domingo, 1 de abril de 2012

DE LA RENOVACION Y DE LA RESTAURACION - PARACELSO - II






Debemos ante todo comprender lo que son la Restauración y la Renovación; cuales son estas cosas que restauran y renuevan, y además lo que puede ser renovado y restaurado en la creación de las cosas. Todo el Mineralia, en efecto, pues son rejuvenecidos, renovados y restaurados, de modo que el hierro herrumbroso puede ser devuelto de nuevo el hierro nuevo, y el cardenillo en su cobre. Así, el minio puede también ser convertido en su plomo, la cal de Júpiter de estaño. Aquí, por consiguiente, renovación y restauración significan este proceso que devuelve una sustancia destruida, o herrumbrosa, o consumida, a su juventud y a su esencia perfecta. Pero hay que comprender que esto no "es restaurado" ni " renovado", pero "solamente" "reducido", y no puede, de ningún modo, ser comparado con esta restauración o renovación que proponemos exponer. Porque aunque la roya no sea no obstante un metal, éste no ha sido destruido sin embargo en su esencia. Por consiguiente, en este caso, esta renovación no puede ser tomada aquí por una explicación que se refiere a la restauración y la renovación, porque en la raza humana, tal royadura y ablución no se efectúa; y es lo que hizo que los hombres no necesitaban una renovación de este género.

También, si un hombre está sobre su decadencia o Decrepitus, esto puede ser comprendido como una suerte de roya en su sustancia, entonces parsimoniosamente su cuerpo será susceptible de ser devuelto por su estado de decrepitud el de la salud, como una vuelta de cualquier tipo de enfermedad a la salud. Pero para este sujeto no tenemos ahora ningún deseo de escribir. Podemos también considerar como una renovación lo hace que los metales emanan de (la asociación de) sal, azufre y mercurio. Cuando esta perfección es cumplida y traída al metal efectivo, este metal puede de nuevo volver a sus tres elementos primordiales, si aunque su sal, su azufre y su mercurio reaparecen como si estuvieran de allí en su primera generación, y el elemento metálico desaparece completamente y no hay más metal. También puede hacerse que la materia de los tres elementos primordiales vuelva a ser, otra vez, un metal como antes, es decir si el cobre es producido de nuevo desde los tres elementos primordiales del cobre, etcétera. En el caso de los metales, un tipo de regeneración se efectúa a partir de un metal antaño completo en un metal de nuevo perfecto y completo. Pero esto no es de ninguna manera una restauración o una renovación si esto se refiere al hombre, porque no podemos ser devueltos nuestros tres elementos primordiales, o reducidos a nuestro esperma, del cual, de nuevo, podríamos ser renovados una vez más y restaurados, como en el caso de los metales precitados.

Porque tendríamos entonces el poder de perfeccionarnos yo mismo por una segunda generación mejor que la primera; también el hierro, el cual es reducido a sus tres elementos primordiales, y luego de plata o de oro, y se vuelve incorruptible por este solo proceso; O así como Saturno que de nuevo se reduce a su mercurio, al fin, ha transformado en un metal incorruptible. Deberíamos también ser también capaces de producir o de crear de mí mismo una criatura inmortal, mientras que al contrario no tenemos el poder. Porque faltamos de esta materia (1) primordial, y estamos en la imposibilidad de volver para atrás con el fin de estar constituidos por una masa irreductible, pero debemos progresar ya que comenzamos, y en ningún caso no podemos recobrar ni poseer aquel por que procedemos.

La restauración, entonces, o renovación, es de una naturaleza doble. Uno, tal como aplicada sobre los metales, que presentamos e hicimos clara. El otro, cuando una vieja pintura es renovada con colores frescos, de modo que dé el aire reciente y nueva como antes. Pero debemos, por consiguiente, comprender allí que una nueva materia se haya formado en el seno de una antigua, pero que la vieja pintura es tanto revestida como puede parecer fresca. Es por eso que, una vez más, este género de restauración no puede ser citado en referencia a la restauración y a la renovación del hombre. Pero restauración y renovación deben ser entendidas en este sentido: Que Humor Radicalis del hombre, actuando sobre y estimulando Spiritus Vitae, no será disminuida ni inhibido, pero más bien aumentada en sus poderes y empujar adelante, también un árbol al cual asistencia es prestada para la producción de sus flores y frutos, con el fin de que cuando éstos caen y murieron, sean con otros de nuevo procreados como antes. Pero, aunque el ejemplo aquí producido no ilustra en el detalle nuestra teoría, ofrece sin embargo el medio de comprender cómo promover Humor Radicalis de la vida totalmente como lo mostrábamos en el caso del árbol.

