Según la profecía de la Sibila, el mundo sería destruido por una batalla
entre los dioses y los poderes malévolos, y cada uno destruirá al otro.
Los Ases toleraron la presencia del mal entre ellos, personificado por
Loki el embaucador. Se dejaron llevar por sus consejos, permitieron que
les involucrara en toda clase de dificultades de las cuales lograban salir sólo
al precio de separarse de su virtud o la paz, y poco a poco le fueron
permitiendo a Loki tener tal dominio sobre ellos, que no dudaba en robarles sus
más preciadas posesiones: la pureza, o la inocencia, personificada por
Balder el bondadoso, etc...
Demasiado tarde se dieron cuenta de lo maligno que era este espíritu, hasta
que hubo encontrado un hogar entre ellos y, demasiado tarde, desterraron a Loki
a la Tierra, donde los hombres, siguiendo el ejemplo de los dioses, fueron
corrompidos por su siniestra influencia. La Batalla Final empezaría cuando Loki
logre escaparse de su castigo por haber instigado a Hodur para que matase
a su hermano Balder. Según se vaya acercando el fin, habrá escasez y
discordias, Ragnarök. Los hermanos se matarán entre sí y los hijos no
perdonarán a sus padres. Habría tres años de invierno, Fimbul, después de que
la vieja giganta Gulveig-Hoder pariera una manada de lobos, de los cuales uno
de ellos empezará a perseguir a Sol y Luna (Mani): Managarm.
Viendo que el crimen predominaría y que todo el bien sería desterrado de la
Tierra, los dioses verán que las profecías se empezaban a cumplir y que la
sombra de Ragnarök estará ahí. Sol y Luna, temerosos, conducirán sus carros,
mirando hacia atrás, sabiendo que los lobos les estarán persiguiendo y que
pronto les alcanzarán y les devorarán. Conocen sus destinos, pero aún así
continuarán su recorrido y se enfrentarán a su final. Y al desaparecer sus
sonrisas, la Tierra se volverá triste y fría y el terrible invierno Fimbul
comenzará. Los vientos soplarán desde el Norte y la tierra se helará. Este
severo invierno ya hemos dicho que se prolongará durante tres estaciones
completas sin descanso, seguido por otros tres, igual de duros, durante los
cuales toda la alegría abandonará la Tierra y los crímenes de los hombres
aumentarán y todos los sentimientos de humanidad y compasión desaparecerán.
En los nichos de Ironwood, la giganta Angerboda, alimentaría a los lobos:
Hati, Sköll y Managarm. Los alimentará con las médulas de los huesos de los
asesinos y los adúlteros y tal será el predominio de estos crímenes que nunca
se les acabará la comida. Diariamente irán ganando fuerzas para perseguir a Sol
y a Luna y finalmente, lograrán alcanzarlos devorarles, inundando la tierra con
sangre de sus fauces goteantes. Ante terrible conclusión, la tierra se
estremecerá; las estrellas, asustadas, caerán desde el firmamento.
El Lobo Fenris se librará de sus cadenas y, con las fauces abiertas,
devorará el mundo. Sus ojos arderían y su aliento arrojaría llamas.
Loki será también liberado preparando un navío fantasmal, Naglfar, hecho de
uñas de hombres muertos, con una tripulación de cadáveres en putrefacción,
zarpando desde el reino de su hija Hel. La Serpiente Midgard, Jormagundr,
despertada por el alboroto general y con inmensos retorcimientos y conmoción,
por lo que los mares serán azotados con enormes olas como nunca antes habían
alterado las profundidades del mar, se arrastrará hasta la tierra y se
incorporará a la terrible batalla. Una de las grandes olas, agitadas por los
esfuerzos de Jormagundr, será la que ponga a flote a Naglfar.
De un espeso banco de niebla, hacia el Norte, otra embarcación partirá
pilotada por Hrym, en la que todos serán gigantes de hielo, armados por
completo e impacientes por entrar en batalla contra los Ases, a quienes siempre
habían odiado con todas sus fuerzas. Al mismo tiempo, Hel, la diosa de la
muerte, saldrá por una grieta en la tierra desde su reino de muertos, seguida
de cerca por el sabueso de ésta, Garm. Con ella, el resto de los malhechores de
su lúgubre reino y el dragón Nidhug, que sobrevolaría el campo de batalla,
transportando cadáveres sobre sus alas.
