lunes, 25 de junio de 2012

El Arte de la Guerra II, de Sun Bin






Sun Bin, es descendiente directo de Sun Tzu, célebre autor de El Arte la Guerra. Escribió su obra un siglo después, y se puede considerar una continuación del mismo.

Aunque ya se conocían algunos fragmentos, fue en 1972 cuando se encontró el texto de esta obra. Su autor, Sun Bin, " el mutilado ", está considerado también como uno de los más importantes estrategas de la antigua China y fue discípulo del mítico sabio taoísta " El maestro del valle del demonio ", reconocido como el más grande teórico del arte de la estrategia. A continuación un extracto de la obra de Sun Bin.



Pregunta al Maestro de la Guerra.

¿Qué debo hacer si soy más fuerte y dispongo de más fuerzas que mi enemigo?

Esta es la pregunta de una persona inteligente. Cuando tus fuerzas son mayores y más poderosas, pero todavía preguntas como emplearlas, esta es la forma de garantizar la seguridad de tu nación. Cambia el mando por una fuerza auxiliar. Desordena las tropas en filas confusas, para que el adversario se confíe y entonces seguramente entrará en batalla.

¿Qué debo hacer cuando el enemigo es más numeroso y más fuerte que yo?

Ordena que la vanguardia sea replegable, asegurándose de esconder la retaguardia, de forma que la vanguardia pueda retirarse con seguridad. Despliega las armas de largo alcance en la línea de frente, las armas cortas atrás, con arqueros móviles para apoyar una presión sostenida. Haz que la fuerza principal quede inmóvil y espera a ver qué es lo que el enemigo puede hacer.

¿Cómo se debe atacar a los que está desesperados?

Espera hasta que encuentren un medio de sobrevivir.

¿Cómo se ataca a fuerzas iguales?

Hay que confundirlas y dividirlas. Concentro mis tropas para separar las del enemigo sin que éste se de cuenta de lo que está sucediendo. Sin embargo si el enemigo no se divide, asiéntate y no te muevas; no luches cuando no haya duda.

¿Hay alguna forma de atacar una fuerza diez veces mayor que la mía?

Sí. Ataca cuando no estén preparados, actúa cuando menos se lo esperen.

¿Cómo puedo hacer que mi ejército siga las órdenes de una forma habitual?

Sé digno de confianza de una forma habitual.

¿Son puntos críticos las recompensas y los castigos para los guerreros?

No. Las recompensas con medios de alentar las tropas, de hacer que los que luchan no se preocupen por la muerte. Los castigos son medios de corregir el desorden haciendo que las tropas respeten la autoridad. Ambos pueden reforzar la oportunidad de victoria, pero no son los elementos cruciales.

¿Son puntos críticos para el arte de guerrear, la planificación, el impulso, la estrategia y el engaño?

No. La planificación es un medio de reunir un gran número de personas. El impulso se utiliza para asegurar que los soldados luchen. La estrategia es un medio de coger desprevenido al enemigo. El engaño es un medio de frustrar la oposición. Todos estos elementos pueden aumentar las posibilidades de ganar, pero no son los elementos más cruciales.

Entonces, ¿Qué es lo que es crucial?

Evaluar la oposición, imaginar las zonas de peligro, garantizar la vigilancia del terreno..., son los principios generales para los jefes. Garantizar tu ataque allí donde no haya defensa es lo esencial para el arte de la guerra.

¿Para que son los soldados rasos?

Los jefes con conocimientos no esperan el éxito sólo confiando en los soldados rasos.



Otras sentencias

Una milicia no debe confiar en una formación fija; esto es lo que ha sido transmitido por los sabios de la antigüedad.

La victoria en la guerra es una forma de preservar las naciones que están a punto de perecer y de perpetuar las sociedades que van a morir; el fracaso en la guerra consiste en perder territorio y en vez amenazada la soberanía. Es por esto por lo que debe examinarse los asuntos militares. Sin embargo, aquellos que disfrutan del militarismo perecerán; y aquellos que ambicionan la victoria sufrirán la desgracia. La guerra no es algo para disfrutar, la victoria no ha de ser un objeto de ambición.

Actúa sólo cuando estés preparado. Cuando una plaza es pequeña, pero su defensa es firme, eso significa que tiene suministros. Cuando hay pocos soldados, pero el ejército es fuerte, eso significa que tienen un sentimiento del sentido de la lucha. Nadie en el mundo puede ser firme y fuerte si lucha sin suministros o sin el sentimiento del sentido de la lucha.

Cuando sabes que los soldados son dignos de confianza, no dejes que otros los atraigan para sí. Lucha sólo cuando estés seguro de ganar, sin dejarlo saber a nadie.

La capacidad de desplazar a un ejército en el acto es una forma de estar preparado contra los que son más fuertes. Una fuerza expedicionaria móvil y ligera de tropas especialmente entrenadas se utiliza para oponerse a un ataque relámpago.

Los ricos no están forzosamente seguros, los pobres no están necesariamente inseguros, la mayoría no prevalece necesariamente, las minorías no fracasan forzosamente. Lo que determina quien gana y quien pierde, quien está seguro y quien en peligro es su ciencia, su estrategia.

Si el número de tus adversarios es mayor, pero eres capaz de dividirlos de forma que no puedan ayudarse unos a otros, existe un modo de ganar.

Los gobiernos inteligentes y los generales con conocimiento de la ciencia militar deben prepararse primero; después pueden lograr el éxito antes de combatir, de forma que no pierden un posible logro exitoso después de luchar. Por ello, cuando los guerreros salen con éxito y vuelven sin ser heridos, entienden el arte la guerra.

Aunque un ejército enemigo tenga muchas tropas, un experto puede dividirlas, de forma que no puedan ayudarse entre sí cuando son atacadas.

Si tú equipamiento no es eficaz, mientras que el enemigo está bien preparado, tu ejército será aplastado.

Los jefes deben ser justos; si no son justos, carecerán de dignidad. Si carecen de dignidad, carecerán de carisma; si carecen de carisma, sus soldados no se enfrentaran a la muerte por ellos. Por esta razón, la justicia es la cabeza del arte la guerra.

Los jefes deben ser humanos, si no son humanos, sus fuerzas no son eficaces. Si sus fuerzas no son eficaces no logran nada. Por ello, la humanidad constituye las tripas del arte la guerra.

Los jefes deben tener integridad; sin integridad no tienen poder. Si no tienen poder, no pueden obtener lo mejor de sus ejércitos. Por ello, la integridad es la mano del arte la guerra.

Cualquiera que tenga forma puede ser definido, y cualquiera que pueda ser definido puede ser vencido.

Cuando las personas obedecen las normas sin recompensa ni castigos, se trata de órdenes que pueden ejecutar. Cuando los de arriba son recompensados y los de abajo son castigados, más incluso si el pueblo no quiere obedecer las órdenes, se trata de órdenes que el pueblo es incapaz de ejecutar.

Cuando se practica constantemente el orden para educar a las personas, estás obedecen. Cuando no se practica constantemente el orden para educar a las personas, entonces estás no obedecen. Cuando se practica el orden constantemente, ello significa que es eficaz para el conjunto.

Cuando se emplea a las personas de forma coherente con su naturaleza, entonces las órdenes con ejecutadas como una corriente que fluye.

No dejes que nada te seduzca, no dejes que nada que altere. Hay que centrarse sólo en lo que es apropiado.

Aunque seas sólido, manténte a la defensiva; aunque seas fuerte sé evasivo.

Responder a una forma con una forma es franqueza, responder sin forma a la forma es sorpresa.

Mira con los ojos de todo el mundo y no habrá nada que no puedas ver. Escucha con los oídos de todo el mundo y no habrá nada que no puedas oír. Piensa con la mente de todo el país y no habrá nada que no puedas conocer.

Hay seis formas de escoger a las personas para ejercer el mando: enriquecerlos y observar si se refrenan de la mala conducta para probar su humanidad. Ennoblecerlos y ver si se contienen de la altanería, para probar su sentido de justicia. Darles responsabilidades para ver si se contienen del comportamiento despótico, para probar su lealtad. Tentarlos para probar su confianza. Ponerlos en peligro y ver si no se asustan, para probar su valor. Abrumarlos y ver si permanecen incansables, para probar como abordan estratégicamente los problemas.

   
Fuentes documentales: Extractos del libro El Arte de la Guerra II de Sun Bin.

Historia de los Juegos de Guerra





Sabemos que los juegos de guerra de hecho evolucionaron de otros, jugados en un entorno menos bélico. El primero de estos fue Wei-Hai (encierro), un juego Chino que actualmente es más conocido como Go.

Otro juego, un tanto posterior, es aquel juego indio (de India) llamado Chaturanga, este es la base sobre la cual se sustenta el Ajedrez. El ajedrez como tal también dio fruto a un nuevo juego, esta vez con influencia más bélica. El diseño corresponde a 1644, conocido como el Juego del Rey de un tal Christopher Weikmann. Incluía 30 piezas por lado, de 14 tipos de unidades militares, donde cada una de ella tenía un rango definido de movimiento.

Como sus predecesores, se jugaba principalmente por entretención, pero daba mayor énfasis al desarrollo estratégico y bélico.

Sin embargo, el primer juego en romper totalmente con sus antecesores fue inventado por Helwig, Maestro de Páginas del Duque de Brunswick en 1780. Este juego incluía 1666 cuadros, cada uno codificado con distinto rango de movimiento, dependiendo del tipo de terreno que este cuadro representaba.

Esta vez, las piezas de juego representaban grupos de hombres, en vez de simples soldados. Cada una de estas piezas, o unidades tenía distinto rango de movimiento (infantería 8 espacios, caballería pesada 12, por ejemplo). También habían reglas especiales para cosas como pontoneros y otros. En 1795, Georg Vinturinus, un escritor militar de Schleswig, produjo una versión más compleja de este juego.

En 1798 la modificó, usando un mapa donde se dibujaba el terreno de la frontera entre Bélgica y Francia.

Sin embargo, estas innovaciones no lograron que estos juegos llamaran la atención de los militares sino hasta 1811, donde un padre y un hijo prusianos comenzaron a realizar sus propios estudios del tema. El Padre (Baron Von Reisswitz) era un consejero de guerra civil para la corte prusiana en Breslau.

Durante los días oscuros de la dominación de Napoleón, Reisswitz introdujo un juego que usaba una escala específica (1:2373) y un tablero de arena, en vez de un mapa cuadriculado. El juego inmediatamente se volvió  un éxito en las cortes Prusianas y Rusas, pero los soldados profesionales le vieron poco uso. Las cosas cambiaron para 1824.

En este año, el hijo de Reisswitz (el Subteniente George Heirich Rudolf Johann Von Reisswitz, de la Guardia de Artillería Imperial) introdujo su propia versión del juego de su padre. El juego se llamaba zur Darstelling militarische manuver mit dem apparat des Kriegsspiels (Instrucciones para la Representación de Maniobras Tácticas Bajo el Disfraz de un Juego de Guerra) e incluía una serie de novedades, donde las más importantes eran el uso de mapas topográficos y reglas rígidas que eran definidas según las condiciones del campo de batalla.

Estas reglas fueron publicadas bajo el patronato del Príncipe Prusiano Wilhem, quien se impresionó bastante luego de una tarde de juego. El Príncipe luego recomendó las reglas al General en Jefe del Ejército Prusiano, el General Von Muffling, quien finalmente garantizó a Von Reisswitz una gran audiencia. Uno de los compañeros de este, un oficial llamado Dannhauer, describió la reunión como lo que consideró el nacimiento de los Juegos de Guerra Militares. Según sus palabras:

“A nuestra llegada, encontramos al general rodeado de oficiales. Señores dijo el general, Herr Von Reisswitz va a mostrarnos algo nuevo. Reisswitz no se dejó abatir por la presentación, y tranquilamente presentó su mapa de “Kriegsspiel”.

Con alguna sorpresa, el general dijo: Quiere decir que vamos a jugar durante una hora en un mapa? Muy bien, muéstrenos una división con las tropas.

Puedo preguntarle algo excelencia, dijo Reisswitz, Para proveerlos de ideas generales y específicas de maniobras, me gustaría que por cada bando, hubiese participación de dos comandantes. Y también me gustaría que sólo uno de ellos recibiese la información de su General. La misma información que recibiría en realidad.

 A esta altura el general parecía un tanto sorprendido con todo, pero escribió las ordenes e información necesaria.

Se ubicaron las tropas y los líderes a ambos lados y el juego comenzó. Se puede decir, honestamente, que el general, que en un inicio se vio tan desinteresado, comenzó a entusiasmarse cada vez más, hasta que terminó por exclamar ¡Esto no es un juego, es entrenamiento para la guerra! Lo recomendaré a todo nuestro ejército.

Von Muffing cumplió su promesa, y prontamente cada regimiento tenía su propio set de juego, y todos los componentes necesarios. Sin embargo, muchos oficiales jóvenes se volvieron celosos de Reisswitz, ya que con su fama, muchos comenzaron a disputar sobre la precisión de las reglas. Debido a esto, lamentablemente el joven subteniente terminó por suicidarse en 1827.

Sin embargo, el impacto de este primer juego militar de guerra fue significativo. Reisswitz impresionó particularmente al Subteniente Helmuth Von Molkte, quien en 1828 fundó un club de juegos de guerra, llamado el “Kriegerspieler Verein” que rápidamente comenzó a publicar su propio periódico. Esto mantuvo el interés vivo, y cuando Von Moltke llegó a Jefe de Personal, en 1837, se encargó de promover el juego desde arriba.

Esta influencia tuvo los efectos deseados, y para 1876, ya se estaba publicando otro libro con reglas, esta vez diseñado por el Coronel Julius Adrian Friedrich Wilhelm von Verdy du Vernois. El Sistema de Vernois era “libre”, en oposición a la variante rígida de  Reisswitz. Esto significó que la mayoría de los cálculos y tiradas de dados fueron eliminadas, a favor de un juez que determinaría los éxitos sobre la base de la situación y su experiencia en combate. Ya fuese rígido o libre, estos juegos comenzaron a formar parte del entrenamiento militar de Alemania.

Otros países alrededor del mundo comenzaron a interesarse en estos juegos de guerra alemanes, como resultado de la guerra franco prusiana de 1870-71. En este conflicto, la milicia y las armadas de reserva derrotaron decisivamente al ejercito profesional de Francia, de quienes se pensaba eran los mejores soldados del mundo. Muchos pensaron que los juegos de guerra ayudaron en parte a compensar la dependencia prusiana de los ejércitos de reserva y milicia. Desde ese punto en adelante, todos los países comenzaron a implementar sus propias imitaciones del sistema germánico, al tiempo que desarrollaban los suyos propios.

En los Estados Unidos, el Mayor de Ejército William R. Livermore introdujo su “American Kriegspiel, un juego del arte de practicar la guerra en un mapa topográfico”, en 1882. El juego era complejo, y similar al sistema de Reisswitz, pero intentó eliminar todo el trabajo de papeleo necesario para los distintos tipos de entrenamiento y aparatos. Al mismo tiempo, el Subteniente Charles A.L. Totten introdujo un juego llamado Strategos: Una Serie de Juegos de Guerra Americanos. El juego de Totten era bastante complejo, pero gustó más debido a una serie de reglas simplificadas.

La Armada Naval de los Estados Unidos tampoco quedó fuera de este esfuerzo, gracias al trabajo de William McCarty Little. En 1876, luego que un accidente lo forzara al retiro, Little fue a vivir a Newport, Rhode Island, y asistió al Colegio de Guerra Naval.

Título Original: "A Short History of Wargaming" del  Coronel Wilbur Gray.
Traducción: Enrique Sepúlveda B.

domingo, 24 de junio de 2012

Hans Rudel, piloto de Stukas





Hans Rudel no es un "As Panzer" como Wittmann o Barkmann simplemente porque fue un "As Stuka", destruyendo vehículos de combate blindados enemigos desdeel aire.

Durante su carrera, como piloto de Stuka logró destruir una enorme cantidad de equipo enemigo, incluyendo 519 tanques soviéticos.

 Formación

Hans-Ulrich Rudel nació en 1916 en Silesia. Era hijo de un clérigo. No fue nunca bueno en el colegio y recibió una educación limitada. Rudel era un adolescente cuando el NSDAP se hizo cargo de él y lo adoctrinó desde muy joven. Desde su juventud, Rudel se mostró interesado por los deportes y no se comportó muy bien en la escuela. En 1936 se unió a la Luftwaffe como oficial cadete como un medio para continuar y desarrollar sus actividades deportivas.

Tras superar su curso de entrenamiento de vuelo y convertirse en piloto, Hans Rudel se aplicó en entrenarse en la técnica del bombardeo en picado aunque fue rechazado. En lugar de ello, recibió entrenamiento de reconocimiento y voló en misiones de reconocimiento de largo alcance durante la campaña polaca en septiembre de 1939 como Teniente. El 11 de octubre de 1939, Rudel
fue condecorado por la Cruz de Hierro de 2 Clase.

 Primeras actuaciones

Al mismo tiempo, Rudel continuó aplicándose para el curso de entrenamiento para los Ju-87 Stuka y fue finalmente admitido en mayo de 1940. Tras completar el curso, el 1 Teniente Rudel fue enviado al Ala de Entrenamiento de Stukas cerca de Stuttgart, donde pasó la campaña francesa. Después, Rudel fue transferido al 1 Escuadrón del 2 Grupo de Bombarderos en Picado y tomó parte en la invasión aerotransportada de Creta en mayo de 1941, aunque no en la zona de batalla.


En preparación para la Operación Barbarroja, el Grupo de Rudel fue transferido al Frente del Este y a las 3:00 horas del 23 de junio de 1941 voló en su primera misión en combate de bombardeo en picado. Durante las siguientes 18 horas, voló un total de 4 misiones de combate. El 18 de julio de 1941, Rudel fue condecorado con la Cruz de Hierro de 1 Clase.

 Piloto de combate, en 1941

El 23 de septiembre de 1941, el Grupo de Rudel atacó a elementos de la Flota soviética del Báltico en el puerto de Kronstadt. Durante el ataque, Rudel hundió el acorazado soviético "Marat" con una bomba de 1.000 kilos que alcanzó el depósito de municiones y partió al navío por la mitad.

El 24 de diciembre de 1941 Rudel voló su misión número 500 y el 30 de diciembre fue condecorado con la Cruz Alemana de Oro por el General Freiherr Wolfram von Richthofen en persona.

Tras esto, Rudel fue enviado a Graz para dar clases y entrenar a las nuevas tripulaciones de Stukas.

El 15 de enero de 1942, fue condecorado con la Cruz de Caballero y regresó finalmente al Frente del Este por propio deseo en junio de 1942.

En septiembre de 1942, Rudel recibió el mando del 1 Escuadrón de la 1 Ala del 2 Grupo de Stukas, mientras operaba en la zona de Stalingrado. Por esa época, su escuadrón fue enviado a menudo a atacar a unidades de tanques soviéticas, cuando se tuvo en cuenta la inadecuación de atacar con bombas a los tanques.

 Héroe nacional en 1943

El 10 de febrero de 1943, Hans Rudel voló su misión número 1.000 y se convirtió en un héroe nacional para el público alemán.

Rudel fue entonces trasladado a la nueva unidad especial "Panzerjagdkommando Weiss" en Briansk para probar la nueva versión caza-tanques desarrollada del Ju-87 D-3.

Éste era un Stuka modificado armado con dos cañones Rheinmetall-Brosig (BK) Flak 18 de 37 mm (cada una montada en un dosel especial bajo cada ala con 6 proyectiles de munición) que fue desarrollado en la estación experimental de la Luftwaffe en Rechlin (cerca de Neustrelitz, Alemania).

Los prototipos fueron utilizados por primera vez contra lanchas de desembarco soviéticas en el Mar Negro y, en el espacio de tres semanas, Rudel destruyó 70 de éstas.

