domingo, 16 de junio de 2013

LA FUERZA FUTURA: VRIL? - Nótese que esto fue escrito a principios del siglo pasado.








“Se ha escrito y hablado tanto sobre los mundos internos desde el punto de vista oculto, tanto se ha dicho que poseemos vehículos superiores, capaces de ser desarrollados para funcionar conscientemente en ellos, que es absolutamente necesario enaltecer el inmenso valor del cuerpo denso y del mundo visible al que nos correlaciona, para contrarrestar en lo posible el desprecio con que algunas personas miran el mundo en que vivimos. Podemos asegurar tranquilamente que hay Grandes y Exaltadas Inteligencias en la evolución que ordenan todas las cosas con una sabiduría tan maravillosa que no descuida ningún factor, y tratemos de comprender el fin y objeto de nuestra actual existencia. Entonces veremos que todo está bien, que hay buenas y suficientes razones para que estemos colocados en la presente fase de existencia concreta, con las limitaciones inherentes a ella. Vemos que en la actualidad el mundo occidental está atravesando una fase de desenvolvimiento material y muchos de entre nosotros que estamos preocupados con las cosas del espíritu nos ponemos a considerar las actividades del hombre ordinario con un sentimiento de "gracias, Dios mío, por ser yo más santo que los otros," sentimiento que es completamente gratuito. La tan despreciada "persona ordinaria" nos mira por su parte con burlona sonrisa cuando le hablamos con gran familiaridad del cielo y del infierno, sin estar por cierto nada al corriente de los asuntos materiales. Nuestro primer y más importante deber es conocer algo del mundo material, practicar nuestros deberes aquí lo mejor que podamos, antes de ponernos a escudriñar las nubes. Para explicar este argumento podemos señalar a la India donde gran parte del pueblo sufre todavía hambres terribles, pensando en el "Nirvana" y olvidando sus condiciones del presente. La persona común nos dirá que contemplemos el atraso de esos orientales, atraso que ella atribuirá a su creencia en la doctrina de la reencarnación, que es lo que les inculca ese descuido por su actual fase de existencia. Y entonces argüirá que el desarrollo espiritual, especialmente fuera de los métodos de las iglesias reconocidas, es perjudicial en alto grado, y tendrá plena razón en sus afirmaciones, si bien hay un punto de vista más profundo que trataremos más tarde. Para desarrollarnos en forma sana y segura debemos tener positivamente una apreciación correcta de la misión de este mundo en el plan divino de desenvolvimiento que se llama evolución, y darnos cuenta completa de la parte que nos toque en la obra del mundo. Por otra parte puede decirse que el punto de vista oculto da una percepción más profunda y un margen más amplío de utilidad que la simple consideración superficial. Examinaremos, por consiguiente el sendero de desarrollo del mundo material desde ambos puntos de vista. ..todas las cosas de este mundo visible y material son imágenes mentales cristalizadas…(y se ha dado un ejemplo de)  como, un arquitecto formaba una casa en su mente, sacando los planos de esa imagen mental, planos que luego aprovecharon los obreros para construir la casa materialmente. La imaginación de Graham Bell se cristalizó en el teléfono, la de Fulton en un vapor, (y todos los adelantos e invenciones científicos y tecnológicos contemporáneos) etc.

 Pero por supuesto, esas ideas no eran perfectas desde el primer momento, siendo necesario un gran número de experiencias antes de que las invenciones mencionadas tuvieran la eficiencia necesaria para ser útiles en la vida (El método de la ciencia del ensayo y el error). Si nos imaginamos este mundo en que vivimos como un Mundo del Pensamiento, en el que pudiéramos formar imágenes similares a cuadros mentales, pero donde no fuera posible concretarlos en metal o en madera, ¿qué hubiera resultado en casos tales como el del teléfono o del vapor? El inventor habría creído su invención exacta, al no existir condiciones materiales que demostraran las imperfecciones de su pensamiento, y por consiguiente no habría aprendido a pensar correctamente. La misión del mundo material, concreto, es hacer manifiestos nuestros errores. Estamos desarrollando un poder enorme dentro de nosotros mismos y en el Mundo Físico tenemos la condición más ideal para desarrollar la habilidad requerida para poder usar aquel poder convenientemente. Sin esa habilidad, en los estados de materia sutiles produciríamos perjuicios inmensos. La que es