domingo, 10 de febrero de 2013

EL R.·.H.·. LUCIANO SCATTOLON BENEDETTI Y EL M.·.R.·.H.·. LUIS FERNANDO LEÓN PIZARRO






El R.·.H.·. Luciano Scattolon Benedetti V.·.M.·. de la R.·.L.·.S.·. Gran Mariscal del Perú, Coronel Francisco Bolognesi Nº48, jurisdiccionada a la Gran Logia Mixta del Perú y reconocido abogado penalista, Miembro Honorario de la Gran Logia Patriótica del Perú,  con el M.·. R.·.H.·. Luis Fernando León Pizarro G.·.M.·. de la Gran Logia Patriótica del Perú, se reunieron para tratar temas relacionados a la masonería peruana y a la Seguridad Nacional.


martes, 5 de febrero de 2013

Sobre la naturaleza aleatoria de la realidad



Una vez que entendamos la aleatoriedad podremos apreciar el universo como lo que es y no como lo que nosotros queremos que sea.
 
Nuestros cerebros rechazan la idea de la aleatoriedad. Hemos evolucionado como una especie programada para convertirnos en los mejores buscadores de patrones – mucho antes del advenimiento de la ciencia, nos dimos cuenta de que un cielo de color grisaseo anunciaba una tormenta o que por el color de nuestras caras podemos determinar que tan saludables somos. Nuestras mentes automáticamente tratan de colocar datos en un marco que nos permita dar sentido a nuestras observaciones y utilizarlo para entender los acontecimientos para finalmente predecirlos.
 
Todos, de alguna forma, creemos en la magia, ya que el pensamiento mágico está sustentado en nuestras tendencias cognitivas más básicas, a través del pensamiento mágico le damos una atribución de propiedades mentales a fenómenos no-mentales, o viceversa, esto sucede cuando nos encontramos con un orden inexplicable. Una razón evolutiva para el pensamiento mágico es nuestra tendencia a ver patrones en el mundo y leer un significado en ellos. Somos tan buenos en eso que a menudo leemos significados en patrones que realmente no existen, empezamos a ver caras en las nubes o escuchamos mensajes ocultos en discos cuando los ponemos al revés. Vemos correlaciones entre las cosas que suceden en nuestra cabeza y las equiparamos con las cosas aleatorias que suceden en el mundo externo. Así por ejemplo, si piensas algo y luego sucede, se podría pensar que tu pensamiento fue el causante del suceso y lo mismo cuando le rezas a los dioses o a el universo para que algo suceda, si esto que pediste se cumple, no te quedará ninguna duda a quien atribuirle el suceso.
 
La aleatoriedad es tan difícil de entender porque va en contra de nuestros instintos de hallazgo de patrones. Nos dice que a veces no existe un patrón. Como resultado, el azar es el límite fundamental a nuestra intuición, nos dice que hay procesos que no se pueden predecir por completo. Es un concepto que tenemos dificultades para aceptar a pesar de que es una parte esencial de la forma en que se desenvuelve el cosmos. Sin una comprensión de la aleatoriedad, estamos atrapados en un universo perfectamente predecible que simplemente no existe fuera de nuestras propias cabezas.
 
Yo diría que sólo una vez que entendamos la aleatoriedad y sus tres leyes, podremos salir de nuestra insistencia primitiva de la previsibilidad y apreciar el universo como lo que es y no como lo que nosotros queremos que sea.
 
La primera ley de la aleatoriedad: Existe el azar en todas las cosas
 
Utilizamos todo tipo de mecanismos para evitar el enfrentamiento con la aleatoriedad. Hablamos sobre el karma, en una igualación cósmica que une los acontecimientos aparentemente sin ninguna conexión entre sí, a lo que se le conoce como apofenia. Creemos en la suerte, buena y mala, y que las cosas malas nos suceden de tres en tres.. Sostenemos que estamos siendo constantemente influenciados por las estrellas, por las fases de la luna, y por el movimiento de los planetas en el cielo, y a esa conexión con los astros le atribuimos los sucesos favorables que nos encontramos en nuestro camino.
 
