miércoles, 1 de mayo de 2013

Donde esta el centro de la magia???



Ok, somos brujos, hacemos magia, etc, pero... Comprendemos de verdad cual es nuestro rol en todo eso???

De nada nos sirven ni servirán las mejores herramientas, miles de libros ni la túnica mas fashion, sino lo terminamos de comprender. Y, cuando lo comprendamos, no vamos a necesitar NADA, de eso.






Que hacemos cuando hacemos magia???

La magia tiene un sin fin de definiciones y ya se han escrito muchos libros al respecto y de seguro saldrán muchos mas... Pero podríamos intentar definirla como: manejo consciente de la energía, para generar los cambios que elije el mago o brujo.

Entonces, tomemos, como ejemplo de energía, a la luz... hay muchos otros tipos pero la luz blanca nos servirá bien. Ahora pensemos en lo que conocemos como color... Hay muchos no? pero en realidad todos los colores esta inmersos en el mismo rayo de luz blanca. Si, todos juntos, todos a la vez. todos vibrando en diferentes longitudes de onda. Nosotros apenas captamos un pequeño rango de ellos...
 
 
 
 
 
 
 
Cuando "vemos" un color en realidad lo que captamos son las longitudes de onda reflejadas por el objeto en particular es decir, en realidad vemos es lo que ese color no es, por ejemplo una manzana absorbe todos los demás colores, menos el rojo... Y no olvidemos los matices... Lo que de verdad captan nuestros ojos es un proceso de transformación de esa energía lumínica en especificas vibraciones. Y es una danza que se da constantemente a nuestro al rededor.

La Luz es tan solo un ejemplo, pero igual nos rodea, por decir otro, la temperatura, las variaciones que sentimos y el porque algunas cosas son mas calientes y otras mas frías. Todo siempre dependiendo de su interactuar con todo lo que existe...

El mago es un prisma que refleja y absorbe energía, permitiéndose generar así dichos cambios, es la matriz por donde ocurren dichos cambios. Cuando elegimos un hechizo, un color de velas, un propósito mágico, etc, estamos eligiendo con cuales energías interactuar. Estas mismas energías se exaltaran, filtraran y serán el agente del cambio que, se supone, estamos deseando y la razón por la cual decidimos "brujear"
 
 Por tanto lo que generemos dependerá de lo que seamos. Un prisma sucio, reflejara dicha suciedad y la magnificará. Un espíritu sucio hará lo mismo con la energía, por mas pura que esta sea y sin importar de que manera la manipule. Nuestras intenciones y emociones son esos filtros que permitirán absorber o reflejar lo que en realidad deseamos manifestar. Si no nos conocemos a nosotros mismos, las consecuencias de lo que generemos podrían muy bien ser totalmente contrarias a lo que realmente queríamos. Y esto ocurre porque no podemos dar lo que no somos...

Todos los seres humanos somos una especie de prismas, o digamos, cristales. Que magnificamos o disminuimos las cosas según sea nuestra verdadera composición moral, mental, emocional y espiritual. No, no hay espacio a engaños, somos lo que somos y generamos las cosas en esa misma medida. Y lo hacemos todo el tiempo, con magia o sin ella. Lo hacemos todos, todos los seres humanos. Solo que los magos elegimos ejercer control de aquellas energías que vamos manipulando.
 
 
 



 
Y es por esto que, muchos se van perdiendo en el camino a medida en la que van acumulando poder, porque mal pueden manejarlo para su propio bien y el del mundo, si ellos mismos están sucios de bajas pasiones, conceptos errados, pequeñeces de carácter y todos esos grandes defectos que tenemos que combatir, antes que la magia los haga ser errores fatales, en el verdadero sentido de la palabra. Es mas, nuestros defectos se ven acentuados, si practicamos la magia de manera inmadura e irresponsable. Al igual que las consecuencias de nuestras acciones. Y esta es la razón de las graves y terribles advertencias en los libros de Alta Magia Ceremonial, por las consecuencias que, sin una verdadera preparación podría tener su practica.
 
 
 
 



Y de ahí podemos ver, entonces, el verdadero significado de la ley de tres, nadie o nada, va a venir a medirnos y a darnos el triple. NO. Somos y seremos nosotros, siempre, quienes lo generemos de manera inmediata, como quien al lanzar una bola de nieve cuesta abajo ocasiona una avalancha, de la cual, siempre seremos nosotros las primeras victimas.


Los problemas no se resuelven mágicamente, sin saber primero hasta donde los hemos generado nosotros mismos. Cuando lo sepamos, y solo entonces, podremos hacer magia con mayor responsabilidad y en la mejor de las condiciones. Porque, de lo contrario, podríamos estar cavando un pozo mas profundo a nuestro al rededor creyendo que hacemos el bien.
 
 


 
 
 
Nuestros espíritus son luz pura y magnifica, sepultados bajo capas de errores que habremos de eliminar antes de empeorarlos al magnificar nuestra propia energía con la del universo. Una armonía con la naturaleza, sincronizarnos con ella hará maravillas para nuestra evolución. Tenemos que, primero trabajar en nosotros mismos, conocernos verdaderamente e ir aprendiendo a como limpiarnos de tantos defectos que tenemos. Ese es el verdadero sentido de la evolución espiritual, y es el camino real de la magia.

Cuando logremos ese transitar en el camino del mejoramiento interior, entonces, con facilidad podremos reflejar lo que en realidad queríamos desde el principio, no distorsionaremos la imagen de nuestros objetivos. Tendremos la vida que realmente deseamos, con responsabilidad y verdadera libertad, de quien asume las consecuencias de sus actos.

Así, SI, podremos entonces, por ejemplo atraer nuestra pareja perfecta, la prosperidad, salud y todo eso que hará de nuestra vida una vida FELIZ, así, en mayúsculas. No nos sabotearemos nuestros propios actos mágicos con la inseguridad, los celos, el odio, etc. y podremos cosechar lo mejor de nuestra manipulación energetica.
 
 
 
 



El refinamiento de nosotros mismos, mediante la disciplina bien enfocada, permitirá que seamos faros de luz y no pozos de oscuridad. El hombre, es la medida de todas las cosas.
 
 Fuente: Andrea Green

NMIP: PUBLICACIÓN CON FINES DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA.