martes, 6 de noviembre de 2012

EL CÁLIZ DEL ÉXTASIS - UNA INTERPRETACIÓN MÁGICA Y CABALÍSTICA DEL DRAMA DE PARZIVAL





La tradición colectiva del género humano está dotada de una relativa infalibilidad, y cuando está interpretada correctamente, debe representar la gran verdad, la más perfecta belleza y la más pura bondad conocida en la tierra. Esta verdad y bondad y belleza transcendentales representan el sustrato divino de la naturaleza humana, la humanidad ideal que yace con anterioridad y por detrás de las aberraciones de los individuos, razas y tiempos. No está expuesta, como lo está últimamente, al Tiempo y las Circunstancias o a las limitaciones desde las cuales las apariencias del error, la maldad y la deformidad parecen brotar.



La Leyenda de Parzival no está sujeta al Tiempo o a las Circunstancias. Representa un vislumbre a la Realidad Eterna, el Siempre Presente Aquí y Ahora. Las circunstancias de su representación y el lugar en donde el festival es contemplado, no necesita ser buscado fuera del Corazón Humano que ha aprendido a latir con el tiempo y a sintonizarse con el Alma del Mundo. Todos aquellos que han nacido de la "Aflicción del Corazón" deben, eventualmente, encontrar su camino hacia el espacio donde "Apenas se mueven, y, sin embargo, parecen correr con rapidez" y habiéndose vuelto uno con "El Camino, La Verdad y la Vida" descubrirán que las cambiantes escenas del mundo que han pensado que eran tan reales, pasarán ante ellos como un desfile hasta que la Visión del Propio Grial se presente a su Entendimiento puro.

Es, en la esperanza de despertar alguna chispa del fuego que arde sin llama de esta consciencia interna en los corazones de aquellos que puedan leer estas líneas ‑no habiendo comprendido previamente la Leyenda‑ y desde esa chispa se encienda un gran fuego que queme los velos que ocultan al hombre del Sí Mismo ‑de Dios‑ por lo que he osado añadir estos fragmentos a la gran cantidad de Literatura dada ya al mundo sobre el Grial.

Y para aquellos que estén dormitando con satisfacción, envueltos en el engaño y los sueños de esta predilección ilusoria, lloro con Gurnemanz:



¡Eh!
¡Guardabosques!
¡Guardabosques dormilones!
¡A ver si al menos sabéis velar a la aurora!
¿No oís la llamada?
¡Dad gracias al Señor que os permite oírla!


ACTO I

                                             LA LLEGADA DE PARZIVAL


"El iluminado por la compasión, el cándido Loco, espéralo, es mi elegido."

No es mi intención mostrar el Argumento completo del Gran Drama Musical de "Parsifal" de Richard Wagner, derivado de la antigua leyenda de Parzival, para quien todo es elogio y honores.

Aquellos que no han tenido el privilegio de ver este festival, o de leer una buena traducción del Libreto, deberían beneficiarse con la ayuda que les dará un estudio de este último antes de esperar obtener una cabal comprensión de la interpretación de aquí que sugue.



También supondré que el estudiante tiene algún ligero conocimiento del Sendero Místico y de la Qabbalah Sagrada, aunque me esforzaré para hacer los puntos tratados tan comprensibles como sea posible al investigador no iniciado que se prepara para "despertar y escuchar la Llamada".



La Música de Wagner no puedo darla, ni intentaré una interpretación de "eso" que, en la Opera, ayuda tanto a la apertura de aquellos canales de conciencia donde, eventualmente, podemos recibir una comprensión de la Música de las Esferas.


Afortunadamente esto no es del todo necesario, pues el verdadero Sendero conduce a un punto donde cada individuo puede sentirse él mismo un instrumento musical superior cuya Voluntad dirige las cuerdas causando completas y armoniosas vibraciones en su propio ser, que parecerá entonces dar una no-escrita, pero deliciosa melodía.


¿Cuál es el Fundamento de Parzival?


¡EXTASIS!



¿Y qué es Extasis?


Ha sido muy bien descrito por un conocido para todos nosotros como Frater Perdurabo, y citaré sus propias palabras:


"Hay una tierra de puro deleite, Donde los santos inmortales reinan."


De este modo alguno de nosotros lo contó en la niñez, y lo utilizamos para pensar en esas tierras tan lejanas, más allá de la muerte que en aquellos días parecía tan lejana.


"Pero ahora sé esto: ¡esa tierra no está tan lejana como mi carne esta de mis huesos! Está Aquí y Ahora.


"Si hay una nube en este azul tranquilo, este es el  pensamiento: Existen seres conscientes que no son infinitamente felices, maestros del éxtasís.


"¿Cuál es el sendero a esta tierra inmortal?


