domingo, 24 de junio de 2012

IFNI, LA ÚLTIMA GUERRA COLONIAL ESPAÑOLA. HISTORIA DEL DESCONOCIDO CONFLICTO DE 1957-58 EN EL AFRICA OCCIDENTAL.








En agosto de 1953, el residente francés en Marruecos, general Guillaume, con el fin de suprimir el nacionalismo marroquí que arrancaba de bastantes años atrás, depone al sultán Mohamed V, desterrándole a Madagascar, y coloca en su lugar a Muley Ben Arafa, tío del rey, con el auxilio de importantes personalidades marroquíes, como El Glaoui, pachá de Marraquech, para dar satisfacción a los intereses y aspiraciones de los colonos franceses.

Las corrientes independentistas marroquíes, que se remontan al Manifiesto del partido del Istiqlal, del partido de la independencia, en febrero de 1944, toman forma con mayor virulencia en un Ejército de Liberación (EL) y formado por hombres del campo, gentes del Rif, montañeses del Atlas, tribus del sur y la guerrilla urbana, quienes atacan tanto a los intereses franceses como a los marroquíes colaboradores de la potencia protectora. En septiembre de 1953 tiene lugar un atentado contra el sultán Ben Arafa, que nuevamente ve amenazada su vida en marzo de 1954. En mayo se produce otro atentado contra el general Guillaume; el 20 de junio es herido gravemente el general Hauteville, comandante de la región de Marraquech, y el día 30 es asesinado el doctor Eyraud, director de La Vigie Marocaine, una intransigente publicación colonial.

Desde julio de 1954 a junio de 1955 se producen 784 atentados, 477 explosiones, 1.430 incendios, 331 sabotajes y la muerte de 41 franceses y 254 marroquíes colaboradores de la metrópoli. En agosto de 1955, coincidiendo con el aniversario de la deposición de Mohamed V, una oleada de revueltas, que se origina en Kenitra, invade las ciudades (Rabat, Casablanca, Safi, Essauira), los campos, donde son asesinados 49 europeos, y las minas y poblados mineros, donde la represión produce millares de muertos marroquíes<!--[if !supportFootnotes]-->[1]<!--[endif]-->.
Mientras tanto, en Argelia, en la madrugada del 1 de noviembre de 1954 han comenzado los ataques por todas partes contra la presencia francesa; en agosto, Túnez ha obtenido la autonomía interna y la guerra de Indochina marcha de mal en peor. Todo ello lleva a Francia a considerar como más conveniente el regreso de Mohamed V al trono, comenzando unas negociaciones que pongan fin a la época de protectorado. El sultán regresa en noviembre de 1955 y el 2 de marzo de 1956 Marruecos accede a la independencia, tratando el Gobierno francés de obtener las mayores ventajas posibles de su antigua implantación colonial, al mismo tiempo que se impedía la formación de un frente común magrebí de liberación extendido a todo el noroeste de Africa.

La política española ha jugado hasta entonces el papel anticolonialista, negándose a reconocer a Ben Arafa, dando asilo en el Marruecos español a dirigentes del Istiqlal y llamando a formar parte del Gobierno al nacionalista Abdeljalak Torres, con la insólita esperanza de sustituir la influencia francesa en su zona de protectorado. Cuando finalmente llega la independencia en marzo de 1956, España no tiene más remedio que seguir idéntica política a primeros de abril, porque sus títulos de nación protectora no proceden de un acuerdo con Marruecos, sino que se derivan del tratado con Francia de noviembre de 1912.

La visita de Mohamed V a Madrid para lograr la renuncia española es muy tensa, y aunque los proyectos españoles se han visto desbordados por la política de Francia, el Gobierno sigue manteniendo sus intenciones de protagonismo en Marruecos, no retirando la peseta hasta dos años más tarde, manteniendo fuerzas allí hasta 1961 y regateando las concesiones para salvaguardar los intereses españoles en el Rif y en otros puntos. A todo ello hay que añadir que la cuna y la fe de nacimiento del régimen están en el norte marroquí, donde se ha formado y ha hecho su carrera la cúpula militar del sistema. Todos estos condicionamientos resultan fundamentales para comprender más tarde determinadas inactividades y silencios de la política española en relación a los ataques en el Africa occidental.

Pero el Ejército de Liberación no tenía como único objetivo la independencia de Marruecos, sino la eliminación en todo el norte de Africa de la presencia colonial, conjugando sus esfuerzos con el FLN argelino y los independentistas tunecinos.

Al mismo tiempo perseguía la implantación de la república, conocedor de que la dinastía alauita, en el pasado y en el futuro, sólo serviría para favorecer los intereses coloniales de Francia<!--[if !supportFootnotes]-->[2]<!--[endif]-->. La lucha que debiera haberse extendido a todo el norte de Africa queda escasa de objetivos al alcanzar la independencia Marruecos y Túnez en 1956, por flexibilizar Francia su postura en las posesiones más expuestas y limitarse a la defensa de Argelia.

El nacionalismo burgués marroquí se encuentra en el poder a partir de la independencia y en el segundo Gobierno Bekkai, octubre de 1956, el Istiqlal dispone de ocho carteras ministeriales. Aunque los sectores más radicales ejerciesen en el EL una indudable influencia, éste no fue nunca su brazo armado, mostrando siempre recelo a ser instrumentalizado por cualquier partido<!--[if !supportFootnotes]-->[3]<!--[endif]-->. La alianza entre la burguesía independentista del Istiqlal y el trono, aunque no se apoyase en una confianza total, tenía como común enemigo a los revolucionarios que habían combatido contra el colonialismo y que todavía pensaban en continuar la lucha.
A esta idea general responde la creación de las FAR, las fuerzas armadas reales, que realizan su primer desfile de 14.000 hombres en el mes de mayo en Rabat, mientras que el Istiqlal dispone de la Seguridad Nacional, cuya dirección asume Mohamed Laghazaui. En marzo de 1956 Mohamed V se reúne con los jefes más monárquicos del EL, consiguiendo el juramento de fidelidad de una treintena de ellos, y en julio se integran en las FAR millares de combatientes.

El Ejército de Liberación dei norte acepta el alto el fuego el 27 de marzo de 1957, a pesar de los que se oponen a ello negándose a deponer las armas, fieles a su doble objetivo de liberación del Maghreb y de la República de Marruecos. Pero muchos de sus jefes han sido eliminados físicamente. En junio de 1956, Abbas Messadi, jefe del EL del norte, es asesinado en Fez; Abadaltah Haddaui es ametrallado a la entrada de Casablanca, lo mismo que Abdallah Abdelkrim y Ahmed Tuil, jefe del grupo denominado Creciente Negro. Más de cincuenta jefes de la resistencia y del EL, entre los que figuran los nombres de Drissi, Charaibi, Laraki de Fez, Yahya Labar, Brahim Rudani, Hassan Seghir, Sargean, Skini, que habían proyectado proclamar la República, son ejecutados por elementos de las futuras brigadas especiales de la policía marroquí, bajo la dependencia del príncipe Muley Hassan, por indicación del Istiqlal en una reunión del partido a su más alto nivel, dando luego la orden a Laghazaui, jefe de la Seguridad Nacional<!--[if !supportFootnotes]-->[4]<!--[endif]-->. Pero quedan, sin embargo, más de 50.000 irreductibles, casi todos ellos en el sur, una buena parte de los cuales va a intervenir en los combates que se desarrollarán en Ifni, en la Mauritania francesa y el Sahara español.
El Ejército de Liberación domina ampliamente las regiones del sur, donde su autoridad sustituye a la del rey; el fantasma del bled siba, el territorio en revuelta contra el sultán, propio de los siglos anteriores al protectorado y que se producía a la muerte de cada soberano, vuelve a surgir por doquier. Ello servirá de excusa al Gobierno español para negarse a entregar a Marruecos la provincia de Tarfaya con Villa Bens, Tantan y otros puestos, provincia comprendida entre el río Dra y el paralelo 27’ 40’ y que tiene un estatuto jurídico de protectorado, al igual que el Marruecos norte, según el tratado con Francia de 1912.

Este impulso anticolonial del Ejército de liberación va a ser debidamente aprovechado y capitalizado por la burguesía marroquí en el poder, acabando por deslizarse hacia una reivindicaci6n territorial, asumida algo más tarde por el mismo trono. El líder indiscutible de este movimiento es Al-lal el Fassi, nacido en Fez en 1910, hijo de un profesor coránico de la Universidad de Karayouine, donde sigue sus estudios dentro de una formación tradicional, contrariamente a las elites musulmanas, que preferían la formación francesa.
Desde muy joven se lanza a la política, pidiendo la abolición del protectorado, por lo que es reducido a prisión, de donde sale en 1931, entrando entonces en el Comité d’Action Marocaine, embrión del Istiqlal. En 1937 es detenido de nuevo como instigador de un complot contra el sultán y Francia, siendo entonces deportado a Gabón. Liberado en 1942, vuelve a Marruecos y después se instala en El Cairo de 1953 a 1956. Desde 1947 había participado en la creación del Comité pour la Libération du Maghreb Arabe y en su exilio de El Cairo era el portavoz del anticolonialismo en el cuadro de la unidad árabe-islámica. Sin embargo, en 1955 lanza la idea del Sahara marroquí, idea que se amplificará a partir de la independencia, convirtiendo la lucha anticolonial en reivindicación nacional.

En el momento en que Marruecos se ve libre del protectorado, el liderazgo del Istiqlal queda corto de objetivos y necesita crear una nueva motivación para no verse arrinconado; una vez con el pie en el estribo del poder, Al-lal el Fassi convierte el Gran Maghreb en el Gran Marruecos mediante un elaborado trabajo de prestidigitaci6n. Para recuperar la influencia que le han arrebatado los progresistas del partido, como el luego asesinado Mehdi Ben Barka, El Fassi despliega una intensa actividad en favor del expansionismo marroquí, cuyo eje central es el discurso del 18 de junio de 1956, en Tánger, todavía bajo estatuto internacional y que se reintegrará a Marruecos el 29 de octubre. El famoso discurso de reivindicación sahariana constituye un completo programa de política exterior anexionista.

Los nacionalistas marroquíes proseguirán la lucha hasta que sea una realidad la independencia de todas las partes de Marruecos, incorporado Tánger, liberado el Sahara bajo influencia española y el Sahara bajo influencia francesa; y vuelvan al Imperio Cherifiano las zonas que arrancó el colonialismo desde Tinduf a Colomb-Béchar, Tuat, Kenadsa y Mauritania. Marruecos limita al sur con San Luis del Senegal. Pocos días después se publica el mapa del Gran Marruecos en el diario del Istiqlal, Al Alam, elaborado por Abdelkebir el Fassi, un pariente del líder, en el cual se engloban como territorios marroquíes toda Mauritania, el Tuat argelino y partes de Gurara y Tidikelt hasta In Salah, el Sahara español y parte del noroeste de Malí, con Taudenni y Arauan, hasta las mismas puertas de Tombuctú. Todo ello constituye el Royaume maghrébin chérifien avec ses limites naturelles et historiques, según los dirigentes del Istiqlal.

