La materialización de una metáfora arquetípica: estudio comprueba que el solo atravesar una puerta tiene implicaciones en nuestra memoria.
“Aquel hombre que regresa tras atravesar la Puerta en la Pared
jamás será el mismo que antes de haber salido cruzándola”
Aldous Huxley
jamás será el mismo que antes de haber salido cruzándola”
Aldous Huxley
Pocos actos tienen mayor resonancia arquetípica que el atravesar una puerta. Ya sea que esta acción represente el cruce entre dos mundos, la reinvención del ser, o el paso al ‘más allá’, entre otros, lo cierto es que cruzar un portal tiene una contundente carga simbólica y, de acuerdo con un estudio reciente, también conlleva consecuencias cognitivas.
De acuerdo con Walking through doorways causes forgetting: Further explorations, investigación realizada por Gabriel Radvansky, el simple acto de atravesar una puerta genera el nacimiento de un nuevo episodio en nuestra secuencia de memoria. Esto incrementa la dificultad de recordar lo que aconteció previo a dicha acción. En pocas palabras, atravesar puertas facilita el olvido.
Lo anterior se debe a que, aparentemente, nuestra memoria funciona como una especie de narrativa fragmentada en capítulos sucesivos. Y entre más episodios existan entre nuestro presente y un determinado momento, más difícil será que logremos recordarlo.
Por cierto, tras la primer serie de experimentos, que parecían confirmar la hipótesis, surgió la duda sobre si el efecto registrado (mayor dificultad para recordar lo acontecido previo al cruce) se debía a está acción o si, por el contrario, en realidad tenía que ver con el hecho de que el estar en un mismo escenario, con los mismos objetos, favorecía la capacidad de recordación. Y para disipar esta posibilidad procedieron a realizar el mismo experimento pero con entornos simulados virtualmente: las personas atravesaban una puerta solo para llegar a un cuarto idéntico al previo y tampoco lograron recordar con la misma precisión que aquellos que jamás cruzaron.
Más allá de las implicaciones neurológicas que el acto de cruzar una puerta conlleva, lo cierto es que lo realmente apasionante es comprobar que este acto, de enorme relevancia metafórica, también impacta en forma concreta nuestro funcionamiento mental. Es decir, el estudio encabezado por Radvansky establece un lazo directo entre un acto arquetípico y una consecuencia fisiológica (en este caso ligado a una habilidad cognitiva).
“Un ritual implica siempre el deshacernos de algo.
Destruir nuestro maíz o nuestro vino frente al altar de los dioses.”
G.K. Chesterton
De acuerdo con Walking through doorways causes forgetting: Further explorations, investigación realizada por Gabriel Radvansky, el simple acto de atravesar una puerta genera el nacimiento de un nuevo episodio en nuestra secuencia de memoria. Esto incrementa la dificultad de recordar lo que aconteció previo a dicha acción. En pocas palabras, atravesar puertas facilita el olvido.
Lo anterior se debe a que, aparentemente, nuestra memoria funciona como una especie de narrativa fragmentada en capítulos sucesivos. Y entre más episodios existan entre nuestro presente y un determinado momento, más difícil será que logremos recordarlo.
Por cierto, tras la primer serie de experimentos, que parecían confirmar la hipótesis, surgió la duda sobre si el efecto registrado (mayor dificultad para recordar lo acontecido previo al cruce) se debía a está acción o si, por el contrario, en realidad tenía que ver con el hecho de que el estar en un mismo escenario, con los mismos objetos, favorecía la capacidad de recordación. Y para disipar esta posibilidad procedieron a realizar el mismo experimento pero con entornos simulados virtualmente: las personas atravesaban una puerta solo para llegar a un cuarto idéntico al previo y tampoco lograron recordar con la misma precisión que aquellos que jamás cruzaron.
Más allá de las implicaciones neurológicas que el acto de cruzar una puerta conlleva, lo cierto es que lo realmente apasionante es comprobar que este acto, de enorme relevancia metafórica, también impacta en forma concreta nuestro funcionamiento mental. Es decir, el estudio encabezado por Radvansky establece un lazo directo entre un acto arquetípico y una consecuencia fisiológica (en este caso ligado a una habilidad cognitiva).
“Un ritual implica siempre el deshacernos de algo.
Destruir nuestro maíz o nuestro vino frente al altar de los dioses.”
G.K. Chesterton
Cruzar el velo, atravesar el portal, nos permite liberarnos de un pasado para reencontrarnos con el ahora (con el centro del mandala temporal), sacudirnos los grilletes socioculturales, el embrujo de la memoria, y abrazar un nuevo amanecer. Y curiosamente, como suele suceder con diversos rituales catárticos, a pesar de su cotidiana sencillez, el atravesar una puerta (y supongo que en especial al hacerlo de manera consciente) se produce una especie de reset que influye en nuestro registro mnemónico.
Y ya entrado en proyecciones reflexivas, montando la estimulante ola de sentimientos que la materialización neurológica de una metáfora arquetípica trae consigo, me atrevo a afirmar que este estudio es un hermoso recordatorio: hasta el más mínimo de nuestros actos posee una esencia ritual –Ken Kesey advertía que “el ritual es necesario para poder conocer lo que sea”– . En lo personal creo que la naturaleza de cualquier elemento en este universo es implícitamente sagrada. Y en sintonía con ello, no existe acción posible que este eximida de esta ritualidad omnipresente.
Parece que la re-sacralización de lo cotidiano es una de las herramientas más lúcidas que tenemos a nuestra disposición, con miras a la programación evolutiva de nuevos paradigmas. Y si en realidad queremos contribuir a esta empresa, la cual esta ligada a una especie de dignidad cósmica, entonces sería bueno que comencemos por hacer conscientes nuestros actos y en particular estar dispuestos, ahora más que nunca, a continuar atravesando puertas.
Parece que la re-sacralización de lo cotidiano es una de las herramientas más lúcidas que tenemos a nuestra disposición, con miras a la programación evolutiva de nuevos paradigmas. Y si en realidad queremos contribuir a esta empresa, la cual esta ligada a una especie de dignidad cósmica, entonces sería bueno que comencemos por hacer conscientes nuestros actos y en particular estar dispuestos, ahora más que nunca, a continuar atravesando puertas.
Fuente: PJS