Para el Oriental, la meditación ofrece el mejor sendero.
Para el Occidental, no hay mejor camino que el ceremonial.
Pues el éxtasis está provocado por la combinación repentina de dos ideas, lo mismo que el oxígeno y el hidrógeno unidos explosivamente.


"Pero este éxtasis religioso tiene lugar en los centros superiores del organismo humano; Es el alma misma que está unida a su Dios; Y por esta razón el enajenamiento es más irresistible, la alegría más duradera, y la energía resultante más pura y espléndida que en lo absolutamente terrenal.


"Por lo tanto, en el ritual buscamos continuamente unir la mente a alguna idea pura por un acto de voluntad. Esto lo hacemos una y otra vez, más y más apasionadamente, con más y más determinación, hasta que finalmente la mente acepta el dominio de la voluntad, y la impele voluntariamente hacia el objeto deseado. Esta rendición de la mente a su Señor da el sagrado éxtasis que buscamos."


Tenemos aquí una de las claves más importantes de la interpretación del Drama de Parzival, y también una indicación del resultado que Wagner deseaba producir sobre las mentes de su audiencia.

A menos que la puesta en escena esté adecuadamente representada, y los que escuchen los actos entiendan, al menos, algo sobre el "Sendero de la  Santidad", este efecto no se producirá sobre la conciencia de los espectadores. Sin duda esta es una de las razones de por qué Wagner hizo arreglos para que este Trabajo solamente fuese producido en Bayreuth, en un escenario adecuado y bajo las condiciones correctas, ya que representa la cumbre de su Montaña Mágica cuya base fue el Anillo. Lo llamó un Festival del Estado Consagrante, y sus efectos fueron destinados a ejercer su influencia sobre el Drama de la Vida misma.


Pasaremos por alto la primera parte de la Escena de apertura con su introducción de Gurnemanz, Kundry, y Amfortas, y concentraremos nuestra atención en la entrada de Parzival; anunciado por la caída de un Cisne abatido por su propia arma.



¿Qué es este Cisne?




¡Extasis!

¿Cómo lo sé? No importa, permíteme citar una vez más a alguien que es Maestro de ello:


EL CISNE


"Hay un Cisne cuyo nombre es Éxtasis; voló desde los desiertos del Norte; voló a través del azul; voló sobre los campos de arroz; En su venida empujó a lo verde. En todo el Universo sólo este Cisne está inmóvil; parece moverse, como el Sol parece que se mueve; tal es la debilidad de nuestra vista. ¡Oh loco! ¿Gritas? Amen.

El movimiento es relativo: no hay Nada que esté tranquilo. Contra este Cisne disparé una flecha; El blanco pecho derramó sangre. Los hombres me destruyeron; entonces, percibiendo que fui un cándido Loco, me permitieron pasar. Así y no de otra manera vine al Templo del Grial."


Así abatió Parzival el Éxtasis a Tierra, a pesar de que el Rey ‑Amfortas‑ y sus Caballeros lo habían "considerado una feliz señal, cuando rodeó el lago en vuelo".

¿Cuál es ese lago?

Cuando en calma e imperturbabilidad, se medita con tristeza sobre el Cisne del Éxtasis, es entrenada la mente humana con los métodos adecuados para la Correcta Contemplación. Pero únicamente cuando la mente está quieta puede el Sol del Verdadero Self verse reflejado en sus profundidades. Desde las que no está sino a un paso del logro del Éxtasis cuando el Sol se zambulle en las profundidades de la Mente y todo el ser se inflama con el Fuego Sagrado del Espíritu Santo.


Parzival había apuntado hacia lo alto; había acertado en el blanco de su Aspiración, si bien pequeña su acción fue al principio comprendida. Todavía su Locura le salvaba, como salvó otras veces a otros.


Cuando fue preguntado por su acción respondió "No supe que era malo" a pesar de que arrojó lejos el arma, no usándola más de ese modo.




¿Cuál fue su arma?

El Arco de la Promesa y la Flecha de la Aspiración Pura. Pero había aspirado, había acertado en el blanco y la promesa había sido, hasta cierto punto, cumplida.


El Cabalista reconocerá una y otra vez el "Sendero de Samech” o Sagitario -el Arquero- del Arbol de la Vida. Es el Sendero de la Flecha que surca por el medio el Arco Iris, llevando directamente desde Yesod, el Fundamento, a Tiphareth, La Esfera del Sol, la Belleza y la Armonía, o el Corazón Humano en donde Los Misterios de la Rosa Cruz y del Santo Grial son, si bien al principio, débilmente percibidos.


¿Para qué otro uso tenía Parzival ‑Hijo de la Aflicción de Herat‑ previamente preparada su arma? Había disparado a todo lo que volaba. Había disparado al águila, el pájaro que no teme contemplar fijamente al propio Sol.


¿Qué simboliza este águila y qué presagia?

¡Éxtasis!


Fuente: Frater Achad