En otro de sus discursos, El Fassi clarifica que nuestra cultura y nuestra religión emanan del Sahara... no habremos hecho nada hasta que no liberemos a los Ait Baamarán de Ifni, Río de Oro, Tinduf, el Sudán marroquí... Emprendido el camino de la reivindicación, el Istiqlal recurre a los más alambicados argumentos para sustentarla, olvidando y tergiversando la Historia, en el transcurso de la cual los sultanes marroquíes sólo han mantenido cortas, incoherentes y espaciadas intervenciones militares, no políticas, en el desierto<!--[if !supportFootnotes]-->[5]<!--[endif]-->, mientras que los saharianos, el imperio almorávide, han impuesto su dominio en el siglo XI desde el Níger hasta Castilla.

Pero como señalan los comentarios económicos, detrás de las reivindicaciones del Istiqlal se encuentra el carbón, el plomo y el cobre de Kenadsa y de Colomb-Béchar, el manganeso de Guettara, el hierro de Tinduf, el petróleo de In Salah, el hierro de Zueratt y el cobre de Akjoujt, estos dos últimos en Mauritania, aunque aún no se tienen noticias exactas de los fosfatos del Sahara español, cuyas prospecciones han comenzado, sin embargo, años antes. El capital marroquí, dentro de la más pura línea neocolonialista, ve una perspectiva de amplias posibilidades tras las tesis reivindicativas del Istiqlal, que el Ejército de Liberación, de momento la fuerza de choque manipulada por el poder, va a poner en marcha.

La aventura del EL de las bandas armadas, por la fuerza de las circunstancias se ha convertido en un movimiento nacionalista marroquí, perdidos de vista ya los objetivos de una total liberación del norte africano; si tiene éxito será el sultán quien se lleve los honores de la integración del desierto sahariano en la madre patria; y si fracasa, como es probable, el soberano se verá libre de las bandas extremistas del sur, que no han querido integrarse en las FAR en mayo de 1956. Entonces Palacio podrá hacerse cargo de las tesis reivindicativas del Istiqlal, lo que al fin y al cabo es un nacionalismo de derechas y podrá enarbolar la bandera del protagonismo nacional<!--[if !supportFootnotes]-->[6]<!--[endif]-->.

Con respecto a la posición del trono de Marruecos, el escritor francés Marc-Robert Thomas<!--[if !supportFootnotes]-->[7]<!--[endif]--> refiere que en los años cincuenta tuvo por condiscípulos en las facultades de Rabat, París y Aix-en-Provence a varios jóvenes marroquíes que ocuparían después puestos de primera línea en la Administración y el Gobierno, uno de ellos, el entonces príncipe heredero, Muley Hassan. Pues bien, en una conversación sobre la provincia de Tarfaya, cuya adscripción a Marruecos no cuestionaba el tratado de protectorado de 1912, este grupo selecto no solamente desconocía esa pertenencia, sino, incluso, la misma existencia de tal provincia. Los problemas relativos a las fronteras del país les eran desconocidos o más bien indiferentes. Para finales de febrero de 1958 el trono marroquí habrá aprendido suficiente Geografía e inmediatamente después de la expulsión del EL de Mauritania y del Sahara español, como más adelante se verá, Mohamed V pronunciará un discurso en M’Hamid, justamente sobre el río Dra, en la frontera de Argelia y el Sahara, proclamando solemnemente que continuaría la acción para el retorno de nuestro Sahara, según nuestros derechos históricos y la voluntad de sus habitantes.

Pero a lo largo de los combates de 1957 y 1958, los servicios de información españoles y franceses detectarán las importantes implicaciones del poder marroquí, sobre todo, del príncipe Muley Hassan, en la actuación de las bandas armadas, en los suministros de fondos, víveres, armamento (procedente de parques españoles) y munición; en el desencadenamiento del ataque por sorpresa en Ifni, en la dirección general de las operaciones en el Sahara y en la retención en Marruecos de 40 prisioneros españoles, entre ellos tres civiles, tres mujeres y dos niños.

Mientras tanto, el Istiqlal ha pasado a la acción en varios puntos de los territorios en litigio, aun antes de la independencia. En febrero de 1956, las autoridades francesas descubren un complot en Tinduf, que propugna decir la oración en nombre del sultán izando banderas cherifianas en la mezquita, al mismo tiempo que se apoderan de importantes documentos militares, mapas y fotografías; desmantelada la organización, en noviembre Al-lal el Fassi protesta de la competencia francesa para inculpar a los acusados, al mismo tiempo que pide su liberación<!--[if !supportFootnotes]-->[8]<!--[endif]-->.

Pero mientras tanto, en junio las bandas del EL han traspasado el Dra y atacan el puesto francés de Um Laachar, a unos 100 kilómetros al norte de Tinduf; es el preludio de la ofensiva que comenzará contra Mauritania a primeros del año siguiente y continuará contra el Sahara español. Al mismo tiempo, la campana de propaganda del Istiqlal comprende las aportaciones de personalidades saharianas, como el diputado mauritano Horma uld Babana, fracasado en las elecciones de julio de 1956 y refugiado luego en Marruecos, quien atrae a varios naturales de la región, los presenta al sultán y pronuncia varias conferencias declarando que cuando el comisario Coppolani, administrador de Mauritania, llegó a Chinguetti, el lugar era un departamento marroquí que pagaba impuestos al sultán. En tal campana de propaganda, agosto de 1956, el congreso del partido adopta, por primera vez, una moción sobre el Sahara que solicita la fijación del trazado de las fronteras marroquíes; en marzo de 1957 aparecerá un semanario en lengua árabe, Sahara al Maghreb, y más tarde Perspectives Sahariennes, ambos con las mismas aspiraciones de reivindicación.
Otros grupos, como el Partido Democrático de la Independencia, no tardan en asumir la misma posición que el Istiqlal. Incluso el partido comunista de Ali Yata, que será disuelto en 1960, cuenta entre los objetivos de su organización el restablecimiento de las antiguas fronteras históricas de Marruecos, uniéndose a las tesis de Al-lal el Fassi. Con ocasión de la apertura de la Asamblea Nacional Consultiva en noviembre, la Embajada de Francia protesta contra la presencia de un representante del Sahara; el día 14 Marruecos manifiesta no reconocer la toma de posición unilateral del Gobierno francés sobre una cuestión territorial en suspenso entre Marruecos y Francia<!--[if !supportFootnotes]-->[9]<!--[endif]-->. Sin embargo, Mohamed V y el Gobierno mantenían aún en 1957 una posición reservada, aunque había un apoyo oficioso a las tesis de Al-lal el Fassi, que podía expresarse libremente en prensa y en la radio estatal, al mismo tiempo que se prestaba una ayuda encubierta al El, el cual estaba actuando en la frontera sur.

A finales de agosto, Marruecos solicita de España la devolución del enclave de Ifni y la transferencia de la provincia de Tarfaya, negándose a llevar el asunto de Ifni ante el Tribunal Internacional de Justicia, como propone España, y quedando en suspenso la entrega de Tarfaya por escapar al control del Gobierno marroquí, según el punto de vista español, como así es en realidad.

La primera reivindicación oficial marroquí se producirá el 14 de octubre de 1957 en la ONU, en vísperas del ataque generalizado del Ejército de Liberación. El Gobierno tiene conocimiento de los propósitos del mismo, bajo la dirección del príncipe heredero, y de la iniciativa e implantación de que las bandas armadas disfrutan en el Sahara español, y quiere especificar sus derechos sobre unos territorios que pueden ser liberados. El delegado marroquí, Filali, se opone a la inclusión de Mauritania, ocupada por Francia, y el Sahara español e Ifni, en la lista de territorios no autónomos, al debatirse la información a transmitir sobre tal tipo de territorios en la IV Comisión de Descolonización. Filali señala que constituyen partes integrantes de Marruecos. El 9 de noviembre (ya han empezado algunos combates en el Sahara), Balafrej hace análogas declaraciones y el día 10 se crea en el Ministerio del Interior la Direction des Affaires Sahariennes, al frente de la cual se coloca Abdelkebir el Fassi, autor del famoso mapa del Gran Marruecos<!--[if !supportFootnotes]-->[10]<!--[endif]-->. El líder del Istiqlal puede entonces declarar que el Gobierno nacional ha adoptado el punto de vista popular, haciendo solidarios al rey, al pueblo y al Gobierno. El Istiqlal ha arrastrado a éste, al trono, a los partidos políticos y a los sindicatos y estudiantes<!--[if !supportFootnotes]-->[11]<!--[endif]-->.

Mientras tienen lugar estos acontecimientos y se empieza a fraguar en Marruecos el delirio expansionista y anexionista, otros hechos concurrentes suceden en el Sahara y en Ifni, que darán cabida a una cada vez mayor alteración de la tranquilidad de los años anteriores. Establecida España en Ifni desde 1934 (aunque sus derechos se remontaban al tratado con Marruecos de 1860) y en el Sahara desde 1884, con una progresiva expansión después de la guerra civil, toda la época anterior a este momento se ve exenta de graves o medianas complicaciones en el trato con los nativos o con los nómadas.

La orden de la Presidencia del Gobierno de 9 de marzo de 1954 ponía en vigor en el Africa Occidental Española (AOE) el reglamento para la percepción de impuestos indirectos, transmisión de bienes, timbre, valores mobiliarios, pagos de la administración, transportes de mercancías y derechos de entrada y salida de las mismas. Se aplicaba una tarifa del 1 por 100 para los alimentos básicos, tales como la harina; otra del 10 por 100 para el azúcar, café y té, y el 30 por 100 para el petróleo, la gasolina y el gasoil. Los impuestos indirectos incidían muy negativamente en la economía del n6mada, consumidor preferente de harina, de azúcar, de té y de petróleo para la iluminación de las jaimas, así como de gasolina para una incipiente motorización. En el fondo de esta política impositiva se escondía el propósito de conseguir sustanciales ingresos sobre el mineral de hierro de Mauritania, explotado por la compañía Miferma, que tendría que pagar sus impuestos para el embarque en algún puerto del Sahara español, tal como Villacisneros, en el que se pensó, evitando así un transporte más largo a través de Mauritania para salir por el puerto de Nuadibú, solución finalmente adoptada por Francia.