Entendemos que la renovación y la restauración sean comprendidas así: que no son producidas en Humor Radicalis (2), sino en lo que es generado desde la antedicha y proceden de eso materialmente y corporalmente. Porque lo mismo que una campana dada forma por la fusión no recibe su sonido del sello sino del cuerpo, la restauración o renovación no toma tampoco su vigor en Spiritus Vitae, sino en lo que hace susodicho Spiritus; es decir que una es material, el otro sustancial. Pero cuando toda esta sustancia en la cual Humor Radicalis está presente habrá sido purificada, su sello será también perfeccionado, y mejor es el sello, mejor será el cuerpo. Y cuando decimos que Humor Radicalis procede del cuerpo y los miembros, lo comprendemos como esto, a saber que Humor Radicalis mismo, y lo que emana de eso, son como la raíz y el árbol del que una no puede vivir ni subsistir sin la otra.

Debe también ser comprendido aquí que estas dos cosas son unidas tan íntimamente y conjuntas como incapaces de ser separadas. Humor Radicalis y Spiritus Vitae (3), con Humor Vitae, residente en los cuerpos y en los miembros, totalmente como en los metales se encuentra la tonalidad, la cual no es vista, solamente entendida.

Porque Spiritus Vitae y Humor Radicalis verdaderamente son en los cuerpos. Sería vano, por consiguiente, de esforzársenos por purificar o por renovar el cuerpo por su intermediario; pero es exacto que el cuerpo y la materia que nacieron de eso y tienen allí su origen deberían ser restaurados y ser renovados. De ahí, puede ser deducido que la restauración y la renovación son las transmutaciones de miembros que existen de modo superfluo en el cuerpo; Con el fin de que todo lo que procede del cuerpo, y no del Humor Radicalis, desaparezca, y el fin de que algo de nuevo nazca en el lugar, tal como lo percibimos en un árbol, entre lo que todas las hojas, las flores, los frutos, y las setas caen y renacen, sin embargo que el bosque mismo no está en ninguna consideración cambiada, que se escame y renazca, pero queda. Así, además, queda Humor Radicalis. Es la vida en el cuerpo; y cuando los cuerpos mismos echan de nuevo los cabellos, las uñas, los dientes, y cosas semejantes, éstos pronto son renacidos. Es la restauración y la renovación, por la que la cosa que debería ser restaurada y renovada es restaurada y renovada. Porque cada restauración y renovación se produce en la superfluidad, y en estas cosas que tienen su origen y nacieron del Ser. El método por el cual el cuerpo es apto para ser restaurado y renovado es bastante demostrado por la superfluidad que no forma excrecimientos sobre la materia, tales como cabellos, dientes, piel y uñas, pero están en el cuerpo como algo en exceso. No están ausentes de la materia o las sustancias corporales, sino quedan en su esencia como cuatro Humores (4) (constituciones). Una procede de la frialdad y de la humedad, la cual es contenida en todo el cuerpo, y nació, no teniendo ni el menor lugar particular ni el menor origen o ni el punto inicial de donde proviene, así como probado concerniendo a los cuatro tipos de Humores. Un segundo emana exactos contrarias de la primera, es decir del calor y de la sequedad, las cuales, también, son parsimoniosamente en el cuerpo y no ocupan ningún lugar ni origen clases de matemáticas superiores, y también producen líquido. El tercero es frío y seco, teniendo origen idénticamente. El cuarto mismo es caliente y húmedo, que
también procede como otros.