 Caza tanques

En marzo de 1943, durante una batalla de tanques en torno a Belgorod, Rudel destruyó su primer tanque con su nuevo Stuka caza-tanques. Después, más Ju-87 D-3 fueron convertidos en caza-tanques y designados como Ju-87 G-1) y omenzaron a llegar al Frente del Este en octubre de 1943.

El 14 de abril de 1943, Hans Rudel fue condecorado con las Hojas de Roble para su Cruz de Caballero. El Escuadrón de 9 caza-tanques Ju-87 G-1 del Capitán Hans Rudel fue asignado para apoyar a la 3 División Panzer SS "Totenkopf".

En el primer día de la Operación Ciudadela, durante su primera misión, Rudel destruyó 4 tanques soviéticos y por la tarde, su marca se elevaba a 12. Al mismo tiempo, debido a los éxitos del Escuadrón de Rudel, se formaron Escuadrones de Destructores de Tanques (Panzerstaffels).

 Su táctica

Basándose en sus experiencias, Rudel desarrolló nuevas tácticas para los Panzerstaffels. Halló que el mejor medio para destruir tanques era alcanzándolos por detrás (los T-34 tenían montado el motor en su trasero y su sistema de refrigeración no permitía la instalación de placas blindadas muy pesadas) o por los lados.

Un hecho interesante era que atacando la retaguardia del tanque implicaba que el avión tenía que llegar desde la retaguardia volando hacia territorio amigo, una gran ventaja si el avión era dañado durante el ataque.


El 25 de octubre de 1943, Hans Rudel fue condecorado con las Espadas para su Cruz de Caballero con Hojas de Roble. A comienzos de marzo de 1944, voló su misión número 1.500 y fue ascendido al rango de Mayor.

 Más allá del deber

A finales de marzo,durante una misión, el escuadrón de Rudel fue atacado por un escuadrón de cazas soviéticos Lavochkin La-5.

Un Stuka fue derribado y se estrelló con su tripulación desarmada, Hans Rudel decidió aterrizar y rescatar a sus camaradas atrapados en territorio enemigo. Aterrizó y rescató a sus amigos pero no pudo despegar debido al terreno blando. Se vieron forzados a escapar a pie hacia las líneas alemanas siendo perseguidos por los rusos.

Rudel y sus camaradas alcanzaron el río Dniestr y nadaron 600 metros en el agua helada y antes de alcanzar la otra orilla, el artillero de Rudel se ahogó.
Finalmente, el herido Rudel fue el único que logró alcanzar escapar y alcanzar las líneas alemanas. Regresó a su unidad, donde fue recibido jubilosamente por sus camaradas.

El 29 de marzo de 1944, por su valentía, el Mayor Hans-Ulrich Rudel fue condecorado con los Diamantes para su Cruz de Caballero con Hojas de Roble y Espadas, la más alta condecoración militar alemana.

 El mejor piloto de caza

En noviembre de 1944, mientras volaba cerca de Budapest, fue herido en el muslo aunque regresó al servicio pocos días después con su pierna escayolada.

El 1 de enero de 1945, Rudel fue condecorado con la Cruz de Caballero, con las Hojas de Roble Doradas, Espadas y Diamantes, siendo el único receptor de esta condecoración especialmente creada para él.

 Gravemente herido

En febrero de 1945, Rudel fue seriamente herido y su muslo derecho fue destrozado por el fuego antiaéreo cerca de Labus (cerca de Frankfurt am der Oder). Logró aterrizar en territorio ocupado por los alemanes y fue
rápidamente trasladado a un hospital de campaña, donde le amputaron su pierna.

Rudel fue después trasladado a un hospital en Berlín, donde le implantaron una pierna artificial, regresando después a su escuadrón.

 Valiente hasta el final


En los últimos días de la guerra, el Coronel Rudel comandó el grupo de Stuka de apoyo cercano más veterano y mejor, Schlachtgeschwader 2 Immelmann. Todavía estaba operando con su unidad durante en los últimos días de la guerra en el Frente del Este.

Hacia el fin de la guerra, Rudel quiso volar en un ataque suicida con su escuadrón pero su superior le ordenó que no despegara ya que " él sería necesario más tarde", la cual debió ser la única razón por lo que no lo hizo.

También se presentó voluntario para volar con su Stuka a Berlín en mayo de 1945 para rescatar a Hitler del Ejército Rojo. El 8 de mayo de 1945, cuando Alemania se rindió, el Coronel Hans Rudel, que estaba en Bohemia, voló su última misión en un Ju-87 Stuka.

Logró contactar con las fuerzas norteamericanas y logró que él y otros aviones volaran hacia el aeródromo de Kitzingen, en la zona norteamericana, escapando así al cautiverio soviético.

 Tras la guerra


Después, Hans Rudel fue interrogado primero en Inglaterra y después en Francia y, finalmente, regresó al hospital en Baviera para convalecencia.

En 1946, Rudel dejó el hospital y comenzó a trabajar como contratista de transporte y, en 1948, se dirigió a Argentina, donde trabajó para los Aviones Estatales Worksand, organizando con otros nazis huidos una estructura parecida al NSDAP.

Rudel regresó finalmente a Alemania a comienzos de la década de los 50 y murió en 1982.

Hoja de servicios: cifras de una vida.

Durante su carrera, Rudel voló más de 2.530 misiones (alrededor de 400 de sus salidas fueron en un avión de caza Focke-Wulf 190 durante las cuales acreditó 11 victorias aéreas) y destruyó alrededor de 150 piezas varias de artillería, 519 tanques, alrededor de 1.000 vehículos de todo tipo, 70 lanchas de desembarco, 2 cazas Lavochkin La-3, un Il-2 Stormovik y hundió el acorazado "Marat", 2 cruceros y un destructor.

Rudel fue responsable de daños tan enormes al Ejército Rojo que Stalin puso un precio de 100.000 rublos por su cabeza. Voló más de 600.000 kilómetros y gastó más de 5.000.000 de litros de combustible. Hans Rudel arrojó más de 1.000.000 de kilos de bombas, disparó más de 1.000.000 de proyectiles de ametralladora, unos 150.000 proyectiles de 20 mm y unos 5.000 de 37 mm. Rudel opinaba que los tanques norteamericanos dados en Préstamo y Arriendo eran más fáciles de destruir que los T-34 soviéticos, aunque odiaba sus ametralladoras ya que fue una vez derribado por una.

Fuente: Traducido por Francisco Medina de Achtungpanzer

La Orden Militar de Montesa






Orígenes

La Orden de Montesa fue creada por una bula Papal de fecha 10 de junio de 1.317, vísperas del apóstol San Bernabé, que empieza con las siguientes palabras: "Pia Matris Ecclesia cura, de fidelium salute solicita", pero el verdadero fundador y creador de la orden fue el rey don Jaime II, de Aragón, quien les cedió el castillo de Montesa, enclavado en territorio valenciano, frontera con los sarracenos de aquella parte. Y de allí habrían de partir los caballeros de la Orden que se denominó de Santa María de Montesa.

 Comienzos difíciles

 Pero las dificultades no fueron pocas. Los jueces ejecutores, de la bula pontificia, iban dando largas al asunto, motivados por sus particulares intereses que les hacían caer en continuas discrepancias. Y es que había una gran dificultad: según la bula de fundación, era al Maestre de Calatrava a quien le correspondía la creación de la nueva Orden y el armar caballeros y hacer vestir el hábito a los caballeros montesanos. El rey don Jaime, con tiempo, había escrito al Maestre calatravo para que apresurara su acción, pero este que hacía muy poco caso a su rey natural, que era el de Castilla, y muchísimo menos a otro monarca extraño, como era el de Aragón, ni se dignó contestar a aquellas cartas. Tornó a escribir el rey y tampoco obtuvo contestación, lo que no debía extrañarle porque el Papa también se había dirigido al Maestre de Calatrava sin que este se dignara darle una respuesta. El rey se dirigió al Papa para que apremiara al desobediente calatravo. El Pontífice pasó el encargo al arzobispo de Valencia y a este prelado le sucedió exactamente lo mismo cuando trató de comunicarse con el Maestre de Calatrava.

 Fundación azarosa de la orden

 El arzobispo de Valencia, harto ante aquel silencio, decidió cortar por lo sano y envió a Castilla, en busca del Maestre calatravo, al Abad del Monasterio de Nuestra Señora de Benifazá, de la Orden del Cister. Este buen prelado halló al Maestre en la villa de Martos. Ante las pretensiones del recién llegado, se negó a acudir a Valencia, alegando sus obligaciones para la custodia de la frontera que su rey le tenía encomendada. En cuanto a lo de no contestar a las cartas, el Maestre alegaba que él era hombre de espada y no de pluma y que obedecía mejor las órdenes del Papa matando moros que perdiendo el tiempo creando una nueva orden Militar. Y lo que latía en el fondo de todo aquel asunto era que a la Orden de Calatrava no le sentaba muy bien ceder las posesiones de Aragón a otra Orden y hasta contemplaba con horror la citada fundación de Montesa. Al fin, cedió, enviando a Valencia a un procurador suyo, don Gonzalo Gómez.

 Los primeros Maestres

 Se acabó nombrando primer Maestre de la nueva Orden a don Guillén de Eril, hombre ya anciano, pero muy experimentado en las artes militares y no cediendo a nadie en nobleza porque descendía nada menos que don Berenguer Roger de Eril, uno de los llamados "Nueve de la Fama", en Cataluña. Poco le duró el cargo a Eril, porque a los setenta días de haber sido elegido, entregaba su alma a Dios. El segundo fue don Arnaldo de Soler, que tampoco dejó gran huella en la recién creada Orden. El tercero fue don Pedro de Thous y este sí que fue distinto porque era hombre acostumbrado a la brega y no le asustaba batalla más o menos. Participó en la batalla de las Navas de Tolosa y tal sería su ayuda, que el rey se la agradeció mucho, teniéndolo a partir de entonces en mucha estima.

 Don Pedro el Ceremonioso

 Le sucedió otro Maestre que prestó muy buenos servicios al rey de Aragón, don Pedro "el Ceremonioso". Se hallaba el reino de Valencia alborotado por la sublevación denominada, de "la Unión", por la que algunos nobles valencianos, apoyándose en el pueblo, deseaban emanciparse de la tutela del Reino de Aragón, constituyéndose en Reino independiente. Razón tenían los valencianos en sus justas quejas y los muchos agravios sufridos. Encomendó, el rey de Aragón, al Maestre de Montesa que metiera en cintura a los sediciosos. De esta guerra a la que se llamó, de la Unión, no hablaremos. Está en la historia. Únicamente diremos que los montesanos fueron baza muy importante para que el rey don Pedro, de Aragón, venciera a los sublevados de Valencia. A la hora del castigo, utilizó un método muy especial. No hizo que el verdugo, o los verdugos, utilizaran la espada ni el hacha para decapitar a los jefes de la Unión. Tampoco los ahorcó. Resulta que había una gran campana que utilizaban los unionistas para llamar a sus Juntas. El rey Pedro, "el Ceremonioso", hizo que esta campana fuera fundida y a los principales cabecillas les hizo tragar el bronce derretido.

 Sirviendo a la Corona

 Como en las otras Ordenes Militares, en esta también existieron Maestres cuyo final fue bastante lastimoso. Al décimo, don Felipe Vivas de Cañamás, sin que se sepa por qué, unos asesinos le dieron veneno. Pasó el séptimo que fue don Gilaberto de Monsaviu, que dió paso al octavo Maestre, don Luis Duspuig. Fue un hombre que conquistó para la Corona de Aragón el reino de Nápoles. Estuvo en todas las empresas, que fueron muchas, de Italia. Tomó por su esfuerzo a Bicari, escalando la muralla y en ella se mantuvo mucho tiempo en medio de los dardos que le disparaban. Y como el terreno era resbaladizo y apenas si se podía sostener, se hizo sostener por las puntas de las lanzas de sus caballeros. Permaneció fiel al rey, don Juan II, en cuantas turbulencias tuvieron efecto en su reinado. La Orden de Montesa se convirtió en la principal fuerza militar defensora del Trono.

 Don Felipe de Aragón.

 Pero ya los reyes comenzaban a tomar parte activa en la elección de los Maestres. A la muerte del Maestre Despuig, la Orden nombró nuevo Maestre a don Felipe Díaz de Cañamás, pero el rey Fernando "el Católico", impuso, como tal, a don Felipe de Aragón y Navarra, sobrino suyo, así que revocando el anterior nombramiento dio el cargo a su pariente. Ahora que entraban don Fernando y doña Isabel en el último acto de la conquista de Granada, el nuevo Maestre de Montesa al frente sus caballeros fue el primero en el peligro y el más valiente en la batalla. Cercó y tomó a Vera. Pasó a Muxacar, cerca de Cartagena y asimismo la rindió. Innumerables plazas fuertes sucumbieron ante el ataque de los caballeros de Montesa y pasando a mayores, el Maestre y los suyos llegaron hasta Baza. Allí se dio una fuerte batalla. Peleaban los montesanos para vencer, pero las huestes de moros que se le enfrentaron eran mucho más numerosas que ellos y peleaban con gran fiereza. Hubo que iniciar la retirada, pero desconociendo el terreno, muchos se perdían, para caer muertos a lanzazos por los moros. En aquellos momentos no le faltó el valor al Maestre, pero un arcabuzazo disparado a poca distancia puso fin a su vida y a sus proezas, cuando sólo contaba treinta y dos años.

 Incorporación a la Corona

 Y llegamos al último Maestre, don Pedro Luis Garcerán de Boria, electo a los diecisiete años. Fue un valiente y leal servidor del rey Felipe II, alcanzando las más famosas dignidades y altos empleos. Pero, al cabo de algún tiempo, renunció al maestrazgo en favor del rey pidiendo al Pontífice que incorporara la Orden de Montesa a la Corona. Así se hizo por una bula de Sixto V expedida en Roma siendo el 15 de marzo de 1.587, que daba por concluida la dignidad del Maestre.

El final de la Orden

 Acabó la Orden de Montesa como Caballería Militar y desde aquel momento quedó incorporada al Estado. Su carrera no fue muy larga, pero su gloria, sí fue grande. Tuvo Maestres que fueron valerosos caballeros, dignos de toda alabanza y sus miembros siempre se caracterizaron por su culto al honor. Vivió dos siglos y medio para entrar en la Historia de España. Y, en realidad, si murió como organización religiosa-militar, no lo hizo como entidad honorífica: Vive y vivirá su bandera, la Cruz de San Jorge, como memoria de sus hazañas.

En el año 1399, se incorporó a ella la Orden Militar de San Jorge de Alfama aportando sus bienes y rentas, y consiguiendo que su cruz llana de gules (San Jorge) fuese la que distinguiera  desde entonces a la de Montesa.

Heráldica de la orden

Modernamente, la cruz llana de gules, se ha colocado en hueco, sobre una cruz flordelisada de sable, con lo que se ha conseguido con una sola insignia rememorar las dos primitivas.

Dicha insignia la ostentan los caballeros de Montesa sobre el pecho en el uniforme y en el costado izquierdo en el manto capitular que es blanco.

Fuente: Redactado por J.Puche para Mundo Medieval.

Lefebvrianos; la historia (in)finita






En el comunicado de la Sala de Prensa vaticana que fue difundido después del encuentro del 13 de junio entre el cardenal William Levada y el superior de los Lefebvrianos, el obispo Bernard Fellay, se lee que este último «expuso la situación de la Fraternidad San Pío X».

También en este caso, como en el resto de la historia, hay que interpretar con cautela estas palabras. El principal problema, en estos días cruciales para el futuro del grupo tradicionalista que fundó monseñor Lefebvre, no tiene que ver con el contenido de la declaración doctrinal que el Papa quiere que suscriba Fellay. Tiene que ver más bien con la complicada situación dentro de la Fraternidad.

Algunos de los sacerdotes más cercanos a los otros tres obispos, Tissier de Mallerais, De Galarreta y Williamson, repiten que, en caso de llegar a un acuerdo, serán muy pocos los religiosos de la Fraternidad que sigan a monseñor Fellay hacia la plena comunión con Roma. Por ello, esas líneas del comunicado vaticano sobre la “situación” al interior de la Fraternidad son particularmente significativas. Hasta este momento siempre se pensó que las divisiones internas se podían representar de esta forma: 25% favorable al acuerdo, 50% indeciso y 25% en contra (y aquí entrarían los tres obispos, como se deduce claramente de la carta que enviaron hace unos meses a Fellay, en la que tomaban distancias con respecto a cualquier acuerdo con Roma).

Sin embargo, nadie es capaz de afirmar que los porcentajes antes indicados sean reales. A partir de las declaraciones de diferentes exponentes lefebvrianos, y de los mismos obispos que están en contra del acuerdo, es evidente que hay una parte de la Fraternidad dispuesta a volver a la comunión con Roma, solo si el Papa decide renegar de facto el Concilio Vaticano II y culparlo (al igual que a la reforma litúrgica post-conciliar) de la crisis de fe que ha marcado las últimas décadas.

Hay que indicar que la nostalgia por los sufrimientos que causó la situación de la separación actual la advierten solo los que conocieron a Lefebvre, que vivieron de cerca sus batallas y que vivieron en comunión con el Papa antes de la ruptura de 1988. Esta sensibilidad parece tener una intensidad menor, en cambio, en las nuevas generaciones de sacerdotes.

La declaración doctrinal que el cardenal Levada entregó a Fellay el 13 de junio no deja sitio para nuevos márgenes de maniobras.Y parece bastante difícil pensar en una nueva fase de discusiones, después de que durante dos años la Fraternidad haya discutido con los teólogos de la Santa Sede sobre la auténtica interpretación del Concilio.

Benedicto XVI quiso examinar atentamente el texto final y tuvo en cuenta las consideraciones de los cardenales y de los obispos de la “Feria Quarta” de la Congregación para la Doctrina de la Fe: durante la reunión del 15 de mayo pasado, los cardenales expusieron sus dudas con respecto a los cambios que propuso Fellay al “Preámbulo Doctrinal” y corrigieron la interpretación de algunas citas (en particular del Concilio Vaticano I), que consideraban inaceptables.

Fuente: http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=23380

LA BATALLA DE JUTLANDIA

La Batalla de Jutlandia fue el mayor combate naval de la Primera Guerra Mundial, única confrontación directa de gran magnitud entre dos flotas de toda la guerra, que enfrentó a la Flota de Alta Mar de la Marina del Káiser y a la Armada Real Británica entre el 31 de mayo y el 1 de junio de 1916, frente a las costas de Dinamarca, en el Mar del Norte.



LA CONSTRUCCIÓN NAVAL

1916. Por tres  largos años los ejércitos de las Potencias Centrales habían estado luchando contra  las fuerzas de la Triple Entente  en todos los frentes de Europa. Era una guerra  en una escala nunca visto antes, una guerra en cuál el poder marítimo jugó un papel esencial;  el Káiser Guillermo II estaba bien enterado de esto y ya en 1892 había confiado al Almirante Alfred von Tirpitz  la tarea de convertir sus sueños en  realidad con las palabras: "Nuestro futuro yace en el mar, el tridente de Neptuno debe pasar a nuestras manos".

 Tal  radical cambio en la política de una potencia esencialmente continental  como Alemania no podía pasar desapercibida a los británicos. En 1904, el Lord del Almirantazgo Sir John Fisher mostró su interés por  tal asunto cuando se dirigió al Rey Eduardo VII con las siguientes palabras," Su Majestad, debemos tratar a la flota alemana con la misma importancia que Nelson con los Daneses en la Batalla de Copenhagen",  pretendiendo así la total aniquilación  de la  fuerza naval alemana.