La política impositiva de impuestos indirectos se continuaba con una política de impuestos di- rectos sobre la riqueza rústica por cultivos agrícolas, sobre el escaso arbolado, sobre la riqueza urbana, sobre el trabajo personal, sobre los beneficios de empresas de los que estaban exentas las de carácter familiar, además de un impuesto personal consistente en una tarjeta de identidad de abono obligatorio para los mayores de catorce años. Era objeto de una preferente atención el ganado, la mayor riqueza del n6mada, que tendría que abonar 2,50 pesetas por camello, 3 pesetas por vaca, 1,75 por cada asno, 0,40 por oveja y 0,30 por las cabras (recordemos que es moneda de 1954, en una economía muy restringida). Nada más estúpido y absurdo que intentar agarrotar con impuestos a los nómadas, cuya independencia de los poderes estatales de Marruecos y de sus aspiraciones impositivas se remontaba a siglos atrás. En el Sahara ni se le reza al sultán ni se le paga tributo era un lema de sobra conocido por la Administración española.

Coincidiendo con la independencia de Marruecos y en el más inoportuno momento político, se dan las instrucciones para el cobro de los impuestos directos sobre el ganado a causa del largo plazo transcurrido, habiéndose rebasado el tiempo imputable a la especial mentalidad del hombre del desierto. Había que superar la situación para no crear el equívoco de que el Sahara e Ifni eran una prolongación del protectorado francés. El problema no era la percepción de impuestos en sí, sino saber si los nativos estaban dispuestos a admitir la soberanía española. En el mes de marzo se decide llevar a cabo la exacción forzosa, apoyándose con la acción militar cuando fuera indispensable<!--[if !supportFootnotes]-->[12]<!--[endif]-->. Se produce entonces una resistencia pasiva de los nativos del Sahara, sobre todo en la zona norte, zona del protectorado comprendida entre el río Dra y el paralelo 27’ 40’; se oculta y esconde el ganado y se varía el emplazamiento de las jaimas. En Tantan, en esta provincia de Tarfaya, las fuerzas nativas, el grueso de la compañía montada a camello del II Grupo Nómada del Dra y una sección de Tiradores de Ifni, se niegan a actuar en la requisa de ganado y hay que proceder a su desarme, para evitar una sedición general. A finales de marzo tiene que ser enviada una compañía del Regimiento Canarias 50 de Las Palmas, mientras que algunos buques de la Armada patrullan en la desembocadura del Dra, en Puerto Cansado, playa de Tantan y Cabo Juby; poco después se envía otra compañía de los batallones de Fuerteventura y Lanzarote, que desembarcará en Villa Bens<!--[if !supportFootnotes]-->[13]<!--[endif]-->.

En la región de la Saguia el Hamra y en la zona sur de Villacisneros la situación había sido menos conflictiva; a finales de marzo sólo faltaban de pagar los Boihat y los Ulad Musa de la tribu de Erguibat. Dándose cuenta, aunque tarde, del gran error cometido, la Dirección General de Marruecos y Colonias comunicaba el 12 de abril que se debía suspender la percepción de impuestos hasta la reforma solicitada por el Gobernador del AOE, general Pardo de Santayana<!--[if !supportFootnotes]-->[14]<!--[endif]-->.

A ello contribuye también la escasez de fuerzas en el AOE Si bien en Sidi Ifni se encuentran los Tabores I, II y IV del Grupo de Tiradores de Ifni, que pueden totalizar hasta 1.500 hombres, los pequeños destacamentos del campo cuentan con medios precarios, como tristemente se verá en noviembre de 1957. Pero en el Sahara las fuerzas son aún más escasas. El II Grupo Nómada de Policía del Dra desplegaba en la región de Tarfaya, el protectorado, con solamente 25 europeos y 180 nativos; otras unidades de Presidencia del Gobierno, como Automovilismo y la Unidad de Mar, sumaban unos 60 hombres, a los que había que añadir, como fuerzas del Ejército, 35 nativos y 5 europeos del III Tabor del Grupo de Tiradores de Ifni, unos 80 de Artillería, Transmisiones e Intendencia y 138 del Ejército del Aire para el aeródromo de Villa Bens. En la zona centro, Saguia el Hamra, el III Grupo Nómada de Policía contaba con 167 nativos y 33 europeos, desplegados en toda la región, más otros 75 también de Presidencia del Gobierno. Las fuerzas del Ejército eran 154 europeos y 202 nativos del III Tabor de Tiradores, más 220 del escuadrón de Caballería, Artillería, Transmisiones e Intendencia. En la región sur, Río de Oro, el IV Grupo de Policía, con 26 europeos y 214 nativos más otros 110 de Presidencia (Zapadores, Automóviles y Unidad de Mar). Como fuerzas del Ejército, 59 europeos y 100 nativos del III Tabor de Tiradores, 86 de Transmisiones y 54 del Ejército del Aire para el aeródromo de Villacisneros.

El total de fuerzas para todo el Sahara, desde el Dra a la frontera de Mauritania, alcanzaba 900 hombres de Presidencia, casi todos nativos, y 1.150 del Ejército, de ellos un tercio era de nativos, lo que venia a resultar un total de 2.050 hombres para una extensión de casi 300.000 km2 <!--[if !supportFootnotes]-->[15]<!--[endif]-->.

El 7 de abril de 1956 tiene lugar en Madrid la declaración conjunta hispano-marroquí por la que se pone fin al convenio de 27 de noviembre de 1912 y se reconoce la independencia de Marruecos. La reacción en el AOE es de diferentes características: muy fuerte en Ifni, donde se intenta borrar las fronteras, se produce un cierre total de comercios musulmanes y sabotajes en las líneas telefónicas y una concentración de camiones trata de atravesar la frontera norte por Tabelcut. El Istiqlal intenta una organización intensiva del partido y de sus milicias con consignas para crear de facto una situación de independencia; desde Canarias tiene que ser enviada por vía aérea una compañía de Infantería y en mayo saldrá de Alcalá de Henares la I Bandera Paracaidista con destino a Fuerteventura.

El gobernador se ve obligado a difundir un comunicado según el cual el convenio entre Franco y el sultán se limita a la independencia de la zona norte de Marruecos, sin alterar para nada el AOE, lo cual jurídicamente es inexacto por lo que respecta a la zona de Tarfaya, aunque no para Ifni. La DQMC, portavoz de Carrero, indica que se debe divulgar el perfecto acuerdo entre España y Marruecos, existiendo intereses extraños para provocar conflictos en las relaciones hispano-marroquíes; algunos días más tarde concreta un poco más esta política indicando que se deben reforzar las bases centrales concentrando las fuerzas en Sidi Ifni y dejando en el campo policías indígenas sin orden de resistir a ningún ataque.

El Gobierno español no quería chocar abiertamente con Marruecos ni con el Istiqlal a causa de los importantes intereses en la zona norte en el momento del abandono<!--[if !supportFootnotes]-->[16]<!--[endif]-->. Pero ya en enero había tenido lugar un primer incidente en Sidi Inno, frontera sur, donde tres nativos fueron muertos por la policía al apoderarse de la mezquita e intentar izar la bandera marroquí. En abril fue asesinado en Ug-gug un cabo del Grupo de Policía y durante las fiestas conmemorativas del desembarco del año 34 se producen cuatro heridos de la policía y dos de Tiradores, con dos muertos civiles y varios heridos más. El 28 de junio son atacados y muertos un cabo y un policía del puesto de Fum Tintan, mientras que personal nativo armado detiene y registra varios vehículos alegando órdenes del gobernador de Agadir; el 2 de julio otra partida detiene dos camiones del Grupo de Tiradores, solventándose la situación por las gestiones políticas de sus mandos<!--[if !supportFootnotes]-->[17]<!--[endif]-->.

Las reacciones en el Sahara son de diferentes características. En Villacisneros, uno de los comerciantes procedentes de Ifni, Feidul Derham, bien conocido más tarde por su tortuosa política con respecto a España y a los saharauis, se manifiesta con otros varios pidiendo celebrar la independencia bajo el lema de que Marruecos se extiende hasta San Luis del Senegal. Otros intentos propagandistas se llevan a cabo en Auserd, hasta donde llega un comerciante de Ifni, Ali Boaida, que luego será gobernador de Tarfaya, con camiones que enarbolan banderas marroquíes.

El fermento favorable a Marruecos se remonta a 1955, cuando fueron enviados a Villacisneros 36 activistas marroquíes que se habían refugiado en Ifni huyendo de la represión de Francia. La política española contraria a Ben Arafa y a la acción francesa permitió esta situación, de la que los activistas obtuvieron un buen partido, propalando una semilla favorable al Istiqlal.

Para el 28 de abril de 1956 estaba prevista una concentración en Auserd con motivo de la supuesta independencia, y en el mes de junio centenares de nómadas se reunieron en Tantan, en la frontera del Dra, con objeto de facilitar la entrada desde Egleimin de elementos del Istiqlal y del ejército de liberación. Pero, en general, la influencia de la independencia marroquí en el Sahara fue escasa, con la salvedad de los nómadas de la zona del Dra, geográficamente próximos a Marruecos. En el resto del territorio, y sobre todo en la Saguia el Hamra, la repercusión fue prácticamente nula.

Las medidas militares de seguridad tomadas fueron bastante escasas. A Villacisneros se envió una secci6n de la compañía del Canarias 50 y la corbeta Atrevida y, más tarde, la 1.ª Cía. Paracaidista, que permaneció allí hasta finales de junio. Se repleg6 una secci6n del III Tabor de Tiradores desde Smara a El Aaiun y se envi6 una compañía de Infantería de Marina a La Güera. A primeros de julio se form6 una Bandera de la Legión (más tarde se constituirá como XIII Bandera) a base de tres compañías de fusiles y una de ametralladoras procedentes de los cuatro Tercios de la Legión en el norte de Marruecos, llegando a Aaiun el 3 de julio con unos efectivos de 630 hombres y tomando parte con posterioridad en los encuentros en el Sahara. Pero en cambio regresaron a Canarias la compañía del Regimiento 50, la de Fuerteventura y Lanzarote y la del Tenerife 49. También fue la compañía paracaidista que se incorporó a la I Bandera, la cual quedaría localizada en Sidi Ifni desde julio.

No se puede decir que la independencia de Marruecos, que coincidió con una desacertada imposición tributaria, supusiera excesivas medidas del Gobierno español ante lo que se vislumbra como una fuente de complicaciones. Pero la inoperancia llegaría a ser máxima en el resto del año 1956 y también durante el siguiente.

