miércoles, 17 de agosto de 2011

DANTE ALIGUIERI






Para ilustrar la figura de Dante, además de su biografía, nos ha parecido interesante incluir al final de la misma y a modo de complemento, la"Sinfonía de la Divina Comedia de Dante", compuesta por Franz Listz, inspirada en la inmortal obra de la que toma el nombre. Fue estrenada en Dresde en 1857 y esta dividida en dos movimientos, infierno y purgatorio,  concluyendo con un magnificat -sublime- para coro de voces femeninas. Una audición recomendada, relativamente poco conocida y evocadora de la genial obra renacentista.

La grabación escogida corresponde a la Orquesta Filarmónica de Berlín, bajo la dirección de Daniel Baremboim y las ilustraciones son del genial ilustrador Gustave Doré

 
BIOGRAFIA

Poeta italiano, nacido en Florencia, en 1265; murió en Ravena, Italia, el 14 de septiembre de 1321. Su propia declaración en el "Paradiso" (xxii, 112-117) de que nació cuando el sol estaba en Géminis, fija su fecha de nacimiento entre el 18 de mayo y el 17 de junio.


Fue el hijo de Alighiero di Bellincione Alighieri, un notario perteneciente a una antigua aunque decadente familia güelfa, por su primera esposa, Bella, quien fue probablemente una hija de Durante di Scolaio Abati, un noble gibelino. Unos meses después del nacimiento del poeta, la victoria de Carlos de Anjou sobre el Rey Manfredo en Benevento (26 de febrero de 1266) acabó con el poder del imperio en Italia, puso a una dinastía francesa en el trono de Nápoles, y aseguró el predominio de los güelfos en Toscana. Dante creció así entre los triunfos de la democracia florentina, en los que tomó algún papel luchando en la línea frontal de la caballería güelfa en la batalla de Campaldino (11 de junio de 1289), cuando los gibelinos toscanos fueron derrotados por las fuerzas de la liga güelfa, de la cual Florencia era la cabeza. Esta victoria fue seguida por una reforma de la constitución florentina, asociada con el nombre de Giano della Bella, un noble de gran corazón que se había sumado al pueblo. Por las Ordenanzas de Justicia (1293) todos los nobles y los magnates eran aun más estrictamente excluidos del gobierno, y sujetos a penalidades severas por ofensas contra plebeyos. Para jugar un papel cualquiera en la vida pública, era necesario enrolarse en una u otra de las "Artes" (los gremios en los que los burgueses y los artesanos se reunían), y de acuerdo con ello Dante se matriculó en el gremio de médicos y boticarios. El 6 de julio de 1295, habló en el Concilio General de la Comuna en favor de alguna modificación a las Ordenanzas de Justicia después de lo cual su nombre se encuentra frecuentemente inscrito como orador o votante en los varios concilios de la república.

Ya Dante había escrito su primer libro, "Vita Nuova", o "Vida Nueva", una mezcla exquisita de versos líricos y prosa poética, narración de su amor por Beatriz, a quien había visto por primera vez al final de su noveno año. Beatriz, quien era probablemente la hija de Folco Portinari, y esposa de Simone de' Bardi, murió en junio de 1290, y el "Vita Nuova" se terminó hacia el año 1294. El amor de Dante por ella era completamente espiritual y místico, el amor amicitiae definido por Santo Tomas de Aquino: "Ese que es amado en amor de amistad es amado simplemente y por sí mismo". Su semejanza con el culto caballeresco que los trovadores ofrecían a las mujeres casadas es meramente superficial. El libro es dedicado al poeta florentino, Guido Cavalcanti, a quien Dante llama "el primero de mis amigos", y termina con la promesa de escribir acerca de Beatriz "lo que nunca antes se a escrito de ninguna mujer".


A principios de 1300 el jubileo papal fue proclamado por Bonifacio VIII. No se sabe si Dante estaba entre los peregrinos que se dirigían a Roma. Florencia estaba en una situación desastrosa, el partido güelfo, gobernante, se había separado en dos facciones, conocidas como Bianchi y Neri, "Blancos" y "Negros", lideradas por Vieri de' Cerchi y Corso Donati, respectivamente. Aproximadamente hablando, los Bianchi formaban el partido constitucional, apoyaban al gobierno burgués y a las Ordenanzas de Justicia; los Neri, al mismo tiempo más turbulentos y más aristocráticos, contaban con el apoyo del populacho, y se fortalecían con el favor del papa, que detestaba y desconfiaba de los progresos recientes de la política democrática de la república. El descubrimiento de una conspiración por parte de ciertos florentinos del servicio papal (18 de abril) y un choque entre las dos facciones, en el que se derramo sangre (1 de mayo), provoco una crisis. El 7 de mayo Dante fu enviado en una embajada sin importancia a San Gemignano. Poco después de su regreso fue elegido como uno de los seis magistrados que por dos meses, junto con el gonfaloniere, formaron la Signoria, la magistratura principal de la república. Su mandato fue del 15 de junio al 15 de agosto. Junto con sus colegas, confirmó las medidas anti-papales de sus predecesores, desterró a los jefes de ambas facciones, y presento tal oposición al legado papal, Matteo Cardinal d'Acquasparta, que este último regresó a Roma y puso a Florencia bajo una interdicción. Guido Cavalcanti había estado entre los Bianchi desterrados; habiendo contraído una enfermedad mortal en Sarzana, se le permitió, junto con el resto de su facción, el volver a Florencia, donde murió a fines de agosto. Esto, sin embargo, fue después de concluido el mandato de Dante. Enfurecido por este tratamiento de favor, Corso Donati, en acuerdo con sus adeptos de Florencia, apeló al papa, quien decidió enviar a un príncipe francés, Carlos de Valois, con una fuerza armada, como pacificador. Encontramos a Dante, en 1301, prominente entre los gobernantes Bianchi en Florencia. El 19 de junio en el Concilio de los Cien, envió su famosa respuesta, Nihil fiat, a la proposición de concesión de soldados al papa, que el Cardinal de Acquasparta había pedido por carta. Después del 28 de septiembre se le pierde de vista. Se dice que se le envió en una misión al papa a principios de octubre, pero esto es disputado. El 1 de noviembre Carlos de Valois entró en Florencia con sus tropas, y restauró a los Neri en el poder. Corso Donati y sus amigos regresaron triunfantes, y se vengaron totalmente de sus antagonistas. Dante fue una de las primeras víctimas. En una acusación montada de hostilidad a la Iglesia y prácticas de corrupción, fue sentenciado (el 27 de enero de 1302), junto con otros cuatro, a una fuerte multa y a la exclusión perpetua de cargos públicos. El 10 de marzo junto con otros quince, fue condenado aun más, como contumaz, a ser incinerado vivo, en caso de caer bajo el poder de la Comuna. A principios de abril todos los de la facción Blanca fueron echados fuera de Florencia.


Unos años antes de su destierro Dante se había casado con Gemma di Manetto Donati, pariente distante de Corso, de quien tuvo cuatro niños. Nunca vio a su esposa de nuevo; pero sus hijos, Pietro y Jacopo, y una de sus hijas, Beatriz, se reunieron con él años más tarde. Al principio, hizo causa común con sus compañeros de destierro en Siena, Arezzo, y Forli, tratado de ganar su regreso a Florencia con la ayuda de armas gibelinas. El nombre de Dante aparece en un documento del 8 de junio de 1302 entre los desterrados Bianchi quienes en San Godenzo en los Apeninos formaban una alianza con los Ubaldini para hacerle la guerra a la república florentina; sin embargo, en un acuerdo similar firmado en Bolonia el 18 de junio de 1303, ya no aparece entre ellos. Entre estas dos fechas él había tomado la resolución de formar su propio partido (Par., xvii, 61-68), y había buscado refugio en la hospitalidad de Bartolommeo della Scala, el señor de Verona, donde él vio por primera vez a Can Grande della Scala, el hermano más joven de Bartolommeo, entonces un muchacho de catorce años, que se convirtió en el héroe de sus días postreros.