 Puerto de Kiel en 1914


Fisher estaba  preocupado con razón. Apoyado por el dinamismo del mismo von Tirpitz, los programas navales alemanes tuvieron, en el espacio de unos pocos años, tal empujón que construían barcos a razón de dos a uno a favor de los alemanes sobre sus competidores británicos. Von Tirpitz se había planteado una meta: ser capaz de encarar a los británicos con una fuerza naval por lo menos de dos tercios del tamaño de su adversario. No consideró necesario llegar a una proporción de 1/1, ya que, en caso de guerra, los británicos deberían cuidar  sus intereses marítimos en los océanos del mundo entero, y, en consecuencia, tan sólo sería capaz de concentrar una parte de su flota en el Mar del Norte.

Von Tirpitz tenía tres armas para amenazar a los buques de carga británicos en el resto del mundo: Raiders (cruceros o cruceros auxiliares que irían como buques de carga neutrales disfrazados), adaptados especialmente a este tipo de  guerra; un ejemplo perfecto es el largo y épico recorrido del EMDEN, que bajo las órdenes del  brillante  Frigatenkapitan Muller, se las había ingeniado para mantener ocupadas a las fuerzas navales  aliadas  por meses, ganando  así el respeto y la admiración de sus adversarios. Unos pocos escuadrones de rápidos navíos de guerra,  como la que,  bajo las órdenes del  Almirante Graf von  Spee, había infligido la derrota a la Armada Real en Coronel. Y por último, una flota de submarinos, de la cuál  Alemania sería el mayor (y más destructivo)  exponente.

Con tales fuerzas dispersadas por los océanos, los alemanes forzarían a los británicos a dividir su flota,  privando así a la Home Fleet de un número considerable de barcos. Lo que quedaría de la Grand Fleet sería todavía superior en términos de  cantidad a la Hochseeflotte que los alemanes fuesen capaces de reunir, pero, como Von Tirpitz había señalado, una derrota alemana costaría a los británicos tanto que la Armada Real perdería su supremacía en los mares durante mucho tiempo.



LOS DREADNOUGHT

La aparición en  escena, en 1906, de un tipo nuevo y revolucionario de acorazado denominado  Dreadnought dio un empujón adicional a la carrera  armamentística. Las innovaciones que causaron que este tipo de barco  fuera considerado tan moderno (y todas  las naves anteriores quedaran relegadas a chatarra) eran esencialmente dos: la adopción de un solo calibre para el armamento principal, que facilitó en gran medida el suministro de munición. Así se alcanzó un nivel de disparo de entre 18000  y  25000m, siendo antes totalmente impensable; y, en  segundo lugar, la adopción de la turbina como  medio de  propulsión en  lugar del  viejo motor de vapor. Las turbinas, además de dar a las naves  una  mayor velocidad (21 -23 nudos) durante más tiempo, tenían la ventaja de ser mucho más pequeñas, lo que significó que los cascos de barcos podían tener una forma más baja y  la plataforma principal podía ser  blindada mejor.


 El Derflinger abriendo fuego


Tanto británicos como alemanes fueron de cabeza a los  nuevos programas  de construcción. Así, al principio de las hostilidades en  agosto de 1914, los británicos eran capaces de formar 23 dreadnoughts, 12 cruceros de la batalla, 39  pre-dreadnoughts, un gran número  de cruceros y destructores, además de la construcción mientras tanto de 12 dreadnoughts y un crucero de batalla; los alemanes, por otro lado, tenían 13 dreadnoughts, 5 cruceros de  batalla, 22 pre-dreadnoughts, un número considerable de cruceros y destructores, con  7 dreadnoughts y 2 cruceros de la batalla bajo  construcción o listos para ser equipados. La proporción entre los dos lados era de 87 navíos de guerra británicos frente a 49 alemanes: un poco menos de los 2/3 previstos por von Tirpitz, pero los británicos habían acelerado su programa de construcción después de ver la amenaza  de la flota alemana. 

Esta era la situación de ambos lados a vísperas de la batalla, que los británicos llamaron de Jutlandia y los alemanes de Skagerrak, y que fue, sin  duda, la batalla marítima más grande de la historia moderna. En Leyte (23-28 octubre de 1944) no fueron tan numerosos ni los navíos ni los hombres en un área tan pequeña y un tiempo tan corto.



LOS PRELUDIOS

La primavera de 1916 tornaba a verano, pero las fuerzas navales  no se habían batido, con excepción de algún escarceo ocasional. El comandante de la Grand Fleet era un hombre flemático y lacónico, el Almirante Sir John R. Jellicoe; la Hochseeflotte estaba bajo las órdenes de un hombre nuevo, el Almirante Reinhardt Scheer. Si el número de barcos estaba a favor de  los británicos,  la calidad - en hombres y material – lo estaba sin duda a los alemanes, que contaban con barcos más eficaces gracias a la avanzada tecnología de su industria de construcción de barcos, a su mejor conocimiento de la metalurgia, su pericia mecánica y, sobre todo,  la mayor calidad  de la óptica  de los sistemas de control de fuego. Además, los alemanes tuvieron especial cuidado para que el diseño de los navíos resistiese un bombardeo excesivo, aún a costa de armamento y velocidad  (recordemos las famosas palabras  de von Tirpitz, "antes que nada un navío de guerra debe flotar, luego debe flotar y, por último, debe flotar").



EL FRENTE MARÍTIMO

La Hochseeflotte podría usar las aguas  del Báltico para  intensas campañas de entrenamiento, con  lo que sus artilleros  se consideraban, con razón, los mejores  del mundo, dando en la batalla  prueba fehaciente de esto. Los británicos, por otro lado, fueron forzados a ser perros guardianes, quedando atrapados en sus bases por el temor a los submarinos y minas alemanas. Había un gran contraste entre los rangos de la Armada Real entre el carácter  flemático y estable de la carrera de Jellicoe, y del temperamento variable de David Beatty, el comandante de los cruceros británicos, cuya carrera fulgurante había sido extremadamente irregular a causa de su boda con una rica heredera americana, dándole apoyo político extremadamente influyente. Además, Jellicoe se encontró en la incómoda posición de ser, según Winston Churchill, "...el único comandante del mundo capaz de perder la guerra en  una sola tarde". Scheer, por otro lado, era capaz de poner completa confianza en el comandante de sus cruceros, el Vicealmirante  Hipper, demostrándose demasiado bien en la batalla subsiguiente. Es verdad que  los alemanes carecieran de experiencia, pero  eso no los disuadió de hacer frente a la  Armada Real para probar su valor. En  tierra, en Verdún, el Ejército de Kronprinz trataba en vano de desgastar a los infatigables franceses  atacándolos repetidamente una y otra vez; los alemanes, por lo tanto,  llevaban a cabo una operación para acabar con las tablas que amenazaban con estancar la guerra entera. Sólo su armada tuvo tanto los medios como la moral para cambiar el curso de la guerra de esta manera.



31 Gg 2490: UN MENSAJE EXTRAÑO

 Esta era la situación cuando, durante la tarde del 30 de mayo de 1916, el Almirantazgo, con un equipo de radio muy avanzado, interceptó un mensaje de la base alemana en Schilling, que decía: "31 Gg 2490". Aunque los británicos tenían los libros alemanes de códigos, caídos en sus manos cuando los rusos habían capturado los restos del crucero MAGDEBURG, encallado en el Báltico, eran incapaces de descifrar el mensaje. Una cosa estaba clara: había algo grande en el aire.

Scheer, de hecho, había decidido una salida en masa. Sin embargo  no tenía intención de enfrentarse al total de la Grand Fleet; el plan alemán era más modesto e involucraba la idea de Hipper de fingir  la salida con sus cruceros de batalla en orden contra las fuerzas de Beatty y atraerlas de Rosyth, en Escocia, para mandarlas directamente a los inmensos cañones de los acorazados de la Hochseeflotte. Una vez eliminados parte de los espléndidos cruceros de batalla, orgullo y alegría de la Armada Real, los barcos alemanes podrían navegar rápidamente a la seguridad de los cinturones de minas que cerraban la boca del Báltico, antes  de que Jellicoe tuviese tiempo para llegar a la escena desde Scapa Flow.

Era un plan sencillo, que, según Scheer, debe haber repetido la operación del Dogger Bank, sólo que los alemanes tendrían la ventaja  numérica esta vez: sin embargo, ignoraba el hecho de que los británicos, después de interceptar el mensaje, se preparaban  para la acción. Pero una sencilla artimaña  previno a los británicos de enterarse de lo que acontecía: sospechando de la eficacia del servicio británico de radio, Scheer había cambiado su señal de llamada con el de una estación de semáforo; los británicos fueron calmadamente hacia adelante rastreándolo con su equipo hacia Wilhelmshaven, cuando él  se dirigía  al norte a bordo del FRIEDRICH DER GROSSE.



                                                          El Friedrich der Grosse



En cuanto el mensaje se hubo recibido, el Almirantazgo había ordenado a Jellicoe  prepararse para salir, junto con el escuadrón de Jerram, que estaba  anclado en Invergordon, en el Estuario de Moray, y los cruceros de batalla de Beatty. Se debían reunir  en el centro del Mar del norte a las 14.00 horas del 31 de mayo a 56 40N, 5E. A las 21.30 horas del 30, Jellicoe abandonaba Scapa, levantando su enseña en el IRON DUKE, navío insignia de 16 acorazados y 3 cruceros de  batalla (el tercer escuadrón, con el INVINCIBLE, el  INFLEXIBLE y el  INDOMITABLE, bajo las órdenes del  Contraalmirante Sir Horace Hood, que había acudido de Rosyth a Scapa Flow para  entrenar). Beatty salió de Rosyth a las 22.15 horas a bordo del LION a  las órdenes del primer y segundo escuadrón (seis cruceros de  batalla), y del quinto escuadrón de acorazados (cuatro barcos). Unos ocho acorazados adicionales estaban bajo las órdenes de Jerram.



HACIA LA BATALLA

Las órdenes de Beatty eran de navegar delante de la fuerza principal de Jellicoe y  dirigirse a  Horns Reef, para ver si el misterioso mensaje significaba realmente algo. Si los británicos  ignoraban las intenciones alemanas, éstos no tenían ni idea de que la Grand Fleet se había echo a la mar. A las 01.00 horas del 31, Hipper, con su enseña en el LUTZOW,  salió de Helgoland seguido por sus cruceros de batalla, dos escuadrones de cruceros ligeros y tres flotillas de barcos  destructores y torpederos, y se dirigió hacia Horns Reef a 17 nudos. A las 03.00 horas Scheer salió de Wilhelmshaven a la cabeza de tres escuadrones de acorazados: la Batalla de Jutlandia había comenzado.



 
El Iron Duke




LA TRAGEDIA PASO A PASO

A las 14.00 horas del día 31, Beatty  estaba en el lugar indicado de reunión, con sus barcos al este. El tiempo era bueno y la mar estaba en calma; sólo una neblina persistente, que siempre se encuentra en el Mar del Norte en esa época del año, limitó la visibilidad, y ese factor jugaría un papel decisivo en la batalla. Cerca de 45 millas al este de Beatty, Hipper se dirigía al norte: las fuerzas estaban sobre el horizonte y fuera de la vista de uno y otro. Si Hipper seguía ese curso,  quedaría pronto alejado de Scheer, a unas 50 millas detrás  de él, y caería directamente sobre los acorazados de Jellicoe, quien venía del noroeste;  no era exactamente lo que los alemanes esperaban. En esos momentos un factor inesperado entró en  juego. Exactamente hacia la mitad entre Hipper y Beatty un viejo barco Danés de carga, cubierto de óxido, el N. J. FJORD, fue avistado simultáneamente por observadores de ambos lados. Los británicos inmediatamente despacharon dos cruceros ligeros, el GALATEA y el PHAETON, para investigar el barco, mientras que los alemanes mandaron al crucero ligero ELBING con unos pocas naves más de reconocimiento. En cuanto se vieron unos a otros y se dieron cuenta, con gran sorpresa, de quienes eran, los dos grupos intercambiaron las primeras salvas  mientras  avisaban a sus respectivos comandantes  de la presencia del enemigo. El primer barco en ser golpeado fue el GALATEA, por un impacto del ELBING.

Hay que indicar que los mensajes que pasaron durante el curso de la batalla eran totalmente insuficientes para permitir a ninguno de los dos comandantes en el jefe formar un retrato exacto de la situación táctica, con lo que tuvieron que confiar en sus propios ojos. Además, tenido en cuenta que las transmisiones de radio estaban en sus etapas iniciales, eran inadecuadas para un  suministro de información rápida y completa.

El primer barco en el grupo principal de Beatty a la vista del enemigo era el crucero de  batalla NEW ZEALAND, que informó de cinco barcos  a  estribor a las 15.15 horas; diez minutos después, ambos grupos estaban a la vista, a una distancia de cerca de 26800 metros. Jellicoe, mientras tanto, estaba a unas 60 millas al norte. Beatty aumentó su velocidad a 25 nudos y se dirigió hacia el enemigo, pero Evan Thomas, al mando del  quinto escuadrón acorazado, no entendió la señal y  llevó a cabo la orden de aumentar la velocidad tarde, con el resultado que mediaban 10 millas  cuando los cruceros británicos de  batalla llegaron a la distancia de los grandes cañones de Hipper.

Para evitar ser cortado por barcos de Scheer, Hipper se dirigió al SSE a una velocidad de 18 nudos con sus barcos en una formación perfecta y en un ángulo oblicuo a los cañones británicos. La visibilidad, ya pobre, empeoraba considerablemente debido a las nubes de negro humo que despedían las chimeneas de los barcos al aumentar la presión de las calderas al máximo.

A las 15.48 horas, la distancia entre los dos lados se había reducido a unos 18200 metros y el LUTZOW abrió  fuego, seguido inmediatamente por  otros barcos alemanes: los británicos, sin embargo, estaban todavía maniobrando sus barcos para dejarlos en formación, y abrieron fuego después y no juntos. Tras sólo tres minutos (el tiempo de una salva en el aire) el LION fue alcanzado dos veces, un minuto después  el TIGER y el PRINCESS  ROYAL, alcanzados por un impacto cada uno. De este momento en adelante, con la distancia entre los dos lados disminuyendo a cada instante, el fuego  alemán llegó a ser asesino, con disparo tras disparo sobre el blanco:  el TIGER fue alcanzado por dos impactos  más de 280 mm en pocos minutos, dejando dos de sus baterías principales fuera de acción, y el LION fue alcanzado una  tercera vez. Por el otro lado, a las 15.55 horas una salva del QUEEN MARY alcanzó  la torre 'C' del SEYDLITZ: el barco se salvó sólo porque, tras la experiencia de Dogger Bank (que los británicos habían decidido ignorar), los compartimentos de munición habían sido preparados para que los equipos del rescate fuesen capaces de  inundarlos  antes de que el fuego lo alcanzase.

 Un minuto después los alemanes contestaban: a las 15.56 horas  el TIGER fue alcanzado repetidamente una y otra vez; los impactos estallaban dentro del casco del barco con terrible efecto. Mientras tanto, el PRINCESS ROYAL fue alcanzado por dos impactos  de 305 mm, dejando a la torre  'A' y su control de fuego fuera de servicio por veinte minutos. La próxima salva dio también en blanco y el PRINCESS ROYAL fue alcanzado en la torre 'B'. A las 16.00 horas  el LION sufrió el mismo destino que el SEYDLITZ: después que  ser golpeado en medio por un impacto del LUTZOW, su santabárbara  tuvo que ser inundada y después recibió seis impactos en rápida sucesión. El TIGER fue dañado por cinco impactos en los siguientes siete minutos. El LION fue forzado fuera de la formación y de la línea de tiro. Aunque el TIGER y el NEW  ZEALAND continuaran lejos del fuego, no alcanzaron a dar un solo disparo en el blanco: el lacónico  "disparo no bueno" de Jellicoe de  Dogger Bank se mostraba con toda su crudeza en el peor momento. 

La distancia media bajó a menos de 15400 m y el fuego alemán, que incluía ahora el  de los cañones de medio calibre, llegó a ser aún más efectivo. A las 16.05 horas un resplandor iluminó el cielo, revelando lo que parecía una escena tomada del " Inferno" de Dante:  tres impactos de 280 mm del VON DER TANN perforaron la torre delantera y el blindaje del INDEFATIGABLE, que se inclinó a babor con sus santabárbaras en llamas. Siguió una tremenda explosión, que lo partió en dos, y el barco azorado a babor en unos pocos segundos se hundió con su tripulación. El VON DER TANN no pudo  celebrar su éxito, pues poco después  fue alcanzado en la línea de flotación por un impacto de 381 mm  abriendo una importante vía de agua al barco  (añadiendo unas 600 toneladas de agua); a pesar de esto, pudo permanecer en  formación,  prueba adicional del magnífico trabajo hecho por los diseñadores alemanes.

¿Pero de dónde venía semejante disparo de tal calibre, si los cañones más grandes a bordo de los británicos eran en aquel momento de 343 mm?.  Thomas había llegado a escena con sus acorazados, y uno de los ocho  381 mm  recorrió los 25000 m.

Con estos cuatro acorazados  preparados para lanzar todo lo que tenían en la confusión de la batalla, la situación llegó a ser crítica para Hipper. Afortunadamente para los alemanes, los impactos británicos eran de calidad muy pobres y rebotaban al contacto con el blindaje de los barcos alemanes, soportando estos la ordalía magníficamente. Aunque estuvieran  en desventaja en términos de calibre y cantidad, eran los barcos de Hipper los que continuaban  obteniendo los mejores resultados. A las 16.15 horas el LION y el LUTZOW luchaban en duelo directo, pero, mientras que el LUTZOW sólo se dañó levemente, los furibundos fuegos consumían al LION. El  NEW ZEALAND fue dañado otra vez, pero de forma leve. Mientras tanto, los británicos conseguían ser más exacto y el TIGER y el NEW ZEALAND obtuvieron disparos sobre el MOLTKE y el VON DER TANN respectivamente.

A las 16.20 horas el segundo acto de la tragedia comenzó para los británicos: el QUEEN MARY fue alcanzado por el DERFFLINGER tras dañar  al barco alemán dos veces. Inmediatamente después, sin embargo, el crucero británico se vio bajo el fuego conjunto del DERFFLINGER y el SEYDLITZ, con seis blancos  en rápida sucesión: a las 16.26 horas el QUEEN MARY voló y se hundió en unos pocos segundos. Era el segundo barco británico grande en irse a pique en veinte minutos: sin la duda el acero de los  proyectiles alemanes era de mayor calidad  que el blindaje chapando británico. 

 
El Queen Mary, hundido el 31 de mayo de 1916




A pesar de estos resultados tácticos brillantes, la situación continuaba siendo crítica para Hipper,  en una desventaja numérica de 5 a 8, con las proas de los barcos de Scheer  sobre el horizonte. Para ganar tiempo y para evitar demasiados riesgos, Hipper mandó a las naves más pequeñas que acompañaban a sus barcos atacar a los británicos con torpedos, viéndose encarados inmediatamente por un ataque contrario de naves semejantes. Se podría dedicar un libro entero a la confusión siguiente, hubo muchos actos de  habilidad,  coraje, osadía y  sacrificio de los marineros a bordo de esas diminutas naves a velocidades de más de 30 nudos sorteando las inmensas columnas  de agua de los impactos de los barcos más grandes.

 La interrupción vino cuando el segundo escuadrón de cruceros ligeros bajo el mando del Comodoro Goodenough avistó a Scheer y se acercó a unos  12000 m, arriesgándose a la total destrucción: sólo su  considerable ventaja de velocidad evitó el desastre. Mandó un mensaje a Beatty avisando a su comandante de la presencia de la totalidad de la Hochseeflotte.