Al mismo tiempo, el dragón Nidhug roerá la raíz del fresno Yggdrasil, que
hará estremecer hasta a su rama más alta. El gallo rojo Fialar, posado en lo
alto del Valhalla, cacareará en alto la alarma, que será inmediatamente
repetida por Gullinkambi, el gallo en Midgard, y por la rojiza ave de Hel en
Niflheim. Heimdall, observando la llegada de Ragnarök y oyendo el estridente
chillido del gallo, tocará inmediatamente el cuerno Giallar con el sonido
esperado durante tanto tiempo, y que se oiría en todo el mundo. Al oírlo, los
Ases y los Einherjar se levantarán de sus divanes dorados saliendo de El
Valhalla.
La sangrienta y decisiva batalla final se librará en el Llano de Vigrid,
como Vafthrundnir había presagiado mucho tiempo atrás, que se extendía delante
del Valhalla.
De Muspellsheim, vendrían multitud de jinetes armados con espadas de fuego,
partiendo súbitamente el cielo en dos, y cabalgando a través de la enorme
brecha Surt con su espada flameante, seguido por sus hijos y, mientras
atravesaban el puente Bifröst con la intención de arrasar Asgard, el glorioso
puente se hundirá con un estruendo bajo las pisadas de sus caballos y
comenzando todo a arder.
Tan pronto como desembarque, Loki dará la bienvenida a estos refuerzos con
alegría y, colocándose en cabeza, marchará con ellos hacia la lucha. Los dioses
sabrán muy bien que su fin estará ya cerca y que su debilidad y falta de
previsión les hará estar en gran desventaja, pues Odin sólo tenía un
ojo,Tyr una mano yFreyr nada, excepto un cuerno de venado con el que
defenderse, en vez de su invencible espada. Sin embargo, los Ases no mostrarán
señales de desesperación, se pondrán sus más ricas vestimentas y cabalgarán
alegremente hacia el campo de batalla decididos a poner un alto precio a sus
vidas.
Mientras reúnan sus fuerzas, Odín descenderá una vez más hasta el manantial
de Urd, donde bajo Yggdrasil derribado, se sentarán aún las Nornas con los
rostros cubiertos y guardando un silencio obstinado, con su tela rasgada a sus
pies. El padre de los dioses susurrará de nuevo un comunicado misterioso a
Mimir, tras el cual montará sobre Sleipnir para reunirse con el ejército que le
esperaba.
Los combatientes se encontraban ahora congregados en las vastas extensiones
de Vigrid. A un lado, se alinearán los severos pero tranquilos rostros de los
Ases, los Vanes y los Einherjar, mientras que en el otro se reunirán el
abigarrado ejército de Surt, los sombríos gigantes de hielo, el pálido ejército
de Hel y Loki y sus horribles seguidores, Garm, Fenris y Jormagundr, estos dos
últimos, arrojando fuego y humo, y nubes de vapores tóxicos y mortales, que
llenarán todo el cielo y la tierra con su venenoso aliento.
A la cabeza de los dioses estará Odín, que será de entre los dioses la
primera víctima al ser devorado por Loki A cada momento triunfante de la
lucha, su tamaño colosal asumirá proporciones aún mayores, hasta que
finalmente, sus fauces abiertas de par en par abarcarán todo el espacio entre
el cielo y la tierra, y el repugnante monstruo se abalanzará furiosamente sobre
el padre de los dioses engullendo su cuerpo entero dentro de su horrible estómago.
Su hijo Vidar correrá a vengarle y atravesará la mandíbula del lobo
dándole muerte de una patada, arrancándole la cabeza y clavándole un puñal en
el corazón.
El dios Freyr fenecerá a manos del gigante Surt. Thor y la Serpiente
Midgard se matarán mutuamente, ya que aunque aplaste el cráneo de la serpiente
con Mjöllnir no podrá resistir a causa de los venenos respirados en la lucha.
Loki y Heimdall se matarán uno a otro. Tyr morirá también, después de haber
matado a Garm, a consecuencia de las mordeduras que éste le había causado. El
resto de los dioses y todos los Einherjar se enfrentarían a enemigos dignos de
su coraje.
Desaparecidos todos los dioses que protegían a los hombres y todos los
Einherjar, éstos mueren, y la misma tierra pierde su forma. Surt arrojará
súbitamente sus ardientes tizones sobre el cielo, la tierra y los nueve reinos
de Hel. Las estrellas que queden se desprenderán del cielo y caerán, el fuego
lo cubrirá todo y el Universo se convertirá en un infierno. Las llamas
alcanzarán los palacios dorados de los dioses, que se consumirán por completo.