Con frecuencia se ha mantenido la idea de que los ataques que tuvieron lugar en el Sahara e Ifni a finales de 1957 eran productos de una sorpresa, como si las bandas del Ejército de Liberación hubieran surgido de las arenas del desierto.

Nada más contrario a la realidad; desde mediados de 1956 y a lo largo de 1957 estas bandas se pasean por el Sahara impunemente, al tiempo que amenazan las fronteras de Ifni; primero en pequeños núcleos –con la excusa de atacar los poblados franceses de Mauritania – ; con mayores formaciones luego.

Los primeros contactos con las autoridades españolas de Ifni son del mes de julio de 1956, presentándose entonces allí el que se decía comandante en jefe de este ejército, Mohamed ben Hammuch, luego llamado Ben Hammu, antiguo suboficial del Ejército francés, que por sus actividades anticolonialistas se había refugiado en el Marruecos español. Su pretensión en la entrevista con el delegado gubernativo, Alvarez Chas, en la que mostró su simpatía hacia España y sus deseos de colaborar con el Gobierno en recuperar a las gentes soliviantadas a raíz del movimiento nacionalista del mes de abril era pasar con un grupo numeroso de elementos la frontera española del Sahara, con la finalidad, en su día, de atacar los puestos franceses de Mauritania<!--[if !supportFootnotes]-->[18]<!--[endif]-->. Aunque el Gobierno del AOE intenta disuadirles de tal empresa, no consigue nada, y para no llegar a un enfrentamiento con unos elementos que pueden agravar la situaci6n política de Ifni, se envía al secretario general a Madrid para entrevistarse con el director general, Díaz de Villegas, quien dispone que se dé largas al asunto, sin afirmar ni negar nada, ganando tiempo con ello durante los meses de julio, agosto y septiembre<!--[if !supportFootnotes]-->[19]<!--[endif]-->.

Mientras tanto empieza a recogerse abundante información sobre el proceso de evolución de las bandas y sus mandos; además de los grandes núcleos que se extienden por el sur de Marruecos, se conoce la existencia de un batallón en Tafnidilt y otro en Aaiun del Dra, justamente frente a la frontera. En septiembre llegan a Tantan varios elementos para hacer propaganda de adhesión, consiguiendo 40 voluntarios de la tribu de Yagut para la expedición a Mauritania, y en Villacisneros ocurre algo parecido, izándose banderas marroquíes; en la zona del Dra las gentes de Yagut e Izarguien se concentran para entregar camellos, cabras, armamento y dos millones de francos a los mandos del EL.

Mientras tanto, el gobernador, ante la tenaz insistencia de Ben Hammu, envía reiterados telegramas a la Dirección General, apremiando para que se gestione ante el Gobierno marroquí la prohibición al EL de sus propósitos agresivos, contestando aquel organismo el fracaso de la acción diplomática por la impotencia del propio Marruecos ante las bandas. Lo que no señala la Dirección General es que Marruecos es el primer interesado en la actividad de éstas. El 3 de octubre, Ben Hammu anuncia a las autoridades de Ifni que sobre el 10 o el 11 penetraría en el Sahara por la frontera del Dra hacia Mauritania una partida de 50 hombres con propósito de propaganda y organización más que de agresión inmediata. Sin haber recibido consigna alguna, el Gobierno del AOE, quien en septiembre ha comunicado al jefe del Estado Mayor Central (EMC) el forcejeo con los cabecillas y la imposibilidad de seguir ganando tiempo, no pone obstáculos a su paso, aunque condiciona tal pasividad a que marchen en pequeños grupos, con atuendos saharauis y sin estacionarse<!--[if !supportFootnotes]-->[20]<!--[endif]-->.

A finales de octubre, las partidas se mueven hacia el sur, con orden de respetar la autoridad española; a mediados de noviembre se encuentran ya reunidas en la sebja de Tennuaca, con la excusa de la sequía y de la plaga de langosta, a sólo doscientos kilómetros de sus previstos objetivos en los primeros poblados de Mauritania, que atacarán al inicio del siguiente año.

Los elementos del Ejército de Liberación que se habían infiltrado en el Sahara con la permisividad española tenían como plan previsto atacar en un día señalado todos los puestos franceses desde Tinduf, en Argelia, hasta Akjoujt, en Mauritania, contando con el apoyo de las guarniciones indígenas. Fracasado este primer efecto de sorpresa, la guerra va a derivar hacia un enfrentamiento casual o de persecución, revolviéndose al final del año contra el enemigo colonial más débil, que era España.

A primeros de 1957 el grupo de unos 200 hombres que se dirigía hacia el sur se encontraba en el campamento de Leglat Derramán, cercano a Auserd; pero otros grupos se seguían infiltrando por la frontera norte, produciéndose el descontrol de las partidas que ya se encontraban en el territorio. Aunque las autoridades francesas estaban en contacto con el Gobierno del Sahara y se les había facilitado información sobre la evolución de los acontecimientos, no estaban muy alerta; el 8 de enero tuvo lugar el primer enfrentamiento armado en los pozos Chaiman, a unos 65 kms. al norte de Atar. Una fuerza de meharistas y tiradores franceses e indígenas que descansaba junto al pozo fue atacada por unos 200 miembros de las bandas, consiguiendo los primeros romper el cerco y dar la alarma en Atar. El grupo fue perseguido por la aviación y casi destruido, refugiándose en el Sahara español, donde el delegado gubernativo, Alvarez Chas, se hizo cargo de 145 individuos, que entregaron sus armas, siendo llevados los heridos al hospital de Villacisneros<!--[if !supportFootnotes]-->[21]<!--[endif]-->. Su moral era muy baja, pues habían comprobado que operaron contra ellos soldados senegaleses y musulmanes de tribus mauritanas, así como el engaño de los políticos, tal como Horma uld Babana, que les habían asegurado estar el terreno abonado para una sublevación general.

El Gobierno del AOE aprovechó este momento para imponerse; da la orden de hacer desaparecer a los grupos de EL, retirándoles el armamento, trasladándoles custodiados a la frontera del Dra y expulsándoles por tandas de doce, devolviéndoles entonces sus armas<!--[if !supportFootnotes]-->[22]<!--[endif]-->.

La actuación política francesa fue más coherente que la española. El 14 de enero, inmediatamente después de los combates, llegaron a Sidi Ifni para entrevistarse con el gobernador el ministro plenipotenciario, Chambard, el representante del alto comisario en el AOF, Cusin, y un coronel del EM del general Bourgund, comandante en jefe de las fuerzas francesas. Protestaron contra la permisividad española ante las bandas, que habían utilizado Río de Oro como base de partida contra Mauritania; consideraban que la situación era grave y solicitaron coordinar las operaciones de vigilancia a ambos lados de la frontera. Pero la reacción española fue negativa ante una amplia y franca cooperación contraria a las ideas de Madrid; quedó, sin embargo, insinuado, a nivel militar, que España cerraría los ojos si elementos armados franceses atravesasen las fronteras de Río de Oro en una operación de persecución<!--[if !supportFootnotes]-->[23]<!--[endif]-->.

En los planes franceses no entraba, en absoluto, la tesis del Gran Marruecos o del Gran Maghreb, por un sentimiento mayoritario de la autonomía mauritana, que no quería la integración en el Imperio Cherifiano, y que se reforzó a medida que se fueron poniendo en marcha las estructuras del nuevo Estado en el camino de la independencia otorgada (1960), nacidas de la ley Defferre de 1956, a pesar de la deserción de algunos mauritanos. En segundo lugar, porque los proyectos de Miferma, minas de hierro de Mauritania, interesaban a un grupo capitalista internacional importante (Paribas, Rothschild); la puesta en marcha del yacimiento de Zueratt (Fort Gouraud), la construcción de un largo ferrocarril hasta la costa y del cargadero de mineral, eran obras delicadas y costosas que no soportarían una incertidumbre política y militar.

Aunque los franceses intervienen en el Sahara con su aviación, el Gobierno español no toma medida alguna para la seguridad de los territorios. Los aviones franceses bombardean a finales de febrero la zona de Tifariti y, en Guelta, campamentos de las bandas en el Uad Tamlalet y el Lazaraziat. El 25 de febrero tiene lugar en Port Etienne una entrevista entre el general Bourgund y un comandante del EM del Gobierno del AOE; fundamentalmente se autoriza al mando francés a empeñar sus medios en caso de combate fronterizo hasta un límite de 30 kilómetros en el interior del Sahara<!--[if !supportFootnotes]-->[24]<!--[endif]-->.

A nivel político, las instrucciones de Madrid producen un total desconcierto. El jefe del EMC de orden del ministro comunica al gobernador que en el plano político siga las instrucciones de Presidencia, al tiempo que debe mantener una actitud militar de estricta neutralidad, evitando violaciones de la frontera, desarmando e internando a los contraventores de uno y otro bando<!--[if !supportFootnotes]-->[25]<!--[endif]-->.

Las órdenes de Presidencia están contenidas en la carta de Carrero Blanco al gobernador el 21 de marzo<!--[if !supportFootnotes]-->[26]<!--[endif]-->. En primer lugar, para Carrero el Ejército de Liberación es un instrumento de la URSS con el que persigue crear dificultades a los occidentales en Africa. Rabat no le controla, pero lo ve con simpatía y espera de él la ampliación de sus territorios. Si nosotros nos oponemos al paso de estas tropas llegando a choques armados, se nos crea una situación difícil con Marruecos e incluso con nuestros indígenas, que ven en el Ejército de Liberación a hermanos de raza que les ofrecen la libertad. Si hacemos la vista gorda y dejamos penetrar a las partidas, la situación difícil se nos crea con Francia. Si los franceses perdieran Mauritania, continúa Carrero, nosotros no podríamos conservar el Sahara, que es tan territorio español como la provincia de Cuenca.

Carrero, para salvaguardar los intereses de España en Marruecos, preconiza la conservación de nuestro Sahara por medios pacíficos, sin que se produzcan dificultades en nuestras relaciones con Rabat. Debe llevarse a cabo una actividad política de desprestigio del Ejército de Liberación ante nuestros indígenas y una acción militar evitando los tiros. Políticamente atrayendo con dádivas y halagos a los hombres influyentes, haciendo saber que Al-lal el Fassi y su Ejército de Liberación son unos malos musulmanes que sirven a Rusia, enemiga de Dios, y que son traidores al sultán (sic).

En aras de un entendimiento con Marruecos, se está asumiendo el riesgo de un cambio de actitud de las bandas armadas, no se envían refuerzos y ni siquiera se estudia la hipótesis más peligrosa de un ataque en cualquier momento a destacamentos o patrullas españolas.

