lunes, 12 de septiembre de 2011

LOS DOCE TRABAJOS DE HERCULES - 3

 EL JABALÍ DE HERIMANTO



El Jabalí de Herimanto simboliza al monstruo que se agazapa detrás de nuestra mente, desde donde desestabiliza los valores superiores a los que debemos prendernos.

La fiera, tozuda e hiperquinética, se esconde en el enmarañado bosque de las emociones e imágenes mentales desatadas, desde donde solapadamente induce al error y oculta su garra, para inculpar al hombre de su actuar devastador.

El bruto se alimenta de los sentidos arrebañados, propios del hombre descentrado que es el incompetente pastor de sus percepciones, y no advierte que con el gran enredo de su precaria vida confecciona su propia trampa.

¿Podemos cazar este monstruo, sin antes reconocer que ocupa un lugar privilegiado en nuestras vidas? No puede ser reconocido, sin que antes se acepte que lo que realizamos para sí y los demás, se hace artificialmente en una continua maraña de engaños.

Para desenmascarar al Jabalí de Herimanto se deben cuestionar todos aquellos efectos que se producen y arraigan en nosotros, cada vez que nos dejamos dirigir y vencer por esa fuerza negativa.

Tras muchas experiencias y errores, paulatinamente advertiremos que esa innoble tendencia anida en nuestro ser. Con posterioridad a este reconocimiento, el jabalí, como señala el mito, comienza a blanquear.

La captura del Jabalí de Herimanto, implica tanto del dominio de las tendencias inferiores, como la adecuada utilización de nuestras superiores facultades.

Cuando Hércules vence a la fiera, encuentra su centro y se transforma en un ser realmente vivo, señor y dueño de sus resultados.


Fuente: Apiano León de Valiente