Dante se retiró entonces de toda participación activa en política. En una de sus odas escritas en esos momentos, el "Canzone de las Tres Damas" (Canz. xx), se ve a sí mismo visitado en su destierro por Justicia y sus niños espirituales, proscritos así como él, y declara que, si tales son sus compañeros de infortunio, considera su destierro como un honor. Su trabajo literario en esta época se centra en sus rimas, o poemas líricos, más particularmente alrededor de una serie de catorce canzoni u odas, amatorias en forma, pero en parte alegóricas y didácticas en significado, un grupo espléndido de poemas que conectan la "Vita Nuova" con la "Divina Commedia". A principios de 1304 él parece haber ido a Bolonia. Allí empezó, pero dejo inacabado, un tratado en latín, "De Vulgari Eloquentia", en el que intenta descubrir el idioma italiano ideal, la forma más noble del vernáculo, y así mostrar cómo se debería emplear en la composición de poesía lírica. Incluso en su estado inconcluso es un libro de lo más iluminante para todo aquel que quiera entender la forma métrica del canzone italiano. El 10 de marzo de 1306, los desterrados florentinos fueron expulsados de Bolonia. En agosto encontramos a Dante en Padua, y unas semanas más tarde en Lunigiana, donde, el 6 de octubre actuó como representante del Marqués Franceschino Malaspina para hacer la paz entre su familia y el Obispo de Luni. En ese tiempo (1306-08) empezó el "Convivio", o "Banquete" en prosa italiana, una forma de popularización de la filosofía escolástica bajo la forma de un comentario sobre sus catorce odas ya mencionadas. Sólo cuatro de los quince tratados proyectados fueron realmente escritos, una introducción y tres comentarios. En forma alegórica nos dicen cómo Dante se volvió el amante de Filosofía, esa mística dama cuya alma es amor y cuyo cuerpo es sabiduría, ella "cuya verdadera morada está en el lugar más confidencial de la Mente Divina".


En esta época, todo rastro cierto de Dante se pierde por algunos años. Se dice que fue a París por algún tiempo entre 1307 y 1309, pero esto es discutible. En noviembre de 1308, Enrique de Luxemburgo es elegido emperador con el nombre de Enrique VII. En él Dante vio un curador posible de las heridas de Italia, un renovador de la Cristiandad, un nuevo "Cordero de Dios" (la expresión es del poeta) que quitaría los pecados del mundo. Esto lo llevó de nuevo hacia el mar tempestuoso de la política y la vida de acción. Fue probablemente en 1309, en anticipación de la venida del emperador a Italia, que Dante escribió su famoso trabajo sobre la monarquía, "De Monarchiâ", en tres libros. Temeroso de "ser declarado culpable un día del cargo del talento enterrado", y deseoso de "guardar vigilia por el bien del mundo", procede sucesivamente a mostrar que una suprema monarquía temporal única tal como el imperio es necesaria para el bienestar del mundo, que el pueblo romano adquirió una influencia soberana universal por derecho Divino, y que la autoridad del emperador no depende del papa, sino que desciende en él directamente de la fuente de autoridad universal que es Dios. El hombre es ordenado para dos finalidades: santidad de esta vida, que consiste en el ejercicio de sus poderes naturales y se figura en el paraíso terrestre; santidad de la vida eterna, que consiste en la fruición del aspecto Divino en el paraíso celestial al que los poderes naturales del hombre no pueden ascender sin la ayuda de la luz Divina. A estas dos finalidades debe el hombre llegar por diversos medios: "A la primera llegamos por las enseñanzas de la filosofía, siguiéndolas por acciones en acuerdo con las virtudes morales e intelectuales. A la segunda por las enseñanzas espirituales, que transcienden la razón humana, cuando los seguimos por acciones según las virtudes teológicas". Pero, aunque estas finalidades y medios sean hechos evidentes a nosotros por la razón humana y por la revelación, los hombres en su avaricia los rechazarían, de no ser contenidos por freno y rienda. " Para esto el hombre tenía necesidad de un doble poder director según su doble finalidad, a la sabiduría, el Supremo Pontífice, el llevar a la raza humana de acuerdo con las cosas reveladas, a la vida eterna; y el Emperador, el dirigir a la raza humana a la felicidad temporal de acuerdo con las enseñanzas de la filosofía. Es por consiguiente el deber especial del emperador el establecer libertad y paz "en éste triturante suelo de mortalidad". El Señor Wicksteed (cuya traducción se cita) nota con habilidad que en el, "De Monarchiâ" "encontramos por primera vez en plena madurez la concepción general de la naturaleza del hombre, del gobierno, y del destino humano, que se transfiguró después, sin ser transformado, en la estructura del Sagrado Poema".