Mientras tanto, en Ifni la situación se va deteriorando y en mayo y junio los cortes del tendido telefónico son casi continuos. Los sentimientos pro-marroquíes de la población se ven incrementados por la imposición de las autoridades fronterizas de Marruecos y la actuaci6n de las oficinas del Istiqlal que había en casi todos los poblados, quedando las oficinas del Gobierno aisladas; quisieron obligar a que las matrículas de los coches llevaran los símbolos de Marruecos, se negaban al control fronterizo, imponían tributos en los zocos y cobraban multas.

Cuando la población, a causa de sus extralimitaciones, se volvió hacia la Administración española, provocaron una campaña de terrorismo. A primeros de mayo fueron asesinados varios indígenas del Grupo de Policía, un alférez y un sargento. El 12 de junio, un capitán indígena del Grupo de Tiradores. El Gobierno decidió enviar a Fuerteventura, como detenidos, a ocho de los principales responsables de la agitación política, lo que supuso el cierre de los comercios musulmanes y una gran tensión en el ambiente.

Mientras tanto, en el Sahara se localizan partidas en Hasi Amsid, destacadas de un importante grupo situado en Raudat el Hach, ambos puntos al noroeste de Smara; a mediados de abril se sabe que son unos 400 hombres bien armados, que consiguen adhesiones entre las gentes de Erguibat y que mantienen una actitud desconfiada hacia la presencia española<!--[if !supportFootnotes]-->[27]<!--[endif]-->. Las bandas armadas campan por sus respetos en el Sahara; un camión con víveres destinado a ellas pasa por Tantan hacia Tizguiremtz con un caíd y varios individuos armados, y hacia finales de abril otro caíd llega a Aaiun procedente de Marruecos para dirigirse a Tafudart, a unos 50 kil6metros sobre la Saguia. Sus intenciones son trasladarse más al sur, pero la impresi6n que da es que se están creando bases de aprovisionamiento<!--[if !supportFootnotes]-->[28]<!--[endif]-->.

Mientras tanto, los franceses ya han mantenido nuevos enfrentamientos: el 14 de febrero en Ergueiua, zona española al oeste de Tifariti, han sufrido 20 muertos y un prisionero al atacar una fuerte posición de las bandas, que luego se dispersan refugiándose algunos en Smara. En marzo realizan una profunda incursi6n hasta el Uein Terguet, cerca de Smara y, el 16, fuerzas francesas de Marruecos atacan el poblado de Icht, al norte del Dra; aunque se evitan las actuaciones de fuerzas todavía estacionadas en el reino marroquí, por razones obvias, el general Cogny, jefe de las mismas, se mantiene en íntimo contacto con Bourgund, jefe de las fuerzas en Mauritania.

La situación está plenamente asumida por el mando francés. Bourgund escribe al gobernador que la amenaza política y militar sobre ambos territorios puede llegar a ser más peligrosa cada vez. Je suis disposé – añade – et j’ai d’ai- lleurs requ pouvoir de mon Gouvernement á apporter àvos troupes tout le soutien que vous estimeriez utile dans le cas ou l’un de vos postes de la frontière ou une de vos patrouilles serait directement menacée. Bourgund añade que la posición marroquí está evolucionando en un sentido de moderación, a causa de su deseo de tratar con cuidado a Francia y España, por tener necesidad de ayuda económica. Espera obtener de Francia también concesiones de principio durante los trabajos de la comisión franco- marroquí de delimitación de fronteras en Argelia. Cogido entre la impaciencia de los extremistas del Istiqlal y la necesidad de una ayuda económica y de una satisfacción en los límites, el sultán contaría con ganar cuatro o cinco meses; después de este plazo se reemprendería la acción directa contra el Sahara<!--[if !supportFootnotes]-->[29]<!--[endif]-->.

Pero en este compás de espera no deja de haber acontecimientos alarmantes. El general Pardo de Santayana cesa por edad el 23 de mayo, pero recibe orden de esperar hasta unos días antes de la llegada del nuevo gobernador, general Gómez-Zamalloa, prevista para el 23 de junio. La culminación de la campaña terrorista en Sidi Ifni supone también el corte de todas las líneas telefónicas y el interior queda aislado; en el territorio penetran unos 80 individuos de EL y desde el Dra se detecta un importante movimiento de fuerzas hacia el Sahara en dirección a Smara. Una compañía de la XIII Bandera sale hacia ese poblado, mientras el EMC anuncia el envío de la IV Bandera, que parte de Ceuta el 17 de junio con destino a Villacisneros, aunque no está completa. Se alerta a todos los puestos y se pide a Canarias aviación de bombardeo, aunque posteriormente la tensi6n va disminuyendo.

Cuando el general Zamalloa se hace cargo del Gobierno envía un resumen de la situación a las distintas autoridades de la Penfnsula y Canarias<!--[if !supportFootnotes]-->[30]<!--[endif]-->. En Ifni la situación era tensa, con cierre de comercios y barrimiento de las pistas, pero no se preveía que el EL entrara en masa arrastrando a la población nativa. Pero en el Sahara la situación era más grave en el fondo, contando dentro del territorio con 800 ó 1.000 hombres de las bandas, armados, organizados y bien dirigidos, cuyos propósitos no son ya aprovechar nuestra zona como base para atacar Mauritania. Ahora están establecidos en el interior y en puntos estratégicos, y sus efectivos aumentan con nuevas filiaciones, que son favorecidas por la indigencia de los nómadas.

El Ejército de Liberación posee un núcleo muy potente de unos 4.000 hombres en Marruecos, al norte del Dra, con posibilidades de atacar Ifni o reforzar el Sahara; en este territorio se disgrega en grupos de diferente entidad, en total unos 16, situados en puntos estratégicos: Tafudart, Raudat el Hach, Guelta, Tennuaca, etcétera, imposibles de batir sucesivamente con los efectivos de que se dispone:

III Tabor del Grupo de Tiradores de Ifni... 400
XIII Bandera de la Legi6n ........................ 700
IV Bandera de la Legión........................... 660

Además de las unidades de Policía, no aptas para este empleo.
La evaluación sucesiva de sus efectivos dio a conocer que su armamento principal eran antiguos fusiles franceses Lebel de 8 mm, que en tiempos del protectorado tenía Francia para armar a sus harkas amigas. Además, unos 600 subfusiles de fabricación española del Parque de Artillería de Granada, de donde pasaron al de Ceuta y que, posteriormente, fueron entregados a las FAR marroquíes y luego a las bandas. Tenían dificultades de municionamiento, pese a que les habían llegado 60.000 cartuchos de 8 mm. desde Agadir; disponían también de armas sustraídas a las bases de EE UU, de algunas ametralladoras y morteros de 81 mm y seis blindados con media cadena y ametralladora<!--[if !supportFootnotes]-->[31]<!--[endif]-->. Unos 50 camiones GMC, 100 jeeps y numerosos vehículos procedentes de requisas. Disponían de grandes cantidades de víveres compuestos de ganado requisado y leche en polvo de procedencia americana<!--[if !supportFootnotes]-->[32]<!--[endif]-->. Los mandos superiores eran marroquíes y había algunos desertores de la Legión francesa que servían como instructores y técnicos. Los sueldos previstos eran aceptables, pero rara vez se hacían efectivos.

Las primeras medidas de Zamalloa son retirar los elementos europeos de varios pequeños puestos; a finales de agosto sólo queda un oficial con 12 europeos y varios nativos en Smara, Tantan y Auserd, y en Meseied, Amotte, Tifariti, Guelta, Bir Nazarán, etcétera, sólo un sargento y diez policías nativos. El abandono tiene una repercusión muy negativa entre la población del Sahara, que, en parte, se integra en el Ejército de Liberación.

Considerando muy necesaria la colaboración francesa, Zamalloa invita a Bourgund a Villacisneros el 12 de julio. Pero todo lo hablado no pasa de ser un cambio de impresiones y puntos de vista, quedando fijado el enlace radio, el derecho de persecución y varios otros detalles. Los franceses querrían un protocolo o tratado buscando la colaboración total<!--[if !supportFootnotes]-->[33]<!--[endif]-->. Por parte española no son los jefes militares quienes la frenan, conscientes de su falta de medios.

Pero el Gobierno se debate en un mar de dudas. Por un lado, no quiere airear el problema de Africa porque supondría sacar unidades d la Península, al mismo tiempo que siente prevención hacia una colaboración con la República Francesa, que había auxiliado a la II República; por otro, en el terreno práctico, desea aprovechar las peticiones de intervención militar para conseguir que el ferrocarril del hierro de Zueratt pase por el territorio, pagando derecho de aduana. Los franceses consideran el puerto de Villacisneros, posible punto de salida, como de poco calado, al tiempo que el Gobierno d Guy Mollet y Defferre (Ultramar) se oponen a un concesión política de esa envergadura a la España de Franco.

La Junta de Defensa Nacional, que se reúne el 27 de julio, estudia el problema creado en Africa y elabora el denominado oficiosamente plan Madrid, que comprendía una serie de fases sucesivas, quedando excluidas las últimas si se conseguía el éxito con las primeras; éstas eran: a) una presión diplomática ante el Gobierno de Rabat; b) un ultimátum para hacer abandonar el territorio a las partidas conocidas; c) una acción militar violenta a cargo de la aviación principalmente; d) un despliegue adecuado aéreo y terrestre para la vigilancia de los límites fronterizos: en ningún caso se consideraban operaciones combinadas con las fuerzas francesas<!--[if !supportFootnotes]-->[34]<!--[endif]-->. Pero el plan Madrid no alcanzaría efectividad ni realización alguna.

Durante el mes de agosto vuelven a producir- se incidentes graves en Ifni; las patrullas de Transmisiones que reparan las líneas son tiroteadas desde Marruecos, lo mismo que una patrulla de paracaidistas. El Ejército de Liberación ocupa los puestos fronterizos, habiéndose retirado los mehaznis marroquíes; en las cábilas limítrofes hay abundantes armas para los nativos de Ifni. El propósito de anexionar el enclave a Marruecos aparece patente, quedando muy lejana la ideología del Ejército de Liberación.

En el Sahara las bandas armadas empiezan a dar signos de actividad antiespañola. Se comprueba un importante tráfico de vehículos con víveres, pasajeros y armas desde la zona del Dra hacia Tafudart y Smara; los grupos que se hallaban en el sur se han reunido en el norte y el objetivo de Mauritania queda abandonado. A mediados de septiembre varios policías indígenas son detenidos y maltratados. Se registran y cierran algunos locales del Istiqlal en Aaiun y Villacisneros y se practican varias detenciones; a primeros de octubre un convoy al mando de un oficial que suministraba víveres es interceptado por un grupo armado y a duras penas consigue terminar su misión.