Pero muchos acontecimientos no son totalmente predecibles o explicables. Los desastres ocurren al azar (tanto a gente buena como a mala), a individuos que están iluminados por un ángel, así como a los que tienen una alineación planetaria que les favorece. A veces se puede hacer una conjetura sobre el futuro, pero el azar puede confundir incluso a las predicciones más sólidas – no te sorprendas cuando una persona con sobrepeso, que fuma puros y que trata mal a su familia, llegue a vivir más tiempo que tú.
Por otro lado, los eventos aleatorios pueden imitar a eventos no-aleatorios. Incluso los científicos más sofisticados pueden tener dificultades para distinguir la diferencia entre un efecto real y un golpe de suerte al azar. El azar puede hacer que los placebos parezcan curas milagrosas, que algunos compuestos inocuos se conviertan en venenos mortales, e incluso el azar es capaz de crear partículas subatómicas de la nada.
 
La Segunda Ley de la aleatoriedad: Algunos eventos son imposibles de predecir
 
Si entras en un casino de Las Vegas y observas a la gente reunida alrededor de la mesa de dados, es probable que te encuentres con alguien que piensa que está en una racha de buena suerte. Debido a que ha ganado varias tiradas seguidas, su cerebro le indica que él va a continuar ganando, por lo que sigue apostando. Es posible que también veas a alguien que ha estado perdiendo. El cerebro del perdedor, al igual que el del ganador, le dice que siga jugando, ya que ha estado perdiendo durante mucho tiempo, él cree que en cualquier momento tendrá un golpe de suerte, no se alejará de la mesa por miedo a perder esa oportunidad que está esperando.
 
Contrario a lo que nuestros cerebros nos indican, no hay fuerza mística que impregne la buena racha de un ganador, ni hay un sentido cósmico de la justicia que garantice que la suerte de los perdedores dará la vuelta. A el universo no le importa un carajo si tu has estado ganando o perdiendo, cada tirada de dados es igual que cualquier otra.
 
A pesar de todo el esfuerzo que hayas puesto en la observación de cómo los dados se han estado comportando o la meticulosidad con que hayas observado a las personas que parecen tener la suerte de su lado, nunca serás capaz de obtener información reproducible para la predicción del próximo lanzamiento de dados. El resultado de una tirada es totalmente independiente de su historia. Y, como resultado, cualquier plan para ganar algún tipo de ventaja al observar como se comporta la mesa, estará condenada al fracaso. Eventos como estos – eventos independientes, puramente al azar – desafían cualquier intento de encontrar un patrón porque no hay ningún patrón que encontrar.
 
La aleatoriedad proporciona un bloque absoluto contra el ingenio humano, nuestra lógica, nuestra ciencia y nuestra capacidad de razonar tienen un límite en la predicción del comportamiento del cosmos. Independientemente de los métodos que utilices, de cualquiera teoría que hayas creado, de cualquier lógica que hayas utilizado para predecir el próximo lanzamiento de un dado, siempre habrá una posibilidad de 5/6 de error. Siempre. 
 
La Tercera Ley de aleatoriedad: Los eventos aleatorios son predecibles en conjunto, incluso si no son previsibles individualmente
 
La aleatoriedad es desalentadora, establece límites donde incluso las teorías más sofisticadas no pueden alcanzar a explicar, protegiendo a elementos de la naturaleza, incluso de nuestras búsquedas más determinadas. Sin embargo, decir que algo es aleatorio no es equivalente a decir que no lo podemos entender. Lejos de ello. 
 
El azar sigue su propio conjunto de reglas – reglas que hacen que el comportamiento de un proceso aleatorio sea comprensible y predecible.
 
Estas reglas establecen que, a pesar de que un evento aleatorio simple pueda ser completamente impredecible, una colección de sucesos aleatorios independientes es extremadamente predecible – y cuanto mayor sea el número de eventos, más previsibles serán. La ley de los números grandes es un teorema matemático que determina que los eventos repetidos, aleatorios e independientes convergen con gran precisión sobre un comportamiento promedio predecible. Otra poderosa herramienta matemática, el teorema del límite central, nos dice exactamente qué distancia media tendrá una colección dada de eventos y lo probables que estos serán. Con estas herramientas, no importa que tan caótico o que tan extraño pueda ser la aleatoriedad de un comportamiento a corto plazo, podemos convertir este comportamiento en predicciones precisas y estables en el largo plazo.
 
