lunes, 17 de octubre de 2011

EL SÍMBOLO DE LA ESVÁSTICA






Entre las representaciones simbólicas del Centro del Mundo, la de la esvástica ha de ser especialmente destacada, pues además de ser un equivalente del símbolo de la cruz y de la rueda, y participar por tanto de sus significaciones generales, en ella aparecen otras variantes que nos confirmarán en la certeza de que los símbolos constituyen auténticos vehículos del Conocimiento.

Por encontrarse en el arte de todos los pueblos tradicionales desde la más remota antigüedad, la esvástica es uno de los símbolos que remiten directamente a la Tradición hiperbórea o primordial. Ella es, efectivamente, una cruz, sólo que a esa cruz se le añaden cuatro líneas en sus extremos, formando así otros tantos ángulos rectos o escuadras, de tal manera que dichas líneas sugieren o llevan implícito el movimiento de giro en torno a su centro, generando así a la circunferencia. Ahora bien, debido a que esa circunferencia (que recordemos simboliza la manifestación universal) no está figurada de forma expresa en la esvástica, ésta, más que un símbolo del cosmos, aparece como un símbolo de la acción vivificante que sobre él ejerce el Principio, considerado como el auténtico "Motor inmóvil". En efecto, lo más importante en la esvástica es el punto fijo, símbolo del Centro, el cual permanece inalterable e inmutable, y sin embargo es el que transmite su energía a la Rueda Cósmica, generándola y dando la vida a todas las cosas, seres y mundos contenidos en ella, los cuales tras cumplir el desarrollo completo de todas sus posibilidades retornan nuevamente a él. Como se ve, estas significaciones no tienen absolutamente ninguna relación con el uso político que se ha hecho de este símbolo en los tiempos modernos.

Añadiremos que a los cuatro ángulos o escuadras de la esvástica también podemos observarlos en las cuatro posiciones cardinales que la constelación de la Osa Mayor describe en su ciclo diario en torno de la estrella polar, la cual, debido a la posición central que ocupa en el cielo –pues todos los cuerpos estelares rotan a su alrededor– se ha considerado efectivamente como la morada simbólica del Principio, también llamado la Gran Unidad en otras tradiciones. En nuestro modelo del Arbol Sefirótico la estrella polar se corresponde con Kether, como ya sabemos, y no deja de ser interesante recordar a este respecto que en el Zohar la Osa Mayor recibe el nombre de Balanza (también en la antigua tradición China recibía este nombre), añadiendo que ésta se halla "suspendida en un lugar que no existe", lo que equivale a decir en lo inmanifestado, que es donde reside verdaderamente el equilibrio y armonía de toda la manifestación. En la tradición hindú, además, la esvástica aparece como uno de los signos distintivos de los brahmanes, y de hecho en esa misma tradición se afirma que las siete estrellas que componen aquella constelación representan a cada uno de los sabios (llamados rishis) que transmiten el Conocimiento de un ciclo a otro de la humanidad.


Fuente: Programa Agartha