la fuerza venidera lo veremos cuando echemos una mirada retrospectiva sobre el pasado desenvolvimiento, lo que nos dará la verdadera medida de la perspectiva. En los primeros albores de la existencia humana, el hombre actuó principalmente con los sólidos, sus primeros implementos fueron piedras afiladas, lo que es de dominio corriente. Más tarde comenzó a obrar sobre los líquidos, viajando en su burda canoa por el agua, o empleando ésta para mover sus molinos. Más tarde aprendió a emplear los gases, el viento, como fuerza de propulsión para los barcos o para los molinos. Ese fue un inmenso progreso; puso las partes más distantes del mundo en comunicación y ensanchó los conocimientos del hombre inconmensurablemente, pero aún los progresos obtenidos por el empleo de la fuerza del aire son insignificantes comparados con los obtenidos desde que se comenzó a emplear un gas más etérico: el vapor. Este hizo girar las ruedas del progreso con una velocidad maravillosa. Pero todas las maravillas realizadas por el vapor son nada comparadas con los mil y un mejoramientos de las comunicaciones y con los conocimientos adquiridos mediante la utilización de una fuerza aún más sutil: la electricidad, que circula por el globo llevando un mensaje en poquísimos segundos, muchos menos segundos que años se habrían requerido antes para hacer el mismo recorrido (y actualmente energías más sutiles como la electromagnética, la atómica, la de las partículas subatómicas, etc.) Vemos, pues, que el progreso humano se ha realizado por el empleo de fuerzas cada vez más sutiles y que cada vez que hemos aprendido a utilizar una energía más sutil que la que antes empleábamos hemos hecho grandes progresos en la civilización. Esta visión de las cosas no está encarnada en nuestras costumbres; generalmente asociamos la solidez con la fuerza como si fueran términos sinónimos, pero un poco de observación nos mostrará fácilmente la falacia de tal idea. Las olas del mar que son fluidas, pueden aplastar las cuadernas de un buque en pocos momentos; torcer y retorcer las más fuertes planchas de acero como si fueran simples trozos de alambre. Los vientos pueden desquiciar los mástiles de un barco; darle vuelta en un abrir y cerrar de ojos, y sin embargo, el viento no es más que aire, un gas. El agua, un fluido, está socavando las colinas de Seattle Washington, y afectando la solidez de sus edificaciones. Cuando contemplamos las grandes locomotoras con sus trenes extremadamente pesados y admiramos sus poderosas calderas, ¿nos fijamos alguna vez en que están tan sólidamente construidas debido a que en ellas obra un gas, elástico, invisible: el vapor? El molino de agua era inútil como productor de energía, salvo cuando se lo ponía en contacto directo con una fuente de energía estacionaria, una cascada. El poder del viento era mejor, podía emplearse como fuerza de propulsión en todo el mundo, pero era voluble e incierto. El vapor era ya más ideal, puesto que se podía obtener a voluntad y casi en cualquier parte pero requería maquinaria poderosa que se moviera, como se ve en la locomotora que no es más que un poder movible. La electricidad puede trasmitiese a millas de distancia por medio de un pequeño alambre, pudiendo emplearse en cualquier parte a lo largo de esta línea; puede ser almacenada, embotellada en realidad, y después sacada a voluntad; puede hasta ser trasmitida sin necesidad de alambre de un lugar a otro por medio del omnipresente éter. Hemos pues, demostrado que el progreso humano del pasado se ha realizado por la utilización de fuerzas de creciente sutilidad - agua, aire, vapor, electricidad -, y que la creciente utilidad de cada una de esas fuerzas está aumentada además por la facilidad con que pueden trasmitiese y utilizarse en diversos lugares. El último progreso ha sido la transmisión de la energía de una fuente central a diversos puntos sin necesidad de conexión material como en la radiotelegrafía (Era 1910. Hoy en día tenemos las transmisiones digitales y electrónicas, el electromagnetismo, la nanotecnología, etc.). Habiendo, pues, visto los progresos pasados debe ser evidente que todo progreso ulterior de la raza humana depende del descubrimiento y utilización de una energía más sutil transmisible con facilidad aún mayor que las fuerzas que ya conocemos. ¿Cuál será esa nueva fuerza, qué papel jugará en el desarrollo de la raza humana y en qué sentido hay que buscar su descubrimiento? Tal es la naturalísima triple pregunta que ocurre y la que trataremos de contestar.