Las reglas del azar son tan poderosas que han dado a la física algunas de sus leyes más sacrosantas e inmutables. Aunque los átomos en una caja llena de gas se muevan al azar, su comportamiento colectivo es descrito por un simple conjunto de ecuaciones deterministas. Incluso las leyes de la termodinámica derivan su poder de la previsibilidad de un gran número de eventos al azar, son indiscutibles sólo porque las reglas del azar son tan absolutas.
 
Paradójicamente, el comportamiento impredecible de los acontecimientos al azar nos ha dado las predicciones de las que más seguros podemos estar.
 
Los eventos extraordinarios no siempre requieren de causas extraordinarias. Con el tiempo suficiente, pueden ocurrir sólo por casualidad. Conociendo esto podemos mejorar nuestra habilidad en la toma de decisiones y domesticar algunos de los prejuicios que nos llevan a malas elecciones y podemos aprender a juzgar las decisiones por el espectro de resultados posibles que podrían haber producido en lugar del resultado concreto que realmente ocurrió. Asume el azar. Encuentra el patrón. Conoce la diferencia.
 
Fuente: Benjamin Malik

Los siete pecados capitales en internet




Lejos de lo que puedan pensar, no estamos hablando de un nuevo y sofisticado término tecnológico, sino de algo de toda la vida, base de los clásicos "timos" o "estafas" que se aprovechan de la inocencia o la baja guardia del incauto.

En la modernidad esto ha sido actualizado, y en el mundo de la informática estos trucos reciben nombres como "phishing" o "smishing".

Estamos hablando de algo que saca partido de determinadas idiosincrasias humanas, lo que podríamos llamar los "siete pecados capitales" de la ingeniería social.

Alan Woodward, quien trabaja como consultor en ciberseguridad para el gobierno de Reino Unido, le explica a la BBC cuáles son estos pecados con graves consecuencias tanto en el mundo real como en el de la cibernética.

Apatía
Normalmente asumimos que otros "deben" haber tomado las precauciones necesarias para mantenernos seguros.

Tristemente, esto nos lleva a una falta de conciencia del peligro y en el mundo de los hackers esto puede ser fatal.

Cuando estamos en un hotel y programamos un número para la caja de seguridad con el fin de mantener nuestras pertenencias a buen resguardo, ¿a alguien se le ocurre asegurarse de que el número de anulación de código está a salvo? Porque casi siempre estos números son 0000 o 1234.

Curiosidad

El "phising" involucra en ocasiones correos electrónicos diseñados para que revelemos nuestra contraseña.

Los seres humanos somos curiosos por naturaleza. Sin embargo, la inocencia o la curiosidad desinformada genera muchas víctimas.

Los criminales saben que somos curiosos y tratan de tentarnos con ello.

Si vemos una puerta desconocida en un edificio que frecuentamos, todos nos preguntaremos adónde lleva y nos veremos tentados a abrirla y averiguarlo, lo que en el mundo de la red puede ser una trampa esperando al usuario inocente.

Un colega creó una página de internet con un botón que decía "no apretar" y se quedó sorprendido al ver que la mayoría de gente hacía clic.
Sea curioso, pero tenga un grado saludable de sospecha.

Candidez

A menudo se piensa que esto es un término despectivo, pero lo cierto es que todos pecamos de ello: hacemos suposiciones.

Nos tomamos en serio lo que otros dicen, especialmente fuera de nuestras áreas de especialización. Vemos un informe de alguien y asumimos que tiene autoridad.

Los timos de "phising" involucran correos electrónicos diseñados para que los internautas revelen sus palabras clave.

Se le da a un email una apariencia oficial usando el logo creíble y aparentemente procedente del correo electrónico correcto, y asumimos que es real, a pesar de cuán tontas son las instrucciones que da.

Todo esto puede ser fácilmente recreado en la red, así que nunca dé las cosas por sentadas.

Cortesía

"Si usted no sabe algo, o siente que algo no está bien, pregunte"

Todos les enseñamos a nuestros hijos a comportarse educadamente. Sin embargo, la cortesía no significa que no deberíamos discriminar en el mundo de internet.

Si usted no sabe algo, o siente que algo no está bien, pregunte. Este principio es más aplicable que nunca en el mundo virtual, donde se nos pide interactuar con gente y en sistemas que no nos son familiares.

Si alguien le llama de la nada y le dice que es de su banco, ¿le creerá? No, llámelo usted.

