domingo, 2 de octubre de 2011

LO SAGRADO DE LA PALABRA SAGRADA






Cuando decimos que algo es sagrado, generalmente nos referimos a que es único e inamovible, algunas personas identifican el término “sagrado” con origen divino o de Dios.

En la antigüedad lo sagrado venia a ser algo fuera del alcance de lo humano, cualquier cosa que no solo no era explicable desde el punto de vista terrenal sino que además merecía veneración y respeto.

Desde palabras, rituales, lugares, cantos, comidas, enfermedades, etc., a lo largo de la historia de la humanidad lo sagrado ha venido a mezclarse con nuestro quehacer diario. Quizás luego de despertar el interés por el conocimiento humano es que algunos de estos aspectos han dejado de ser sagrados; por ejemplo algunas enfermedades que se consideraban sagradas; el caso mas relevante era la epilepsia a la que se le atribuía este término de “sagrado” por considerársele un estado de éxtasis y que algunos personajes de la historia antigua lo poseían. Otro ejemplo claro de lo sagrado son ciertos lugares solo venerados por los seguidores de su fe; para el resto de personas pues no tienen importancia; las mismas iglesias cristianas han sufrido no solo abandono de sus feligreses sino han perdido la importancia sagrada que tenían antaño que con solo mirarlas impactaban el respeto de quien transitaba por ahí.

La palabra es algo que aun sigue tendiendo esta connotación de sagrada para algunos, no solo porque es una característica propia del hombre sino porque ha permitido a lo largo de la existencia transmitir conocimiento y sabiduría. Hoy en día lamentablemente la palabra como acto humano y sagrado ha perdido importancia y solo en algunas sociedades iniciáticas, secretas o religiones se mantiene su carácter de sagrado, inclusive existen términos sagrados como las oraciones a Dios en algunas religiones, los mantras en el budismo, algunas palabras sagradas en la masonería, etc. El acto mismo de hablar y de expresarse mediante la palabra es utilizado hoy en día solo como un acto meramente de comunicación entre las personas y no de transmisión de conocimientos ni de sabiduría.

La palabra para el Masón es algo sagrado en sí ya que es sinónimo de “Verdad”; cuando un Masón habla siempre concluye diciendo: Es mi palabra; pues esta expresión refleja un acto único de manifestación de sabiduría y transmisión del más profundo respeto hacia los demás porque lo que expresamos en la palabra sale de adentro y hacia los demás para “dar” y manifestar lo mejor de sí, el Masón habla pues porque ha aprendido no solo la importancia de la palabra sino a expresarse correctamente.

Recordemos que al H:. Aprendiz según el ritual se le dice que debe trabajar, obedecer y callar; pero ese callar es para aprender como es que se debe de expresar correctamente no solo en la logia sino como es que debe de comunicarse hacia los demás HH:. y aprender que cuando va a utilizar la Palabra debe hacerlo con excesivo respeto o como algo sagrado; es por ello que el Masón no insulta ni dice improperios; el Masón no es Maledicente; aprende en el tall:. Como debe ser afuera en el mundo con los profanos; su hablar es distinto porque aprende el significado y la fuerza de la palabra.
El Hermano Compañero se expresa ya porque esta aprendiendo también el Valor sagrado de la palabra ya que al dirigirse los HH:. Lo hace con el más profundo respeto de quien ya puede hablar a sus Maestros y a la vez de reconocerse entre si como iniciados ya que esta aprendiendo el lenguaje del Maestro y sus enseñanzas sagradas que lo llevan a un conocimiento elevado, es decir a un real crecimiento.

Es por ello que el Maestro cuando “Habla”, en cada palabra da una enseñanza de vida; la palabra es vida  y esta vida es el Verbo; recordemos que Dios es verbo y de allí es que partimos para decir que la palabra es sagrada.
Los Masones no podemos olvidar en cada momento que nuestras palabras son el reflejo de nuestros conocimientos y pensamientos y que muchas veces debemos permanecer en silencio antes de utilizar nuestras palabras y antes de dirigirnos hacia los demás; debemos pues utilizar esta herramienta sagrada como el mejor medio de transmisión de conocimiento y conciencia del ser  humano.

La voz que se nos ha dado es esa manifestación de lo abstracto y que somos capaces de trasformar en algo físico y real para la mente de los demás; la palabra gobierna asimismo el oído,  la lengua,  la vista, los músculos de la respiración, nuestro flujo sanguíneo e inclusive la piel misma; controla el cuerpo en sí. La expresión de voz es a nivel de la laringe en donde esta ubicaba una glándula que es la tiroides que se encarga fisiológicamente del desarrollo del cuerpo y del crecimiento; en las religiones orientales es por ello que lo ubican como el 5to chakra de desarrollo y crecimiento. La palabra es pues esa manifestación de eso mismo, pero el verdadero crecimiento y desarrollo que es el del conocimiento y la conciencia que nos acerca a lo más elevado de nuestro ser.
La palabra es emitida por la boca pero se forja a la altura  donde esta un punto medio que separa hacia arriba el sistema nervioso central y hacia abajo el sistema nervioso periférico; el primero que se encarga de nuestra parte psíquica y mental y la segunda de nuestra parte orgánica y motora. Es por ello que al hablar estamos haciendo un equilibrio perfecto entre las dos; el hablar por hablar es romper nuestra armonía.

La palabra  como dicen los diccionarios no es pues simplemente la  expresión de una idea; es algo que va mucho más allá del entendimiento humano; es pues algo sagrado, es una expresión de fuerza y fortaleza humana,  es expresión de firmeza y belleza del hombre; es por ello que en la Masonería no solo la palabra es sagrada en sí; tenemos “Palabras sagradas” que son dadas desde el momento de la iniciación  y con cada pase a un grado superior; esas palabras sagradas tenemos que tenerlas presentes siempre, ya que se nos dan como signo de crecimiento  y elevación en nuestro grado de sabiduría; como un signo de haber entendido realmente como aprendiz “la firmeza” y como compañero “la fortaleza” del verdadero conocimiento interno expresado en la mas sublime demostración del hombre que es “la Palabra”.

RR:. Y QQ:. HH:. El poder de la palabra que debe llevarnos a lo bueno, lo hermoso y lo claro de nuestro ser, es decir a la madurez como hombres y Maestros Masones en el momento adecuado utilicémoslo adecuadamente, démosle el valor verdadero que nuestra Augusta Orden nos reclama que la palabra del Masón sea reflejo de una vida dedicada a cultivar la Moral y la virtud para usarlo como un bien común para el mundo, seamos concientes de nuestras palabras emitidas, porque son el reflejo de nuestro crecimiento y conocimiento en el camino de la verdad, aquella que nos fue dada por el G:.A:.D:.U:. Aquella palabra que hoy podemos darle a nuestros Hermanos y que deberá seguir siendo “Sagrada”.

Fuente: Gabriel Campos Oliveira