El emperador llegó a Italia en septiembre de 1310. Dante ya había anunciado este nuevo amanecer de las naciones en una entusiasmada carta a los príncipes y pueblos de Italia (Epist. v). Rindió homenaje a Enrique en Milán, a principios de 1311, y se satisfizo mucho por su recepción. Pasó entonces al Casentino, probablemente en una misión imperial. Luego, el 31 de marzo, le escribió al gobierno florentino (Epist. vi), "formado por los peores florentinos", denunciándolos con desmesurado lenguaje por su oposición al emperador, y el 16 de abril, a Enrique (Epist. vii), reprendiéndolo por su retraso, instándolo a proceder enseguida contra la ciudad rebelde, "esta plaga horrible llamada Florencia". Por un decreto del 2 de septiembre (la reforma de Baldo d'Aguglione), Dante es incluido en la lista de los que son excluidos permanentemente de toda amnistía y gracia por la comunidad de Florencia. En la primavera de 1312 parece haber ido con los otros desterrados a reunirse con el emperador en Pisa, y fue allí que Petrarca, entonces un niño de ocho años, vio a su gran predecesor por única vez. La reverencia por su patria, nos dice Leonardo Bruni, impidió a Dante el acompañar al ejército imperial que vanamente sitió a Florencia en septiembre y octubre; no sabemos tampoco lo que de él se hizo durante la desintegración de su partido a la muerte del emperador en agosto de 1313 siguiente. Una vaga tradición lo hace tomar refugio en el convento de Santa Croce di Fonte Avellana cercano a Gubbio. Fue posiblemente en esos momentos, después de la muerte de Clemente V, en 1314, que escribió su noble carta a los cardinales italianos (Epist. viii), gritando fuerte con la voz de Jeremías, instándolos a restaurar el papado en Roma.


Un poco después, Dante estuvo en Lucca bajo la protección de Uguccione della Faggiuola, un soldado gibelino que se había hecho temporalmente señor de esa ciudad. Fue probablemente como consecuencia de su asociación con Uguccione que los florentinos renovaron la sentencia de muerte contra el poeta (6 de noviembre de 1315), sus dos hijos siendo incluidos en la condenación. En 1316 pasaron varios decretos de amnistía, y (aunque Dante fue indudablemente excluido bajo una provisión del 2 de junio) se hizo algún intento de extenderla para él. La respuesta del poeta fue su famosa carta a un amigo florentino desconocido (Epist. ix), negándose absolutamente a volver a su país bajo condiciones vergonzosas. Fue entonces de nuevo a Verona, donde encontró su condición ideal del hombre caballeresco realizada en Can Grande della Scala, quien gobernaba una gran porción de Lombardia Oriental como vicario imperial, y en quien él indudable vio a un posible futuro liberador de Italia. Es una teoría creíble, que data del siglo XV, que identifica a Can Grande con el "Veltro", o galgo, el héroe cuya venida se profetiza al principio del "Inferno", quien debe realizar los ideales imperiales del "De Monarchiâ", y tener éxito donde Enrique de Luxemburgo había fallado.


En 1317 (según la cronología más probable) Dante se estableció en Ravena, a la invitación de Guido Novello da Polenta. Allí termino la "Divina Commedia". De Ravena escribió la importante carta a Can Grande (Epist. x), dedicándole el "Paradiso", comentando sobre su primer canto, y explicando la intención y el significado alegórico del poema entero. Una carta en verso (1319) de Giovanni del Virgilio, un disertante en latín de la Universidad de Bolonia, discutiendo con él por tratar temas tan elevados en el vernáculo, invitándolo a venir y recibir la corona de laureles en esa Ciudad, llevó a Dante a componer su primer "Eclogue" un poema deleitable en hexámetros en latín pastoral, lleno de bondad humana y gentil humor. En él Dante expresa su inalterable resolución de no recibir otro que el laurel de Florencia, y propone ganar su corresponsal a una apreciación de la poesía vernácula por medio del regalo de diez cantos del "Paradiso". Un segundo "Eclogue" fue enviado a Giovanni después de la muerte de Dante, pero es dudoso que haya sido verdaderamente compuesto por el poeta. Esta correspondencia muestra que en 1319 el "Inferno" y el "Purgatorio" eran ya generalmente conocidos mientras que el "Paradiso" todavía estaba inacabado. Se envió éste en partes a Can Grande, a medida que se completaban, entre 1319 y 1321. Si el "Quaestio de Aqua et Terra" es auténtico, Dante estuvo en Verona el 20 de enero de 1320, donde expuso un discurso sobre la posición relativa de la tierra y el agua en la superficie del globo; pero, aunque la autenticidad de este tratado ha encontrado recientemente enérgicos defensores, se debe tomar todavía como dudoso. En julio de 1321, Dante fue en una embajada de Guido da Polenta a Venecia. Dos meses más tarde murió, en Ravena, durante la fiesta de la Exaltación de la Cruz, y fue enterrado en la iglesia de San Francisco en esa ciudad. La totalidad de la "Divina Commedia" había sido publicada, con la excepción de los últimos trece cantos del "Paradiso", que fueron descubiertos después por su hijo Jacopo y enviados por él a Can Grande.