 A las 16.48 horas  Beatty se dirigió al norte, esperando ver primero a Hipper y después a  Scheer detrás de él; en ese momento, Hipper venía del sur, con el mismo curso que Evan Thomas quien intentaba colocar su formación entre su comandante y Scheer. Cuándo  recibió el mensaje de Beatty,  ordenó a sus acorazados virar en redondo a estribor y dirigirse al norte. Sin embargo, se encontraron en el fuego cruzado de los barcos de  cabeza  de Scheer y de los cruceros de batalla de Hipper  viéndose forzados a sufrir varios impactos, sin daño grave. Los alemanes fueron impactados unas pocas veces, pero eventualmente los dos lados quedaron fuera de tiro.



DUELO ENTRE COMANDANTES

 La primera fase de la batalla terminó: en breve serían los dos comandantes supremos los jugadores. Scheer, junto a Hipper, estaba contento de tener delante una parte grande de la Grand Fleet y estaba seguro de que serían los alemanes quienes saliesen como vencedores; ignoraba en ese momento que Jellicoe estaba a punto de entrar en escena  sin menos de 24  cruceros  acorazados y de batalla detrás de él. Hipper, sin embargo, no compartía el optimismo de Scheer (aunque hubiera sido él que había cosechado los triunfos del primer encuentro) ya que sus barcos mostraban los signos de una larga  y dura lucha. No obstante llevó a cabo la orden de cazar a Beatty y Evan Thomas  dirigiéndose al norte. Sin embargo, Jellicoe a bordo del IRON DUKE fue informado  de la presencia de la Hochseeflotte y, dada su ventaja numérica, cambió a Scheer  de cazador a cazado. Sus 24 navíos de guerra, en seis líneas, esperaba el momento de formar en fila para la batalla. Los grupos de cruceros y destructores, dispersos alrededor, aseguraban su protección contra submarinos y torpedos.

 Finalmente, a las 17.30 horas, se dio señal a la flota desde el  MARLBOROUGH bajo las órdenes de Sir Cecil Burney de que el enemigo estaba a la vista, y Jellicoe se dio cuenta de que estaba demasiado cerca de él. Para ganar tiempo y para ponerse en una posición táctica más favorable, Jellicoe decidió virar hacia  el sudeste sus barcos en  formación de  batalla. De esta manera  podía aparecer por el flanco derecho lleno de niebla de Scheer - sólo entonces el comandante alemán se entera de la trampa mortal en que había caído.

A las 18.05 horas Beatty cortó enfrente de la formación de Jellicoe con sus cuatro barcos supervivientes y tomó la posición detrás de los cruceros de batalla del tercer escuadrón de Hood, el más adelantado y a la derecha de la parte principal de la flota británica. La distancia disminuía rápidamente y los cruceros de batalla de Hood estaban ya a distancia: de hecho, a las  18.17 horas  el MARLBOROUGH abrió  fuego, seguido inmediatamente por los otros. Los primeros disparos comenzaron a caer con considerable certeza alrededor de los barcos a cabeza del escuadrón alemán. El LUTZOW fue impactado gravemente y tuvo que dejar la formación. La situación era particularmente grave, por lo que Hipper fue a  bordo del MOLTKE, y perdió en ello tres horas (prácticamente todo el resto de la batalla). El mando de los cruceros de  batalla fue confiado a Hartog, comandante del DERFFLINGER.





El Invencible, visto por los franceses



Los cruceros blindados bajo el Contraalmirante  Arbuthnot también fueron alcanzados: su primer escuadrón de cruceros estaba en el extremo derecho de la flota británica y, de aquí en adelante,  era el más cercano al enemigo. Mientras tanto un grupo de cruceros ligeros alemanes (ELBING, PILLAU y WIESBADEN) quedaron bajo el fuego de los cruceros de batalla de Hood: el WIESBADEN rápidamente  fue reducido a un montón de restos humeantes, pero cuándo Arbuthnot se acercó con sus barcos a da el golpe de gracia, se vio bajo el fuego de los barcos de Hipper. A las 18.21 horas el DEFENCE voló por los aires y se hundió tras ser alcanzado por dos salvas sucesivas,  llevándose a Arbuthnot al fondo, y  el WARRIOR también sufrió graves daños.

A pesar de este éxito, la situación estaba cada vez más fuera del control de Scheer: a menos de cambiar el curso,  permitiría a Jellicoe  cruzar su 'T' a la manera más clásica posible.

La visibilidad empeoraba a cada minuto, ocultando parcialmente a los alemanes de los artilleros británicos, cegándoles el fuego. Era el momento oportuno para Scheer de destrabarse: a las 18.35 horas izó la señal para virar 180º ; perfectamente sincronizados, los acorazados alemanes llevaron a cabo la maniobra, que habían realizado tantas veces durante los ensayos en el Báltico, y en breve la distancia entre los dos lados aumentó considerablemente. Jellicoe, que había sido incapaz de ver lo que los alemanes hacían, continuó su curso original, poniendo cada vez mas espacio entre su flota y la de su adversario.

A las 18.50 horas, el comandante británico encontró un espacio vacío enfrente de él y ordenó a sus barcos virar 167 grados, mientras que Scheer se dirigió al este intentando volver a coger al enemigo. Esta maniobra, contra toda lógica de tácticas navales, lo puso una vez más en la posición donde su 'T' podía ser cruzada  y, además, los cruceros de batalla de Hipper quedaban delante de él (que permanecían bajo las órdenes de Hartog). Sin embargo, estaban en los límites de su capacidad ya que habían cargado con el peso de la batalla hasta entonces.

A las 19.15 horas Scheer, en cuanto se dio cuenta de su error y el peligro al que se arriesgaba, ordenó a sus acorazados dar la vuelta, interna, una tercera vez y dio al mismo tiempo la famosa orden a los cuatro cruceros sobrevivientes de la batalla (el LUTZOW estaba todavía fuera de formación), que siempre permanecerá imborrable impresa en la memoria de todos marineros alemanes: '' Sclachtkreuzer, gefechtswendung! Rein in  dem Feind! Ran!  (Cruceros de batalla, ¡giro de batalla! ¡Recto al enemigo! ¡Carga! )".

Hartog obedeció y acortó la distancia, oponiendo sus cuatro cruceros de batalla contra treinta y tres cruceros acorazados y de batalla. Este espléndido ejemplo del espíritu del sacrificio de sus barcos y sus hombres se conoce entre los hombres de mar en el mundo entero como "el paseo de la muerte". El DERFFLINGER y el VON DER TANN fueron los barcos más  involucrados y, a pesar de ser alcanzados repetidamente, continuaron peleando: al DERFFLINGER sólo le quedaron dos de sus cañones principales en funcionamiento al final.


Vista general del Derflinger


Para permitir a Scheer el completar la maniobra de destrabe y como apoyo a los cruceros de  batalla, los destructores alemanes fueron derechos hacia Jellicoe y lanzaron sus torpedos a menos de 6800 m: fue sólo en ese momento cuándo vieron los alemanes que tenían a la totalidad de la  Grand Fleet  contra ellos.



EL MOMENTO CRUCIAL

 Fue este el punto que podría llamarse como decisivo de la batalla, que  decidiría su resultado y que sería  causa de la interminable discusión venidera: la vuelta exterior de Jellicoe. El almirante británico tenía dos maneras de escapar de la amenaza de los destructores: o se volvía al enemigo (al estribor) u ordenaba su flota a babor para ponerlos en un curso más o menos paralelo al de los torpedos. Jellicoe decidió girar 45 grados a babor: este movimiento "demasiado cuidadoso por la mitad" le costó la victoria, ya que lo alejó aún más del enemigo, que había tomado ya la decisión de destrabarse.  A  su defensa está el hecho de que nadie, a pesar de ver a  Scheer girar,  se molestó en  informar de ello a su comandante.

 Esta era la situación a las 19.45 horas cuando los acorazados británicos recibieron la orden para dirigirse hacia el sudoeste, perdiendo más de 3600 m. Sin embargo, Jellicoe pensaba todavía que se podía poner fin a esto de una vez por todas. En esas latitudes, el sol se pone bastante tarde, quedando además los alemanes  al oeste de los británicos, quienes podrían aprovecharse de la luz para cortar a los alemanes. En  media hora todo podía  acabar.

 Beatty estaba en la mejor posición para presionar sobre el enemigo, pero sólo contaba con sus propios barcos, ya que el grueso de la Grand Fleet estaba lejos. A las 20.18 horas vio a los cruceros alemanes otra vez, que estaban detrás de la formación alemana principal para proteger su retirada. A las 20.20 horas el INFLEXIBLE abrió  fuego, seguido a continuación por el PRINCESS ROYAL, el TIGER, el NEW ZEALAND, el LION y el INDOMITABLE. Los alemanes contestaron inmediatamente con los cañones que todavía permanecían en acción, y a las 20.32 horas tanto el LION como el PRINCESS ROYAL fueron alcanzados, los blancos no eran bien visibles y ambos lados cesaban el fuego frecuentemente. Los británicos estaban pletóricos: impactaron sobre el DERFFLINGER y el SEYDLITZ  una vez más y les obligaron a salir de la formación. (En total estos dos barcos fueron alcanzados 17 y 21 veces por impactos de gran calibre y 9 y 2 veces por otros de medio, respectivamente).

 Los cruceros alemanes recibieron en ese momento una ayuda inesperada de los seis viejos pre-dreadnoughts  del segundo escuadrón bajo el Contraalmirante Mauve, quien, cubierto por el fuego de los barcos en acción, permanecido en  curso,  obligó a  Beatty a encarar a un nuevo enemigo y dejar la cacería. Era un combate desigual y no pasó mucho tiempo antes de que los viejos barcos estuviesen dañados de mala manera a pesar de que los cruceros británicos no operaban a su máxima eficacia: el SCHLESWIG HOLSTEIN, el  POMMERN y  el SCHLESIEN fueron impactados gravemente sin que pudiesen hacer mucho daño a los británicos, con lo que Mauve a las 20.35 horas decidió dirigirse  al oeste. Para  sorpresa de todos, Beatty no lo siguió, cesó el fuego y  se dirigió hacia el sudoeste: muy probablemente quiso intentar alcanzar la flota alemana para cortar su retirada, que habría permitido a los británicos - Jellicoe lo seguía – terminar con la batalla a su favor.



LA NOCHE FATAL

 A las 20.45 horas, después de cinco horas de batalla, los cañones callaban y la oscuridad entró en escena. Las posiciones respectivas a grosso modo eran: Scheer al oeste de la parte principal de la batalla, Beatty cerca de 8 millas delante de él y  Jellicoe cerca de 8 millas al babor de él y todo ellos dirigiéndose al sur. La noche es corta a  latitud  56N y la luz comenzó a salir cerca de las 03.00 horas, así que no quedaba mucho tiempo para tomar decisiones. Scheer se percató de esto y de que no podría seguir la batalla sin poner en peligro a la  Hochseeflotte entera. No tuvo elección: tenía que forzar el bloqueo enemigo durante la noche para alcanzar la seguridad de Horns Reef al amanecer.

A las 21.30 horas el almirante alemán ordenó a su flota para virar a estribor, colocó toda su confianza en la Fortuna y la oscuridad.  Y la Fortuna le sonrió. La maniobra fue, de hecho, un  éxito, aunque durante la noche hubo varios escarceos, que costó más víctimas en ambos lados. Los británicos perdieron el crucero blindado  BLACK PRINCE, que se había desligado de la  Grand Fleet  y se acercó a la formación alemana por error; los acorazados alemanes THURIGEN, NASSAU, OSTFRIESLAND y FRIEDRICH DER GROSSE lo volaron a menos de 900 m. Los británicos perdieron también los destructores TIPPERARY, ARDENT,  FORTUNE  y TURBULENT,  hundidos por una serie de confusos ataques con torpedos contra los barcos alemanes: Durante estos ataques, otro destructor, el SPITFIRE, chocó con el NASSAU a máxima velocidad.

 Los alemanes, por otro lado, perdieron los cruceros FRAUENLOB (torpedeado por el crucero ligero SOUTHAMPTON), ELBING (después de un choque con el POSSEN) y ROSTOCK (torpedeado por un destructor británico no identificado); el heroico LUTZOW,  principal protagonista de la batalla, tuvo que ser hundido por un torpedo alemán, ya que era imposible que llegase a puerto. (Había recibido 24 impactos de gran calibre y le había entrado 8,300 toneladas de agua, pese a lo que seguía a flote). Finalmente el viejo POMMERN voló después de ser torpedeado por destructores de la cuarta flotilla.

Cerca de medianoche, la flota de Scheer cruzó por delante de las narices británicas, tras el último barco, y rápidamente se movió lejos con la oscuridad  hacia Horns Reef: la batalla marina más grande de la historia moderna terminó. Cerca de las 02.30 horas Jellicoe  se dirigió al norte otra vez con la esperanza de retomar contacto con el enemigo a la luz del alba, pero el mar estaba desierto.

 El tiempo había empeorado mucho, con lo que el comandante británico, después de navegar en vano hasta el mediodía, dio la orden a sus barcos para volviesen a sus respectivas bases. Los dañados barcos británicos tenían otra batalla pendiente con el mar: el WARRIOR  no aguantaría la furia de los elementos, y después de una tentativa para remolcarlo, tuvo que ser abandonado. Fue la última víctima de la batalla de Jutlandia.



CONCLUSIONES

A las 12.00 horas del día 1 de junio la Hochseeflotte ancló en Wilhelmshaven y Scheer analizó los pros y contras de la batalla, quedando complacido por el resultado final. Aún en una desventaja numérica considerable (5 a 8) infligió pérdidas a Jellicoe de exactamente la razón opuesta. Los británicos perdieron 115025 toneladas contra las 61170 de los alemanes, y  6097 marineros británicos frente a los 2551 alemanes. Sin embargo, estas sumas sólo eran de valor a  nivel táctico, ya que estratégicamente la batalla la habían ganado los británicos,  quienes mantendrían su dominio del Mar del Norte hasta el fin de las hostilidades. Aparte de la salida ocasional de algunos barcos, la Hochseeflotte nunca más volvió a dejar la seguridad de sus campos de minas. Cuando  lo hizo finalmente, acudió a  Scapa Flow para bajar sus enseñas antes un enemigo victorioso. Pero el verdadero problema para los británicos no era el número de barcos perdidos, sino la inmensa e irrepetible oportunidad perdida. La Batalla de Jutlandia podría haber sido el Trafalgar del siglo XX para la Armada Real y si no lo fue, era debido a la tenacidad y  acción de los cruceros alemanes  y a los errores e incertidumbres por parte de los británicos.

 Las palabras escritas por Beatty un año más tarde, tras llegar a ser comandante en jefe de la flota en lugar de Jellicoe, fueron reveladoras en este asunto; "Parece apenas un año desde ese día terrible cuando podríamos haber alcanzado tanto, y nuestro fracaso para hacerlo así nos ha costado barcos magníficos y valerosas vidas. Según pasa el tiempo, uno se da cuenta más claramente de la oportunidad que se perdió, una oportunidad que nunca volverá a ocurrir, y lo que habría sido fácil entonces será infinitamente más difícil en el futuro.."

 Fuente: Traducido por Borja Sierra. Fotos enviadas por el autor.

IFNI, LA ÚLTIMA GUERRA COLONIAL ESPAÑOLA. HISTORIA DEL DESCONOCIDO CONFLICTO DE 1957-58 EN EL AFRICA OCCIDENTAL.








En agosto de 1953, el residente francés en Marruecos, general Guillaume, con el fin de suprimir el nacionalismo marroquí que arrancaba de bastantes años atrás, depone al sultán Mohamed V, desterrándole a Madagascar, y coloca en su lugar a Muley Ben Arafa, tío del rey, con el auxilio de importantes personalidades marroquíes, como El Glaoui, pachá de Marraquech, para dar satisfacción a los intereses y aspiraciones de los colonos franceses.

Las corrientes independentistas marroquíes, que se remontan al Manifiesto del partido del Istiqlal, del partido de la independencia, en febrero de 1944, toman forma con mayor virulencia en un Ejército de Liberación (EL) y formado por hombres del campo, gentes del Rif, montañeses del Atlas, tribus del sur y la guerrilla urbana, quienes atacan tanto a los intereses franceses como a los marroquíes colaboradores de la potencia protectora. En septiembre de 1953 tiene lugar un atentado contra el sultán Ben Arafa, que nuevamente ve amenazada su vida en marzo de 1954. En mayo se produce otro atentado contra el general Guillaume; el 20 de junio es herido gravemente el general Hauteville, comandante de la región de Marraquech, y el día 30 es asesinado el doctor Eyraud, director de La Vigie Marocaine, una intransigente publicación colonial.

Desde julio de 1954 a junio de 1955 se producen 784 atentados, 477 explosiones, 1.430 incendios, 331 sabotajes y la muerte de 41 franceses y 254 marroquíes colaboradores de la metrópoli. En agosto de 1955, coincidiendo con el aniversario de la deposición de Mohamed V, una oleada de revueltas, que se origina en Kenitra, invade las ciudades (Rabat, Casablanca, Safi, Essauira), los campos, donde son asesinados 49 europeos, y las minas y poblados mineros, donde la represión produce millares de muertos marroquíes<!--[if !supportFootnotes]-->[1]<!--[endif]-->.
Mientras tanto, en Argelia, en la madrugada del 1 de noviembre de 1954 han comenzado los ataques por todas partes contra la presencia francesa; en agosto, Túnez ha obtenido la autonomía interna y la guerra de Indochina marcha de mal en peor. Todo ello lleva a Francia a considerar como más conveniente el regreso de Mohamed V al trono, comenzando unas negociaciones que pongan fin a la época de protectorado. El sultán regresa en noviembre de 1955 y el 2 de marzo de 1956 Marruecos accede a la independencia, tratando el Gobierno francés de obtener las mayores ventajas posibles de su antigua implantación colonial, al mismo tiempo que se impedía la formación de un frente común magrebí de liberación extendido a todo el noroeste de Africa.

La política española ha jugado hasta entonces el papel anticolonialista, negándose a reconocer a Ben Arafa, dando asilo en el Marruecos español a dirigentes del Istiqlal y llamando a formar parte del Gobierno al nacionalista Abdeljalak Torres, con la insólita esperanza de sustituir la influencia francesa en su zona de protectorado. Cuando finalmente llega la independencia en marzo de 1956, España no tiene más remedio que seguir idéntica política a primeros de abril, porque sus títulos de nación protectora no proceden de un acuerdo con Marruecos, sino que se derivan del tratado con Francia de noviembre de 1912.

La visita de Mohamed V a Madrid para lograr la renuncia española es muy tensa, y aunque los proyectos españoles se han visto desbordados por la política de Francia, el Gobierno sigue manteniendo sus intenciones de protagonismo en Marruecos, no retirando la peseta hasta dos años más tarde, manteniendo fuerzas allí hasta 1961 y regateando las concesiones para salvaguardar los intereses españoles en el Rif y en otros puntos. A todo ello hay que añadir que la cuna y la fe de nacimiento del régimen están en el norte marroquí, donde se ha formado y ha hecho su carrera la cúpula militar del sistema. Todos estos condicionamientos resultan fundamentales para comprender más tarde determinadas inactividades y silencios de la política española en relación a los ataques en el Africa occidental.

Pero el Ejército de Liberación no tenía como único objetivo la independencia de Marruecos, sino la eliminación en todo el norte de Africa de la presencia colonial, conjugando sus esfuerzos con el FLN argelino y los independentistas tunecinos.

Al mismo tiempo perseguía la implantación de la república, conocedor de que la dinastía alauita, en el pasado y en el futuro, sólo serviría para favorecer los intereses coloniales de Francia<!--[if !supportFootnotes]-->[2]<!--[endif]-->. La lucha que debiera haberse extendido a todo el norte de Africa queda escasa de objetivos al alcanzar la independencia Marruecos y Túnez en 1956, por flexibilizar Francia su postura en las posesiones más expuestas y limitarse a la defensa de Argelia.

