Creencia estoica en el eterno retorno de todos los acontecimientos del mundo, de todas las cosas, de todos los destinos.
La palingenesia o eterno retorno fue defendida por los estoicos (con la excepción de Panecio), aunque también la encontramos en el pitagorismo y en Heráclito, de quien probablemente la tomaron. El universo nace y perece en una sucesión cíclica: a partir de un fuego primigenio, que es a la vez logos o razón generativa (“logos espermatikós”) se genera el mundo y sus variadas manifestaciones, sucesos o acontecimientos. El logos inscrito en todas las cosas determina la generación, duración, el cambio y muerte de todas las cosas. A su vez, la totalidad del Universo, tras un proceso de decadencia y destrucción, vuelve al fuego originario. De nuevo, todas las cosas surgen de la misma manera, en idénticas formas y con idénticos destinos. Este proceso se repite eternamente: “Entonces, bajo idéntica posición de las estrellas en el firmamento, se darán de nuevo un Sócrates y un Platón, y cada uno de los hombres aparecerá de nuevo rodeado del mismo círculo de amigos y conciudadanos... Y tal restauración universal no se dará una sola vez, sino muchas veces, infinitas veces, e inacabablemente se repetirá lo mismo” (Séneca).
Los pitagóricos defendieron el retorno de todas las cosas, la repetición de los acontecimientos , ofreciendonos una visión circlar del tiempo, myuy distinta a la lineal cristiana"Si uno fuera a creer a los pitagóricos en sus manifestaciones de que las mismas cosas individuales (en cuanto a su número) van a retornar, entonces yo os volveré a hablar a vosotros tal como ahora estáis sentados, llevando en mi mano este mismo bastón, y lo mismo ocurrirá con todas las demás cosas, y es lógico suponer que el tiempo entonces es el mismo que ahora."
Eudemo, ap. Simplicio, Fis. 732, 30
(G. S. Kirk y J. E. Raven. Los filósofos presocráticos
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