viernes, 9 de diciembre de 2011

ARADIA: EL EVANGELIO DE LAS BRUJAS - CHARLES G. LEGAND, El Encanto De Las Piedras Consagradas a Diana, 4º PARTE





El Encanto De Las Piedras Consagradas a  Diana


Encontrar una piedra con un hoyo en ella es un signo especial del favor de Diana. El que así lo haga la tomará en su mano y repetirá la siguiente ceremonia:

He encontrado una piedra sagrada en la tierra.
¡OH! Destino, te doy las gracias por tan feliz hallazgo.
También al espíritu que sobre este camino
me ha guiado;
Y es esto realmente bueno para mí
 ¡Mi buena Suerte!
Me levanto por la mañana con el alba más temprana,
Y voy a caminar por valles hermosos y agradables,
Por todas las montañas y praderas,
Buscando la suerte mientras sigo adelante vagando,
Buscando el dulce olor de la menta y la verbena,
Porque ellas traen la buena en todo.
Las guardo seguras y con cautela en mi pecho,
Que nadie las pueda descubrir, es algo sagrado y secreto,
y así les hablo:
"OH! Verbena, seas tú un beneficio y una
bendición para esta bruja,
OH! Bendice a el hada que te ofreció a mi"
Era Diana quien realmente vino a mí,
Fue por la noche en un sueño, y  me dijo:
"Si quieres mantener a la gente malvada lejos de ti,
Entonces mantén guardada la verbena y el lamentar
se alejara de ti"
¡Gran Diana! Tú,
Reina del Arte en el cielo y en la tierra,
Y en las tierras infernales - si, Tu  con tu arte,
protectora  de todos los hombres desgraciados,
De ladrones y asesinos, y también de mujeres
Quiénes van por una mala vida, que has conocido
Que su naturaleza no era mala, tu,  Diana
Has conferido sobre ellos todavía alguna alegría en la vida.
OH! puedo sinceramente en otro tiempo
así conjurarte en el que no tengas paz
o felicidad, en el que estés en el más grande
De los sufrimientos en el cual
yo requiera la fe más estricta en ti


[Aquí tenemos una vez más la amena a la deidad, al igual que un esquimal u otro Shaman, que representa la forma primitiva más grosera de conjurar en la que se amenaza a los espíritus. Una evidencia de esto también se encuentra entre católicos romanos groseros. Como cuándo S. Bruno, hace algún años, en un pueblo de Roma, no escuchó las oraciones de sus partidarios para la lluvia, ellos atascaron su imagen en el barro del río, la cabeza hacia abajo. Inmediatamente comenzó a llover, y el santo fue restaurado con honor a su lugar en la iglesia..]

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El encuentro de una piedra redonda, sea esta grande o pequeña, es una buena señal, pero nunca debe ser regalada, porque el receptor entonces obtendrá la buena suerte, y algún desastre acontecerá al donador.

Al encontrar una piedra redonda, levanta los ojos al cielo, y tira la piedra tres veces hacia lo alto (cogiendola cada vez), diciendo:

Espíritu de buen presagio,
Quién del arte viene para ayudarme,
Por seguro que tenia gran necesidad de ti.
Espíritu del Duende Rojo,
Desde el momento en que vienes para ayudarme en mi necesidad,
Rezo para que no me abandones;
Te ruego entres ahora en esta piedra,
Así en mi bolsillo puedo llevarte,
Y en cuanto tenga alguna necesidad,
Podré llamarte para que me ayudes,
No me abandones ni de noche ni de día.
Si presto dinero a cualquier hombre y no
pagara su deuda cuándo sea debido, yo te invocaré,
¡Y Tu Duende Rojo, harás que pague su deuda!
Y si él se negara obstinadamente,
Vaya  con él tu grito  "Brie - brie!"
Y si él duerme, lo despertaras con una sacudida,
¡Y le taparas los ojos y lo asustarás!
Y lo seguirás de cerca a todos los sitios donde él vaya.
 Enséñale con tu incesante "Brie - brie!"
Que sus obligaciones olvidara y
estará en apuros hasta que él pague sus deudas.
Y mi deudor al día siguiente traerá el dinero
 que me debe o me lo enviará inmediatamente,
Entonces te rezaré a ti:

¡OH! mi Duende Rojo, ven en mi ayuda
O si me peleo con la persona a quien amo,
Entonces, espíritu de la buena suerte, yo rezaré para que vayas
A ella mientras duerme y le cojas por el cabello,
¡Y la traigas por la noche a mi cama!
Y por la mañana, cuando todos los espíritus van
A su reposo, antes de que tu regreses de nuevo a la piedra sagrada
la llevaras de nuevo a su hogar,
Y allí la dejaras dormida. ¡Por lo tanto, espíritu!
¡Te suplico hagas de esta piedra tu hogar!
y me obedezcas en todo cuanto te ordene.
Siempre en mi bolsillo estarás,
¡Y tú y yo no nos separaremos jamás!