Los astrónomos que estudian las observaciones tomadas por la misión Explorador Infrarrojo de Gran Angular (WISE) de la NASA han descubierto el primer asteroide “Troyano” conocido orbitando el Sol junto a la Tierra.
Los troyanos son asteroides que comparten una órbita con un planeta cerca de puntos estable frente o detrás del planeta. Debido a que constantemente están por delante o por detrás del planeta en la misma órbita, nunca pueden colisionar con él. En nuestro Sistema Solar, los Troyanos comparten órbitas con Marte, Neptuno y Júpiter.
Los científicos habían predicho que la Tierra debería tener Troyanos, pero han sido difíciles de localizar debido a que son relativamente pequeños y aparecen cerca del Sol desde el punto de vista de la Tierra.
“Estos asteroides aparecen en su mayor parte durante el día, lo que los hace muy difíciles de ver”, dice Martin Connors de la Universidad Athabasca en Canadá, autor principal del nuevo artículo sobre el descubrimiento que se publica en el ejemplar del 28 de julio de la revista Nature. “Pero finalmente encontramos uno, debido a que el objeto tiene una inusual órbita que lo lleva más lejos del Sol de lo que es típico en los Troyanos. WISE fue crucial, dándonos un punto de vista difícil de tener desde la superficie de la Tierra”.
El telescopio WISE barrió todo el cielo en luz infrarroja desde enero de 2010 a febrero de 2011. Connors y su equipo empezaron su búsqueda de un Troyano terrestre usando datos de NEOWISE, una adición a la misión WISE que se centra en parte en objetos cercanos a la Tierra (NEOs), tales como asteroides o cometas. Los NEOs son cuerpos que pasan a menos de 45 millones de kilómetros de la ruta de la Tierra alrededor del Sol. El proyecto NEOWISE observó más de 155 000 asteroides en el cinturón principal entre Marte y Júpiter y más de 500 NEOs, descubriendo 132 anteriormente desconocidos.
La búsqueda del equipo dio como resultado dos candidatos a Troyanos. Uno conocido como 2010 TK7 que se confirmó como Troyano terrestre tras observaciones de seguimiento con el Telescopio de Canadá-Francia-Hawái en Mauna Kea, Hawái.
El asteroide tiene aproximadamente 300 metros de diámetro. Tiene una órbita inusual que traza un complejo movimiento cerca de un punto estable en el plano orbital de la Tierra, aunque el asteroide también se mueve por encima y debajo del plano. El objeto está a unos 80 millones de kilómetros de la Tierra. La órbita del asteroide está bien definida y, durante al menos los próximos 100 años, no se acercará a la Tierra a más de 24 millones de kilómetros.
“Es como si la Tierra estuviese jugando a perseguir”, dice Amy Mainzer, investigadora principal de NEOWISE en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California. “La Tierra siempre persigue al asteroide”.
Hay un puñado de asteroides que también tienen órbitas similares a la de la Tierra. Tales objetos podrían ser excelentes candidatos para futuras misiones de exploración humana o robótica. El asteroide 2010 TK7 no es un buen objetivo debido a que viaja demasiado por encima o por debajo del plano de la órbita terrestre, lo que requeriría grandes cantidades de combustible para alcanzarlo.
“Esta observación ilustra por qué el programa de Observación NEO de la NASA patrocinó las mejores en la misión para procesar los dato recopilados por WISE”, dice Lindley Johnson, ejecutivo del programa NEOWISE en las Oficinas Centrales de la NASA en Washington. “Pensamos que había un gran potencial para encontrar objetos en el espacio cercano a la Tierra que no habían sido observados antes”.
Los datos de NEOWISE sobre órbitas de los cientos de miles de asteroides y cometas observados están disponibles a través del Centro de Planetas Menores de la Unión Astronómica Internacional, patrocinado por la NASA, en el Observatorio Astrofísico Smithsonian en Cambridge Massachusetts.
Para más información sobre WISE visita: http://www.nasa.gov/wise .