sábado, 5 de noviembre de 2011

ACERCA DE LA MUERTE Y EL VAMPIRO - LEOPOLDO MARÍA PANERO






Hace mucho tiempo, en un artículo mío dedicado a Ungaretti, comparé el escritor al vampiro, éste, inmortal como aquél, sorbe la sangre del hombre por medio de la lectura.

El vampirismo también nos remite al canibalismo: Freud llamó a la fase oral fase canibálica.

Finalmente, en el vampiro entra también el tema del muerto en vida, común al vampiro y al hombre-lobo o licántropo: asunto que nos reenvía a la simbología ocultista. Y ello, en cuanto el vampiro, como el muerto en vida, son de alguna manera lugares del “otro hombre”, del iniciado aquel que se ha adueñado de su propio cadáver por intermedio de la clásica fórmula de “abra cadavre”: de ese cadáver ambulante que es lo que queda de nosotros cuando el inconsciente muere, en la trágica noche de la infancia. Después de la cual tal parece que sólo queda el seudohombre “che si conducta sol per maestría”: el muñeco o el robot, del que también habla mucha literatura de terror, por ejemplo “El hombre de la arena” de E. T. A. Hoffman. Ese hombre que se mueve en la calle es así sólo un recuerdo del hombre, una trágica marioneta. Y no se sabe bien quién sea el muerto, si el que por fin ha despertado a sí mismo al otro lado del sueño eterno o éste que vaga borrosamente en el interior de sus calzoncillos.

El psicoanálisis tiene también por función la resurrección de ese muerto a través de un peculiar “abra cadavre”, que encuentra sentido a unos datos que parecen carecer de él por cuanto siendo datos y fechas de la vida de un muerto. De ese muerto al que los cabalistas llamaron “golem”, los alquimistas “homunculus” y el despreciado voodoo “macumba”: muñeco o cadáver terrorífico por cuanto lo mismo que la locura, no es ya que ponga en cuestión a Dios, sino a algo mucho más peligroso que somos nosotros mismos.

Y es como si la oración, la súplica, quisieran que Dios saciara nuestra demanda de nosotros mismos, de nuestra certidumbre, de ser, de estar aquí lejos de la invasión del vampiro.