En su obra, La Raza Futura, Bulwer Lytton nos dio una vislumbre de lo que será esa fuerza futura. Como todas las demás novelas nunca ha sido tomada en serio, sino que se la ha considerado solamente como el producto de la fantasía de un autor de talento. Las novelas de Julio Verne han encontrado por parte del público una actitud de admiración similar por su vívida fantasía (?), y sin embargo, ¿no se han realizado muchas de ellas? La Vuelta al Mundo en Ochenta Días, es ahora demasiado lenta para un viajero del siglo XX. La navegación submarina y las naves aéreas son una realidad de nuestros días. En verdad, la mente humana no puede imaginar nada que no sea posible realizar. Esto parece ser una afirmación extravagante, pero ¿no queda justificada en vista de lo que ya se ha hecho? E invirtiendo nuestra argumentación podemos decir que algo parecido al Vril de Bulwer Lytton tendrá que descubrirse antes de que el hombre pueda dar el subsiguiente gran paso de progreso. Ciertamente, grandes y maravillosos descubrimientos están ante nosotros esperando una explotación más intensiva de las fuerzas que ya poseemos, pero el próximo Gran Paso depende del descubrimiento y preparación para su empleo de la fuerza venidera. Se hicieron tentativas para construir la máquina de vapor mucho antes de que se obtuviera el éxito que ha alcanzado en nuestros días. Los hombres de ciencia conocieron también algo sobre la electricidad anteriormente, pero se ha necesitado largo tiempo para que esas ideas maduraran y pudieran aprovecharse prácticamente; similarmente, mientras seguimos marchando y explotando las fuerzas que conocemos sabemos que tenemos que prepararnos para la fuerza venidera y si la hallamos podremos encontrar los medios de usarla con más rapidez. Echemos una ligera mirada sobre el Vril de Bulwer Lytton, pues entre todo su ornamento fantástico hay una verdad inestimable oculta allí. El Vril era una fuerza que se generaba dentro de los personajes de esa novela; no dependía de una maquinaria externa que costara dinero, que podía favorecer a los pocos y no a la mayoría; todos sin excepción poseían en La Raza Futura ese poder desde el nacimiento hasta la muerte. Ciertamente que ese es un ideal muy superior a una estación central de energía. No había necesidad alguna de elevadores, puesto que cada uno levitaba a voluntad. Tampoco eran necesarios los tranvías, coches o ferrocarriles, pues todos podían moverse rápida y fácilmente por su propia fuerza; de nada servía los barcos cuando el hombre podía volar por el aire sin necesidad de exponerse a los inconvenientes inherentes de los viajes por tierra o por mar; y véase con cuanta menos resistencia podía volar como el pájaro, sin tener que depender de aeroplanos u otra cosa semejante. Como todas las demás fuerzas el Vril podía emplearse como medio de destrucción; era también rápido en eso, así que tenía que tenerse sumo cuidado en su empleo. Era necesario poseer el dominio propio en el más alto grado, pues si uno se dejaba arrastrar por un acceso de ira se hubiera originado espantosos desastres. Si alguna vez tenemos que emplear esa fuerza podemos ver muy bien la gran necesidad que hay de que seamos buenos, cariñosos y que no tengamos enemigos. Nuestras vidas estarían en manos de los demás a tal extremo cuál ni por soñación se nos ocurre. Cuando miramos dentro de nosotros mismos con objeto de ver si es posible que una energía semejante esté desarrollándose incipientemente, no tardaremos mucho en encontrarla, viéndonos obligados a reconocer ese poder de vastísimas posibilidades en el Poder Mental.

Nuestras ideas toman forma en las imágenes mentales que formarnos con gran facilidad cristalizándolas después en cosas materiales de manera excesivamente lenta y convirtiéndolas en ciudades, casas, muebles, etc. Todo lo que ejecuta la mano del hombre es pensamiento cristalizado. Este modo lento que en la actualidad caracteriza la exteriorización del pensamiento en forma de cosas, no debernos tomarlo como medida de las posibilidades; ni desalentarnos por el hecho de que el pensamiento nos parezca demasiado sutil y escurridizo. Ha sucedido lo mismo con las otras fuerzas que más tarde movieron las ruedas del progreso. Durante edades innumerables las olas del mar han agotado su energía en batir las costas, pero ahora los inventores están comenzando a aprovechar la fuerza del agua, poniendo generadores eléctricos en combinación con las cascadas. Durante períodos larguísimos los vientos han barrido la tierra y el mar antes de que su fuerza se pusiera al servicio del hombre en los barcos de vela. Durante edades el vapor se escapaba en el aire saliendo de las ollas que empleaba la humanidad primitiva mucho antes de que ésta aprendiera a concentrar su poder y a utilizarlo en las diversas industrias. Así como el vapor se escapa inútilmente de las vasijas de cocina, así también la energía mental radiante de la humanidad actual se escapa inútilmente, y así como el vapor pudo utilizarse concentrándolo así también el sutilísimo poder mental, pero colosalmente potente, puede concentrarse para hacer el trabajo del hombre con una facilidad imposible de imaginar si se compara con las fuerzas actuales, pues éstas son simplemente