domingo, 18 de diciembre de 2011

LA REINA JENET—KAUS, ¿UNA FARAÓN OLVIDADA?






LA REINA JENET—KAUS, ¿UNA FARAÓN OLVIDADA?

 

UN GIGANTESCO SARCÓFAGO

 

Durante el invierno de 1931—1932, el egiptólogo egipcio Selim Hassan exploró una parte del inmenso emplazamiento de Gizeh, a unos cuatrocientos metros al sudeste de la pirámide de Kefrén. Allí, en aquella llanura desgastada por la acción del hombre, se encuentra un número impresionante de obras maestras: además de las tres famosas pirámides, una gran cantidad de tumbas decoradas. Se necesitan largas jornadas para recorrer estas «calles de tumbas» que nada tienen de fúnebres; todo lo contrario, esta ciudad para la eternidad, donde las piedras infunden sosiego, es un remanso de paz y de serenidad.

Selim Hassan sacó a la luz un extraordinario monumento, un inmenso sarcófago cuya base medía cuarenta metros de lado. Sorprendido, tuvo que rendirse a la evidencia: aquello era, a todas luces, un sarcófago rectangular; tenía el techo abombado y reposaba sobre un pedestal cuadrado cuyo macizo interior estaba en parte compuesto por la roca.

Desconcertado a la vez que deslumbrado, el egiptólogo se preguntó qué monumento podría compararse a aquél: la tumba del rey Sepseskaf (hacia 2504—2500), sucesor de Mikerinos y último rey de la IV dinastía. Su morada para la eternidad, en forma de gigantesco sarcófago, fue construida al sur de Saqqara, lejos de la actual zona turística. Sin embargo nada sabemos de aquel faraón que reinó tan poco tiempo.

¿QUIÉN ERA JENET—KAUS?

 

En el ángulo sudeste de la tumba—sarcófago de Gizeh, sobre los montantes de granito de una capilla exterior y de una «falsa puerta» que comunicaba lo visible con lo invisible, Selim Hassan descifró el nombre y los títulos de su propietaria: Jenet—kaus, «la que preside en sus potencias creadoras madre del rey del Alto y Bajo Egipto, hija de dios, por quien se cumplen todas las buenas cosas que ella formula». Y una duda aún más importante: ¿cabe pensar, a partir de esta inscripción, que esta madre de un rey al que no se nombra fuese también faraón?[1]

Desde el descubrimiento de su tumba, la información que hemos podido reunir sobre esta reina es escasa, aunque, con todo, nos permite concluir que tuvo un papel preeminente. No cabe duda de que fue hija de Mikerinos, el constructor de la más pequeña de las tres pirámides de Gizeh, y que recibió educación e instrucción en la escuela del palacio. ¿Fue su madre la sublime Jamerer—Nebti, la esposa de Mikerinos, cuyo admirable rostro conocemos gracias a una estatua conservada en el Museo de Boston? Esta magnífica obra, ubicada en el templo del valle del conjunto funerario de Mikerinos, muestra a su esposa de pie, en ademán de caminar, a su lado, rodeando con su brazo derecho la cintura del monarca al tiempo que apoya la mano izquierda en el brazo izquierdo de su esposo en actitud protectora.

Sepseskaf, último rey de la IV dinastía, y Jenet—kaus, considerada como la «madre» de los dos primeros faraones de la V dinastía, se hicieron construir una tumba del mismo tipo excepcional. Sepseskaf abandonó el símbolo de la pirámide visible de lejos y Jenet—kaus hizo otro tanto; los primeros monarcas de la V dinastía volvieron a erigir pirámides en el emplazamiento de Abusir, próximo a Saqqara.

Avancemos una arriesgada suposición: teniendo en cuenta la existencia de su tumba—sarcófago, de un templo funerario, de su posición como fundadora de una nueva dinastía, del culto de que fue objeto después de su muerte, ¿ocupó Jenet—kaus la función suprema al principio de la V dinastía, entre la desaparición de Sepseskaf y la subida al trono de Userkaf (hacia 2500—2491)? Las «potencias creadoras» sobre las que reinó esta mujer tal vez eran sus sucesores, a los que ella preparó para reinar, como madre espiritual o carnal, o ambas cosas.

Imposible saber más; pero, en cualquier caso, los expertos están de acuerdo actualmente en admitir que Jenet—kaus, gran dama del Imperio antiguo, fue una de sus figuras destacadas.


[1] Véase M. Verner, SAK, 8, 1980, pp. 243 ss.

  Fuente: Jacq Christian

   
Nota- Vivió alrededor del año 2500 a. de J.C. era hija del rey Micerinos y hermanastra Sepseskaf (sucesor de Micerinos y último faraón de la IV Dinastía) Algunos egiptólogos piensan que pudo reinar entre Sepseskaf y el primer faraón de la V Dinastía, Userkaf, con el que se casaría. Fue encontrada en Giza una tumba con forma de sarcófago de gigantescas dimensiones en la que aparece su nombre y tenía un templo funerario, razón por la cual les hace suponer que pudo ejercer como faraón.