, logró imponerse aunque el espíritu de libertad estuvo siempre latente. Por ejemplo, cuando se sublevaron contra Nerón en el 54 de nuestra era. Por esa época se cristianizó el pueblo.
Luego de la invasión musulmana a la península ibérica en el 711, los Astures, acaudillados por el noble Pelayo, fueron los que iniciaron los 800 años de reconquista en el 718, y derrotaron a los árabes en el norte de Aseura - Covadonga en el 722. Pelayo fue proclamado rey, pero su estirpe se extinge pronto –con la muerte de su hijo Fáfila- y ocupa el trono Alfonso I (739-757). Un descendiente, Alfonso III, trasladó la capital de Oviedo a León, dando origen al Reino de León, que posteriormente formó parte de Castilla y luego de España.
Gales y Cornualles.
A fines del primer milenio los celtas introdujeron, en Gales y en Cornualles, la técnica del hierro del tipo de La Téne. Con respecto a la procedencia céltica existe un conflicto de historiadores similar al de Irlanda, en donde influyen poderosamente los aspectos políticos. Algunos lo manifiestan el origen en Irlanda o de una migración de la Galia. Otros postulan la dependencia del territorio inglés.
Parte del territorio fue conquistado por los romanos y se retiraron en el 410. Esta región se encontraba habitada por dos ramas brython (el pueblo celta que dio nombre a las Islas Británicas): los Welsh y los Cornish. El cristianismo fue difundido por los monjes celtas irlandeses y adoptado en el siglo VI. Los clanes de pastores y granjeros sostuvieron luchas fronterizas constantes contra los reinos de la heptarquía anglosajona. De esa época viene la leyenda del rey Arturo y la Mesa Redonda, cuya capital Camelot proviene de Camulos, dios celta de la guerra. Se la ha situado en Cornualles, en el Somerset o en el país de Gales.
El rey Hywel Dda (910-950) unificó el país, codificó sus leyes y costumbres –serie de leyes jurídicas, religiosas e historia registrado en Laws of the Hywel Dda-, y otorgó protección oficial a los bardos, quienes habían de ser los propagadores de la cultura galesa. En 1282 el último rey galés, Llewelyn ap Gruffydd, fue derrotado y muerto por Eduardo I, quien por el Estatuto de Rhuddlan estableció en Gales el dominio inglés (1284) y en 1301 nombró a su hijo Príncipe de Gales (título que todavía llevan los herederos al trono de Inglaterra). El espíritu de resistencia se mantuvo en el campo, origen de numerosas rebeliones. La última gran sublevación fue la de Owen Glandower, que después de vencer a los ingleses en 1404 se proclamó rey, aunque tres años más tarde fue derrotado. Un descendiente suyo reclamó la corona de Inglaterra, Enrique Tudor y derrotó a Ricardo III en la sangrienta batalla de Bosworth (22 de agosto de 1485) dando fin a la Guerra de las Dos Rosas. En su hijo Arturo se cifraron las esperanzas galesas –que ya por su nombre honraba a un mito galés-. Sin embargo la muerte del anhelado príncipe (1502) frustró las ilusiones. Su hermano Enrique VIII incorporó Gales a Inglaterra, en 1536, cuando abolió la mayoría de sus leyes. La parte más importante de la nobleza se volcó hacia Londres. Gales se quedó con nobles de poca importancia y una gran masa de campesinos sin dirigentes. De esta manera los Tudor hicieron grande a Inglaterra y volvieron pequeña a su propia patria.
En 1914 la iglesia anglicana dejó de ser la oficial, y la iglesia calvinista metodista, muy nacionalista, se pudo desarrollar en libertad. En 1966 fue elegido Gwynfor Evans, el primer diputado nacionalista galés.
Bretaña, la parte gala de Francia.
Antiguamente se denominaba Armórica y fue ocupada por los galos, es decir los celtas, y recién conquistada por los romanos en el siglo I de nuestra era. Es la tierra de los famosos personajes de historietas, Asterix y Obelix, los guerreros galos invencibles.
Al igual que Galicia recibió varias migraciones de origen celta a lo largo de su historia. La más importante fue en el siglo V. Los brythons y los cornish emigraron de Cornualles y Gales como consecuencia de las invasiones de los anglos y de los sajones a Inglaterra. Se fusionaron con las antiguas tribus galas y conformaron los clanes Bretones, que terminaron por dar nombre a esta región.
En el siglo IX sus reinos autárquicos se unificaron en el liderazgo de Nomenoe (1087). Esto les permitió independizarse del dominio Carolingio y conformar, hacia mediados del siglo XI, el Gran Ducado de Bretaña, con capital en Rennes.
Constituyeron una monarquía en conflicto con los soberanos francos, pero se unió a la corona francesa por los enlaces matrimoniales de Ana de Bretagne con Carlos VIII (1491) y Luis XII (1499) de Francia. La incorporación definitiva llegó como resultado de otro casamiento: Claude, hija de Ana y Luis XII, con el heredero al trono de Francia, Francisco I (1532).
Actualmente en la parte occidental de Bretaña aún se habla una lengua céltica denominada Bretón.
Escocia.
Cuando llegaron los romanos, comandados por Julio Agrícola (82 d. C.), estaba habitada por los Pictos o Pict al norte y por los Bretones al suroeste. En el año 563 San Columbano introdujo el cristianismo desde Irlanda. En el siglo VI los Escotos (Scott Gaël) del norte de Irlanda ocuparon el oeste y los Anglos el sureste. Estos cuatro pueblos, cuando se unieron, conformaron étnicamente el pueblo de Escocia.
En el año 852, Kenneth I, rey de Dalríada (un reino Scott), reunió a los Scott y a los Pict, creando el reino de Alba, origen del escocés. El nombre de Scotland (tierra de los Scott), hoy Escocia, se empezó a utilizar durante el reinado de David I (1124-1153). Este rey introdujo la organización feudal de tipo normando.
Eduardo I de Inglaterra la convirtió en un reino vasallo en 1275, hasta que una sublevación general en 1296 –encabezada por el célebre William Wallace- inició un largo conflicto que culminó con la victoria del rey Robert Bruce, en Bannockburn en 1314. Posteriormente el hijo de la reina María Estuardo, Jacobo VI –o Jaime I de Inglaterra- reunió las coronas inglesas y escocesas al morir sin descendencia Isabel I de Inglaterra en 1603. Durante el reinado de Ana Estuardo (1702-1714) fue proclamada la unión definitiva de ambos reinos –o según otros la sumisión escocesa- en el Acta de 1707. A partir de entonces se han sucedido varios movimientos independentistas escoces que claman por su libertad hasta el día de hoy, cuestión reforzada por poseer un idioma propio, el gaélico - escocés, que fundamentalmente se habla en las islas y regiones montañosas.
Isla de Man y su particularidad: el Manx.
Su población de origen céltico fue conquistada por los romanos por un período breve y también por los escandinavos. En 1266 pasó a poder de Alejandro III de Escocia y posteriormente fue dominio de varias familias inglesas, hasta que pasó a la corona en 1765 y se incorporó en 1829. Actualmente está administrada por un gobierno nombrado por la corona inglesa. Posee un parlamento propio y su sistema judicial autónomo. Parte de su población conserva el idioma celta denominado Manx.