La vegetación sobre la tierra se destruirá de forma similar y el terrible calor
hervirá todas las aguas. El gran incendio se propagará violentamente hasta que
todo se consuma, cuando la tierra, ennegrecida y llena de cicatrices, se hunda
lentamente bajo las olas hirvientes del mar. El mundo se consumirá en llamas
prendiendo a Yggdrasil, quedando el mundo reducido a cenizas y hundiéndose en
el mar definitivamente.
Después de la destrucción se creará un nuevo mundo. La tierra, depurada por
el fuego y purificada por su inmersión en el mar, emergerá de nuevo y será
iluminada por el Sol, cuyo carro estará conducido por un hijo de éste, nacido
antes de que el lobo hubiera devorado a su madre. El nuevo Sol no tendrá
imperfecciones como el primero y sus rayos ya no serán tan ardientes como para
tener que situar un escudo entre él y la tierra. Estos rayos harán que la
tierra renueve su manto verde y crezcan flores y frutas en abundancia. Una
tierra nueva, verde y hermosa con recursos inagotables.
No habrá hambre, ni frío, ni mal. Asgard habrá desaparecido, pero allí
regresarán los Ases que sobrevivan a Ragnarök. A la cabeza de los nuevos dioses
estarán aquellos de los antiguos dioses que no cometieron falsedades, perjurios
ni crímenes y que se salvaron por ello de la destrucción. Todos los dioses que
representaban las fuerzas en desarrollo de la Naturaleza fueron asesinados en
la batalla.
El primer dios en resucitar será Balder, que junto a su hermano Hodur, con
quien estaba reconciliado y con el que viviría en perfecta amistad y paz. Odín
no volverá pero sí sus hijos Vali y Vidar y los hijos de sus hermanos Vile y
Ve. Vali y Vidar eran las fuerzas de la Naturaleza, que regresarían a las
tierras de Ida, donde se les unirán Modi y Magni, hijos de Thor y
personificaciones de la fuerza y la energía, que rescatarán a Mjöllnir, y junto
a ellos caminará Hoenir.
Fue así como, caminando un día sobre el largo césped de Idavold, encontrarán
de nuevo los discos de oro con los que los Ases habían acostumbrado a jugar.
Cuando el pequeño grupo de dioses se vuelva tristemente hacia el lugar donde se
habían alzado una vez sus moradas señoriales, se darán cuenta que Gimli, la
morada celestial más elevada, con su techo de oro en lo alto, no había sido
consumida. Allí descubrirán que se había convertido en el lugar de refugio de
la nueva casta de dioses.
Entre los sobrevivientes sólo habrá una mujer, Lif, y un hombre,
Lifthrasir, que se refugiaron durante la batalla en el Bosque de Hodmimir
(Bosque de Mimir), escapando y sobreviviendo de las aguas para refugiarse
cuando Surt había puesto el mundo en llamas. Habían caído en un tranquilo
sueño, inconscientes de la destrucción a su alrededor y habían permanecido
allí, alimentados por el rocío de la mañana, hasta que fue seguro para ellos
volver a salir. En ese momento tomarán posesión de la tierra regenerada, que
sus descendientes poblarán y sobre la cual tendrán un dominio completo.
Emergerán entonces de las profundidades del bosque de Hodmimir. De ellos nacerá
una nueva raza humana protegida por los nuevos y mejores dioses.
Además, existían otras dos mansiones, una reservada para los enanos y la
otra para los algunos gigantes, pero ya que estas criaturas no tenían libertad
de voluntad y ejecutaban ciegamente los decretos del destino, no serán
consideradas responsables de ningún daño que hubieran causado, y por tanto no
serán consideradas merecedoras de ser castigadas.
Se decía que los enanos gobernados por Sindri, ocuparían un palacio en las
montañas Nida, donde beberán el aguamiel, mientras que los gigantes
establecerían su residencia en el palacio Brimer, situado en la región Okolnur
(no fría), pues el poder del frío será completamente aniquilado y ya no
existirá más hielo.
Preludios del
Ragnarok
Con Balder muerto y Loki encadenado, Odín sabia que el Ragnarok estaba cerca. Con la muerte de Balder, no había con que
contrarrestar el poder del mal. Odín solo veía presagios de muerte.
Pronto el mal se adueñó del Midgard y lo convirtió en un baño de sangre. Durante este período la humanidad regresó a una época monstruosa que y había superado anteriormente. Tras este periodo vino el tiempo del Fimbulvetr, durante tres años la tierra se vio cubierta de hielo, todas las criaturas murieron y los hombres se convirtieron en bestias salvajes, cuando este infierno acabó, ya no quedaba amor y compasión en el Midgard, todo estaba dominado por el más negro y oscuro de los corazones.
