sábado, 17 de septiembre de 2011

ALQUIMIA: LOS SELLOS DE LOS FILÓSOFOS III / IV PARTE

Johann Daniel Mylius

Compendio de imágenes herméticas, relacionadas con la cadena áurea que reúne la sabiduría de todos los pueblos. Edición, Raimon Arola.
ArsGravis



1. San Alberto Magno, obispo y químico: No por mis conocimientos sino por la gracia del Santísimo Espíritu
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2. Bernardo, conde de Treviso: El agua permanente procedente de la semilla masculina y femenina alumbra especies nuevas.

3. Basilio Valentino, monje: El oro es el padre de la tintura, el mercurio la madre, Mercurio el abuelo, el agua mercurial la abuela.

4. Alano, filósofo de la India: Quien sabe el dos y el siete sabe cuanto hay que saber. Dos y siete son pesos químicos.

5. Arnau de Vilanova, químico: Si la enfermedad data de un mes, se cura en un día; si data de un año, tarda doce días.

6. Pedro de Vilanova, hemano de Arnau: Esta medicina habrá de ser muy buscada en la ciudad, más que todas las demás medicinas y riquezas del mundo.

7. Vincent, monje de Beauvais: El elixir se le llama piedra porque puede molerse, y no-piedra porque se funde y escapa por el fuego sin evaporarse.

8. Juan de Padua, filósofo: Las aguas poseen innumeras virtudes maravillosas. Nada hay más maravilloso que el agua de estos baños.

9. Jodocus Greverus, químico: El sol siempre toma por compañero a mercurio. La luna obtiene su luz del sol.

10. El autor de la Rosaleda de los filósofos: Uno va al este, otro al oeste.

11. El autor del Diálogo fraterno del sol y la piedra: La piedra hecha a partir del oro es un gusano venenoso; lo prueba el mercurio hecho con oro vulgar.

12. El autor de las Rimas filosóficas: Visitarás el interior de la tierra.

13. Isaac y Arnau, filósofos: Dios nos dio dos piedras, la primera blanca y la segunda roja, gratis y sin pedir nada.

14. Philippus Theophrastus Paracelso: La medicina es capaz de fabricar oro.

15. Isaac Holland, el viejo: Trátase de un material que contiene el mercurio y el relámpago.

16. Isaac Holland, el joven: Éstas son flores ocultas entre tantos cardos y espinas.