Del 20 al 24 de septiembre se ha reunido en Dakar una conferencia de estados mayores, con
españoles y franceses. Se estudian los aspectos técnicos de una intervención combinada y se sientan las bases de lo que luego serán las operaciones Teide y Ecouvillon (primero denominada Ouragan), pero la delegación española expone que no tiene atribuciones para tomar una decisión en lo que respecta a la intervención francesa, ardientemente deseada por los militares españoles, decisión reservada (y continuamente aplazada) a la cúpula del poder.

En el mes de octubre se toman medidas muy concretas y firmes respecto al plan de defensa de las ciudades, Villa Bens, Aaiun, Villacisneros Aargub y Güera. No se consideraba la defensa de Smara, Tantan y Auserd, cuyos escasos efectivos (unos 50 hombres) no lo permitían.

El 25 de octubre un avión de reconocimiento es atacado sobre Tafudart con fuego de fusilería, alcanzándole dos impactos; el 26 otro avión observa unos 600 ó 1.000 individuos que abren fuego sobre el aparato, así como gran número de cajas de munición y bidones de gasolina. El mismo día el gobernador es autorizado por el EMC para efectuar un bombardeo sobre Tafudart con nueve aviones B 21 Heinkel, que descargan 140 bombas con 7.000 kilos, lo que supone la declaración de guerra al Ejército de liberación. Se detiene en Aaiun a varios activistas que llevaban armas, así como en Villa Bens, y se cierran los almacenes de la compañía Derham-Boaida, ya citada, y que había suministrado a las bandas.

El día 30 los franceses transmiten un informe muy confidencial (su 2.ª sección en Marruecos) según el cual el 22 se habían reunido en Rabat los jefes del Ejército de Liberación del Dra con el príncipe Muley Hassan, habiendo decidido la preparación de una próxima campaña a las órdenes de Ben Hammu<!--[if !supportFootnotes]-->[35]<!--[endif]-->. El 1 de noviembre el subgobernador en Aaiun comunica a Sidi Ifni que se ha presentado un avión francés con el coronel Cuffaut comunicando de parte del general Bourgund que en Fort Trinquet (Bir Um Grein) se encuentran 12 aviones T 6 a disposición de los pilotos españoles para hacerse cargo de ellos con urgencia; pero este ofrecimiento no puede ser todavía aceptado por el Gobierno del AOE mientras de Madrid no se dé luz verde a una plena cooperación.

A primeros de noviembre el EMC da la orden de abandonar Smara, Tantan y Auserd por parte de las fuerzas europeas, quedando sólo una guarnición de un sargento y veinte policías indígenas en cada uno, abandonados a su suerte, con sus viejas armas y dos cajas de munición. La repercusión entre toda la población nómada es desastrosa y los que no se han adherido a las bandas de liberación buscan refugio entre los franceses de Mauritania.

El día 2 la aviación francesa bombardea al grupo de Raudat el Hach con 7 aparatos y el día 8 es atacado el jeep militar del correo que enlazaba Villa Bens y Aaiun por un grupo de un 20 hombres con armas automáticas, perdiéndose la correspondencia.

Por fin, después de grandes dilaciones, se decide en Madrid el envío de los imprescindibles refuerzos, tantas veces solicitados por el Gobierno del AOE. La II Bandera de la Legión sale de Melilla hacia Villa Bens por vía aérea entre 5 y el 8 y la VI embarca en Ceuta en el Canarias y Méndez Núñez hacia Las Palmas para ir luego por aire hasta Aaiun. También desde Melilla sale hacia Villacisneros el Batallón disciplinario de Cabrerizas, una compañía de Transmisiones motorizada, dos equipos quirúrgicos, dos secciones mixtas de camiones Ford K, una de jeep y una compañía de Zapadores; hacia mediado de noviembre las fuerzas en el Sahara alcanza unos 4.650 hombres y unos 600 nativos<!--[if !supportFootnotes]-->[36]<!--[endif]-->.

El jefe del EMC, que ha visitado el territorio dicta la instrucción EMC 357-14<!--[if !supportFootnotes]-->[37]<!--[endif]-->, con carácter de estudio previo, en la que se decide limpiar el Sahara de los grupos armados comenzando por una serie de bombardeos y continuando después con dos acciones convergentes sobre la Saguia, una española procedente de Aaiun y otra francesa en la dirección Fort Trinquet-Smara. Esta es la base de los planes que se desarrollarán en febrero.

Cuando todo hacía prever un ataque cada vez más importante en el Sahara, donde el 21 de noviembre se había bombardeado a los grupos d Raudat el Hach, el 22 se reciben informes de alto crédito, además de una confidencia del policía 3.651 al capitán Rosaleny, según los cuales el Ejército de Liberación atacaría Sidi Ifni en masa a las 6.30 del día 23, siendo sus objetivo los polvorines y depósitos de armamento, así como el asesinato de los oficiales en sus domicilios. A las 5.30 se produjeron los primeros disparos al descubrir los centinelas algunas sombras que intentaban infiltrarse. A las 7 se registró otro ataque. Ambos fracasaron y la población nativa permaneció pasiva.

Si la guarnición de Sidi Ifni era importante, en el campo la situación resultaba muy distinta; lo enlaces telefónicos estaban cortados y todo los puestos fueron atacados. En algunos la guarnición tenia cierta entidad (Tiugsá, 17 hombres; Tenin de Amel-lu, 84; Telata de Isbuia 167; Tiliuin, 63), pero en otros las débiles guarniciones están acosadas por fuerzas muy superiores (Tamucha, 49; Bifurna, 6; Hameiduch, 12 Tabelcut, 12; Mesti, 22; en Sidi Borya, Sidi Uarsig y Ug-gug, sólo 3 policías). Se pierden entre los días 24 y 25 Tamucha, Tabelcut, Hameiduc y Bifurna y desaparecen los policías destacados. Pese a la resistencia realizada, con múltiples casos de heroísmo personal, la situación es un desastre comparable en otra escala al de Annual de 1921.

No se puede acudir en socorro de todos lo puestos porque no se cuenta con una fuerza de maniobra suficiente y no puede dejarse desguarnecido Sidi Ifni; el objetivo de cubrir todo el territorio para evitar la implantación marroquí ha conducido a estos resultados. Indudablemente, Marruecos ha intentado un efecto de sorpresa para conseguir hechos consumados y la anexión. El 27 de noviembre el EMC decide el envío de refuerzos de Canarias y los batallones Soria 9, Pavía 19, Cádiz 41 y la I Bandera Paracaidista, así como la VI Bandera de la Legión desde el Sahara. A primeros de diciembre, al tener conocimiento de importantes movimientos de las FAR marroquíes hacia el sur, se envían dos cruceros y cuatro destructores de la flota ante Agadir, lo que causa el pánico en la población y un apresurado despliegue de fuerzas marroquíes. En Ifni se auxilia a varias guarniciones, pero el territorio permanece ya bajo el control de Marruecos, excepto en un radio variable alrededor de Sidi Ifni.

En el Sahara la noche del 25 es atacada la playa de Aaiun por una partida importante, siendo rechazado el ataque por la XIII Bandera y el III Tabor, sufriendo 10 bajas. El 30 se ametrallan
unas 30 jaimas en la zona de Hagunía y varios vehículos sospechosos; el mismo día la Legión rechaza un ataque contra el convoy de abastecimiento procedente de la playa, causando siete muertos y sufriendo 10 bajas, entre ellas un capitán. Por las mismas fechas es asaltado el faro de Cabo Bojador, con la colaboración de los policías de guardia, que se llevan como rehenes a dos soldados de Transmisiones, tres técnicos civiles del faro y dos mujeres; sólo serán devueltos por el rey de Marruecos en mayo de 1959, junto con 30 militares, una mujer y dos niños hechos prisioneros en Ifni, en una turbia actuación del trono alauita.

Hacia mediados de diciembre el ejército de Liberación ocupó todos los poblados del Sahara y se concentró 30 km. al sur de Aaiun y en las dunas que unen la ciudad con su playa de abastecimiento. Pero los núcleos principales se hallaban en los difíciles terrenos de la Saguia el Hamra, Tafudart, Tuifidiret, Ain Najla, Sidahamed Larosi y Raudat el Hach, al norte de Smara.

A finales de noviembre se enviaron nuevos refuerzos; el batallón Extremadura 15 a Aaiun y el Castilla 16 a Villacisneros. El 21 de diciembre Aaiun fue atacado en todas direcciones, lo mismo que el 22 y el 23, así como la playa, pero las bandas obtuvieron pocos éxitos y sólo causaron cinco bajas de la IV y XIII Banderas. Para aliviar la presión, el día 22 se realizó un reconocimiento en fuerza hasta Meseied, sobre la carretera de Smara, causando 20 bajas a los grupos y cogiéndoles víveres, armamento y munición.
En su mensaje de final de año, Franco disculpa al rey de Marruecos y al pueblo marroquí de las agresiones sufridas, cargando la responsabilidad sobre los partidos extremistas fomentados desde el extranjero. En la tesis oficial del Gobierno, es el comunismo internacional quien promueve los movimientos de liberación en el norte de Africa; en el mismo sentido se expresa el ministro Barroso ante las Cortes. Pero resulta difícil de explicar (y no se hace ninguna alusión) al despliegue de la flota ante Agadir y a la actuación de Marruecos en Ifni<!--[if !supportFootnotes]-->[38]<!--[endif]-->.

Ya en 1958, el 11 de enero hay un nuevo tiroteo sobre Aaiun y se ordena un reconocimiento en fuerza sobre la Saguia con una columna compuesta de la XIII Bandera, la 1.ª Cía/IV, policía, automóviles y transmisiones. A la altura de Edchera, a unos 22 km. de Aaiun, se recibe intenso fuego desde la Saguia, descendiendo la 2.ª/XIII al cauce para eliminar la resistencia, pero ésta es muy fuerte y el numeroso enemigo intenta desbordar a la compañía por el flanco izquierdo, por lo que se envía a la 3.ª XIII para cubrirlo aumentando mucho el frente. El terreno de la Saguia es muy apto para los expertos tiradores indígenas y las fuerzas sufren 42 muertos y 55 heridos, desapareciendo el enemigo por el cauce del río<!--[if !supportFootnotes]-->[39]<!--[endif]-->.

