La transfiguración de los sentidos
Los místicos son los más fiables en el campo del amor sensual. En sus
escritos está implícita una luminosa teología de la sensualidad. Jamás
preconizan la negación de los sentidos, sino su transfiguración. Los místicos
reconocen que existe cierta gravedad o lado tenebroso de eros y que a veces
predomina. La luz del alma puede transfigurar esta tendencia y aportar a ella
equilibrio y aplomo. La belleza de las reflexiones místicas sobre eros nos
recuerda que éste es en última instancia la energía de la creatividad divina.
En la transfiguración de lo sensual, el frenesí de eros y la alegría del alma
entran en lírica armonía.
La Irlanda moderna ha debido recorrer un camino complejo y tortuoso para
reconocer y aceptar a eros. La antigua tradición irlandesa reconocía el poder
de eros y el amor erótico con maravillosa vitalidad. Una de sus expresiones
más interesantes es el poema de Brian Merriman titulado Cúirt an Mheáin Oidhce, «El patio a medianoche», del siglo XVIII.
Largos fragmentos del poema están escritos desde el punto de vista de la mujer.
Es un enfoque feminista y libérrimo. Habla la mujer:
No soy gorda y maciza como una campana. Labios para
besar, dientes para sonreír, piel lozana y frente lustrosa, tengo ojos azules y
una cabellera espesa que se me enrosca en el cuello; un hombre que busca esposa
tiene aquí un rostro que guardará de por vida; mano, brazo, cuello y pecho, a
cual más apreciado; ¡mira qué cintura! Mis piernas son largas flexibles como
sauces, ligeras y fuertes.
Este larguísimo poema es una celebración impúdica de lo
erótico. No la atraviesa el lenguaje frecuentemente negativo de la moral que
trata de dividir la sexualidad en pura e impura. En todo caso, estos términos
están de más, tratándose de criaturas de arcilla. ¿Cómo puede existir semejante
pureza en una criatura de arcilla? Ésta es siempre una mezcla de luz y
tinieblas. La belleza de eros reside en sus umbrales de pasión donde se
encuentran la luz y las tinieblas en el interior de la persona. Tenemos que
re-imaginar a Dios como la energía del eros transfigurador, fuente de toda
creatividad.
Pablo Neruda ha escrito algunos de los más bellos versos de amor. Dice:
«Te traeré flores felices de las montañas, campanillas, oscuros avellanos y
canastas rústicas de besos./ Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con
los cerezos». Es un pensamiento muy hermoso; revela que el amor es el despertar de la primavera en la
cara de arcilla del corazón. Yeats también escribió bellos poemas de amor,
versos que dicen: «Pero un hombre amó tu alma peregrina/y amó los pesares de tu
rostro cambiante». Estos poemas muestran un reconocimiento de las raíces
profundas y la presencia en el amado. El amor te ayuda a ver la naturaleza
singular y especial del Otro.
El don herido
Uno de los grandes poderes del amor es el equilibrio, que nos ayuda a alcanzar la transfiguración. Cuando dos personas
se unen, un círculo antiguo se cierra en tomo de ellos. Asimismo, no llegan a
la unión con manos vacías, sino repletas de obsequios. Con frecuencia éstos
donde están heridos; entonces despierta la dimensión curativa del amor. Cuando
amas de verdad a otro, lo baña la luz de tu alma. La naturaleza nos enseña que
la luz del sol hace crecer todas las cosas. Si contemplas las flores en un alba
de primavera, verás que están cerradas. Cuando las toca el sol, se abren
confiadas y se entregan a la nueva luz.
Cuando amas a una persona que está muy herida, una de las peores cosas
que puedes hacer es convertir su dolor en objeto de discusión. En estos casos,
una extraña dinámica despierta en el alma. Se vuelve un hábito, una pauta recurrente.
Con frecuencia conviene reconocer la presencia de la herida, pero alejarse de
ella. Cada vez que tengas la
oportunidad, báñala con la suave luz del alma. Recuerda que existen mentes antiguas
de renovación en el círculo que los une. El destino de tu amor jamás depende
solamente de los recursos frágiles de las subjetividades de ambos. Puedes
invocar el poder curativo de la tercera fuerza luminosa entre ambos; ésta
puede aportar perdón, consuelo y curación en tiempos escabrosos.
Cuando amas a alguien, es destructivo raspar obsesivamente la arcilla de
tu arraigo.
Es conveniente no interferir en tu amor. Dos personas que se aman
jamás deben sentirse obligadas a explicar su amor a un tercero o el porqué de
su unión. Su comunión es un lugar secreta Sus Almas conocen el secreto de su
unión; deben confiar en ella. Si interfieres constantemente en tu conexión con
el otro, con tu amante o tu anam cara,
poco a poco provocas una distancia entre los dos. Thom Gunn ha escrito un
bonito epigrama de dos líneas que se titula Jamesian,
por el nombre de Henry James, el más preciso y sutil de los novelistas. Sus
descripciones constan de finísimos matices e infinitos puntos de vista. Un
análisis tan puntilloso puede volverse obsesivo, hasta el punto de destruir la
presencia lírica del amor.
Su relación consistía
en discutir si
existía.
Si enfocas constantemente la luz de neón del análisis y la rendición de
cuentas hacia el tejido blando de tu arraigo, éste se volverá reseco y estéril.
Toda
persona debería dar gracias por el amor despertado en su ser. Cuando sientes
amor por la persona amada y el de la persona amada por tí, deberías buscar
ocasiones para ofrecer ese calor como una bendición para los atribulados y
faltos de amor. Envía ese amor al mundo, a los desesperados, a los que padecen
hambre, a los que están encerrados en prisión, en hospitales y en todas las
circunstancias brutales de las vidas desoladas y torturadas. Cuando compartes
esa riqueza de tu amor, éste llega a otros. En él reside la mayor fuerza de la
oración.
En el reino del
amor no hay competencia
La oración es el acto y la presencia de irradiar la luz de la riqueza de
tu amor hacia otros para curarlos, liberarlos y bendecirlos. Si hay amor en tu
vida, compártelo espiritualmente con los que se ven arrojados al borde mismo de
la vida. La tradición celta sostiene que si proyectas la bondad que hay en ti o
si compartes lo que hay en ti de bueno o feliz, te será devuelto multiplicado por
diez mil. En el reino del amor no existe la competencia; no hay posesividad ni
control. Cuanto más amor entregas, más tendrás. Aquí se recuerda la idea de
Dante, de que el ritmo secreto del universo es el ritmo del amor que mueve las
estrellas y los planetas.
Bendición de la amistad
Ojalá tengas buenos amigos.
Que aprendas a ser buen amigo de ti mismo.
Que puedas llegar a ese lugar de tu alma
donde residen un gran amor, calor, afecto y perdón.
Que esto te cambie.
Que transfigure todo lo que hay de negativo,
distante o frío en ti.
Que te transporte a la verdadera pasión,
familia y afinidad de la comunión.
Que atesores a tus amigos.
Que seas bueno con ellos y estés allí cuando
te necesiten; que te den todas las bendiciones, estímulos, verdad y luz que necesites para el viaje.
Que nunca estés solo.
Que
estés siempre en el nido amable de la comunión con tu anam cara.
Fuente: El Libro de la Sabiduría Celta