El nacionalismo burgués marroquí se encuentra en el poder a partir de la independencia y en el segundo Gobierno Bekkai, octubre de 1956, el Istiqlal dispone de ocho carteras ministeriales. Aunque los sectores más radicales ejerciesen en el EL una indudable influencia, éste no fue nunca su brazo armado, mostrando siempre recelo a ser instrumentalizado por cualquier partido<!--[if !supportFootnotes]-->[3]<!--[endif]-->. La alianza entre la burguesía independentista del Istiqlal y el trono, aunque no se apoyase en una confianza total, tenía como común enemigo a los revolucionarios que habían combatido contra el colonialismo y que todavía pensaban en continuar la lucha.
A esta idea general responde la creación de las FAR, las fuerzas armadas reales, que realizan su primer desfile de 14.000 hombres en el mes de mayo en Rabat, mientras que el Istiqlal dispone de la Seguridad Nacional, cuya dirección asume Mohamed Laghazaui. En marzo de 1956 Mohamed V se reúne con los jefes más monárquicos del EL, consiguiendo el juramento de fidelidad de una treintena de ellos, y en julio se integran en las FAR millares de combatientes.

El Ejército de Liberación dei norte acepta el alto el fuego el 27 de marzo de 1957, a pesar de los que se oponen a ello negándose a deponer las armas, fieles a su doble objetivo de liberación del Maghreb y de la República de Marruecos. Pero muchos de sus jefes han sido eliminados físicamente. En junio de 1956, Abbas Messadi, jefe del EL del norte, es asesinado en Fez; Abadaltah Haddaui es ametrallado a la entrada de Casablanca, lo mismo que Abdallah Abdelkrim y Ahmed Tuil, jefe del grupo denominado Creciente Negro. Más de cincuenta jefes de la resistencia y del EL, entre los que figuran los nombres de Drissi, Charaibi, Laraki de Fez, Yahya Labar, Brahim Rudani, Hassan Seghir, Sargean, Skini, que habían proyectado proclamar la República, son ejecutados por elementos de las futuras brigadas especiales de la policía marroquí, bajo la dependencia del príncipe Muley Hassan, por indicación del Istiqlal en una reunión del partido a su más alto nivel, dando luego la orden a Laghazaui, jefe de la Seguridad Nacional<!--[if !supportFootnotes]-->[4]<!--[endif]-->. Pero quedan, sin embargo, más de 50.000 irreductibles, casi todos ellos en el sur, una buena parte de los cuales va a intervenir en los combates que se desarrollarán en Ifni, en la Mauritania francesa y el Sahara español.
El Ejército de Liberación domina ampliamente las regiones del sur, donde su autoridad sustituye a la del rey; el fantasma del bled siba, el territorio en revuelta contra el sultán, propio de los siglos anteriores al protectorado y que se producía a la muerte de cada soberano, vuelve a surgir por doquier. Ello servirá de excusa al Gobierno español para negarse a entregar a Marruecos la provincia de Tarfaya con Villa Bens, Tantan y otros puestos, provincia comprendida entre el río Dra y el paralelo 27’ 40’ y que tiene un estatuto jurídico de protectorado, al igual que el Marruecos norte, según el tratado con Francia de 1912.

Este impulso anticolonial del Ejército de liberación va a ser debidamente aprovechado y capitalizado por la burguesía marroquí en el poder, acabando por deslizarse hacia una reivindicaci6n territorial, asumida algo más tarde por el mismo trono. El líder indiscutible de este movimiento es Al-lal el Fassi, nacido en Fez en 1910, hijo de un profesor coránico de la Universidad de Karayouine, donde sigue sus estudios dentro de una formación tradicional, contrariamente a las elites musulmanas, que preferían la formación francesa.
Desde muy joven se lanza a la política, pidiendo la abolición del protectorado, por lo que es reducido a prisión, de donde sale en 1931, entrando entonces en el Comité d’Action Marocaine, embrión del Istiqlal. En 1937 es detenido de nuevo como instigador de un complot contra el sultán y Francia, siendo entonces deportado a Gabón. Liberado en 1942, vuelve a Marruecos y después se instala en El Cairo de 1953 a 1956. Desde 1947 había participado en la creación del Comité pour la Libération du Maghreb Arabe y en su exilio de El Cairo era el portavoz del anticolonialismo en el cuadro de la unidad árabe-islámica. Sin embargo, en 1955 lanza la idea del Sahara marroquí, idea que se amplificará a partir de la independencia, convirtiendo la lucha anticolonial en reivindicación nacional.

En el momento en que Marruecos se ve libre del protectorado, el liderazgo del Istiqlal queda corto de objetivos y necesita crear una nueva motivación para no verse arrinconado; una vez con el pie en el estribo del poder, Al-lal el Fassi convierte el Gran Maghreb en el Gran Marruecos mediante un elaborado trabajo de prestidigitaci6n. Para recuperar la influencia que le han arrebatado los progresistas del partido, como el luego asesinado Mehdi Ben Barka, El Fassi despliega una intensa actividad en favor del expansionismo marroquí, cuyo eje central es el discurso del 18 de junio de 1956, en Tánger, todavía bajo estatuto internacional y que se reintegrará a Marruecos el 29 de octubre. El famoso discurso de reivindicación sahariana constituye un completo programa de política exterior anexionista.

Los nacionalistas marroquíes proseguirán la lucha hasta que sea una realidad la independencia de todas las partes de Marruecos, incorporado Tánger, liberado el Sahara bajo influencia española y el Sahara bajo influencia francesa; y vuelvan al Imperio Cherifiano las zonas que arrancó el colonialismo desde Tinduf a Colomb-Béchar, Tuat, Kenadsa y Mauritania. Marruecos limita al sur con San Luis del Senegal. Pocos días después se publica el mapa del Gran Marruecos en el diario del Istiqlal, Al Alam, elaborado por Abdelkebir el Fassi, un pariente del líder, en el cual se engloban como territorios marroquíes toda Mauritania, el Tuat argelino y partes de Gurara y Tidikelt hasta In Salah, el Sahara español y parte del noroeste de Malí, con Taudenni y Arauan, hasta las mismas puertas de Tombuctú. Todo ello constituye el Royaume maghrébin chérifien avec ses limites naturelles et historiques, según los dirigentes del Istiqlal.

En otro de sus discursos, El Fassi clarifica que nuestra cultura y nuestra religión emanan del Sahara... no habremos hecho nada hasta que no liberemos a los Ait Baamarán de Ifni, Río de Oro, Tinduf, el Sudán marroquí... Emprendido el camino de la reivindicación, el Istiqlal recurre a los más alambicados argumentos para sustentarla, olvidando y tergiversando la Historia, en el transcurso de la cual los sultanes marroquíes sólo han mantenido cortas, incoherentes y espaciadas intervenciones militares, no políticas, en el desierto<!--[if !supportFootnotes]-->[5]<!--[endif]-->, mientras que los saharianos, el imperio almorávide, han impuesto su dominio en el siglo XI desde el Níger hasta Castilla.

Pero como señalan los comentarios económicos, detrás de las reivindicaciones del Istiqlal se encuentra el carbón, el plomo y el cobre de Kenadsa y de Colomb-Béchar, el manganeso de Guettara, el hierro de Tinduf, el petróleo de In Salah, el hierro de Zueratt y el cobre de Akjoujt, estos dos últimos en Mauritania, aunque aún no se tienen noticias exactas de los fosfatos del Sahara español, cuyas prospecciones han comenzado, sin embargo, años antes. El capital marroquí, dentro de la más pura línea neocolonialista, ve una perspectiva de amplias posibilidades tras las tesis reivindicativas del Istiqlal, que el Ejército de Liberación, de momento la fuerza de choque manipulada por el poder, va a poner en marcha.

La aventura del EL de las bandas armadas, por la fuerza de las circunstancias se ha convertido en un movimiento nacionalista marroquí, perdidos de vista ya los objetivos de una total liberación del norte africano; si tiene éxito será el sultán quien se lleve los honores de la integración del desierto sahariano en la madre patria; y si fracasa, como es probable, el soberano se verá libre de las bandas extremistas del sur, que no han querido integrarse en las FAR en mayo de 1956. Entonces Palacio podrá hacerse cargo de las tesis reivindicativas del Istiqlal, lo que al fin y al cabo es un nacionalismo de derechas y podrá enarbolar la bandera del protagonismo nacional<!--[if !supportFootnotes]-->[6]<!--[endif]-->.

Con respecto a la posición del trono de Marruecos, el escritor francés Marc-Robert Thomas<!--[if !supportFootnotes]-->[7]<!--[endif]--> refiere que en los años cincuenta tuvo por condiscípulos en las facultades de Rabat, París y Aix-en-Provence a varios jóvenes marroquíes que ocuparían después puestos de primera línea en la Administración y el Gobierno, uno de ellos, el entonces príncipe heredero, Muley Hassan. Pues bien, en una conversación sobre la provincia de Tarfaya, cuya adscripción a Marruecos no cuestionaba el tratado de protectorado de 1912, este grupo selecto no solamente desconocía esa pertenencia, sino, incluso, la misma existencia de tal provincia. Los problemas relativos a las fronteras del país les eran desconocidos o más bien indiferentes. Para finales de febrero de 1958 el trono marroquí habrá aprendido suficiente Geografía e inmediatamente después de la expulsión del EL de Mauritania y del Sahara español, como más adelante se verá, Mohamed V pronunciará un discurso en M’Hamid, justamente sobre el río Dra, en la frontera de Argelia y el Sahara, proclamando solemnemente que continuaría la acción para el retorno de nuestro Sahara, según nuestros derechos históricos y la voluntad de sus habitantes.

Pero a lo largo de los combates de 1957 y 1958, los servicios de información españoles y franceses detectarán las importantes implicaciones del poder marroquí, sobre todo, del príncipe Muley Hassan, en la actuación de las bandas armadas, en los suministros de fondos, víveres, armamento (procedente de parques españoles) y munición; en el desencadenamiento del ataque por sorpresa en Ifni, en la dirección general de las operaciones en el Sahara y en la retención en Marruecos de 40 prisioneros españoles, entre ellos tres civiles, tres mujeres y dos niños.

Mientras tanto, el Istiqlal ha pasado a la acción en varios puntos de los territorios en litigio, aun antes de la independencia. En febrero de 1956, las autoridades francesas descubren un complot en Tinduf, que propugna decir la oración en nombre del sultán izando banderas cherifianas en la mezquita, al mismo tiempo que se apoderan de importantes documentos militares, mapas y fotografías; desmantelada la organización, en noviembre Al-lal el Fassi protesta de la competencia francesa para inculpar a los acusados, al mismo tiempo que pide su liberación<!--[if !supportFootnotes]-->[8]<!--[endif]-->.

Pero mientras tanto, en junio las bandas del EL han traspasado el Dra y atacan el puesto francés de Um Laachar, a unos 100 kilómetros al norte de Tinduf; es el preludio de la ofensiva que comenzará contra Mauritania a primeros del año siguiente y continuará contra el Sahara español. Al mismo tiempo, la campana de propaganda del Istiqlal comprende las aportaciones de personalidades saharianas, como el diputado mauritano Horma uld Babana, fracasado en las elecciones de julio de 1956 y refugiado luego en Marruecos, quien atrae a varios naturales de la región, los presenta al sultán y pronuncia varias conferencias declarando que cuando el comisario Coppolani, administrador de Mauritania, llegó a Chinguetti, el lugar era un departamento marroquí que pagaba impuestos al sultán. En tal campana de propaganda, agosto de 1956, el congreso del partido adopta, por primera vez, una moción sobre el Sahara que solicita la fijación del trazado de las fronteras marroquíes; en marzo de 1957 aparecerá un semanario en lengua árabe, Sahara al Maghreb, y más tarde Perspectives Sahariennes, ambos con las mismas aspiraciones de reivindicación.
Otros grupos, como el Partido Democrático de la Independencia, no tardan en asumir la misma posición que el Istiqlal. Incluso el partido comunista de Ali Yata, que será disuelto en 1960, cuenta entre los objetivos de su organización el restablecimiento de las antiguas fronteras históricas de Marruecos, uniéndose a las tesis de Al-lal el Fassi. Con ocasión de la apertura de la Asamblea Nacional Consultiva en noviembre, la Embajada de Francia protesta contra la presencia de un representante del Sahara; el día 14 Marruecos manifiesta no reconocer la toma de posición unilateral del Gobierno francés sobre una cuestión territorial en suspenso entre Marruecos y Francia<!--[if !supportFootnotes]-->[9]<!--[endif]-->. Sin embargo, Mohamed V y el Gobierno mantenían aún en 1957 una posición reservada, aunque había un apoyo oficioso a las tesis de Al-lal el Fassi, que podía expresarse libremente en prensa y en la radio estatal, al mismo tiempo que se prestaba una ayuda encubierta al El, el cual estaba actuando en la frontera sur.

A finales de agosto, Marruecos solicita de España la devolución del enclave de Ifni y la transferencia de la provincia de Tarfaya, negándose a llevar el asunto de Ifni ante el Tribunal Internacional de Justicia, como propone España, y quedando en suspenso la entrega de Tarfaya por escapar al control del Gobierno marroquí, según el punto de vista español, como así es en realidad.

La primera reivindicación oficial marroquí se producirá el 14 de octubre de 1957 en la ONU, en vísperas del ataque generalizado del Ejército de Liberación. El Gobierno tiene conocimiento de los propósitos del mismo, bajo la dirección del príncipe heredero, y de la iniciativa e implantación de que las bandas armadas disfrutan en el Sahara español, y quiere especificar sus derechos sobre unos territorios que pueden ser liberados. El delegado marroquí, Filali, se opone a la inclusión de Mauritania, ocupada por Francia, y el Sahara español e Ifni, en la lista de territorios no autónomos, al debatirse la información a transmitir sobre tal tipo de territorios en la IV Comisión de Descolonización. Filali señala que constituyen partes integrantes de Marruecos. El 9 de noviembre (ya han empezado algunos combates en el Sahara), Balafrej hace análogas declaraciones y el día 10 se crea en el Ministerio del Interior la Direction des Affaires Sahariennes, al frente de la cual se coloca Abdelkebir el Fassi, autor del famoso mapa del Gran Marruecos<!--[if !supportFootnotes]-->[10]<!--[endif]-->. El líder del Istiqlal puede entonces declarar que el Gobierno nacional ha adoptado el punto de vista popular, haciendo solidarios al rey, al pueblo y al Gobierno. El Istiqlal ha arrastrado a éste, al trono, a los partidos políticos y a los sindicatos y estudiantes<!--[if !supportFootnotes]-->[11]<!--[endif]-->.

Mientras tienen lugar estos acontecimientos y se empieza a fraguar en Marruecos el delirio expansionista y anexionista, otros hechos concurrentes suceden en el Sahara y en Ifni, que darán cabida a una cada vez mayor alteración de la tranquilidad de los años anteriores. Establecida España en Ifni desde 1934 (aunque sus derechos se remontaban al tratado con Marruecos de 1860) y en el Sahara desde 1884, con una progresiva expansión después de la guerra civil, toda la época anterior a este momento se ve exenta de graves o medianas complicaciones en el trato con los nativos o con los nómadas.

La orden de la Presidencia del Gobierno de 9 de marzo de 1954 ponía en vigor en el Africa Occidental Española (AOE) el reglamento para la percepción de impuestos indirectos, transmisión de bienes, timbre, valores mobiliarios, pagos de la administración, transportes de mercancías y derechos de entrada y salida de las mismas. Se aplicaba una tarifa del 1 por 100 para los alimentos básicos, tales como la harina; otra del 10 por 100 para el azúcar, café y té, y el 30 por 100 para el petróleo, la gasolina y el gasoil. Los impuestos indirectos incidían muy negativamente en la economía del n6mada, consumidor preferente de harina, de azúcar, de té y de petróleo para la iluminación de las jaimas, así como de gasolina para una incipiente motorización. En el fondo de esta política impositiva se escondía el propósito de conseguir sustanciales ingresos sobre el mineral de hierro de Mauritania, explotado por la compañía Miferma, que tendría que pagar sus impuestos para el embarque en algún puerto del Sahara español, tal como Villacisneros, en el que se pensó, evitando así un transporte más largo a través de Mauritania para salir por el puerto de Nuadibú, solución finalmente adoptada por Francia.

La política impositiva de impuestos indirectos se continuaba con una política de impuestos di- rectos sobre la riqueza rústica por cultivos agrícolas, sobre el escaso arbolado, sobre la riqueza urbana, sobre el trabajo personal, sobre los beneficios de empresas de los que estaban exentas las de carácter familiar, además de un impuesto personal consistente en una tarjeta de identidad de abono obligatorio para los mayores de catorce años. Era objeto de una preferente atención el ganado, la mayor riqueza del n6mada, que tendría que abonar 2,50 pesetas por camello, 3 pesetas por vaca, 1,75 por cada asno, 0,40 por oveja y 0,30 por las cabras (recordemos que es moneda de 1954, en una economía muy restringida). Nada más estúpido y absurdo que intentar agarrotar con impuestos a los nómadas, cuya independencia de los poderes estatales de Marruecos y de sus aspiraciones impositivas se remontaba a siglos atrás. En el Sahara ni se le reza al sultán ni se le paga tributo era un lema de sobra conocido por la Administración española.

Coincidiendo con la independencia de Marruecos y en el más inoportuno momento político, se dan las instrucciones para el cobro de los impuestos directos sobre el ganado a causa del largo plazo transcurrido, habiéndose rebasado el tiempo imputable a la especial mentalidad del hombre del desierto. Había que superar la situación para no crear el equívoco de que el Sahara e Ifni eran una prolongación del protectorado francés. El problema no era la percepción de impuestos en sí, sino saber si los nativos estaban dispuestos a admitir la soberanía española. En el mes de marzo se decide llevar a cabo la exacción forzosa, apoyándose con la acción militar cuando fuera indispensable<!--[if !supportFootnotes]-->[12]<!--[endif]-->. Se produce entonces una resistencia pasiva de los nativos del Sahara, sobre todo en la zona norte, zona del protectorado comprendida entre el río Dra y el paralelo 27’ 40’; se oculta y esconde el ganado y se varía el emplazamiento de las jaimas. En Tantan, en esta provincia de Tarfaya, las fuerzas nativas, el grueso de la compañía montada a camello del II Grupo Nómada del Dra y una sección de Tiradores de Ifni, se niegan a actuar en la requisa de ganado y hay que proceder a su desarme, para evitar una sedición general. A finales de marzo tiene que ser enviada una compañía del Regimiento Canarias 50 de Las Palmas, mientras que algunos buques de la Armada patrullan en la desembocadura del Dra, en Puerto Cansado, playa de Tantan y Cabo Juby; poco después se envía otra compañía de los batallones de Fuerteventura y Lanzarote, que desembarcará en Villa Bens<!--[if !supportFootnotes]-->[13]<!--[endif]-->.

En la región de la Saguia el Hamra y en la zona sur de Villacisneros la situación había sido menos conflictiva; a finales de marzo sólo faltaban de pagar los Boihat y los Ulad Musa de la tribu de Erguibat. Dándose cuenta, aunque tarde, del gran error cometido, la Dirección General de Marruecos y Colonias comunicaba el 12 de abril que se debía suspender la percepción de impuestos hasta la reforma solicitada por el Gobernador del AOE, general Pardo de Santayana<!--[if !supportFootnotes]-->[14]<!--[endif]-->.