Y use un teléfono móvil, ya que las líneas fijas pueden quedarse conectadas a la persona que hizo la llamada en primer lugar y, aunque piense que está llamando al banco a un número válido, le estará hablando a la persona que lo llamó.

Avaricia

A pesar de lo que algunos puedan decir, todos nosotros somos susceptibles a la avaricia, incluso cuando no nos sentimos avaros.

Desde su nacimiento, la cultura de la red ha fomentado el compartir cosas gratuitamente.

Inicialmente esto se aplicó a trabajos académicos, pero a medida que internet empezó a ser comercializada a mediados de los años 90 nos dejaron con la impresión de que todavía podemos encontrar algo a cambio de nada. Nada es realmente gratis en la red.

Tienen que recordar que, si no son un cliente que paga, es probable que usted sea el producto.

En el peor caso, descubrirá que ha descargado algo en su computador que está lejos de ser aquello que "adquirió".

Muchos virus maliciosos malware son descargados por personas que no son conscientes de que el producto "gratuito" tiene consecuencias, incluso cuando parece que hace lo que estaba destinado a hacer.

Timidez

Una llamada del servicio de mantenimiento informático puede ser de cibercriminales ubicados en otro continente.

Las personas evitan preguntar a extraños por su tarjeta de identificación, y en el mundo en línea es incluso más importante pedir las credenciales de aquellos a los que confiamos información sensible.

Una llamada de un equipo de mantenimiento informático puede ser en realidad una llamada de cibercriminales en un continente distinto. No deje que las circunstancias lo lleven a revelar su identidad.

Por ejemplo, si alguien de mantenimiento informático le pide su contraseña para arreglar su problema, ¿cómo sabe que no han llamado a alguien más en el edificio para averiguar que usted es el que tiene el problema?

Este es un ataque muy común. Si el que llama tiene problemas para demostrar quién es, debería sospechar inmediatamente.

Irreflexión

Pensar antes de actuar es el modo más efectivo para protegerse. Es demasiado fácil hacer clic en ese vínculo... ¡Pare!

Cuantos de nosotros, cuando leemos un vínculo aparentemente válido en un correo electrónico, nos molestamos en revisar si es realmente válido y nos desvía a una página maliciosa.

Es terriblemente fácil hacer que los vínculos parezcan válidos para atraer nuestro cursor por unos segundos antes de que apretemos para comprobar lo que es realmente: el vínculo real aparecerá si espera un momento.

Por muy cínico que parezca, la única forma de evitar esto es que practiquemos el ABC en estos casos: no asuma nada, no crea en nadie y revise todo.

Teniendo en cuenta que cada vez son más los que realizan sus compras navideñas por internet, deberíamos estar atentos frente aquellos que quieren explotar nuestros siete pecados capitales.

No dé a los delincuentes la oportunidad de arruinar sus vacaciones y recuerde que un poco de paranoia es importante en la internet.
 
Fuente: BBC

El Sol y el Corazón






Una vez me dijo un maestro sufí que el Sol emite almas,
y que cuando baja su actividad la humanidad transita por sus zonas oscuras.
Probablemente cuando los sufís se refieren al “Núcleo del Núcleo” lo estén haciendo al sol,
y el punto de nuestro organismo que nos ayuda a sintonizarnos
con la energía universal, solar, es sin duda el corazón.

Construcciones Invisibles




"Cada organismo, cada sociedad que emerge comienza por preocuparse
de los edificios en los que se instalará, y así vemos que hay
iglesias, templos… parlamentos… existe la sede de las
Naciones Unidas y la de la Cruz Roja, etc. Pero las guerras, las
injusticias, la miseria y los crímenes continúan. Algunos
edificios, más o menos, no pueden cambiar gran cosa en tanto que
los humanos no sean capaces de construir con sus pensamientos,
sus sentimientos y su voluntad, monumentos de luz y de amor en el
mundo invisible. Estas construcciones invisibles son también
reales como las construcciones de hormigón o de cristal, y más
eficaces. 

