jueves, 8 de diciembre de 2011

ARADIA: EL EVANGELIO DE LAS BRUJAS - CHARLES G. LEGAND, El Sabbat, 2º PARTE





Después de que Aradia fue enseñada a dominar la magia y la brujería, a cómo destruir la mala raza de opresores, ella  enseñó a sus alumnos y les dijo:

Cuando me habré marchado de este mundo,
Siempre que vosotros tengáis la necesidad de algo,
Una vez el mes, y cuando la luna este llena,
Os reuniréis en algún lugar del desierto,
O en un bosque solitario y adorareis al poderoso
 espíritu de vuestra reina,



Mi madre, La Gran Diana. Ella gustosamente
os enseñará toda la brujería que aún no habéis aprendido
Sus secretos más profundos, entonces mi madre
os enseñará, la verdad de todas las cosas aún desconocidas.
Y seréis liberados todos de la esclavitud,


Y entonces seréis libres en todo;
Y como  signo que sois realmente libres,
Estaréis desnudos en vuestros ritos, tanto hombres
como mujeres; esto durará hasta que
el último de vuestros opresores será eliminado;
Y haréis el juego de Benevento
apagando las luces, y después de esto
celebrareis vuestra  cena así.


El Sabbat


¡Te conjuro, OH! Comida
Quién alimenta verdaderamente nuestro cuerpo, y de quien sin ti
no podríamos vivir, Tú que antes de llegar a ser flor,
como semilla entraste en la tierra,
Dónde se esconden los más profundos secretos, y entonces cuando el suelo
se remueve asemejando al polvo con su danza con el viento,
 mientras con paciencia, revolotean los secretos extraños

Y antes, cuando aun estabas en el oído,
como un dorado grano brillante, entonces
las luciérnagas acudieron a lanzar su luz en ti
para ayudar en tu crecimiento, porque sin su ayuda
No podrías crecer  ni llegar a ser hermoso;
Por lo tanto perteneces a la senda
de las brujas y de las hadas, al igual que
las luciérnagas pertenecen al sol...

Después de que Aradia fue enseñada a dominar la magia y la brujería, a cómo destruir la mala raza de opresores, ella  enseñó a sus alumnos y les dijo:

Cuando me habré marchado de este mundo,
Siempre que vosotros tengáis la necesidad de algo,
Una vez el mes, y cuando la luna este llena,
Os reuniréis en algún lugar del desierto,
O en un bosque solitario y adorareis al poderoso
 espíritu de vuestra reina,


Mi madre, La Gran Diana. Ella gustosamente
os enseñará toda la brujería que aún no habéis aprendido
Sus secretos más profundos, entonces mi madre
os enseñará, la verdad de todas las cosas aún desconocidas.
Y seréis liberados todos de la esclavitud,
Y entonces seréis libres en todo;
Y como  signo que sois realmente libres,
Estaréis desnudos en vuestros ritos, tanto hombres
como mujeres; esto durará hasta que
el último de vuestros opresores será eliminado;


Y haréis el juego de Benevento
apagando las luces, y después de esto
celebrareis vuestra  cena así.
Reina de las luciérnagas Apresúrate,
Ven a mí ahora en veloz carrera,


¡Arría tu caballo al oír ahora mi canto!
¡Arría, OH! arría al hijo del rey
¡Venga, apúrale y tráemelo a mí!
¡El hijo del rey pronto te libertará!
porque tu eres siempre brillante y justa en el arte,
Bajo un cristal te mantendré; y mientras allí,
con lupa estudiaré tus secretos ocultos,


Antes de que todos tus brillantes misterios sea revelados por completo,
Si, toda la ciencia maravillosa y confusa de nuestra vida,
De nuestra cruz y de las que están por venir.
Así a todos los misterios  conoceré,
Si, aún hasta el del ultimo grano;
Y cuando esto por fin yo realmente sepa,
¡Luciérnaga, libre te dejaré partir!
Cuándo los secretos oscuros de la Tierra sean sabidos por mí,
¡Mi bendición, por fin, te daré!

Aquí sigue  el Conjuro de la Sal.

Te conjuro , sal, aquí! aquí en mediodía,
Exactamente en el centro de una corriente
Tomo mi lugar y veo el agua alrededor,
Igualmente el sol, y no pienso en nada más
Mientras aquí además del agua y el sol;
toda mi alma gira en la verdad a su alrededor;
no deseo verdaderamente ningún otro pensamiento,
Anhelo aprender la verdad de las verdades,
Ya que he sufrido mucho tiempo con el deseo
de conocer mi futuro y lo que en mi destino esta por venir,
Si lo  bueno o malo prevalecerá en él.
¡Agua y el sol, sed favorables a mí!