Tras esta epoca, la giganta Angrboda alimento más a los lobos que perseguían los carros del Sol y la Luna, y al final cayeron en sus enormes fauces quedando la tierra cubierta por la oscuridad. Esta oscuridad hizo que todas las ataduras mágicas cayeran, así se liberaron Loki y Fenris, cuyos ojos brillaban de ira.
Pronto el mal se adueñó del Midgard y lo convirtió en un baño de sangre. Durante este período la humanidad regresó a una época monstruosa que y había superado anteriormente. Tras este periodo vino el tiempo del Fimbulvetr, durante tres años la tierra se vio cubierta de hielo, todas las criaturas murieron y los hombres se convirtieron en bestias salvajes, cuando este infierno acabó, ya no quedaba amor y compasión en el Midgard, todo estaba dominado por el más negro y oscuro de los corazones.
Tras esta epoca, la giganta Angrboda alimento más a los lobos que perseguían los carros del Sol y la Luna, y al final cayeron en sus enormes fauces quedando la tierra cubierta por la oscuridad. Esta oscuridad hizo que todas las ataduras mágicas cayeran, así se liberaron Loki y Fenris, cuyos ojos brillaban de ira.
La batalla del
Ragnarok
Esta oscuridad proporcionó a la serpiente Nidhogg la
fuerza para comerse las raíces de Yggdrasil, sacudiéndolo por los
aires del Asgard. Entonces Heimdall supo que había
llegado el momento de hacer sonar el cuerno sagrado, Gjallar, lo
que haría levantarse en armas a los Aesir y a los nobles Einherair.
Este sonido también fue oído por Jormungard, la serpiente que
rodeaba el Midgard, quien comenzó a retorcerse provocando enormes
olas que salvaron a flote el barco Nagilfor, hecho con las uñas de
hombres muertos cuyas familias habían olvidado cortárselas antes de que el
cadáver fuera a la pira funeraria.
Cuando Loki vio esto, se montó en la cubierta del barco y
se dirigió al Vigrid, a él se unieron Fenris que
lo devoraba todo a su paso y Jormungard, que escupía veneno a todas
las cosas, también se unieron a él, un barco lleno de gigantes y el gigante Surtr con
sus hijos, con los ojos llenos de ira. Cuando llegaron al Vigrid emergieron
a través de una grieta Hel y Nidhogg, que aun
tenia algunos trozos de las raíces de Yggdrasil.
Todas las fuerzas estaban ya reunidas, los Aesir, los Einheriar y
los Vanir estudiaron a las fuerzas del mal al igual que Loki y
sus secuaces, Surtr y los gigantes de hielo miraban a las
fuerzas del bien con odio y desprecio en sus ojos.
El campo de batalla del Vigrid se lleno de gritos cuando
empezó la contienda.
Odín luchó con Fenris, Thor con Jormungard, Frey combatió
con Surtr, Tyr con el odioso Garm y Heimdall con Loki.
Los Einheriar y los Vanir se enfrentaron con
el ejercito de inmortales de Hel y con los gigantes de hielo.
La lucha entre Fenris y Odín fue dura y
larga, pero al final Fenris se tragó a Odín de
un solo bocado. Pero cuando Fenris se disponía a saborear la
victoria, Vidar, hijo de Odín, lo partió en dos
abriendo sus enormes fauces tanto que cada extremo tocaba el cielo y la tierra.
La lucha entre Thor y Jormungard era muy
igual, pero al final Mjolmir, el martillo de Thor,
acabó con la serpiente gigante, cuando esta yació muerta Thor se
tambaleó y cayó muerto debido al veneno que la serpiente le habia introducido.
La batalla entre Frey y Surtr duró mucho
tiempo, pero al final la espada de Surtr provocó la muerte del
dios del Sol.
Tyr y Garm lucharon con gran ferocidad, tanto que al
final ambos cayeron muertos al mismo tiempo, al igual que Loki y Heimdall,
que se odiaban tanto que terminaron asesinándose mutuamente.
El Fin del
mundo
Cuando la batalla terminó, el Vigrid estaba cubierto de cadáveres, y Surtr, el único
sobreviviente lanzo las llamas del Muspellheim a cada rincón de los nueve mundos, todo fue consumido por el
fuego.
El mundo habia muerto, y se hundió bajo las envolventes olas del mar.
El mundo habia muerto, y se hundió bajo las envolventes olas del mar.
Fuente: Brinkster - Leyendas Mitologicas