A ello contribuye también la escasez de fuerzas en el AOE Si bien en Sidi Ifni se encuentran los Tabores I, II y IV del Grupo de Tiradores de Ifni, que pueden totalizar hasta 1.500 hombres, los pequeños destacamentos del campo cuentan con medios precarios, como tristemente se verá en noviembre de 1957. Pero en el Sahara las fuerzas son aún más escasas. El II Grupo Nómada de Policía del Dra desplegaba en la región de Tarfaya, el protectorado, con solamente 25 europeos y 180 nativos; otras unidades de Presidencia del Gobierno, como Automovilismo y la Unidad de Mar, sumaban unos 60 hombres, a los que había que añadir, como fuerzas del Ejército, 35 nativos y 5 europeos del III Tabor del Grupo de Tiradores de Ifni, unos 80 de Artillería, Transmisiones e Intendencia y 138 del Ejército del Aire para el aeródromo de Villa Bens. En la zona centro, Saguia el Hamra, el III Grupo Nómada de Policía contaba con 167 nativos y 33 europeos, desplegados en toda la región, más otros 75 también de Presidencia del Gobierno. Las fuerzas del Ejército eran 154 europeos y 202 nativos del III Tabor de Tiradores, más 220 del escuadrón de Caballería, Artillería, Transmisiones e Intendencia. En la región sur, Río de Oro, el IV Grupo de Policía, con 26 europeos y 214 nativos más otros 110 de Presidencia (Zapadores, Automóviles y Unidad de Mar). Como fuerzas del Ejército, 59 europeos y 100 nativos del III Tabor de Tiradores, 86 de Transmisiones y 54 del Ejército del Aire para el aeródromo de Villacisneros.

El total de fuerzas para todo el Sahara, desde el Dra a la frontera de Mauritania, alcanzaba 900 hombres de Presidencia, casi todos nativos, y 1.150 del Ejército, de ellos un tercio era de nativos, lo que venia a resultar un total de 2.050 hombres para una extensión de casi 300.000 km2 <!--[if !supportFootnotes]-->[15]<!--[endif]-->.

El 7 de abril de 1956 tiene lugar en Madrid la declaración conjunta hispano-marroquí por la que se pone fin al convenio de 27 de noviembre de 1912 y se reconoce la independencia de Marruecos. La reacción en el AOE es de diferentes características: muy fuerte en Ifni, donde se intenta borrar las fronteras, se produce un cierre total de comercios musulmanes y sabotajes en las líneas telefónicas y una concentración de camiones trata de atravesar la frontera norte por Tabelcut. El Istiqlal intenta una organización intensiva del partido y de sus milicias con consignas para crear de facto una situación de independencia; desde Canarias tiene que ser enviada por vía aérea una compañía de Infantería y en mayo saldrá de Alcalá de Henares la I Bandera Paracaidista con destino a Fuerteventura.

El gobernador se ve obligado a difundir un comunicado según el cual el convenio entre Franco y el sultán se limita a la independencia de la zona norte de Marruecos, sin alterar para nada el AOE, lo cual jurídicamente es inexacto por lo que respecta a la zona de Tarfaya, aunque no para Ifni. La DQMC, portavoz de Carrero, indica que se debe divulgar el perfecto acuerdo entre España y Marruecos, existiendo intereses extraños para provocar conflictos en las relaciones hispano-marroquíes; algunos días más tarde concreta un poco más esta política indicando que se deben reforzar las bases centrales concentrando las fuerzas en Sidi Ifni y dejando en el campo policías indígenas sin orden de resistir a ningún ataque.

El Gobierno español no quería chocar abiertamente con Marruecos ni con el Istiqlal a causa de los importantes intereses en la zona norte en el momento del abandono<!--[if !supportFootnotes]-->[16]<!--[endif]-->. Pero ya en enero había tenido lugar un primer incidente en Sidi Inno, frontera sur, donde tres nativos fueron muertos por la policía al apoderarse de la mezquita e intentar izar la bandera marroquí. En abril fue asesinado en Ug-gug un cabo del Grupo de Policía y durante las fiestas conmemorativas del desembarco del año 34 se producen cuatro heridos de la policía y dos de Tiradores, con dos muertos civiles y varios heridos más. El 28 de junio son atacados y muertos un cabo y un policía del puesto de Fum Tintan, mientras que personal nativo armado detiene y registra varios vehículos alegando órdenes del gobernador de Agadir; el 2 de julio otra partida detiene dos camiones del Grupo de Tiradores, solventándose la situación por las gestiones políticas de sus mandos<!--[if !supportFootnotes]-->[17]<!--[endif]-->.

Las reacciones en el Sahara son de diferentes características. En Villacisneros, uno de los comerciantes procedentes de Ifni, Feidul Derham, bien conocido más tarde por su tortuosa política con respecto a España y a los saharauis, se manifiesta con otros varios pidiendo celebrar la independencia bajo el lema de que Marruecos se extiende hasta San Luis del Senegal. Otros intentos propagandistas se llevan a cabo en Auserd, hasta donde llega un comerciante de Ifni, Ali Boaida, que luego será gobernador de Tarfaya, con camiones que enarbolan banderas marroquíes.

El fermento favorable a Marruecos se remonta a 1955, cuando fueron enviados a Villacisneros 36 activistas marroquíes que se habían refugiado en Ifni huyendo de la represión de Francia. La política española contraria a Ben Arafa y a la acción francesa permitió esta situación, de la que los activistas obtuvieron un buen partido, propalando una semilla favorable al Istiqlal.

Para el 28 de abril de 1956 estaba prevista una concentración en Auserd con motivo de la supuesta independencia, y en el mes de junio centenares de nómadas se reunieron en Tantan, en la frontera del Dra, con objeto de facilitar la entrada desde Egleimin de elementos del Istiqlal y del ejército de liberación. Pero, en general, la influencia de la independencia marroquí en el Sahara fue escasa, con la salvedad de los nómadas de la zona del Dra, geográficamente próximos a Marruecos. En el resto del territorio, y sobre todo en la Saguia el Hamra, la repercusión fue prácticamente nula.

Las medidas militares de seguridad tomadas fueron bastante escasas. A Villacisneros se envió una secci6n de la compañía del Canarias 50 y la corbeta Atrevida y, más tarde, la 1.ª Cía. Paracaidista, que permaneció allí hasta finales de junio. Se repleg6 una secci6n del III Tabor de Tiradores desde Smara a El Aaiun y se envi6 una compañía de Infantería de Marina a La Güera. A primeros de julio se form6 una Bandera de la Legión (más tarde se constituirá como XIII Bandera) a base de tres compañías de fusiles y una de ametralladoras procedentes de los cuatro Tercios de la Legión en el norte de Marruecos, llegando a Aaiun el 3 de julio con unos efectivos de 630 hombres y tomando parte con posterioridad en los encuentros en el Sahara. Pero en cambio regresaron a Canarias la compañía del Regimiento 50, la de Fuerteventura y Lanzarote y la del Tenerife 49. También fue la compañía paracaidista que se incorporó a la I Bandera, la cual quedaría localizada en Sidi Ifni desde julio.

No se puede decir que la independencia de Marruecos, que coincidió con una desacertada imposición tributaria, supusiera excesivas medidas del Gobierno español ante lo que se vislumbra como una fuente de complicaciones. Pero la inoperancia llegaría a ser máxima en el resto del año 1956 y también durante el siguiente.

Con frecuencia se ha mantenido la idea de que los ataques que tuvieron lugar en el Sahara e Ifni a finales de 1957 eran productos de una sorpresa, como si las bandas del Ejército de Liberación hubieran surgido de las arenas del desierto.

Nada más contrario a la realidad; desde mediados de 1956 y a lo largo de 1957 estas bandas se pasean por el Sahara impunemente, al tiempo que amenazan las fronteras de Ifni; primero en pequeños núcleos –con la excusa de atacar los poblados franceses de Mauritania – ; con mayores formaciones luego.

Los primeros contactos con las autoridades españolas de Ifni son del mes de julio de 1956, presentándose entonces allí el que se decía comandante en jefe de este ejército, Mohamed ben Hammuch, luego llamado Ben Hammu, antiguo suboficial del Ejército francés, que por sus actividades anticolonialistas se había refugiado en el Marruecos español. Su pretensión en la entrevista con el delegado gubernativo, Alvarez Chas, en la que mostró su simpatía hacia España y sus deseos de colaborar con el Gobierno en recuperar a las gentes soliviantadas a raíz del movimiento nacionalista del mes de abril era pasar con un grupo numeroso de elementos la frontera española del Sahara, con la finalidad, en su día, de atacar los puestos franceses de Mauritania<!--[if !supportFootnotes]-->[18]<!--[endif]-->. Aunque el Gobierno del AOE intenta disuadirles de tal empresa, no consigue nada, y para no llegar a un enfrentamiento con unos elementos que pueden agravar la situaci6n política de Ifni, se envía al secretario general a Madrid para entrevistarse con el director general, Díaz de Villegas, quien dispone que se dé largas al asunto, sin afirmar ni negar nada, ganando tiempo con ello durante los meses de julio, agosto y septiembre<!--[if !supportFootnotes]-->[19]<!--[endif]-->.

Mientras tanto empieza a recogerse abundante información sobre el proceso de evolución de las bandas y sus mandos; además de los grandes núcleos que se extienden por el sur de Marruecos, se conoce la existencia de un batallón en Tafnidilt y otro en Aaiun del Dra, justamente frente a la frontera. En septiembre llegan a Tantan varios elementos para hacer propaganda de adhesión, consiguiendo 40 voluntarios de la tribu de Yagut para la expedición a Mauritania, y en Villacisneros ocurre algo parecido, izándose banderas marroquíes; en la zona del Dra las gentes de Yagut e Izarguien se concentran para entregar camellos, cabras, armamento y dos millones de francos a los mandos del EL.

Mientras tanto, el gobernador, ante la tenaz insistencia de Ben Hammu, envía reiterados telegramas a la Dirección General, apremiando para que se gestione ante el Gobierno marroquí la prohibición al EL de sus propósitos agresivos, contestando aquel organismo el fracaso de la acción diplomática por la impotencia del propio Marruecos ante las bandas. Lo que no señala la Dirección General es que Marruecos es el primer interesado en la actividad de éstas. El 3 de octubre, Ben Hammu anuncia a las autoridades de Ifni que sobre el 10 o el 11 penetraría en el Sahara por la frontera del Dra hacia Mauritania una partida de 50 hombres con propósito de propaganda y organización más que de agresión inmediata. Sin haber recibido consigna alguna, el Gobierno del AOE, quien en septiembre ha comunicado al jefe del Estado Mayor Central (EMC) el forcejeo con los cabecillas y la imposibilidad de seguir ganando tiempo, no pone obstáculos a su paso, aunque condiciona tal pasividad a que marchen en pequeños grupos, con atuendos saharauis y sin estacionarse<!--[if !supportFootnotes]-->[20]<!--[endif]-->.

A finales de octubre, las partidas se mueven hacia el sur, con orden de respetar la autoridad española; a mediados de noviembre se encuentran ya reunidas en la sebja de Tennuaca, con la excusa de la sequía y de la plaga de langosta, a sólo doscientos kilómetros de sus previstos objetivos en los primeros poblados de Mauritania, que atacarán al inicio del siguiente año.

Los elementos del Ejército de Liberación que se habían infiltrado en el Sahara con la permisividad española tenían como plan previsto atacar en un día señalado todos los puestos franceses desde Tinduf, en Argelia, hasta Akjoujt, en Mauritania, contando con el apoyo de las guarniciones indígenas. Fracasado este primer efecto de sorpresa, la guerra va a derivar hacia un enfrentamiento casual o de persecución, revolviéndose al final del año contra el enemigo colonial más débil, que era España.

A primeros de 1957 el grupo de unos 200 hombres que se dirigía hacia el sur se encontraba en el campamento de Leglat Derramán, cercano a Auserd; pero otros grupos se seguían infiltrando por la frontera norte, produciéndose el descontrol de las partidas que ya se encontraban en el territorio. Aunque las autoridades francesas estaban en contacto con el Gobierno del Sahara y se les había facilitado información sobre la evolución de los acontecimientos, no estaban muy alerta; el 8 de enero tuvo lugar el primer enfrentamiento armado en los pozos Chaiman, a unos 65 kms. al norte de Atar. Una fuerza de meharistas y tiradores franceses e indígenas que descansaba junto al pozo fue atacada por unos 200 miembros de las bandas, consiguiendo los primeros romper el cerco y dar la alarma en Atar. El grupo fue perseguido por la aviación y casi destruido, refugiándose en el Sahara español, donde el delegado gubernativo, Alvarez Chas, se hizo cargo de 145 individuos, que entregaron sus armas, siendo llevados los heridos al hospital de Villacisneros<!--[if !supportFootnotes]-->[21]<!--[endif]-->. Su moral era muy baja, pues habían comprobado que operaron contra ellos soldados senegaleses y musulmanes de tribus mauritanas, así como el engaño de los políticos, tal como Horma uld Babana, que les habían asegurado estar el terreno abonado para una sublevación general.

El Gobierno del AOE aprovechó este momento para imponerse; da la orden de hacer desaparecer a los grupos de EL, retirándoles el armamento, trasladándoles custodiados a la frontera del Dra y expulsándoles por tandas de doce, devolviéndoles entonces sus armas<!--[if !supportFootnotes]-->[22]<!--[endif]-->.

La actuación política francesa fue más coherente que la española. El 14 de enero, inmediatamente después de los combates, llegaron a Sidi Ifni para entrevistarse con el gobernador el ministro plenipotenciario, Chambard, el representante del alto comisario en el AOF, Cusin, y un coronel del EM del general Bourgund, comandante en jefe de las fuerzas francesas. Protestaron contra la permisividad española ante las bandas, que habían utilizado Río de Oro como base de partida contra Mauritania; consideraban que la situación era grave y solicitaron coordinar las operaciones de vigilancia a ambos lados de la frontera. Pero la reacción española fue negativa ante una amplia y franca cooperación contraria a las ideas de Madrid; quedó, sin embargo, insinuado, a nivel militar, que España cerraría los ojos si elementos armados franceses atravesasen las fronteras de Río de Oro en una operación de persecución<!--[if !supportFootnotes]-->[23]<!--[endif]-->.

En los planes franceses no entraba, en absoluto, la tesis del Gran Marruecos o del Gran Maghreb, por un sentimiento mayoritario de la autonomía mauritana, que no quería la integración en el Imperio Cherifiano, y que se reforzó a medida que se fueron poniendo en marcha las estructuras del nuevo Estado en el camino de la independencia otorgada (1960), nacidas de la ley Defferre de 1956, a pesar de la deserción de algunos mauritanos. En segundo lugar, porque los proyectos de Miferma, minas de hierro de Mauritania, interesaban a un grupo capitalista internacional importante (Paribas, Rothschild); la puesta en marcha del yacimiento de Zueratt (Fort Gouraud), la construcción de un largo ferrocarril hasta la costa y del cargadero de mineral, eran obras delicadas y costosas que no soportarían una incertidumbre política y militar.

Aunque los franceses intervienen en el Sahara con su aviación, el Gobierno español no toma medida alguna para la seguridad de los territorios. Los aviones franceses bombardean a finales de febrero la zona de Tifariti y, en Guelta, campamentos de las bandas en el Uad Tamlalet y el Lazaraziat. El 25 de febrero tiene lugar en Port Etienne una entrevista entre el general Bourgund y un comandante del EM del Gobierno del AOE; fundamentalmente se autoriza al mando francés a empeñar sus medios en caso de combate fronterizo hasta un límite de 30 kilómetros en el interior del Sahara<!--[if !supportFootnotes]-->[24]<!--[endif]-->.

A nivel político, las instrucciones de Madrid producen un total desconcierto. El jefe del EMC de orden del ministro comunica al gobernador que en el plano político siga las instrucciones de Presidencia, al tiempo que debe mantener una actitud militar de estricta neutralidad, evitando violaciones de la frontera, desarmando e internando a los contraventores de uno y otro bando<!--[if !supportFootnotes]-->[25]<!--[endif]-->.

Las órdenes de Presidencia están contenidas en la carta de Carrero Blanco al gobernador el 21 de marzo<!--[if !supportFootnotes]-->[26]<!--[endif]-->. En primer lugar, para Carrero el Ejército de Liberación es un instrumento de la URSS con el que persigue crear dificultades a los occidentales en Africa. Rabat no le controla, pero lo ve con simpatía y espera de él la ampliación de sus territorios. Si nosotros nos oponemos al paso de estas tropas llegando a choques armados, se nos crea una situación difícil con Marruecos e incluso con nuestros indígenas, que ven en el Ejército de Liberación a hermanos de raza que les ofrecen la libertad. Si hacemos la vista gorda y dejamos penetrar a las partidas, la situación difícil se nos crea con Francia. Si los franceses perdieran Mauritania, continúa Carrero, nosotros no podríamos conservar el Sahara, que es tan territorio español como la provincia de Cuenca.

Carrero, para salvaguardar los intereses de España en Marruecos, preconiza la conservación de nuestro Sahara por medios pacíficos, sin que se produzcan dificultades en nuestras relaciones con Rabat. Debe llevarse a cabo una actividad política de desprestigio del Ejército de Liberación ante nuestros indígenas y una acción militar evitando los tiros. Políticamente atrayendo con dádivas y halagos a los hombres influyentes, haciendo saber que Al-lal el Fassi y su Ejército de Liberación son unos malos musulmanes que sirven a Rusia, enemiga de Dios, y que son traidores al sultán (sic).

En aras de un entendimiento con Marruecos, se está asumiendo el riesgo de un cambio de actitud de las bandas armadas, no se envían refuerzos y ni siquiera se estudia la hipótesis más peligrosa de un ataque en cualquier momento a destacamentos o patrullas españolas.

Mientras tanto, en Ifni la situación se va deteriorando y en mayo y junio los cortes del tendido telefónico son casi continuos. Los sentimientos pro-marroquíes de la población se ven incrementados por la imposición de las autoridades fronterizas de Marruecos y la actuaci6n de las oficinas del Istiqlal que había en casi todos los poblados, quedando las oficinas del Gobierno aisladas; quisieron obligar a que las matrículas de los coches llevaran los símbolos de Marruecos, se negaban al control fronterizo, imponían tributos en los zocos y cobraban multas.

Cuando la población, a causa de sus extralimitaciones, se volvió hacia la Administración española, provocaron una campaña de terrorismo. A primeros de mayo fueron asesinados varios indígenas del Grupo de Policía, un alférez y un sargento. El 12 de junio, un capitán indígena del Grupo de Tiradores. El Gobierno decidió enviar a Fuerteventura, como detenidos, a ocho de los principales responsables de la agitación política, lo que supuso el cierre de los comercios musulmanes y una gran tensión en el ambiente.

Mientras tanto, en el Sahara se localizan partidas en Hasi Amsid, destacadas de un importante grupo situado en Raudat el Hach, ambos puntos al noroeste de Smara; a mediados de abril se sabe que son unos 400 hombres bien armados, que consiguen adhesiones entre las gentes de Erguibat y que mantienen una actitud desconfiada hacia la presencia española<!--[if !supportFootnotes]-->[27]<!--[endif]-->. Las bandas armadas campan por sus respetos en el Sahara; un camión con víveres destinado a ellas pasa por Tantan hacia Tizguiremtz con un caíd y varios individuos armados, y hacia finales de abril otro caíd llega a Aaiun procedente de Marruecos para dirigirse a Tafudart, a unos 50 kil6metros sobre la Saguia. Sus intenciones son trasladarse más al sur, pero la impresi6n que da es que se están creando bases de aprovisionamiento<!--[if !supportFootnotes]-->[28]<!--[endif]-->.

Mientras tanto, los franceses ya han mantenido nuevos enfrentamientos: el 14 de febrero en Ergueiua, zona española al oeste de Tifariti, han sufrido 20 muertos y un prisionero al atacar una fuerte posición de las bandas, que luego se dispersan refugiándose algunos en Smara. En marzo realizan una profunda incursi6n hasta el Uein Terguet, cerca de Smara y, el 16, fuerzas francesas de Marruecos atacan el poblado de Icht, al norte del Dra; aunque se evitan las actuaciones de fuerzas todavía estacionadas en el reino marroquí, por razones obvias, el general Cogny, jefe de las mismas, se mantiene en íntimo contacto con Bourgund, jefe de las fuerzas en Mauritania.