Aquí sigue el Conjuro de Caín.

Te conjuro, OH! Caín, cuando tú no puedes
Tener el descanso y la paz hasta que seas liberado
del sol donde estas prisionero del arte, mientras debes ir
golpeando tus manos y corriendo rápidamente
Te invoco para que me permitas saber mí destino;
¡Y que el mal cambie su curso para mí!
Si me concedes esta gracia, yo lo veré claro
en el agua y en el esplendor del sol;
Y tu, OH! Caín, dirás de palabra
todo lo que en mi destino deberá ser.
Y si no concedes mi deseo,
¡Que no puedas tu conocer la paz y la dicha!

A continuación seguirá el Conjuro de Diana.

Harás bizcochos o galletas para comer, con vino, sal, y miel, le darás forma de medialuna o astado, y  los pondrás a hornear, mientras dirás:

No cuezo al horno el pan, ni con ello la sal,
Tampoco cocino la miel con el vino;
Cuezo al horno el cuerpo y la sangre y el alma,
El alma de la gran Diana, que no
conozca el descanso ni la paz, y sienta
 el cruel sufrimiento hasta que otorgue lo
qué yo solicito con todo mi deseo,
¡Se lo pido desde lo más profundo de mi corazón!
¡Y si la gracia es otorgada, OH! Diana
En tu honor celebraré este banquete,
Comeré y agotaré la copa profundamente,
Bailaremos y saltaremos desordenadamente,
Y si concedes la gracia que requiero,
 cuando el baile sea más desenfrenado, todas las lámparas
serán extinguidas y amaremos libremente

Y así esto será hecho:

Todos se sentarán a la cena, los hombres y las mujeres, y después del banquete, bailarán, cantarán, harán la música, con todas las luces apagadas; ya que será el Espíritu de Diana quien las extinga, y así  bailarán y harán música en su honor.

Y sucedió que Diana, después de que su hija había alcanzado su misión y agotado su tiempo en la tierra entre los mortales, la recordó, y le dio el poder que cuando ella había sido invocada...habiendo hecho alguna buena acción … ella le dio el poder de satisfacer a los que la habían conjurado otorgándoles el éxito en lo pedido.

Para bendecir o maldecir con amigos de poder o enemigos (hacer el bien o el mal).
Para conversar con espíritus.
Para encontrar tesoros escondidos en ruinas antiguas.
Para conjurar los espíritus de los sacerdotes que murieron dejando tesoros ocultos.
Para entender la voz del viento.
Para cambiar agua en vino.
Para leer en las cartas.
Para saber los secretos de la mano (quiromancia)
Para curar las enfermedades.
Para convertir a los feos en  hermosos.
Para domesticar bestias silvestres.

Y cualquier cosa que pidieran al espíritu de Aradia, se otorgaría a los que merecieran su favor.
Y así deben ellos  invocarla:

¡Así busco a Aradia! ¡Aradia! ¡Aradia! En la medianoche, en la medianoche entro en un campo, y conmigo llevo el agua, el vino, y la sal, - llevo el agua, el vino, y la sal, y mi talismán - mi talismán, mi talismán, y una pequeña bolsa roja la que alguna vez sostengo en mi mano – el engaño dentro, el engaño dentro, la venta, con la sal en ello, en ello. Con el agua y el vino que me bendigo, me bendigo con la devoción para implorar un favor de Aradia, Aradia. 

¡Aradia! ¡Mi Aradia!
El Arte te hizo mi hija, con él que era
el más malo de todos los espíritus, quién desde antaño
ha reinado en los infiernos cuando fue expulsado del cielo,
Quién con su hermana te engendró a ti,
Pero como tu madre se arrepintió de su defecto,
Y deseó por compañero a un espíritu quién
Debía ser benévolo,
¡Y no malévolo!

¡Aradia, Aradia!  Te Suplico
¡por el amor que ella profesó por ti!
¡Y por el amor que yo siento también por ti!
¡Te invoco para  que me concedas la gracia que pido!
Y si esta gracia es otorgada, manifiéstese ante mi
uno de estos tres signos claramente:
El silbido de una serpiente,
La luz de una luciérnaga,
¡El sonido de una rana!

Pero si rehúsas conceder este favor, entonces
no conocerás en el futuro ni paz ni la alegría,
Y seas obligada a buscarme en la distancia,
Hasta que vengas, rápido, a otorgarme mi deseo,
y entonces podrás regresar de nuevo
A tu destino. ¡Que así sea!