Es menester reservar un espacio a la iniciación y a los iniciados. Cuando se leen textos "herméticos", esotéricos o pseudo-esotéricos sobre todo, repetidamente se leen referencias sobre el iniciado o los iniciados, en contraposición al profano o el vulgo.
No es de extrañar que muchos se ilusionen de ser "iniciados", y que abusen del término, muchas veces disminuyéndolo simplemente a iniciarse en un conocimiento o actividad cualquiera, sea esta esotérica o no. De hecho los Etnólogos hablan de ritos de iniciación, refiriéndose simplemente a ritos de agregación social, equivalentes a los Upanayamas Hindúes, dónde un individuo es agregado efectivamente a una de las 3 castas superiores, es decir un rito con una función principalmente social.
La iniciación en su esencia es algo completamente diferente, y para algunos individuos que poseen las cualificaciones y aptitudes necesarias, inherentes a la naturaleza de su ser, la verdadera iniciación es posible, representando para ellos, una vía de acceso al centro de su ser, y una posibilidad de ascensión en los distintos grados y estados de conocimiento hasta alcanzar el objetivo último de liberación, identificación con la identidad suprema, o Nirvana como lo conocen los budistas.
La iniciación consiste entonces, en la transmisión de una influencia espiritual, por medio de un rito de iniciático que transmite y "liga" efectivamente al individuo a una organización tradicional que se ha mantenido a través de una cadena ininterrumpida que se remonta a el tiempo primordial, esta influencia espiritual o Fiat Lux actúa sobre el ser, alineándolo de manera tal de forma permanente, que le sea posible efectuar posteriormente en si mismo, un trabajo interior.
El iniciado adquiere la cualidad de Dwija o dos veces nacido, este segundo nacimiento puede contemplarse como el nacimiento de un principio espiritual, en el centro de la individualidad humana, simbolizado por todas las tradiciones por el corazón. Esto se relaciona con los simbolismos de la muerte iniciática, y el Neófito (Nueva Planta).
La vía iniciática, es la vía espiritual activa, a diferencia de la vía pasiva mística o religiosa, es otra modalidad del despertar espiritual por medio del autoconocimiento y contemplación interior.
Esta primera iniciación es siempre virtual en un principio, (excepto en casos excepcionales que son tan raros y que mencionarlos nos llevarían muy lejos), luego por medio del trabajo interior de la meditación y el estudio doctrinal, esta iniciación puede volverse efectiva, pasando de la potencia al acto, no es poco común sin embargo que la iniciación permanezca en su forma virtual.
Pero quien logre mantenerse en el camino y se transforme en un verdadero iniciado, habiendo agotado sus posibilidades humanas, puede emprenderse en el desarrollo del conocimiento supra-humano y las realidades universales, estos dos estadios de iniciación eran conocidos en la Grecia antigua como Misterios Menores y Misterios Mayores.
Los primeros reservados al desarrollo de las posibilidades humanas, y los segundos al desarrollo posterior de las posibilidades supra-individuales hasta alcanzar el objetivo último de realización espiritual.
Fuente: Estudios Guenonianos