La operación tiene amplia resonancia en el Sahara y en Canarias, pero es la última en que los grupos armados mantienen la iniciativa. El 10 de enero se separan los territorios de Ifni y Sahara, decretando su conversión en provincias, al tiempo que se nombran para ambos dos gobernadores distintos, para el Sahara el general Héctor Vázquez, y para Ifni, Gómez-Zamalloa. Al propio tiempo, la colaboración hispano- francesa, tantas veces solicitada por nuestros vecinos y aplazada por el Gobierno español, se pone en marcha decididamente. Ha tenido que transcurrir un año, desde el comienzo de los primeros encuentros, para que el Gobierno se resolviera a una actuación enérgica en el AOE.

El 30 de diciembre de 1957 se celebró en París un Consejo de Ministros en el que se decidió recabar de España la aprobación para un plan de operaciones combinadas en el Sahara. Lo presidió Gaillard, siendo partidarios de la intervención Chaban Delmas (Defensa) y Ely (jefe del EM); Pineau (Exteriores) temía enturbiar las relaciones con Marruecos y Jacquet (Ultramar) tenía sus dudas. La colaboraci6n con el régimen de Franco suscitaba muchas reticencias y la operaci6n debería ser forzosamente secreta. El embajador en Madrid, Guy de la Tourneile, así como otros enviados militares, negociaron con Castiella y con el Ministerio del Ejército para que convenciesen a Franco. El 6 de enero, la intervención española estaba decidida. Por parte española se sabía que con los medios disponibles era casi imposible expulsar a las bandas del Sahara; sin embargo, Francia tenía fuerzas suficientes y el máximo interés en la seguridad de Mauritania y de las instalaciones de las minas de hierro de Zueratt. París enfocó la operaci6n, en carta de Jacquet al alto comisario, Cusin, como una simple operación policial contra bandas que han robado a los mauritanos.
Ya durante el ataque a Ifni, Zamalloa había solicitado de Bourgund la intervención de sus aviones, recibiendo esta contestación: No estoy autorizado por París a intervención aérea en su provecho más que al sur del paralelo 27’40’. He sometido a París su petición<!--[if !supportFootnotes]-->[40]<!--[endif]-->.

El 14 de enero se reúnen en Las Palmas los franceses, con Bourgund al frente, y los mandos españoles. Se traza el esquema general de las operaciones Teide y Ecouvillon, con objeto de eliminar a las bandas armadas. En una primera fase, los españoles partirían con dos agrupaciones tácticas de Villa Bens y Aaiun, para converger sobre la Saguia, mientras que los franceses progresarían desde Fort Trinquet con dos agrupaciones y desde Tinduf con una en dirección a Smara, siendo el límite de las zonas de acción el meridiano 12º, donde establecerían su enlace ambas naciones. En una segunda fase a realizar en la región sur, las fuerzas españolas intervendrían con dos agrupaciones, una desde Aaiun y otra desde Villacisneros, para atacar a los grupos en Bir Nazarán y Tennuaca, mientras que los franceses intervendrían desde Guelta y con una nueva agrupación desde Port Etienne, Zug y Fort Gouraud. La operación tendría una duración máxima de quince días, y el día D, la fecha de comienzo, se fijaba para primeros de febrero.

España todavía tenía que realizar una importante acumulación de medios, unidades, gasolina, municiones, agua y sus recipientes, etcétera. Se envían la IX Bandera de la Legión, el batallón Guadalajara 20, el San Fernando 11, los grupos de Caballería Pavía 4 y Santiago 1, un grupo de Artillería del Regimiento 19 y AAA del 71, Zapadores, Transmisiones, una agrupación de Sanidad, un grupo de Intendencia, Infantería de Marina y el escuadrón paracaidista del Ejército del Aire, que habría de saltar sobre Smara. Cuando van a comenzar las operaciones, los efectivos españoles oscilan entre 10.300 y 10.500 hombres<!--[if !supportFootnotes]-->[41]<!--[endif]-->.

El inicio de las mismas estaba previsto para el día 6 de febrero, pero por las malas condiciones meteorológicas se retrasa hasta el día 10; el día 8 tiene lugar el ataque francés sobre Sakiet Sidi Yusef, en Túnez, durante su lucha contra el FLN argelino. El incidente es muy grave y Francia está a punto de retirarse de la operación, pero prevalece la fuerza de las decisiones ya tomadas. Por fin, a las 7.30 del día D (J1 para los franceses) parte de Aaiun la Agrupación A (al mando del coronel Mulero), compuesta de la IV y XII Banderas, motorizadas, el grupo de Caballería Santiago 1 y una sección de morteros del Extremadura 15, constituyendo una fuerte vanguardia; como grueso, la IX Bandera, una batería del 19 y secciones de Transmisiones, Zapadores, Intendencia y Sanidad, motorizadas. La Agrupación B (al mando del coronel Campos) había partido de Villa Bens y se encontraba en Daora desde el día 9, comprendiendo la II Bandera y el batallón Guadalajara 20, ambos motorizados; el grupo de Caballería Pavía 4, una sección de morteros del San Fernando 11, una batería del 19 y secciones motorizadas de Transmisiones, Zapadores, Intendencia y Sanidad.

Mulero avanza en dirección a Edchera, destacando por el norte de la Saguia a la XIII, y por el sur el Santiago 1 y la IV, convergiendo en Edchera, que es alcanzada a las 10 h. tras ligeros combates. Al caer la noche se ha alcanzado Hasi Lemlihas, sobre el río Jat, y el enemigo, tras oponer diversa resistencia, rompe el contacto y se dispersa por el cauce del río.

Por su parte, la Agrupación B (Campos) alcanza por la tarde el Udei Uein Merad, sin encontrar resistencia, y al día siguiente rebasa Asatef y alcanza el lecho de la Saguia entre Tafudart y Tuifidiret. El mismo día, la Agrupación A llega a Al Fernan, en la zona de Itgui, y al día siguiente a Amuisirat. Entre las dos agrupaciones dominan la zona de Tafudart, por el norte y sur, pero los grupos armados se retiran por el cauce hacia el Este. El día 13, Campos ocupa la zona de Tuifidiret, donde se cogen grandes depósitos de víveres y munición y sus vanguardias enlazan con los franceses en Lebtaina sobre el meridiano 12º, el día 15, ocupa la zona de Tagda Marada, mientras empiezan a presentarse grupos de indígenas con bandera blanca. La Agrupación de Mulero ha seguido progresando por el borde sur de la Saguia, dominando los afluentes como el Uad Aguechgal y el Tigsert, enlazando con los franceses el día 14.

Estos parten de Fort Trinquet hacia Smara con dos agrupaciones. La del coronel Grall se componía de dos compañías de la Legión, la 2.ª compañía sahariana motorizada, un escuadrón del 7.º Regimiento Paracaidista Colonial, un batallón del 8.º Regimiento Colonial Interarmas, una batería de 105 HM3 y una sección de ingenieros. La del coronel Vidal comprendía el 10.º Regimiento Colonial Interarmas, la 1.ª Compañía Sahariana Motorizada y un batallón del 2.º Regimiento Colonial. Los franceses intervienen en total, entre éstas y otras agrupaciones posteriores, con unos 5.000 hombres y 70 aviones, así como enormes cantidades de abastecimientos.

Entre los días 8 y 9, Grall toma posiciones en Erjamia, al sudeste de Smara, mientras la Agrupación Vidal rodea Guelta por el norte, desde Aguelmin Mel-las hasta Gor Mahyub. El día D, Grall avanza hacia Smara, donde llega a las 14 h. llevando en vanguardia un destacamento español al mando del capitán Moyano. Una compañía paracaidista española, que está en alerta de salto desde las diez, se lanza desde los Nord Atlas franceses a las 14.55 bajo la cobertura de Grall y Smara es ocupada sin resistencia. Desde Tinduf, en Argelia, otra agrupación francesa progresa hacia El Farsía, en dirección a Smara. Grall recibe orden de extender su acción hasta el vado de Sidahamed Larosi, donde envía un destacamento que enlaza con una compañía paracaidista de la reserva lanzada a las 8.30 del día 11. Allí encuentran una notable resistencia enemiga que dura toda la jornada, pero al final, los grupos del EL quedan destruidos o escapan hacia Marruecos.

El mismo día, las vanguardias de Vidal llegan ante Smara. Grall gira hacia el este y domina toda la zona de Raudat el Hach y el día 18 enlaza con la Agrupación de Tiduf, 60 kilómetros al oeste de El Farsía. Mientras estas agrupaciones rastrillean las zonas este y norte de Smara, el 17 entran en acción las Agrupaciones Picherit, de paracaidistas en reserva, y Chaveriat, de meharistas, para la limpieza de la zona sur del río.
El D + 9 las operaciones en la Saguia pueden darse por terminadas. Todavía el 17 se efectúa una concentración de fuerzas sobre Hagunia, donde había un importante núcleo enemigo, con la Agrupaci6n B, elementos de la A y lanzamiento de una compañía paracaidista; pero las bandas se han refugiado en Marruecos y no se emprende ninguna operación al norte del paralelo 27’ 40’.

Para la segunda fase, operaciones en la región Sur, éstas comienzan el D + 10, 20 de febrero, enviando desde Aaiun la Agrupación Ligera V (al mando del comandante Herrera), compuesta de la IX Bandera, un destacamento de Caballería, una sección de Artillería y secciones de Transmisiones, Intendencia y Sanidad; la Agrupación debería avanzar hacia Bir Nazarán y Auserd, sin desviarse hacia otras resistencias. De Villacisneros-Aargub partiría la Agrupación C (al mando del teniente coronel Patiño), compuesta del batallón de Cabrerizas, reforzado con secciones de Zapadores, Transmisiones, Intendencia y Sanidad.
Por su parte, los franceses avanzan con la Agrupación Vidal desde Guelta hacia Bir Nazarán, llegando el 21 a Mednet Sedra. Una nueva Agrupación francesa, la Sur, partiendo de Port Etienne, Zug y Fort Gouraud, converge el día 20 sobre la zona de Auserd, ocupa el puesto y mantiene un encuentro con las bandas el día 21, en Yenna.

Mientras, la Agrupación de Villacisneros progresa alcanzando el Uad Ermima y Hasi Auhaifrit; a mediodía del 21 llega a Heidebet Ed Delim y al final de la jornada ocupa Auserd. El 22 la Agrupación Ligera V de Aaiun ocupa Bir Nazarán, y el 23 las Agrupaciones francesas y españolas convergen sobre la zona de Tennua- ca-Lasc-Leatetabien-Agracha, en la que se había concentrado el enemigo, que ofrece una fuerte resistencia.