Un monumento de estas características es lo que yo deseo que
construyamos juntos, algo de tal magnitud que todas las
conciencias del mundo se estremezcan y conmuevan. Sí, se
produciría de pronto un trastorno tal en las conciencias que
cada uno de nosotros sería transformado por una corriente de luz
irresistible: sin hacer preguntas, dejaría de lado sus intereses
egoístas y decidiría trabajar para la llegada de la
fraternidad. ¿Llegaremos un día a edificar un monumento como
éste? No debemos hacernos esta pregunta, pero es en este sentido
que debemos trabajar. "


Fuente: Mikhael Aivanhov

La magia no es para todo el mundo



Cualquier persona puede expresar su espiritualidad como desee. Hemos vivido en unos tiempos donde el sentido trascendente de las personas estaba encorsetado por las religiones del momento. Pero no hay que confundir religión con espiritualidad. La espiritualidad es la expresión que cualquier ser humano tiene acerca de si mismo y su relación con la divinidad.

Tampoco debemos confundir Espiritualidad con Magia, la Magia es un Arte. Si nos atenemos a la denominación clásica "La magia es el Arte de producir cambios de consciencia (a voluntad) y esos cambios de consciencia producen resultados en el Universo objetivo. Esta denominación nos está hablando de algo intencionado, de algo provocado y de algo estudiado. Es decir que alguien que no practica magia y en un momento determinado se siente emotivo (no sabe porque) y se va a adorar a sus dioses en ese caso, no podemos hablar de Magia sino de espiritualidad de la persona.

En la práctica mágica se suelen diseñar proyectos (Operaciones) por ejemplo para estudiar a un Dios, entonces se programa lo que se va a hacer, como se va a hacer, las fechas y simplemente se aplica. No importa si estoy emotivo o no, porque ya uno se encarga de manipular sus emociones para estar emotivo o cuando es el momento adecuado de dejarse llevar, pero antes hay planificación. Esto desarrolla la Voluntad.

La Magia es un Arte como pueda ser la pintura, para aprender a pintar hay que ir a la escuela, o aprender con alguien que sepa, saber cómo evoluciono la pintura y las técnicas que se han sucedido a lo largo de los siglos. Con el tiempo, después de repetir y repetir lo que hicieron otros, se consigue destreza y después con el tiempo creatividad, entonces el Ritual y la persona son una única cosa unida por el Amor.


Fuente: In L.V.X./Veritas

EL FUEGO, DEIDAD UNIVERSAL



Desde los tiempos primitivos, el hombre ha venerado al fuego sobre todos los demás elementos. Hasta el salvaje más inculto parece reconocer en la llama algo que se asemeja estrechamente al volátil fuego que arde en su propia alma. La misteriosa, vibrante, radiante energía del fuego que estaba más allá de su capacidad de análisis; pero, sin embargo, sentía su poder. El hecho de que durante las tormentas el fuego descendía en rayos poderosos desde el cielo, abatiendo árboles y causando destrucción, hizo que los hombres primitivos reconocieran en su furia la ira de los dioses. Luego, cuando el hombre personificó los elementos y creó los numerosos Panteones que ahora existen, colocó en manos de la Suprema Deidad la antorcha, el rayo o la espada flamígera, y sobre su cabeza una corona, cuyas puntas doradas simbolizaban los flamígeros rayos del Sol. Los místicos han descubierto que la adoración del Sol se remonta a la primitiva Lemuria, y la del fuego, a los orígenes de la raza humana. En verdad, el elemento fuego controla hasta cierto punto los reinos animal y vegetal, y es el único elemento que puede subyugar a los metales. Consciente o instintivamente, todo ser viviente honra al astro del día. El mirasol siempre tiende a dar frente al disco solar.

Los Atlantes eran adoradores del Sol, mientras que los indios americanos (restos del antiguo pueblo Atlante) todavía consideran al Sol como representante del Supremo Dador de Luz. Muchos pueblos primitivos creían que el Sol era más bien reflector que fuente de luz, como lo prueba el hecho de que frecuentemente representaban gráficamente al Dios-Sol llevando al brazo un escudo de metal muy bruñido, en el cual estaba cincelada la faz solar. Este escudo retenía la luz del Infinito, reflejándola a todos los lugares del universo. Durante el año, el Sol pasa a través de las doce casas de los cielos, donde, como Hércules, realiza doce labores. La muerte y la resurrección anual del Sol ha sido un tema favorito en innumerables religiones. Los nombres de casi todos los grandes Dioses y Salvadores han estado asociados con el elemento fuego, la luz solar o su correlativa la mística y espiritual luz invisible. Júpiter, Apolo, Hermes, Mitra, Baco, Dionisio, Odín, Buddha, Krishna, Zoroastro, Fo-Hi, Iao, Vishnu, Shiva, Agni, Balder, Híram Abiff, Moisés, Sansón, Jasón, Vulcano, Urano, Alá, Osiris, Ra, Bel, Baal, Nebo, Serapis y el rey Salomón son algunas de las numerosas deidades y superhombres cuyos atributos simbólicos derivan de las manifestaciones del poder solar y cuyos nombres indican su relación con la luz y el fuego.