Y debe ser anotado aquí que pasa que este cuatro Humores (5) todas no existe en todos los cuerpos, sino a veces solamente uno, a veces dos, algunas veces tres, otras veces cuatro. Debe, además, ser observado para su sujeto que en el proceso de renovación y de restauración, son consumidas y expulsadas, por la razón que la Naturaleza y la vida del hombre pueden existir sin ellas, y reposan de ningún modo en su necesidad ya que existen sólo como superfluidad, como la levadura en el vino, o el espuma fluyendo en otoño. { (5)}

En cuanto a los cuatro tipos de Humores tan manifestados en el hombre, esto, también, debe ser anotado: que éstas no son renovadas o restauradas porque no provienen de uno de los órganos, Neque Ex Majoribus Nec Minoribus. Tampoco que residen en la sangre o en la carne, ni en nada semejante. Otra vez, que es verdad sólo Humor sanguíneo viene de un hígado que rebosa sangre, o Melancholia del bazo, Cholera de la bilis, y el Phlegma del cerebro, y otras de este género, dado que los órganos susodichos no abastecen su Humor al hombre, sino dado que este Humores nacen de mismos y finalmente totalmente se dirigen a la muerte. No nos propondremos discutir aquí sobre estas cuestiones, porque son demasiado alejadas de
nuestro texto sobre la renovación y la restauración.

Ya que, pues, ninguno de las cuatro Humores no tiene ni su sitio(plaza) ni su origen en los cuerpos, aquel de lo que hablamos, pero existen en Spiritus Vitae y en Humor Radicalis, Humores no pueden ser renovados o restaurados. Pero en cuanto el cuerpo habrá sido clarificado, su naturaleza también será aclarada.

Señalamos, de la misma manera, como extraña para nuestro texto la repartición de Humores según la edad, la región y el régimen, porque ninguno es imprimida sobre un cuerpo por aquellos tres. Puede, en efecto, llegar que la vejez arrastra Melancholia de los cuerpos, pero no es Humor. También, si el lugar de residencia puede provocar Phlegma, Humor no es por eso flemático. El alimento puede también procurar que alguien se le parece, pero esto no necesita ser debatido aquí ya que lo negociábamos en la Construcción del Cuerpo (6).

Para una repartición de este tipo una fase especial de inteligencia es requerida, visto que debe ser observado que son ni siquiera Humores, sino que a veces Mineralia también, y algunas veces corrupciones, todos existen como superfluidad contra Naturaleza y virtud. Del mismo modo, esto debe ser dicho a propósito de los órganos principales que resisten a la renovación y a la restauración, es decir, en el sentido que no los perciben porque ellos mismos no los reciben, sino porque agarran todo lo que los(las) atraviesa, y es preparado con ellos, totalmente como absorben el alimento, no una medicina. Pero por todas partes dónde a la menor ocasión de Humores o superfluidad es producida en ellos, deberían ser expulsadas.

Así, además, esto debe ser también comprendido para otros órganos, a saber, los huesos, la médula, el cerebro, el corazón, el hígado, los pulmones, los riñones, el bazo, el estómago, los intestinos, los cartílagos, los músculos. Y sangre, también, debería ser conocido que la corrupción o la superfluidad existe en él, aunque sea sólo Accidens. Y tan también carne. Cet Accidens es purgado, para decirlo así, en el curso del proceso de renovación y de restauración. No verdaderamente que otra sangre sea engendrado,
pero que lo que es contaminado o extirpado, y que el bono o preservado y predomina.
El mismo juicio también conviene en cuanto a la carne.

Expliquemosnos brevemente cuales son estas cosas que pueden ser restauradas y renovadas: Lepra, Caducus, Manejó, Pustulae, a Podagra, o Chiragra, o Arthetica, y otros todavía que es eliminado en el curso de la renovación y en el curso de la restauración: a menos que sea alguna enfermedad de nacimiento. Ésta no se irá.

Pero en cuanto a Lepra, se producen tal transformación en el cuerpo, como no sólo el Lepra, sino que hasta una enfermedad más fuerte que sería consumida y eliminada; no verdaderamente que hubiera una separación del puro ab impuro, pero Lepra transformó en salud, como el cobre él es de oro, de lo que nadie se asombrará porque la renovación y la restauración no consumen de otro modo que el fuego de plata o de oro sus falsedades e impurezas, y purifica. También Caducus y Podagra, Chiragra, Arthetica son llevados; porque todas las cosas que residen en el cuerpo entero son renovadas en seguida, la sangre y la carne, con otras cosas que son incluyas allí. Porque, lo mismo que el álcali purifica el mercurio leproso en una mejor plata,  tan también la renovación y la restauración transmuten el cuerpo en una buena esencia, como enunciado más arriba.