La situación está plenamente asumida por el mando francés. Bourgund escribe al gobernador que la amenaza política y militar sobre ambos territorios puede llegar a ser más peligrosa cada vez. Je suis disposé – añade – et j’ai d’ai- lleurs requ pouvoir de mon Gouvernement á apporter àvos troupes tout le soutien que vous estimeriez utile dans le cas ou l’un de vos postes de la frontière ou une de vos patrouilles serait directement menacée. Bourgund añade que la posición marroquí está evolucionando en un sentido de moderación, a causa de su deseo de tratar con cuidado a Francia y España, por tener necesidad de ayuda económica. Espera obtener de Francia también concesiones de principio durante los trabajos de la comisión franco- marroquí de delimitación de fronteras en Argelia. Cogido entre la impaciencia de los extremistas del Istiqlal y la necesidad de una ayuda económica y de una satisfacción en los límites, el sultán contaría con ganar cuatro o cinco meses; después de este plazo se reemprendería la acción directa contra el Sahara<!--[if !supportFootnotes]-->[29]<!--[endif]-->.

Pero en este compás de espera no deja de haber acontecimientos alarmantes. El general Pardo de Santayana cesa por edad el 23 de mayo, pero recibe orden de esperar hasta unos días antes de la llegada del nuevo gobernador, general Gómez-Zamalloa, prevista para el 23 de junio. La culminación de la campaña terrorista en Sidi Ifni supone también el corte de todas las líneas telefónicas y el interior queda aislado; en el territorio penetran unos 80 individuos de EL y desde el Dra se detecta un importante movimiento de fuerzas hacia el Sahara en dirección a Smara. Una compañía de la XIII Bandera sale hacia ese poblado, mientras el EMC anuncia el envío de la IV Bandera, que parte de Ceuta el 17 de junio con destino a Villacisneros, aunque no está completa. Se alerta a todos los puestos y se pide a Canarias aviación de bombardeo, aunque posteriormente la tensi6n va disminuyendo.

Cuando el general Zamalloa se hace cargo del Gobierno envía un resumen de la situación a las distintas autoridades de la Penfnsula y Canarias<!--[if !supportFootnotes]-->[30]<!--[endif]-->. En Ifni la situación era tensa, con cierre de comercios y barrimiento de las pistas, pero no se preveía que el EL entrara en masa arrastrando a la población nativa. Pero en el Sahara la situación era más grave en el fondo, contando dentro del territorio con 800 ó 1.000 hombres de las bandas, armados, organizados y bien dirigidos, cuyos propósitos no son ya aprovechar nuestra zona como base para atacar Mauritania. Ahora están establecidos en el interior y en puntos estratégicos, y sus efectivos aumentan con nuevas filiaciones, que son favorecidas por la indigencia de los nómadas.

El Ejército de Liberación posee un núcleo muy potente de unos 4.000 hombres en Marruecos, al norte del Dra, con posibilidades de atacar Ifni o reforzar el Sahara; en este territorio se disgrega en grupos de diferente entidad, en total unos 16, situados en puntos estratégicos: Tafudart, Raudat el Hach, Guelta, Tennuaca, etcétera, imposibles de batir sucesivamente con los efectivos de que se dispone:

III Tabor del Grupo de Tiradores de Ifni... 400
XIII Bandera de la Legi6n ........................ 700
IV Bandera de la Legión........................... 660

Además de las unidades de Policía, no aptas para este empleo.
La evaluación sucesiva de sus efectivos dio a conocer que su armamento principal eran antiguos fusiles franceses Lebel de 8 mm, que en tiempos del protectorado tenía Francia para armar a sus harkas amigas. Además, unos 600 subfusiles de fabricación española del Parque de Artillería de Granada, de donde pasaron al de Ceuta y que, posteriormente, fueron entregados a las FAR marroquíes y luego a las bandas. Tenían dificultades de municionamiento, pese a que les habían llegado 60.000 cartuchos de 8 mm. desde Agadir; disponían también de armas sustraídas a las bases de EE UU, de algunas ametralladoras y morteros de 81 mm y seis blindados con media cadena y ametralladora<!--[if !supportFootnotes]-->[31]<!--[endif]-->. Unos 50 camiones GMC, 100 jeeps y numerosos vehículos procedentes de requisas. Disponían de grandes cantidades de víveres compuestos de ganado requisado y leche en polvo de procedencia americana<!--[if !supportFootnotes]-->[32]<!--[endif]-->. Los mandos superiores eran marroquíes y había algunos desertores de la Legión francesa que servían como instructores y técnicos. Los sueldos previstos eran aceptables, pero rara vez se hacían efectivos.

Las primeras medidas de Zamalloa son retirar los elementos europeos de varios pequeños puestos; a finales de agosto sólo queda un oficial con 12 europeos y varios nativos en Smara, Tantan y Auserd, y en Meseied, Amotte, Tifariti, Guelta, Bir Nazarán, etcétera, sólo un sargento y diez policías nativos. El abandono tiene una repercusión muy negativa entre la población del Sahara, que, en parte, se integra en el Ejército de Liberación.

Considerando muy necesaria la colaboración francesa, Zamalloa invita a Bourgund a Villacisneros el 12 de julio. Pero todo lo hablado no pasa de ser un cambio de impresiones y puntos de vista, quedando fijado el enlace radio, el derecho de persecución y varios otros detalles. Los franceses querrían un protocolo o tratado buscando la colaboración total<!--[if !supportFootnotes]-->[33]<!--[endif]-->. Por parte española no son los jefes militares quienes la frenan, conscientes de su falta de medios.

Pero el Gobierno se debate en un mar de dudas. Por un lado, no quiere airear el problema de Africa porque supondría sacar unidades d la Península, al mismo tiempo que siente prevención hacia una colaboración con la República Francesa, que había auxiliado a la II República; por otro, en el terreno práctico, desea aprovechar las peticiones de intervención militar para conseguir que el ferrocarril del hierro de Zueratt pase por el territorio, pagando derecho de aduana. Los franceses consideran el puerto de Villacisneros, posible punto de salida, como de poco calado, al tiempo que el Gobierno d Guy Mollet y Defferre (Ultramar) se oponen a un concesión política de esa envergadura a la España de Franco.

La Junta de Defensa Nacional, que se reúne el 27 de julio, estudia el problema creado en Africa y elabora el denominado oficiosamente plan Madrid, que comprendía una serie de fases sucesivas, quedando excluidas las últimas si se conseguía el éxito con las primeras; éstas eran: a) una presión diplomática ante el Gobierno de Rabat; b) un ultimátum para hacer abandonar el territorio a las partidas conocidas; c) una acción militar violenta a cargo de la aviación principalmente; d) un despliegue adecuado aéreo y terrestre para la vigilancia de los límites fronterizos: en ningún caso se consideraban operaciones combinadas con las fuerzas francesas<!--[if !supportFootnotes]-->[34]<!--[endif]-->. Pero el plan Madrid no alcanzaría efectividad ni realización alguna.

Durante el mes de agosto vuelven a producir- se incidentes graves en Ifni; las patrullas de Transmisiones que reparan las líneas son tiroteadas desde Marruecos, lo mismo que una patrulla de paracaidistas. El Ejército de Liberación ocupa los puestos fronterizos, habiéndose retirado los mehaznis marroquíes; en las cábilas limítrofes hay abundantes armas para los nativos de Ifni. El propósito de anexionar el enclave a Marruecos aparece patente, quedando muy lejana la ideología del Ejército de Liberación.

En el Sahara las bandas armadas empiezan a dar signos de actividad antiespañola. Se comprueba un importante tráfico de vehículos con víveres, pasajeros y armas desde la zona del Dra hacia Tafudart y Smara; los grupos que se hallaban en el sur se han reunido en el norte y el objetivo de Mauritania queda abandonado. A mediados de septiembre varios policías indígenas son detenidos y maltratados. Se registran y cierran algunos locales del Istiqlal en Aaiun y Villacisneros y se practican varias detenciones; a primeros de octubre un convoy al mando de un oficial que suministraba víveres es interceptado por un grupo armado y a duras penas consigue terminar su misión.

Del 20 al 24 de septiembre se ha reunido en Dakar una conferencia de estados mayores, con
españoles y franceses. Se estudian los aspectos técnicos de una intervención combinada y se sientan las bases de lo que luego serán las operaciones Teide y Ecouvillon (primero denominada Ouragan), pero la delegación española expone que no tiene atribuciones para tomar una decisión en lo que respecta a la intervención francesa, ardientemente deseada por los militares españoles, decisión reservada (y continuamente aplazada) a la cúpula del poder.

En el mes de octubre se toman medidas muy concretas y firmes respecto al plan de defensa de las ciudades, Villa Bens, Aaiun, Villacisneros Aargub y Güera. No se consideraba la defensa de Smara, Tantan y Auserd, cuyos escasos efectivos (unos 50 hombres) no lo permitían.

El 25 de octubre un avión de reconocimiento es atacado sobre Tafudart con fuego de fusilería, alcanzándole dos impactos; el 26 otro avión observa unos 600 ó 1.000 individuos que abren fuego sobre el aparato, así como gran número de cajas de munición y bidones de gasolina. El mismo día el gobernador es autorizado por el EMC para efectuar un bombardeo sobre Tafudart con nueve aviones B 21 Heinkel, que descargan 140 bombas con 7.000 kilos, lo que supone la declaración de guerra al Ejército de liberación. Se detiene en Aaiun a varios activistas que llevaban armas, así como en Villa Bens, y se cierran los almacenes de la compañía Derham-Boaida, ya citada, y que había suministrado a las bandas.

El día 30 los franceses transmiten un informe muy confidencial (su 2.ª sección en Marruecos) según el cual el 22 se habían reunido en Rabat los jefes del Ejército de Liberación del Dra con el príncipe Muley Hassan, habiendo decidido la preparación de una próxima campaña a las órdenes de Ben Hammu<!--[if !supportFootnotes]-->[35]<!--[endif]-->. El 1 de noviembre el subgobernador en Aaiun comunica a Sidi Ifni que se ha presentado un avión francés con el coronel Cuffaut comunicando de parte del general Bourgund que en Fort Trinquet (Bir Um Grein) se encuentran 12 aviones T 6 a disposición de los pilotos españoles para hacerse cargo de ellos con urgencia; pero este ofrecimiento no puede ser todavía aceptado por el Gobierno del AOE mientras de Madrid no se dé luz verde a una plena cooperación.

A primeros de noviembre el EMC da la orden de abandonar Smara, Tantan y Auserd por parte de las fuerzas europeas, quedando sólo una guarnición de un sargento y veinte policías indígenas en cada uno, abandonados a su suerte, con sus viejas armas y dos cajas de munición. La repercusión entre toda la población nómada es desastrosa y los que no se han adherido a las bandas de liberación buscan refugio entre los franceses de Mauritania.

El día 2 la aviación francesa bombardea al grupo de Raudat el Hach con 7 aparatos y el día 8 es atacado el jeep militar del correo que enlazaba Villa Bens y Aaiun por un grupo de un 20 hombres con armas automáticas, perdiéndose la correspondencia.

Por fin, después de grandes dilaciones, se decide en Madrid el envío de los imprescindibles refuerzos, tantas veces solicitados por el Gobierno del AOE. La II Bandera de la Legión sale de Melilla hacia Villa Bens por vía aérea entre 5 y el 8 y la VI embarca en Ceuta en el Canarias y Méndez Núñez hacia Las Palmas para ir luego por aire hasta Aaiun. También desde Melilla sale hacia Villacisneros el Batallón disciplinario de Cabrerizas, una compañía de Transmisiones motorizada, dos equipos quirúrgicos, dos secciones mixtas de camiones Ford K, una de jeep y una compañía de Zapadores; hacia mediado de noviembre las fuerzas en el Sahara alcanza unos 4.650 hombres y unos 600 nativos<!--[if !supportFootnotes]-->[36]<!--[endif]-->.

El jefe del EMC, que ha visitado el territorio dicta la instrucción EMC 357-14<!--[if !supportFootnotes]-->[37]<!--[endif]-->, con carácter de estudio previo, en la que se decide limpiar el Sahara de los grupos armados comenzando por una serie de bombardeos y continuando después con dos acciones convergentes sobre la Saguia, una española procedente de Aaiun y otra francesa en la dirección Fort Trinquet-Smara. Esta es la base de los planes que se desarrollarán en febrero.

Cuando todo hacía prever un ataque cada vez más importante en el Sahara, donde el 21 de noviembre se había bombardeado a los grupos d Raudat el Hach, el 22 se reciben informes de alto crédito, además de una confidencia del policía 3.651 al capitán Rosaleny, según los cuales el Ejército de Liberación atacaría Sidi Ifni en masa a las 6.30 del día 23, siendo sus objetivo los polvorines y depósitos de armamento, así como el asesinato de los oficiales en sus domicilios. A las 5.30 se produjeron los primeros disparos al descubrir los centinelas algunas sombras que intentaban infiltrarse. A las 7 se registró otro ataque. Ambos fracasaron y la población nativa permaneció pasiva.

Si la guarnición de Sidi Ifni era importante, en el campo la situación resultaba muy distinta; lo enlaces telefónicos estaban cortados y todo los puestos fueron atacados. En algunos la guarnición tenia cierta entidad (Tiugsá, 17 hombres; Tenin de Amel-lu, 84; Telata de Isbuia 167; Tiliuin, 63), pero en otros las débiles guarniciones están acosadas por fuerzas muy superiores (Tamucha, 49; Bifurna, 6; Hameiduch, 12 Tabelcut, 12; Mesti, 22; en Sidi Borya, Sidi Uarsig y Ug-gug, sólo 3 policías). Se pierden entre los días 24 y 25 Tamucha, Tabelcut, Hameiduc y Bifurna y desaparecen los policías destacados. Pese a la resistencia realizada, con múltiples casos de heroísmo personal, la situación es un desastre comparable en otra escala al de Annual de 1921.

No se puede acudir en socorro de todos lo puestos porque no se cuenta con una fuerza de maniobra suficiente y no puede dejarse desguarnecido Sidi Ifni; el objetivo de cubrir todo el territorio para evitar la implantación marroquí ha conducido a estos resultados. Indudablemente, Marruecos ha intentado un efecto de sorpresa para conseguir hechos consumados y la anexión. El 27 de noviembre el EMC decide el envío de refuerzos de Canarias y los batallones Soria 9, Pavía 19, Cádiz 41 y la I Bandera Paracaidista, así como la VI Bandera de la Legión desde el Sahara. A primeros de diciembre, al tener conocimiento de importantes movimientos de las FAR marroquíes hacia el sur, se envían dos cruceros y cuatro destructores de la flota ante Agadir, lo que causa el pánico en la población y un apresurado despliegue de fuerzas marroquíes. En Ifni se auxilia a varias guarniciones, pero el territorio permanece ya bajo el control de Marruecos, excepto en un radio variable alrededor de Sidi Ifni.

En el Sahara la noche del 25 es atacada la playa de Aaiun por una partida importante, siendo rechazado el ataque por la XIII Bandera y el III Tabor, sufriendo 10 bajas. El 30 se ametrallan
unas 30 jaimas en la zona de Hagunía y varios vehículos sospechosos; el mismo día la Legión rechaza un ataque contra el convoy de abastecimiento procedente de la playa, causando siete muertos y sufriendo 10 bajas, entre ellas un capitán. Por las mismas fechas es asaltado el faro de Cabo Bojador, con la colaboración de los policías de guardia, que se llevan como rehenes a dos soldados de Transmisiones, tres técnicos civiles del faro y dos mujeres; sólo serán devueltos por el rey de Marruecos en mayo de 1959, junto con 30 militares, una mujer y dos niños hechos prisioneros en Ifni, en una turbia actuación del trono alauita.

Hacia mediados de diciembre el ejército de Liberación ocupó todos los poblados del Sahara y se concentró 30 km. al sur de Aaiun y en las dunas que unen la ciudad con su playa de abastecimiento. Pero los núcleos principales se hallaban en los difíciles terrenos de la Saguia el Hamra, Tafudart, Tuifidiret, Ain Najla, Sidahamed Larosi y Raudat el Hach, al norte de Smara.

A finales de noviembre se enviaron nuevos refuerzos; el batallón Extremadura 15 a Aaiun y el Castilla 16 a Villacisneros. El 21 de diciembre Aaiun fue atacado en todas direcciones, lo mismo que el 22 y el 23, así como la playa, pero las bandas obtuvieron pocos éxitos y sólo causaron cinco bajas de la IV y XIII Banderas. Para aliviar la presión, el día 22 se realizó un reconocimiento en fuerza hasta Meseied, sobre la carretera de Smara, causando 20 bajas a los grupos y cogiéndoles víveres, armamento y munición.
En su mensaje de final de año, Franco disculpa al rey de Marruecos y al pueblo marroquí de las agresiones sufridas, cargando la responsabilidad sobre los partidos extremistas fomentados desde el extranjero. En la tesis oficial del Gobierno, es el comunismo internacional quien promueve los movimientos de liberación en el norte de Africa; en el mismo sentido se expresa el ministro Barroso ante las Cortes. Pero resulta difícil de explicar (y no se hace ninguna alusión) al despliegue de la flota ante Agadir y a la actuación de Marruecos en Ifni<!--[if !supportFootnotes]-->[38]<!--[endif]-->.

Ya en 1958, el 11 de enero hay un nuevo tiroteo sobre Aaiun y se ordena un reconocimiento en fuerza sobre la Saguia con una columna compuesta de la XIII Bandera, la 1.ª Cía/IV, policía, automóviles y transmisiones. A la altura de Edchera, a unos 22 km. de Aaiun, se recibe intenso fuego desde la Saguia, descendiendo la 2.ª/XIII al cauce para eliminar la resistencia, pero ésta es muy fuerte y el numeroso enemigo intenta desbordar a la compañía por el flanco izquierdo, por lo que se envía a la 3.ª XIII para cubrirlo aumentando mucho el frente. El terreno de la Saguia es muy apto para los expertos tiradores indígenas y las fuerzas sufren 42 muertos y 55 heridos, desapareciendo el enemigo por el cauce del río<!--[if !supportFootnotes]-->[39]<!--[endif]-->.

La operación tiene amplia resonancia en el Sahara y en Canarias, pero es la última en que los grupos armados mantienen la iniciativa. El 10 de enero se separan los territorios de Ifni y Sahara, decretando su conversión en provincias, al tiempo que se nombran para ambos dos gobernadores distintos, para el Sahara el general Héctor Vázquez, y para Ifni, Gómez-Zamalloa. Al propio tiempo, la colaboración hispano- francesa, tantas veces solicitada por nuestros vecinos y aplazada por el Gobierno español, se pone en marcha decididamente. Ha tenido que transcurrir un año, desde el comienzo de los primeros encuentros, para que el Gobierno se resolviera a una actuación enérgica en el AOE.

El 30 de diciembre de 1957 se celebró en París un Consejo de Ministros en el que se decidió recabar de España la aprobación para un plan de operaciones combinadas en el Sahara. Lo presidió Gaillard, siendo partidarios de la intervención Chaban Delmas (Defensa) y Ely (jefe del EM); Pineau (Exteriores) temía enturbiar las relaciones con Marruecos y Jacquet (Ultramar) tenía sus dudas. La colaboraci6n con el régimen de Franco suscitaba muchas reticencias y la operaci6n debería ser forzosamente secreta. El embajador en Madrid, Guy de la Tourneile, así como otros enviados militares, negociaron con Castiella y con el Ministerio del Ejército para que convenciesen a Franco. El 6 de enero, la intervención española estaba decidida. Por parte española se sabía que con los medios disponibles era casi imposible expulsar a las bandas del Sahara; sin embargo, Francia tenía fuerzas suficientes y el máximo interés en la seguridad de Mauritania y de las instalaciones de las minas de hierro de Zueratt. París enfocó la operaci6n, en carta de Jacquet al alto comisario, Cusin, como una simple operación policial contra bandas que han robado a los mauritanos.
Ya durante el ataque a Ifni, Zamalloa había solicitado de Bourgund la intervención de sus aviones, recibiendo esta contestación: No estoy autorizado por París a intervención aérea en su provecho más que al sur del paralelo 27’40’. He sometido a París su petición<!--[if !supportFootnotes]-->[40]<!--[endif]-->.