De acuerdo con los Misterios Griegos, los dioses, contemplando el mundo desde el monte Olimpo, se arrepintieron de haber creado al hombre, y no habiéndole dado nunca a ese ser primitivo un espíritu inmortal, decidieron que nada se perdería si esos disconformes, pendencieros e ingratos humanos fueran completamente destruidos, dejando vacante el lugar que ocupaban para una raza más noble. Pero, al descubrir los planes de los dioses, Prometeo, que encerraba en su corazón un gran amor por la luchadora humanidad, decidió traer al hombre el fuego divino que haría a la raza humana inmortal, de tal forma que ni los dioses podrían destruirla. Así Prometeo voló hacia el hogar del Dios-Sol, y encendiendo una pequeña caña en el fuego solar, la trajo a los hijos de la Tierra, previniéndoles que el fuego debería ser siempre usado para la glorificación de los dioses y el desinteresado servicio de unos a otros. Pero los hombres fueron irreflexivos y egoístas. Tomaron el fuego divino que les había traído Prometeo y lo emplearon para destruirse unos a otros.

Incendiaron las casas de sus enemigos y, con la ayuda del calor, templaron el acero para hacer espadas y armaduras. Se volvieron más egoístas y arrogantes, y desafiaron a los dioses, pero ellos no podían ahora ser destruidos, porque poseían el fuego sagrado. Por su desobediencia, Prometeo (igual que Lucifer) fue encadenado, pero al héroe griego se lo puso en la cima del monte Cáucaso, donde debía soportar a un buitre que le picoteara el hígado hasta que un ser humano lograra dominar el fuego sagrado y se hiciera perfecto.

Esta profecía la cumplió Hércules, que ascendió al Cáucaso, rompió los grilletes de Prometeo y libertó al amigo del hombre que había estado sometido al tormento por larguísimo tiempo. Hércules representa al iniciado, que, como su nombre lo indica, participa de la gloria de la luz. Prometeo es el vehículo de la energía solar. El fuego divino que trajo a los hombres es una esencia mística en su propia naturaleza, que deben regenerar y redimir si quieren liberar de la roca de sus bajas naturalezas físicas, a sus propias almas crucificadas.

De acuerdo con la filosofía oculta, el Sol es en realidad un astro de triple manifestación, siendo dos partes de su naturaleza invisibles. El globo que vemos es meramente la fase más baja de la naturaleza solar y es el cuerpo del Demiurgo o, como la denominan los judíos, Jehová, y los brahmanes, Shiva. Como el Sol está simbolizado por un triángulo equilátero, se dice que los tres poderes del disco solar son iguales. Las tres fases del Sol son llamadas: Voluntad, Sabiduría y Acción. La Voluntad está relacionada con el principio de vida, la Sabiduría con el de la luz, y la Acción o Fricción, con el principio del calor. Por la Voluntad fueron creados los cielos, y la vida eterna continúa en suprema existencia: por la Acción, la fricción y el esfuerzo fue formada la Tierra, y el universo físico modelado por los "Señores del Fuego" pasó gradualmente del estado de fusión a su más ordenada condición actual.

