sábado, 17 de septiembre de 2011

LOS DOCE TRABAJOS DE HERCULES - 5 - LOS PÁJAROS DE ESTÍNFALO


LOS PÁJAROS DE ESTÍNFALO



Los pájaros de Estínfalo representan a todos los vicios que envilecen al hombre y la mujer, y hacen de su cuerpo, tierra o materia, un pozo ennegrecido que hiede a pestilencias.

En ese centro obscurecido se idean y desarrollan las más bajas e innobles pasiones y con sus hedores putrefactos arrastran al hombre a adherirse con más intensidad a sus lacras.

El vicioso, familiarizado con sus bajas disposiciones, no se siente ni rebajado, ni corrupto, porque al aceptar su erróneo proceder, se ha privado de su fuerza discriminatoria y como después de complacerse en sus bajas costumbres, se siente débil, vuelve una y otra vez a hundirse en sus vicios.

Para el necio esa es una forma de reponer sus fuerzas menguadas, pero ese actuar es artificial y engañoso, porque mientras más reitera esa acción, el placer que le envuelve temporalmente le consume y transforma en un ente, haciendo de su vida un permanente estado de penumbras, cuya influencia extravasa su propio cuerpo, infectando a otras tierras, pudriendo a las buenas semillas.

El degenerado, con sus hedores, infecta, en primer término sus propias aguas, que simbolizan el estanque de su emocionalidad, donde finalmente se bañan todos sus actos. Y ese espejo de aguas estancas y cenagosas es donde habrá de observar todas las miserias que porta.

En efecto, aquellos que logran separarse de su autoengaño, recién pueden observar las múltiples excrecencias que flotan cubriendo la superficie de su propio lago. ¿Quién conoce del propio lago sus profundidades y contenidos?

Las alas y patas de bronce que en forma de garfios guarnecen a los pájaros de Estínfalo, tienen por fin atacar a hombres y animales, cuyos restos dispersan, y simbolizan a la parte lujuriosa de la materia, que se ha endurecido, trocándose en un frío metal, del cual emana una substancia pegajosa y mal oliente que impregna por igual a la Naturaleza, al hombre y animales, infectado toda materia sensible.

Cuando se evidencia la presencia de este mundo ciego, donde todos sus hilos y tramas se han enredado y anudado, se comprende cuan efímero es el poder que sostiene a los deseos incontrolados.

Desde ese instante de discernimiento, se puede empezar a romper el hechizo que nos engaña, y esos poderosos pájaros de Estínfalo comenzarán a retirarse.

Sin embargo, es sencillo decirlo y muy dificultoso realizarlo, pues quien ha comprobado el vacío que lleva dentro y que también le rodea, queda oscilante e indeciso, y esa condición dificulta el llegar a la propia Luz, que le eleve, y le hile con cuerdas brillantes, dando lugar a un cuerpo luminoso, superpuesto al actual, para que desde allí surjan las saetas y dardos que rompan el artificial y negruzco esquema que le comprime.


Fuente: Apiano León de Valiente