utilizables para trabajar sobre cosas existentes, mientras que el Poder Mental es una fuerza creadora. Sabemos cuán peligrosas son las otras fuerzas cuando se concentran; mientras el vapor se escapa de una cafetera no puede hacer el menor daño. La electricidad generada por la fricción en un cristal o en un trozo de ámbar no puede ser peligrosa para nadie, pero cuando se genera el vapor en cantidad y se le encierra en una caldera, puede destrozar las manos del obrero incompetente; y la electricidad puesta en tensión en un alambre puede matar al ignorante que se ponga en contacto con ella. Análogamente podemos deducir que el Poder Mental mal dirigido o empleado ignorantemente produciría efectos muchos más desastrosos por ser una energía más sutil. Por lo tanto es necesario que el hombre asista a una escuela donde pueda aprender a usar esa energía formidable en forma segura y eficaz, y comprendámoslo o no, los sabios instructores que trabajan invisible pero potentemente con la humanidad nos han proporcionado ya esa escuela cuando nos colocaron en esta existencia concreta, el Mundo Físico
………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………… ………………………………………………………………………………………………………… Habiendo retenido una comprensión plena y una fe implícita en la doctrina del renacimiento, cosa que el Occidental ha perdido temporalmente, y estando rezagados, los hindúes son naturalmente indolentes y no se esfuerzan por mejorar las condiciones físicas en su vida terrestre. Como consecuencia de esa indolencia el país ha degenerado también junto con los cuerpos, y el sufrimiento consiguiente tiene por objeto despertarlos a la necesidad de concentrarse en las cosas materiales para que puedan aprender a conquistar la Tierra como nosotros lo hemos y estamos haciendo; Tendrán que seguir nuestros pasos y olvidar por un tiempo su ser espiritual con objeto de dominar las importantes lecciones de este mundo material. La falta de bienes materiales los hará abandonar el lado espiritual de su desarrollo y emprender la fase material. (Ya lo han hecho y de muy buena forma, al igual que los chinos y otras culturas. Esta predicción se ha cumplido plenamente). Nuestra plenitud y prosperidad material tiene el fin opuesto: está destinada a causarnos la náusea de la sociedad para encaminarnos hacia el reconocimiento de la inestabilidad de las cosas materiales y obligarnos a que volvamos de nuevo hacia lo espiritual, y a medida que las nuevas invenciones y mejores medios de distribución hagan la vida más fácil, vendrá el deseo de la vida superior, deseo que sobrepasará y dominará al deseo de éxitos mundanos. Nuestra concentración sobre las cosas materiales, y nuestros consiguientes éxitos materiales, nos han dado tal ímpetu en la dirección material que estamos olvidando nuestra naturaleza espiritual como una supersticiosa falacia desvanecida por los hechos científicos. Nuestra actitud "científica," ultramaterialista, es completamente opuesta a la actitud de los hindúes, y como los extremos se tocan, el ultramaterialismo del pensamiento occidental obra destructivamente sobre los países Occidentales, así como la indolencia oriental ha devastado las Indias Orientales. Hay una relación estrecha entre el materialismo y las perturbaciones sísmicas u otras...………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………….Por lo antedicho no debe entenderse que queremos indicar que ante los ojos del ocultista la ciencia es perjudicial; tiene su propio lugar que ocupar como educadora de la raza humana, pero cuando se divorcia de la religión y se torna materialista, cual ha sucedido en nuestros tiempos, es una amenaza para la humanidad. Hubo un tiempo en que la religión, el arte y la ciencia se enseñaban juntas en los templos de Misterios, aún en Grecia, pero como éste es el plano de la separatividad y de la especialización, fueron separadas a propósito durante un tiempo, para que pudieran alcanzar un mayor grado de perfección que el que hubiera sido posible obtener estando juntas. A su debido tiempo volverán a unirse de nuevo las tres, y entonces, únicamente entonces, obtendremos plena satisfacción por medio, del corazón, del intelecto y de los sentidos. El corazón gozará con el aspecto ceremonial de la religión, el intelecto se satisfará con el lado científico y el lado estético de la humana naturaleza gozará de las diversas artes que se emplearán en los servicios del templo del futuro.Cuando el hombre haya espiritualizado su ser bajo la influencia de esa religión científico-artística del futuro habrá adquirido el dominio de sí mismo y se habrá convertido en un auxiliar desinteresado de sus semejantes; entonces será un guardián seguro del Poder Mental, con el que podrá formar ideas exactas y correctas que inmediatamente se cristalizarán en cosas útiles.Todas las cosas de la Naturaleza vinieron a la existencia por medio del Verbo que se hizo carne: San Juan l. El sonido o el pensamiento hablado será nuestra próxima fuerza de manifestación, una fuerza que nos convertirá en creadores cuando mediante nuestro actual aprendizaje nos hayamos preparado para usar ese formidable poder en Beneficio de todos, sin tener en cuenta nuestro propio interés.”

Fuente: Opus Philosophicae Initiationis