miércoles, 7 de septiembre de 2011

GUSTAVE DORÉ

La Divina Comedia, de Dante Alighieri.
NMIP: LUIS LEON PIZARRO
Aún respetando el realismo clásico de las academias, el manejo inteligente de la perspectiva y el dominio brillante, genial de la luz y de las sombras, son las característica de una extensa obra que sentó las bases de la ilustración moderna. El manejo de los planos gráficos es el más directo al ojo del espectador y permite que la atención se reparta luego a los detalles, que no dejan de ser menos importantes. Esa fórmula se convirtió en la fórmula de composición de toda la ilustración posterior; incluso el comic es una versión exagerada, resumida, de dicha fórmula.



Es impresionante la versatilidad y maestría que logró con una variada y extensísima obra en blanco y negro. Su lenguaje gráfico para los personajes divinos, como los ángeles, se hizo paradigma.



El corazón de Dios, La Divina Comedia

Muestra el último círculo del Cielo, en el cual al alma, guiada por Beatriz, se le muestra el corazón del creador en forma de una inmensa rosa blanca de luz formada por huestes de ángeles.


Merlín y el Rey Arturo, acercamiento.


El Ángel Caído, en Paraíso Perdido, de John Milton.


Orlando Furioso, acercamiento.


La Cenicienta.


En El Cuervo, de Edgar Allan Poe.


Fuente: Gustave - Dor
NMIP: LUIS LEON PIZARRO