El 14 de enero se reúnen en Las Palmas los franceses, con Bourgund al frente, y los mandos españoles. Se traza el esquema general de las operaciones Teide y Ecouvillon, con objeto de eliminar a las bandas armadas. En una primera fase, los españoles partirían con dos agrupaciones tácticas de Villa Bens y Aaiun, para converger sobre la Saguia, mientras que los franceses progresarían desde Fort Trinquet con dos agrupaciones y desde Tinduf con una en dirección a Smara, siendo el límite de las zonas de acción el meridiano 12º, donde establecerían su enlace ambas naciones. En una segunda fase a realizar en la región sur, las fuerzas españolas intervendrían con dos agrupaciones, una desde Aaiun y otra desde Villacisneros, para atacar a los grupos en Bir Nazarán y Tennuaca, mientras que los franceses intervendrían desde Guelta y con una nueva agrupación desde Port Etienne, Zug y Fort Gouraud. La operación tendría una duración máxima de quince días, y el día D, la fecha de comienzo, se fijaba para primeros de febrero.

España todavía tenía que realizar una importante acumulación de medios, unidades, gasolina, municiones, agua y sus recipientes, etcétera. Se envían la IX Bandera de la Legión, el batallón Guadalajara 20, el San Fernando 11, los grupos de Caballería Pavía 4 y Santiago 1, un grupo de Artillería del Regimiento 19 y AAA del 71, Zapadores, Transmisiones, una agrupación de Sanidad, un grupo de Intendencia, Infantería de Marina y el escuadrón paracaidista del Ejército del Aire, que habría de saltar sobre Smara. Cuando van a comenzar las operaciones, los efectivos españoles oscilan entre 10.300 y 10.500 hombres<!--[if !supportFootnotes]-->[41]<!--[endif]-->.

El inicio de las mismas estaba previsto para el día 6 de febrero, pero por las malas condiciones meteorológicas se retrasa hasta el día 10; el día 8 tiene lugar el ataque francés sobre Sakiet Sidi Yusef, en Túnez, durante su lucha contra el FLN argelino. El incidente es muy grave y Francia está a punto de retirarse de la operación, pero prevalece la fuerza de las decisiones ya tomadas. Por fin, a las 7.30 del día D (J1 para los franceses) parte de Aaiun la Agrupación A (al mando del coronel Mulero), compuesta de la IV y XII Banderas, motorizadas, el grupo de Caballería Santiago 1 y una sección de morteros del Extremadura 15, constituyendo una fuerte vanguardia; como grueso, la IX Bandera, una batería del 19 y secciones de Transmisiones, Zapadores, Intendencia y Sanidad, motorizadas. La Agrupación B (al mando del coronel Campos) había partido de Villa Bens y se encontraba en Daora desde el día 9, comprendiendo la II Bandera y el batallón Guadalajara 20, ambos motorizados; el grupo de Caballería Pavía 4, una sección de morteros del San Fernando 11, una batería del 19 y secciones motorizadas de Transmisiones, Zapadores, Intendencia y Sanidad.

Mulero avanza en dirección a Edchera, destacando por el norte de la Saguia a la XIII, y por el sur el Santiago 1 y la IV, convergiendo en Edchera, que es alcanzada a las 10 h. tras ligeros combates. Al caer la noche se ha alcanzado Hasi Lemlihas, sobre el río Jat, y el enemigo, tras oponer diversa resistencia, rompe el contacto y se dispersa por el cauce del río.

Por su parte, la Agrupación B (Campos) alcanza por la tarde el Udei Uein Merad, sin encontrar resistencia, y al día siguiente rebasa Asatef y alcanza el lecho de la Saguia entre Tafudart y Tuifidiret. El mismo día, la Agrupación A llega a Al Fernan, en la zona de Itgui, y al día siguiente a Amuisirat. Entre las dos agrupaciones dominan la zona de Tafudart, por el norte y sur, pero los grupos armados se retiran por el cauce hacia el Este. El día 13, Campos ocupa la zona de Tuifidiret, donde se cogen grandes depósitos de víveres y munición y sus vanguardias enlazan con los franceses en Lebtaina sobre el meridiano 12º, el día 15, ocupa la zona de Tagda Marada, mientras empiezan a presentarse grupos de indígenas con bandera blanca. La Agrupación de Mulero ha seguido progresando por el borde sur de la Saguia, dominando los afluentes como el Uad Aguechgal y el Tigsert, enlazando con los franceses el día 14.

Estos parten de Fort Trinquet hacia Smara con dos agrupaciones. La del coronel Grall se componía de dos compañías de la Legión, la 2.ª compañía sahariana motorizada, un escuadrón del 7.º Regimiento Paracaidista Colonial, un batallón del 8.º Regimiento Colonial Interarmas, una batería de 105 HM3 y una sección de ingenieros. La del coronel Vidal comprendía el 10.º Regimiento Colonial Interarmas, la 1.ª Compañía Sahariana Motorizada y un batallón del 2.º Regimiento Colonial. Los franceses intervienen en total, entre éstas y otras agrupaciones posteriores, con unos 5.000 hombres y 70 aviones, así como enormes cantidades de abastecimientos.

Entre los días 8 y 9, Grall toma posiciones en Erjamia, al sudeste de Smara, mientras la Agrupación Vidal rodea Guelta por el norte, desde Aguelmin Mel-las hasta Gor Mahyub. El día D, Grall avanza hacia Smara, donde llega a las 14 h. llevando en vanguardia un destacamento español al mando del capitán Moyano. Una compañía paracaidista española, que está en alerta de salto desde las diez, se lanza desde los Nord Atlas franceses a las 14.55 bajo la cobertura de Grall y Smara es ocupada sin resistencia. Desde Tinduf, en Argelia, otra agrupación francesa progresa hacia El Farsía, en dirección a Smara. Grall recibe orden de extender su acción hasta el vado de Sidahamed Larosi, donde envía un destacamento que enlaza con una compañía paracaidista de la reserva lanzada a las 8.30 del día 11. Allí encuentran una notable resistencia enemiga que dura toda la jornada, pero al final, los grupos del EL quedan destruidos o escapan hacia Marruecos.

El mismo día, las vanguardias de Vidal llegan ante Smara. Grall gira hacia el este y domina toda la zona de Raudat el Hach y el día 18 enlaza con la Agrupación de Tiduf, 60 kilómetros al oeste de El Farsía. Mientras estas agrupaciones rastrillean las zonas este y norte de Smara, el 17 entran en acción las Agrupaciones Picherit, de paracaidistas en reserva, y Chaveriat, de meharistas, para la limpieza de la zona sur del río.
El D + 9 las operaciones en la Saguia pueden darse por terminadas. Todavía el 17 se efectúa una concentración de fuerzas sobre Hagunia, donde había un importante núcleo enemigo, con la Agrupaci6n B, elementos de la A y lanzamiento de una compañía paracaidista; pero las bandas se han refugiado en Marruecos y no se emprende ninguna operación al norte del paralelo 27’ 40’.

Para la segunda fase, operaciones en la región Sur, éstas comienzan el D + 10, 20 de febrero, enviando desde Aaiun la Agrupación Ligera V (al mando del comandante Herrera), compuesta de la IX Bandera, un destacamento de Caballería, una sección de Artillería y secciones de Transmisiones, Intendencia y Sanidad; la Agrupación debería avanzar hacia Bir Nazarán y Auserd, sin desviarse hacia otras resistencias. De Villacisneros-Aargub partiría la Agrupación C (al mando del teniente coronel Patiño), compuesta del batallón de Cabrerizas, reforzado con secciones de Zapadores, Transmisiones, Intendencia y Sanidad.
Por su parte, los franceses avanzan con la Agrupación Vidal desde Guelta hacia Bir Nazarán, llegando el 21 a Mednet Sedra. Una nueva Agrupación francesa, la Sur, partiendo de Port Etienne, Zug y Fort Gouraud, converge el día 20 sobre la zona de Auserd, ocupa el puesto y mantiene un encuentro con las bandas el día 21, en Yenna.

Mientras, la Agrupación de Villacisneros progresa alcanzando el Uad Ermima y Hasi Auhaifrit; a mediodía del 21 llega a Heidebet Ed Delim y al final de la jornada ocupa Auserd. El 22 la Agrupación Ligera V de Aaiun ocupa Bir Nazarán, y el 23 las Agrupaciones francesas y españolas convergen sobre la zona de Tennua- ca-Lasc-Leatetabien-Agracha, en la que se había concentrado el enemigo, que ofrece una fuerte resistencia.

Todavía el 24 las fuerzas españolas sostienen importantes combates en la zona montañosa de Negyir. Pero ya son los últimos disparos de esta campana y el 25 de febrero las operaciones se dan por terminadas, regresando los franceses a Mauritania y comenzando en el Sahara una labor de captación política.
En Fuerteventura se estableció un campo de prisioneros y detenidos, con 130 individuos, que permaneció hasta mayo de 1959. Las bandas, instrumento ya de Marruecos, en donde parte se había refugiado, sólo realizarán entradas débiles y esporádicas en el Sahara, con colocaci6n también de minas, hasta su última actuación en 1961, nada más acceder al trono Hassan II, secuestrando a once técnicos de las prospecciones petrolíferas: tres americanos, dos canadienses, un francés y cinco españoles<!--[if !supportFootnotes]-->[42]<!--[endif]-->.
Un punto importante es la participación auténticamente saharaui en el conflicto, tanto como sus motivaciones.

Es imposible determinar el número de sus combatientes, pero a tenor de los individuos que fueron detenidos en los poblados por considerarlos peligrosos, fundamentalmente por su filiación o su adscripción marroquí, así como en relación con los recluidos en el campo de concentraci6n de Fuerteventura, prisioneros de guerra y detenidos políticos, su número no parece superior al 53 por 100 del total de los efectivos del Ejército de Liberación en el Sahara; por supuesto, en Ifni estos saharauis no tuvieron actuación alguna, siendo marroquíes todos los atacantes.

Las consideraciones sobre las causas que les impulsaron a tomar parte en la guerra son de muy diversa índole. Para el nacionalismo actual saharaui, representado por el Frente Polisario, lucharon por la liberación del colonialismo en conjunción con sus hermanos de Argelia y de Marruecos. La tesis parece insuficiente cuando en el Sahara no existía aún una verdadera repulsa anticolonial y la conciencia nacionalista tardará algunos anos en fructificar. No puede olvidarse que la idea de la liberación y de la guerra fue aportada desde el norte por marroquíes que entraron en el territorio, a pesar de que existiera descontento a causa de la exigencia de impuestos comenzada en 1956; por otra parte, los jefes de las bandas eran marroquíes.

Para Marruecos, los saharauis lucharon por su integración en la madre patria, tesis que es de suponer habrá sido revisada después de la resistencia encontrada por las FAR cuando se tropiezan con sus hermanos del territorio en 1975. Varios saharauis que entonces formaron parte de las bandas armadas militan hoy en las filas del Frente Polisario; otros dirigentes importantes se refugiaron bajo la protección francesa, a la vista del abandono que había llevado a cabo España de todo el interior, circunstancia que es de tener muy en cuenta a la hora de juzgar determinadas fidelidades y adscripciones. A finales de 1957, todo indicaba que España renunciaba sin plazo al desierto y se contentaba con las poblaciones de la costa, como Marruecos se encargó de propalar.

Un hecho que deja pocos resquicios a la tesis marroquí de una guerra saharaui para integrarse en Marruecos es la sublevación de unos 500 miembros de la tribu de Erguibat, que ocurrió en la Tarfaya marroquí ya a finales de 1958, por sus desavenencias con el Ejército de Liberación y con las autoridades de Marruecos.
Fundamentalmente, el saharaui de 1957 tomó las armas, impulsado desde el norte, por su ancestral rechazo a la presencia de los europeos, lo que tiene a la vez raíces religiosas y económicas, unidas al deseo de seguir viviendo en una tierra libre de toda imposici6n, pero sin un proyecto político definido, como ha sido su tradición de siglos.

Parece obligado señalar una evidente carencia en estas páginas: no podemos aportar el punto de vista y la auténtica ideología de los combatientes del Ejército de Liberación. La razón es obvia: no tenemos acceso a los archivos marroquíes o a la documentación que la actuación armada del lado musulmán haya podido generar. Pero en forma alguna ello debe suponer una minusvaloración de su postura y de sus razones; sí que creemos haber podido aportar las suficientes pruebas documentales de las intenciones de Marruecos y de su manipulación del conflicto sahariano. La guerra obedeció tanto a las corrientes anticolonialistas que se imponían en el norte de Africa como a las intenciones expansionistas de la dinastía alauita. Pero la identificación y la asimilación entre el sentimiento anticolonial y antieuropeo y el imperialismo anexionista es una trampa en la que el historiador no debe caer.



Charles-André Julien, Le Maroc face aux impérialismes, Ed. J. A. París, 1978. Moumen Diouri, La realidad de Marruecos, Ed. Encuentro, Madrid, 1988.

Diouri, op. cit.

 Julien, op. cit.

Diouri, op. cit., págs. 119-120.


Sobre la discutida cuestión de las intervenciones de los sultanes en el desierto pueden consultarse las negativas opiniones de distintos historiadores franceses, quienes han dedicado bastante más atención al tema que los españoles. Así, Maurice Barbier, Le conflit du Sahara occidental, pág. 50 y ss., Ed. L'harmattan, París, 1982. Fréderic de La Chapelle, Esquisse d'une histoire du Sahara occidental, en Hésperis, XI, París, 1930. Philippe Husson, La question des frontières terrestres du Maroc, pág. 56. Secrétariat Général du Gouvernement, Direction de la Documentation, París, 1960. Y otros varios, como Robert Montagne, Jean Louis Miège, Gérenton, Gillier, etcétera.

Francisco Villar, El proceso de autodeterminación del Sahara, págs. 62-63. Ed. Fernando Torres, Valencia, 1982. Ahmed-Baba Miské, Front Polisario, l'âme d'un peuple, págs. 53-54. Ed. Rupture, París, 1978.

Marc-Robert Thomas, sahara et communauté, págs. 58-59. Presses Universitaires de France, París, 1960.

Ibídem, pág. 66.

Royaume du Maroc, Livre blanc sur la Mauritanie. Ministère des Affaires Etrangères, Rabat, 1960.

 José Ramón Diego Aguirre, Historia del Sahara Español. La verdad de una traición, pág. 538. Ed. Kaydeda, Madrid, 1988.

Rachid Lazrak, Le contentiueu territorial entre le Maroc et l'Espagne, Ed. Dar el Kitab, Casablanca, 1974.

Instrucciones para el cobro de los impuestos del Gobernador General de 9 de marzo de 1956. Servicio Histórico Militar (SHM), Sección Africa. Ifni-Sahara; legajo 2, carpeta 3.

 Ibídem.

Ibídem, legajo 2, carpeta 4.

 Cfr. Diego Aguirre, op. cit. págs. 296-297, S. H. M. Ibídem, legajo 2, carpeta 2; Escrito del Gobernador General con despliegue de fuerzas, 22 de febrero de 1956.

S. H. M. Ibídem, legajo 2, carpeta 4. Ibídem. Instrucciones de la D. G. M. C. de 9 y 14 de abril de 1956.

 S. H. M. Ibídem; legajo 3, carpeta 1. Telegrama del Gobernador a Capitanía de Canarias.

S. H. M. Ibídem. Escrito 016. Información, del Gobierno General del Sahara, 10 de marzo de 1957; contestación al 211 de la Dirección General sobre nota verbal presentada al MAE por la Embajada de Francia en Madrid, acerca de facilidades otorgadas al Ejército de Liberación por las autoridades del A. O. E. Legajo 4, carpeta 3.

 Ibídem.

Ibídem.

 Servicio Histórico Militar. Sección Africa. Ifni-Sahara; legajo 4, carpeta 2. Informe del comandante Alvarez Chas, delegado gubernativo de Ifni, comisionado para este servicio.

 Ibídem; legajo 4, carpeta 1.

 Georges Chaffard, Les carnets secrets de la décolonisation, Ed. Calmann-Lévy, París, 1968.

 S. H. M. Ibídem; legajo 4, carpeta 2. Conclusions de la réunion tenue le lundi 25 février au poste Le Rumeur à Port Etienne.

Ibídem, legajo 4, carpeta 3. Telegrama de 13 de marzo.

 S. H. M. Ibídem; legajo 3, carpeta 6. Carta del ministro subsecretario de la Presidencia del Gobierno al gobernador general del A. O. E. de 21 de marzo de 1957.

 Ibídem, legajo 4, carpeta 3. Telegramas de Villa Bens y Aaiun al gobernador, 25 de mayo.

 Ibídem; legajo 5, carpeta 1. Informe del delegado en Aaiun al gobernador de 8, 16 y 19 de abril.

 Carta del general jefe del Mando Superior de las Fuerzas Armadas de la zona de defensa A. O. F.-Togo, al gobernador del A. O. E. Dakar, 18 de mayo de 1957. S. H. M. Ibídem; legajo 5, carpeta 1.

 Cartas al director general de Plazas y Provincias Africanas del 1 y 20 de julio; al ministro del Ejército, 3 de julio; al jefe del E. M. C. del 2 de julio y al capitán general de Canarias de 3 de julio. S. H. M. Ifni-Sahara; legajo 3, carpeta 6.

 Estudio monográfico sobre las bandas armadas al director general, 5 de octubre de 1957. Nota informativa de la 2.ª sección del E. M. C. 12 de diciembre. S. H. M. Ibídem; legajo 9, carpeta 10; legajo 7, carpeta 14.

 Christine Garnier, Opération Ecouvillon en Revue de deux mondes, noviembre, 1960. También, Désert fertil. Un nouvel etat, Mauritanie.

 Escrito del gobernador al jefe del E. M. C., capitán general y director general de P. P. A.  S. H. M. Ibídem; legajo 8, carpeta 1.

 Ibídem; legajo 6, carpeta 1. Escrito del gobernador al capitán general, 27 de septiembre.

 Ibídem; legajo 6, carpeta 2. Telegrama al gobernador de 30 de octubre.

Capitanía General de Canarias, E. M. 3.ª, estados de 20 de noviembre. S. H. M. Ibídem; legajo 6, carpeta 3.

 Ibídem.

 José Ramón Diego Aguirre, Historia del Sahara Español. La verdad de una traición. Págs. 362, 367. Ed. Kaydeda. Madrid, 1988.

 Cfr. Gerardo Mariñas Romero, Edchera y la Legión, en Revista Ejército, n.º 574, noviembre 1987.

 S. H. M. Sección Africa. Ifni-Sahara. Libro blanco sobre el A. O. E., junio 1957-enero 1958; documentos 51 y 53.

Ibídem; legajo 16, carpeta 48. Efectivos en el A. O. E. Capitanía General de Canarias, E. M. 1.ª, enero de 1958.

Para todo lo relacionado con las operaciones Teide y Ecouvillon: Cfr.: Chaffard, op. cit.; Garnier, op. cit.; Rafael Casas de la Vega, La última guerra de Africa. Servicio de Publicaciones del E. M. E. Madrid, 1985. Diego Aguirre, op. cit., págs. 370-404.

Fuente: Jose Ramón Diego Aguirre