Patriotas civiles y militares peruanos recuperan la ciudad
de Leticia e izan el pabellón nacional
El 5 de agosto de 1921 un movimiento cívico-militar integrado por oficiales subalternos (veteranos del Caquetá) se levantó en armas en Iquitos contra el Gobierno “Constitucional y Democrático” de Leguía que tramaba entregar territorios a Colombia. “Contra la Traición” fue el slogan revolucionario. Luego de tomar el control de la ciudad apresaron a las autoridades del Gobierno Central. Acto seguido se estableció el Gobierno Federal de Loreto, que recibió el apoyo unánime de toda la Amazonía. Dicha gesta patriótica tendría su segunda fase 10 años después con la recuperación de Leticia y la guerra peruano colombiana en la que se combatió a orillas del Putumayo (1932-33).
CERVANTES: HÉROE NACIONAL
Adelantandose a la intención del Gobierno del entonces presidente Leguía, en cederle a Colombia (Tratado Salomón-Lozano de 1924) el puerto fluvial de Leticia, estalla la Revolución Federal en Iquitos. La dirige el oficial Guillermo Cervantes Vásquez, el cual 12 años antes había peleado como sargento en el combate de la Pedrera (1911), a orillas del Caquetá, expulsando a las tropas colombianas invasoras.
En esta vez, ya como capitán de infantería, toma el mando del regimiento “Cazadores del Oriente” acantonado en Iquitos, declarándose en rebeldía y emitiendo un Manifiesto rubricado por 19 oficiales subalternos y 7 ciudadanos loretanos:
“Compañeros, los militares debemos dejar de servir para los fines inescrupulosos del Gobierno. Denunciamos el enriquecimiento y dolo de las autoridades a costa del hambre de nuestras tropas. El robo de vestuarios, propinas y alimentación de nuestros soldados es escandaloso. Todo el presupuesto de pagos para maestros y policias es desfalcado por los altos funcionarios (…) Las jóvenes generaciones militares nos negamos a contaminarnos con la putrefacción de un Alto Mando carente de honor.”
Lo que empezó como un movimiento de protesta patriótica contra la política antipopular y traidora del Gobierno derivó en la fundación y establecimiento de un Estado Federal Amazónico, con gobierno, ejercito y moneda propios pero, lo más importante, sin desconocer la peruanidad.
CONTEXTO PREVIO
Los años previos a los hechos fueron de tensión social. A la política de abandono sistemático que históricamente ha desarrollado el centralismo limeño contra la Región Amazónica, se sumaba el entreguismo territorial a favor de Colombia. Obviamente los loretanos se opusieron. Por ello su gesta seria denigrada por la clase politica limeña como “subversiva” y así mientras la prensa nacional insultaba y criticaba a los patriotas loretanos, una comisión del Gobierno negociaba a espaldas del país un Acuerdo con Colombia (1924).
LA REPÚBLICA FEDERAL AMAZÓNICA, AUGE Y CAÍDA
Retomando a los sucesos de Loreto, la principal medida del Gobierno Federal Revolucionario fue la creación de la moneda loretana (llamada “billetes cervantinos”). La emisión de 20 mil libras peruanas de oro en billetes impresos en cartulina de 50, 20 y 10 centavos reactivó la economía regional. En realidad esto se trató de “cheques provisionales” rápidamente aceptados por la población, pues sirvieron para pagar sueldos atrasados a los funcionarios públicos.
A fines de 1921, El Gobierno Central lanza una dura represión contra los revolucionarios. La orden era “sofocar la rebelión a sangre y fuego”. Ante eso, los rebeldes organizan un ejercito Regional, con destacamentos importantes en Yurimaguas, Pucallpa y Rioja.
Los primeros enfrentamientos se producen en San Martín y son favorables a los revolucionarios, que logran rechazar a una división del ejercito peruano. Pero resultan insuficientes. Un rígido bloqueo se ha levantado contra la Amazonía. Cada victoria significa menos balas, menos granadas, menos abastecimiento. El bloqueo empieza a surtir efecto, los meses siguientes son muy duros para los revolucionarios. Sin una línea de abastecimiento que asegurara la logística, el éxito se frustraba.
Las fuerzas revolucionarias se diluyen ante la ofensiva gubernamental que avanza por Juanjuí, Pto. Inka y Bagua, así por la boca atlántica del Amazonas, con 3 cañoneras de la Armada Peruana con autorización del Gobierno brasileño.
Aprovechando la derrota loretana, Leguía suscribe en secreto el Tratado con Colombia que para vergüenza de la diplomacia peruana se entrega “a sola firma” el importante puerto de Leticia (que le otorgaba a Colombia el acceso al Amazonas), además de 120 mil km2. Lo peor: se “obsequian” 25 mil compatriotas boras, huitotos que por dicho acuerdo pasaron a ser colombianos de un día para otro.
Pero el secreto no dura mucho, pues es divulgado por la prensa brasileña en 1927. Una vez llegada la “nueva” al Perú generó la descomposición del régimen de Leguía. El Congreso aprobó la cesión territorial pese a la airada protesta de los representantes loretanos.
Pero la gota que rebalsó el vaso fue la orden del prefecto de Iquitos de entregar oficialmente Leticia a Colombia. El oficial peruano al mando de la guarnición de dicho puerto se negó rotundamente a “cumplir ordenes traidoras”. Fue dado de baja, enmarrocado y encarcelado. Era el 31 de julio de 1930.
Poco después estallaba y triunfaba en los cuarteles del sur la rebelión del comandante Luis Sanchez Cerro. Leguía es depuesto y a las pocas semanas fallece en el hospital.
EL
ÚLTIMO DEFENSOR DE LETICIA
Alférez Hildebrando Tejada: “Yo no soy traidor a mi patria. Esta orden no la cumplo porque es inmoral. Yo soy un militar loretano que esta obligado a defender el territorio nacional y no voy a entregar ni un centímetro de suelo peruano al extranjero.” (Al momento de ser relevado, por orden del prefecto de Iquitos, para que Colombia ocupara Leticia. Luego sería encarcelado.)
Fuente: http://arqueohistoria.blogspot.com/2008_04_01_archive.html