La "Divina Commedia" es una alegoría de la vida humana, bajo la forma de una visión del mundo de ultratumba, expresamente escrito con el objeto de convertir una sociedad corrupta a la rectitud: "para sacar a aquellos que viven en esta vida del estado de miseria, y llevarlos al estado de felicidad". Esta compuesto de cien cantos, escritos en la medida conocida como terza rima, con sus líneas normalmente endecasilábicas y sus rimas estrechamente unidas, que Dante tanto modificó a partir de la poesía popular de su día que puede tomarse como de su propia invención. El relata, casi veinte años después del evento, una visión que se le concedió (por su propia salvación cuando llevaba una vida pecadora) durante el año del jubileo de 1300, en el que por siete días (empezando en la mañana del viernes santo) pasó a través del infierno, del purgatorio, y del paraíso, habló con las almas en cada dominio, y oyó lo que la Providencia de Dios tenía guardado para él y para el mundo. La estructura del poema presenta el esquema dual del "De Monarchiâ" transfigurado. Virgilio, representando a la filosofía humana que actúa en acuerdo con las virtudes morales e intelectuales, guía a Dante por medio de la luz de la razón natural desde el bosque oscuro de la alienación de Dios (donde las bestias del orgullo de la lujuria, y de la avaricia impiden al hombre el ascender la Montaña del Señor), a través del infierno y del purgatorio al paraíso terrenal, al estado de felicidad temporal, donde la libertad espiritual ha sido recuperada por las penas del purgatorio. Beatriz, representando a la filosofía Divina iluminada por la revelación, lo lleva entonces, hacia arriba a través de los nueve cambiantes cielos de la preparación intelectual, dentro del paraíso verdadero, el sin espacio y eterno empíreo, en el que la santidad de la vida eterna se encuentra en la fruición de la visión de Dios. Allí su lugar es tomado por San Bernardo, ejemplo de la contemplación amorosa en la que consiste la vida eterna del alma, que lo encomienda a la Virgen Bendita, por cuya intercesión él obtiene una experiencia adelantada de la Visión Beatifica, el poema termina con todos los poderes del saber y el amor cumplidos y consumidos en la unión de la comprensión con el Ser Divino, la voluntad hecha una con la Voluntad Divina, "el Amor que mueve el sol y las otras estrellas".


El sagrado poema, el último libro de la edad media, resume el conocimiento y logro intelectual de los siglos que pasaron entre la caída del Imperio romano y el principio del Renacimiento; da una imagen completa del Catolicismo en el siglo XIII en Italia. En el "Inferno", el estilo de Dante es influenciado principalmente por Virgilio, y, en menor grado, por Lucan. El heredero en poesía de la gran realización de San Alberto Magno y de Santo Tomas de Aquino en la cristianización de Aristóteles, su esquema ético y metafísico son principalmente Aristotélicos mientras que su mecanismo es todavía el de la tradición popular medieval. Es dudoso el si tenía conocimiento directo con cualquier otra narración de una visita al mundo de los espíritus, excepto por la del sexto libro de la "Eneida". Pero por encima de todo este inmenso campo su sentido dramático jugó a voluntad, mostrando lo esencial de la naturaleza humana, poniendo al desnudo los secretos del corazón con una mano tan segura como la de Shakespeare. Siendo él mismo la víctima de persecuciones e injusticias, ardiendo con celo por la reforma y la renovación del mundo, la imparcialidad de Dante es, en lo mas importante, sublime. Es el hombre (adoptando su propia frase) a quien Verdad llama desde su trono inmutable, como a tal, él sin cesa condena la "querida y amable imagen paternal" de Brunetto Latini al infierno, aunque es de él de quien había aprendido "cómo el hombre se hace él mismo eterno" en tanto que coloca a Constantino, a cuya donación atribuye la corrupción de la Iglesia y la ruina del mundo, en el paraíso. La piedad y el terror de ciertos episodios del "Inferno"- la magnanimidad infructuosa de Farinata degli Uberti, el amor fatal de Francesca da Rimini, la caída de Guido da Montefeltro, la condenación del conde Ugolino- alcanzan las mas elevadas alturas de la tragedia.


