miércoles, 31 de agosto de 2016

LA RUEDA DEL AÑO






LUIS LEON PIZARRO




Los antiguos pueblos celtas paganos precristianos concibieron el mundo y sus fenómenos como cíclicos. La vida y sus sucesos no se interpretaban linealmente, con un principio y un fin, como en las culturas patriarcales, sino como un circulo eterno del nacer y renacer. Las personas no se sentían separadas de los procesos de la naturaleza, sino parte de ellos. Eran muy conscientes de los efectos de los cambios estacionales, tanto en su interior como en su exterior. Concibieron la vida y sus procesos como sagrados, comprendían la dualidad de todos los fenómenos de la vida. Reflejaban estos profundos misterios en los arquetipos de la Diosa y el Dios, en su viaje eterno a través de la Rueda del Año Solar.

En nuestro mundo moderno hemos perdido, en gran parte, esta antigua sabiduría, pero nos queda el conocimiento de los ocho sabbats.



Samhain – El Año Nuevo Celta (31 de Octubre)

Es el día cuando los velos entre los mundos se hacen más transparentes que en ningún otro momento del año. Samhain es la fiesta de veneración de los antepasados.

El Año Nuevo Celta sigue celebrándose en países de origen anglosajón bajo el nombre Halloween, aunque se haya perdido la connotación espiritual de esta fecha. La adaptación cristiana de esta fiesta es Todos Santos.

Mitología: El Viejo Dios Solar ha regresado otra vez al útero de la Madre Tierra, preparándose para su renacimiento en el Solsticio de Invierno. El arquetipo de la Diosa es la Anciana Sabía. 


Yule – Solsticio de Invierno (21 de Diciembre)

 La noche más larga del año. A partir del Solsticio de Invierno renace de nuevo el Joven Dios Solar y los días empiezan a hacerse más largos.

 En las culturas cristianas se sigue celebrando el renacimiento del Joven Dios en las festividades navideñas, aunque se haya olvidado generalmente el origen pagano de estas fechas. Antiguamente se decoraban pinos con objetos que simbolizaban los deseos para la futura cosecha que se iban a obtener, gracias a la fuerza del sol, que volvia a nacer. Esto es otra costumbre que ha sobrevivido hasta la actualidad.


Brigida - Imbolc (2 de Febrero)

En estas fechas ya se nota que los días se van haciendo más largos. El Joven Dios Solar sigue creciendo, aumentando sus fuerzas. Sin embargo la fiesta no se celebra en su nombre, sino honrando a la Diosa Brigida, la Diosa del Fuego Sagrado, siendo al mismo tiempo la Diosa de las Fuentes, de la Inspiración, de la Poesía, de la Adivinación, de la Sanación y del Trabajo. La Diosa Brigida es la patrona de Irlanda, allí su culto ha perdurado hasta nuestros días, ella simplemente ha cambiando ‘su título’ de Diosa a Santa.

En la celebración de Imbolc, antiguamente se encendian velas blancas y las mujeres llevaban coronas con velas. De allí proviene el nombre de la fiesta cristiana Candelaria. 


Ostara - Equinoccio de Primavera (21 de Marzo)

Ostara es una fiesta de fertilidad, amor y equilibrio. La noche y el día son igual de largos, las polaridades están en perfecto equilibrio. El Joven Dios Solar y la Diosa Oestar / Eostre se conocen, reconocen y nace el amor entre ellos, la fuente sagrada de toda fertilidad y abundaría que traerá el año.

La antigua costumbre de pintar y regalar huevos, o de decorar la casa con huevos como símbolo de fertilidad, también se ha mantenido en muchos países europeos, aunque las fechas de este rito hayan cambiado ligeramente del Equinoccio de Primavera a la Pascua cristiana.


Beltane (1 de Mayo)

La fiesta del Dios Solar Bel, del Dios Verde de los Bosques, del Dios Astado, del Amante de la Diosa. Se celebra su unión, el matrimonio sagrado. Es la fiesta de fertilidad más importante.

Celebrándose antiguamente con los fuegos de Beltane, que fueron tan perseguidos por la Iglesia Católica, ya que durante 3 días y 3 noches, mientras ardían los fuegos, se suspendían temporalmente los lazos matrimoniales, pudiéndose elegir libremente los amantes en los ritos de fertilidad.

En muchos países europeos ha sobrevivido la costumbre del Palo de Mayo. Antiguamente se hacían bailes con cintas de colores a su alrededor, entrelazándose estas cada vez más. Se elegía una joven doncella como Reina de Mayo, a ella correspondía fertilizar simbólicamente la tierra.  

Litha - Solsticio de Verano (21 de Junio)

El día más largo del año. Se venera al Dios Solar que ha alcanzado en este momento su máximo poder. Ahora él se ha convertido en un Rey de pleno derecho. La Diosa Madre esta en cinta, llevando en su vientre la futura cosecha. La energía del sol garantiza que los cereales en los campos crezcan y maduren.

En las celebraciones de Litha, se pasa un pan ritual por las llamas del fuego, ya que el grano con el que se ha elaborado el pan, lleva en su interior toda la fuerza del fuego solar. Tomando este pan con respeto y gratitud se comulga con la energía vital del Dios Solar. 


Lughnasadh – Lammas (1 de Agosto)

Para los antiguos celtas Lughnasadh era la fiesta de las primeras cosechas. En los países del norte de Europa en estas fechas se comenzaba con la recogida del grano.

Es una fiesta en honor al Dios Solar Lugh. Este ha madurado con su energía vital los frutos de la Madre Naturaleza. Lugh prácticamente ya ha cumplido con su labor y a partir de ahora va perdiendo cada vez más fuerza, pero todavía se necesita su calor para madurar los frutos que se van a cosechar a principios del otoño.


Mabon - Equinoccio de Otoño

El día y la noche están de nuevo en pleno equilibrio. Es el sabbat de la cosecha por excelencia. Con el mismo significado la fiesta se ha mantenido en la religión cristiana.

La Diosa Madre poco a poco se va transformando en la Anciana Sabia y el Viejo Dios Solar se esta preparando para su muerte, su viaje al inframundo, al útero de la Tierra, para poder renacer posteriormente de nuevo.

Al final de la cosecha se cortaban, de manera reverente, las últimas espigas, donde residia el espíritu del grano.Se formaba con ellas una muñeca que conservaría a salvo el espíritu del grano hasta la siguiente siembra. La muñeca se guardaba en un lugar de honor hasta la primavera, en que se arrojaba a los campos durante su labranza para traerles vida.

Un aspecto importante de esta fiesta es que los frutos se tienen que almacenar adecuadamente, protegiéndolos a lo largo del invierno para alimentarse de ellos y para poder plantar las semillas en la próxima primavera.