Así se formaron los cielos y la Tierra, pero entre ambos había un gran vacío, porque Dios no comprendía a la Naturaleza y la Naturaleza no comprendía a la Deidad. La falta de intercambio entre estas dos esferas de conciencia era similar al estado de parálisis en que la conciencia reconoce la condición del cuerpo, pero, debido a la falta de conexión nerviosa, es incapaz de gobernar o dirigir las actividades corporales. Por lo tanto, entre la vida y la acción vino un mediador, que fue llamado Luz o Inteligencia. La Luz participa tanto de la vida como de la acción: es la esfera de unión. La Inteligencia ocupó el espacio entre el cielo y la Tierra; por su intermedio el hombre supo de la existencia de su Dios, y Dios comenzó a subvenir a las necesidades de los hombres. Mientras la vida y la acción eran simples substancias, la luz era un compuesto, porque la parte invisible de la luz era de la naturaleza del cielo, y la visible, de la naturaleza de la Tierra. A través de las edades se dice que esta luz estuvo corporizándose. Aunque estos cuerpos testimonian esa luz, la gran verdad espiritual tras ese símbolo de luz corporizada, es que en el alma de toda criatura dentro de cuya mente nace la inteligencia, mora un espíritu que asume la naturaleza de esta inteligencia. Todo hombre o mujer verdaderamente inteligente que está trabajando para difundir la luz en el mundo es Cristianado o Iluminado por la labor misma que está tratando de realizar. El hecho de que la luz (inteligencia) participe a la vez de las naturalezas de Dios y de la Tierra es probado por los hombres dados a las personificaciones de esta luz, porque unas veces son llamados los "Hijos del Hombre" y otras los "Hijos de Dios".

Al iniciado en los Misterios se le enseñaba siempre la existencia de tres soles, el primero de los cuales - el vehículo de Dios-Padre iluminaba y fervorizaba su espíritu; el segundo - el vehículo de Dios-Hijo - desarrollaba y expandía su mente; y el tercero - el vehículo de Dios-Espíritu Santo - nutría y fortalecía su cuerpo. La luz no es solamente un elemento físico, sino también mental y espiritual, y se enseñaba al discípulo en el templo a reverenciar al Sol invisible mucho más que al visible, porque toda cosa visible es sólo el efecto de lo invisible o causal, y como Dios es la Causa de todas las Causas, É1 mora en el Mundo invisible de la Causación.

Apuleyo, cuando fue iniciado en los Misterios, vio el Sol brillando a medianoche, ya que las cámaras del templo estaban brillantemente iluminadas, aunque no había en ellas lámpara alguna. El Sol invisible no está limitado por las paredes ni siquiera por la superficie misma de la Tierra, porque siendo sus rayos de intensidad vibratoria más elevada que la substancia física, su luz pasa sin obstáculos a través de todos los planos de la substancia material. Para aquéllos capaces de ver la luz de estos astros espirituales no hay obscuridad, porque están en presencia de la luz infinita, y a medianoche pueden ver el Sol brillando bajo sus pies.

Mediante una de las perdidas artes de la antigüedad, los sacerdotes del templo podían fabricar lámparas que ardían por siglos sin que se necesitara alimentarlas. Esas lámparas se parecían a las llamadas "lámparas virginales", o sea las llevadas por las Vírgenes Vestales. Eran algo más pequeñas que la mano humana y, según documentos que se conservan, sus mechas eran de amianto. Se ha sostenido que estas lámparas ardieron durante mil o más años. Una de ellas fue encontrada en la tumba de Christian Rosencreutz, la cual había estado encendida 120 años sin que su provisión de combustible pareciera haber disminuido. Se supone que estas lámparas, (las cuales, incidentalmente, ardían en urnas herméticamente selladas, sin ayuda del oxígeno) estaban constituidas en tal forma que el calor de la llama extraía de la atmósfera alguna substancia que reemplazaba al combustible original tan pronto como el misterioso aceite se consumía.

Hargrave Jennings ha coleccionado numerosas referencias respecto a las épocas y lugares en que se encontraron esas lámparas. En la mayoría de los casos, sin embargo, se apagaron tan pronto como fueron sacadas de sus urnas o si no se rompían en forma misteriosa, de manera que nunca se pudo descubrir su secreto. Con respecto a estas lámparas, el señor Jennings escribe: "Se afirma que los romanos mantuvieron lámparas en sus sepulcros durante edades por medio de la oleaginosidad del oro, convertido por medios herméticos en una substancia líquida; y se cuenta que al ser disueltos monasterios, en el tiempo de Enrique VIII, fue encontrada una lámpara que había estado ardiendo en una tumba aproximadamente desde el siglo III después de Jesucristo, o sea cerca de mil doscientos años. Dos de estas lámparas subterráneas pueden verse en el Museo de Rarezas de Leyden, en Holanda. Una de estas lámparas fue encontrada durante el papado de Pablo III, en la tumba de Tullia, la hija de Cicerón que había estado completamente cerrada durante 1550 años".