Todavía el 24 las fuerzas españolas sostienen importantes combates en la zona montañosa de Negyir. Pero ya son los últimos disparos de esta campana y el 25 de febrero las operaciones se dan por terminadas, regresando los franceses a Mauritania y comenzando en el Sahara una labor de captación política.
En Fuerteventura se estableció un campo de prisioneros y detenidos, con 130 individuos, que permaneció hasta mayo de 1959. Las bandas, instrumento ya de Marruecos, en donde parte se había refugiado, sólo realizarán entradas débiles y esporádicas en el Sahara, con colocaci6n también de minas, hasta su última actuación en 1961, nada más acceder al trono Hassan II, secuestrando a once técnicos de las prospecciones petrolíferas: tres americanos, dos canadienses, un francés y cinco españoles<!--[if !supportFootnotes]-->[42]<!--[endif]-->.
Un punto importante es la participación auténticamente saharaui en el conflicto, tanto como sus motivaciones.

Es imposible determinar el número de sus combatientes, pero a tenor de los individuos que fueron detenidos en los poblados por considerarlos peligrosos, fundamentalmente por su filiación o su adscripción marroquí, así como en relación con los recluidos en el campo de concentraci6n de Fuerteventura, prisioneros de guerra y detenidos políticos, su número no parece superior al 53 por 100 del total de los efectivos del Ejército de Liberación en el Sahara; por supuesto, en Ifni estos saharauis no tuvieron actuación alguna, siendo marroquíes todos los atacantes.

Las consideraciones sobre las causas que les impulsaron a tomar parte en la guerra son de muy diversa índole. Para el nacionalismo actual saharaui, representado por el Frente Polisario, lucharon por la liberación del colonialismo en conjunción con sus hermanos de Argelia y de Marruecos. La tesis parece insuficiente cuando en el Sahara no existía aún una verdadera repulsa anticolonial y la conciencia nacionalista tardará algunos anos en fructificar. No puede olvidarse que la idea de la liberación y de la guerra fue aportada desde el norte por marroquíes que entraron en el territorio, a pesar de que existiera descontento a causa de la exigencia de impuestos comenzada en 1956; por otra parte, los jefes de las bandas eran marroquíes.

Para Marruecos, los saharauis lucharon por su integración en la madre patria, tesis que es de suponer habrá sido revisada después de la resistencia encontrada por las FAR cuando se tropiezan con sus hermanos del territorio en 1975. Varios saharauis que entonces formaron parte de las bandas armadas militan hoy en las filas del Frente Polisario; otros dirigentes importantes se refugiaron bajo la protección francesa, a la vista del abandono que había llevado a cabo España de todo el interior, circunstancia que es de tener muy en cuenta a la hora de juzgar determinadas fidelidades y adscripciones. A finales de 1957, todo indicaba que España renunciaba sin plazo al desierto y se contentaba con las poblaciones de la costa, como Marruecos se encargó de propalar.

Un hecho que deja pocos resquicios a la tesis marroquí de una guerra saharaui para integrarse en Marruecos es la sublevación de unos 500 miembros de la tribu de Erguibat, que ocurrió en la Tarfaya marroquí ya a finales de 1958, por sus desavenencias con el Ejército de Liberación y con las autoridades de Marruecos.
Fundamentalmente, el saharaui de 1957 tomó las armas, impulsado desde el norte, por su ancestral rechazo a la presencia de los europeos, lo que tiene a la vez raíces religiosas y económicas, unidas al deseo de seguir viviendo en una tierra libre de toda imposici6n, pero sin un proyecto político definido, como ha sido su tradición de siglos.

Parece obligado señalar una evidente carencia en estas páginas: no podemos aportar el punto de vista y la auténtica ideología de los combatientes del Ejército de Liberación. La razón es obvia: no tenemos acceso a los archivos marroquíes o a la documentación que la actuación armada del lado musulmán haya podido generar. Pero en forma alguna ello debe suponer una minusvaloración de su postura y de sus razones; sí que creemos haber podido aportar las suficientes pruebas documentales de las intenciones de Marruecos y de su manipulación del conflicto sahariano. La guerra obedeció tanto a las corrientes anticolonialistas que se imponían en el norte de Africa como a las intenciones expansionistas de la dinastía alauita. Pero la identificación y la asimilación entre el sentimiento anticolonial y antieuropeo y el imperialismo anexionista es una trampa en la que el historiador no debe caer.



Charles-André Julien, Le Maroc face aux impérialismes, Ed. J. A. París, 1978. Moumen Diouri, La realidad de Marruecos, Ed. Encuentro, Madrid, 1988.

Diouri, op. cit.

 Julien, op. cit.

Diouri, op. cit., págs. 119-120.


Sobre la discutida cuestión de las intervenciones de los sultanes en el desierto pueden consultarse las negativas opiniones de distintos historiadores franceses, quienes han dedicado bastante más atención al tema que los españoles. Así, Maurice Barbier, Le conflit du Sahara occidental, pág. 50 y ss., Ed. L'harmattan, París, 1982. Fréderic de La Chapelle, Esquisse d'une histoire du Sahara occidental, en Hésperis, XI, París, 1930. Philippe Husson, La question des frontières terrestres du Maroc, pág. 56. Secrétariat Général du Gouvernement, Direction de la Documentation, París, 1960. Y otros varios, como Robert Montagne, Jean Louis Miège, Gérenton, Gillier, etcétera.

Francisco Villar, El proceso de autodeterminación del Sahara, págs. 62-63. Ed. Fernando Torres, Valencia, 1982. Ahmed-Baba Miské, Front Polisario, l'âme d'un peuple, págs. 53-54. Ed. Rupture, París, 1978.

Marc-Robert Thomas, sahara et communauté, págs. 58-59. Presses Universitaires de France, París, 1960.

Ibídem, pág. 66.

Royaume du Maroc, Livre blanc sur la Mauritanie. Ministère des Affaires Etrangères, Rabat, 1960.

 José Ramón Diego Aguirre, Historia del Sahara Español. La verdad de una traición, pág. 538. Ed. Kaydeda, Madrid, 1988.

Rachid Lazrak, Le contentiueu territorial entre le Maroc et l'Espagne, Ed. Dar el Kitab, Casablanca, 1974.

Instrucciones para el cobro de los impuestos del Gobernador General de 9 de marzo de 1956. Servicio Histórico Militar (SHM), Sección Africa. Ifni-Sahara; legajo 2, carpeta 3.

 Ibídem.

Ibídem, legajo 2, carpeta 4.

 Cfr. Diego Aguirre, op. cit. págs. 296-297, S. H. M. Ibídem, legajo 2, carpeta 2; Escrito del Gobernador General con despliegue de fuerzas, 22 de febrero de 1956.

S. H. M. Ibídem, legajo 2, carpeta 4. Ibídem. Instrucciones de la D. G. M. C. de 9 y 14 de abril de 1956.

 S. H. M. Ibídem; legajo 3, carpeta 1. Telegrama del Gobernador a Capitanía de Canarias.

S. H. M. Ibídem. Escrito 016. Información, del Gobierno General del Sahara, 10 de marzo de 1957; contestación al 211 de la Dirección General sobre nota verbal presentada al MAE por la Embajada de Francia en Madrid, acerca de facilidades otorgadas al Ejército de Liberación por las autoridades del A. O. E. Legajo 4, carpeta 3.

 Ibídem.

Ibídem.

 Servicio Histórico Militar. Sección Africa. Ifni-Sahara; legajo 4, carpeta 2. Informe del comandante Alvarez Chas, delegado gubernativo de Ifni, comisionado para este servicio.

 Ibídem; legajo 4, carpeta 1.

 Georges Chaffard, Les carnets secrets de la décolonisation, Ed. Calmann-Lévy, París, 1968.

 S. H. M. Ibídem; legajo 4, carpeta 2. Conclusions de la réunion tenue le lundi 25 février au poste Le Rumeur à Port Etienne.

Ibídem, legajo 4, carpeta 3. Telegrama de 13 de marzo.

 S. H. M. Ibídem; legajo 3, carpeta 6. Carta del ministro subsecretario de la Presidencia del Gobierno al gobernador general del A. O. E. de 21 de marzo de 1957.

 Ibídem, legajo 4, carpeta 3. Telegramas de Villa Bens y Aaiun al gobernador, 25 de mayo.

 Ibídem; legajo 5, carpeta 1. Informe del delegado en Aaiun al gobernador de 8, 16 y 19 de abril.

 Carta del general jefe del Mando Superior de las Fuerzas Armadas de la zona de defensa A. O. F.-Togo, al gobernador del A. O. E. Dakar, 18 de mayo de 1957. S. H. M. Ibídem; legajo 5, carpeta 1.

 Cartas al director general de Plazas y Provincias Africanas del 1 y 20 de julio; al ministro del Ejército, 3 de julio; al jefe del E. M. C. del 2 de julio y al capitán general de Canarias de 3 de julio. S. H. M. Ifni-Sahara; legajo 3, carpeta 6.

 Estudio monográfico sobre las bandas armadas al director general, 5 de octubre de 1957. Nota informativa de la 2.ª sección del E. M. C. 12 de diciembre. S. H. M. Ibídem; legajo 9, carpeta 10; legajo 7, carpeta 14.

 Christine Garnier, Opération Ecouvillon en Revue de deux mondes, noviembre, 1960. También, Désert fertil. Un nouvel etat, Mauritanie.

 Escrito del gobernador al jefe del E. M. C., capitán general y director general de P. P. A.  S. H. M. Ibídem; legajo 8, carpeta 1.

 Ibídem; legajo 6, carpeta 1. Escrito del gobernador al capitán general, 27 de septiembre.

 Ibídem; legajo 6, carpeta 2. Telegrama al gobernador de 30 de octubre.

Capitanía General de Canarias, E. M. 3.ª, estados de 20 de noviembre. S. H. M. Ibídem; legajo 6, carpeta 3.

 Ibídem.

 José Ramón Diego Aguirre, Historia del Sahara Español. La verdad de una traición. Págs. 362, 367. Ed. Kaydeda. Madrid, 1988.

 Cfr. Gerardo Mariñas Romero, Edchera y la Legión, en Revista Ejército, n.º 574, noviembre 1987.

 S. H. M. Sección Africa. Ifni-Sahara. Libro blanco sobre el A. O. E., junio 1957-enero 1958; documentos 51 y 53.

Ibídem; legajo 16, carpeta 48. Efectivos en el A. O. E. Capitanía General de Canarias, E. M. 1.ª, enero de 1958.

Para todo lo relacionado con las operaciones Teide y Ecouvillon: Cfr.: Chaffard, op. cit.; Garnier, op. cit.; Rafael Casas de la Vega, La última guerra de Africa. Servicio de Publicaciones del E. M. E. Madrid, 1985. Diego Aguirre, op. cit., págs. 370-404.

Fuente: Jose Ramón Diego Aguirre