Fuente. Manly Hall

viernes, 1 de febrero de 2013

Sobre las consecuencias neurológicas que implica el atravesar una puerta



La materialización de una metáfora arquetípica: estudio comprueba que el solo atravesar una puerta tiene implicaciones en nuestra memoria.


“Aquel hombre que regresa tras atravesar la Puerta en la Pared

jamás será el mismo que antes  de haber salido  cruzándola”

Aldous Huxley


Pocos actos tienen mayor resonancia arquetípica que el atravesar una puerta. Ya sea que esta acción represente el cruce entre dos mundos, la reinvención del ser, o el paso al ‘más allá’, entre otros, lo cierto es que cruzar un portal tiene una contundente carga simbólica y, de acuerdo con un estudio reciente, también conlleva consecuencias cognitivas.
 

De acuerdo con Walking through doorways causes forgetting: Further explorations, investigación realizada por Gabriel Radvansky, el simple acto de atravesar una puerta genera el nacimiento de un nuevo episodio en nuestra secuencia de memoria. Esto incrementa la dificultad de recordar lo que aconteció previo a dicha acción. En pocas palabras, atravesar puertas facilita el olvido.

Lo anterior se debe a que, aparentemente, nuestra memoria funciona como una especie de narrativa fragmentada en capítulos sucesivos. Y entre más episodios existan entre nuestro presente y un determinado momento, más difícil será que logremos recordarlo.

Por cierto, tras la primer serie de experimentos, que parecían confirmar la hipótesis, surgió la duda sobre si el efecto registrado (mayor dificultad para recordar lo acontecido previo al cruce) se debía a está acción o si, por el contrario, en realidad tenía que ver con el hecho de que el estar en un mismo escenario, con los mismos objetos, favorecía la capacidad de recordación. Y para disipar esta posibilidad procedieron a realizar el mismo experimento pero con entornos simulados virtualmente: las personas atravesaban una puerta solo para llegar a un cuarto idéntico al previo y tampoco lograron recordar con la misma precisión que aquellos que jamás cruzaron. 

Más allá de las implicaciones neurológicas que el acto de cruzar una puerta conlleva, lo cierto es que lo realmente apasionante es comprobar que este acto, de enorme relevancia metafórica, también impacta en forma concreta nuestro funcionamiento mental. Es decir, el estudio encabezado por Radvansky establece un lazo directo entre un acto arquetípico y una consecuencia fisiológica (en este caso ligado a una habilidad cognitiva).

“Un ritual implica siempre el deshacernos de algo.

Destruir nuestro maíz o nuestro vino frente al altar de los dioses.”

G.K. Chesterton 






Cruzar el velo, atravesar el portal, nos permite liberarnos de un pasado para reencontrarnos con el ahora (con el centro del mandala temporal), sacudirnos los grilletes socioculturales, el embrujo de la memoria, y abrazar un nuevo amanecer. Y curiosamente, como suele suceder con diversos rituales catárticos, a pesar de su cotidiana sencillez, el atravesar una puerta (y supongo que en especial al hacerlo de manera consciente) se produce una especie de reset que influye en nuestro registro mnemónico.

Y ya entrado en proyecciones reflexivas, montando la estimulante ola de sentimientos que la materialización neurológica de una metáfora arquetípica trae consigo, me atrevo a afirmar que este estudio es un hermoso recordatorio: hasta el más mínimo de nuestros actos posee una esencia ritual –Ken Kesey advertía que “el ritual es necesario para poder conocer lo que sea”– . En lo personal creo que la naturaleza de cualquier elemento en este universo es implícitamente sagrada. Y en sintonía con ello, no existe acción posible que este eximida de esta ritualidad omnipresente.

Parece que la re-sacralización de lo cotidiano es una de las herramientas más lúcidas que tenemos a nuestra disposición, con miras a la programación evolutiva de nuevos paradigmas. Y si en realidad queremos contribuir a esta empresa, la cual esta ligada a una especie de dignidad cósmica, entonces sería bueno que comencemos por hacer conscientes nuestros actos y en particular estar dispuestos, ahora más que nunca, a continuar atravesando puertas.

Fuente: PJS

NUESTRA GALAXIA


 NASA, ESA, Q.D. Wang UMASS, Amherst.



GALAXIA HERCULES A


Una vista de la galaxia Hércules A tirada por la fuerza de gravedad de un agujero negro supermasivo localizado en el centro de su forma elíptica.

NASA