El "Purgatorio", quizás el más artísticamente perfecto de los tres cánticos, le debe menos a la belleza de los episodios separados. La concepción de Dante del purgatorio como una elevada montaña, surgida sobre el océano en el hemisferio sur, y conduciendo hacia el Jardín del Edén, la preparación necesaria para recuperar el paraíso terrenal, y con él todas las prerrogativas perdidas por el hombre a la caída de Adán, parece exclusivo a él; ni tampoco encontramos en otra parte el proceso purificador llevado a cabo bajo el sol y las estrellas, con la belleza de la transfigurada naturaleza eclipsada sólo por los esplendores de los angélicos custodios de las siete terrazas. El encuentro con Beatriz en los bancos de Lethe, con la confesión personal de Dante de un pasado indigno, completa la narración de la "Vita Nuova" después de las experiencias y desilusiones amargas de una vida.


Lo esencial de la filosofía de Dante es que todas las virtudes y todos los vicios provienen del amor. El "Purgatorio" muestra cómo el amor debe ser puesto en orden, el "Paradiso" muestra cómo se le perfecciona en las fases sucesivas de la iluminación, hasta que logra la unión con el Amor Divino. La estructura entera y el arreglo espiritual del paraíso de Dante, en el que grupos de santos hacen una apariencia temporal en las esferas más bajas en presagio de las "muchas mansiones", depende estrechamente de las enseñanzas del Pseudo-Dionisio y de San Bernardo en lo que concierne a las diversas ocupaciones de las nueve órdenes de ángeles. Se duda el si él conoció el "Jerarquía Celestial" de Dionisio de primera mano, en la traducción de Scoto Eurigena; pero el "De Consideratione" de San Bernardo ciertamente le influenció profundamente. La deuda de Dante a los Padres y Doctores de la Iglesia no se ha todavía investigado con la entereza de investigación que se le ha dedicado a la elucidación de su conocimiento de los escritores clásicos. Su teología es principalmente la de , aunque de vez en cuando (como cuando trata de la materia original y de la naturaleza de las inteligencias celestiales) se aleja de la enseñanza del Doctor Angelical. En puntos particulares, la influencia de San Gregorio, San Isidoro, San Anselmo, y San Buenaventura se puede encontrar; la de Boethius es notable y profunda en toda su obra. Su misticismo es expresamente basado en San Agustín, San Bernardo, y Ricardo de San Víctor, mientras que en muchos casos anticipa curiosamente la de San Juan de la Cruz. El Señor Wicksteed habla de "muchos casos en los que Dante da un giro espiritual a las especulaciones físicas de los griegos". Incluso en el "Paradiso" la autoridad de Aristóteles es, después de la de las Escrituras, suprema; y es notable que, cuando es interrogado por San Juan sobre la caridad, Dante apela antes que nadie Estagirita (en las "Metafísicas") donde se nos muestra la causa de amar a Dios por Él mismo y por sobre todas las cosas (Par., xxvi, 37-39). La fusión armoniosa del más alto misticismo con las transcripciones directas de la naturaleza y las circunstancias domesticas de la vida diaria, todo manipulado con una pasión poética y el arte más consumado, da a la "Divina Commedia" su carácter único. El canto final es la culminación de la obra entera, la razón y la música son reunidas en perfecta armonía; el misterio más profundo de la fe está plasmado allí y adelantado en canción suprema con una claridad vívida y una iluminante precisión que nunca podrá ser superada.


La denuncia vehemente de Dante de la corrupción eclesiástica de sus tiempos, y su condenación de la mayor parte de los papas contemporáneos (incluso el canonizado Celestino V) al infierno ha llevado a alguna interrogación acerca de la actitud del poeta hacia la Iglesia. Ya en el siglo XIV se hicieron esfuerzos para descubrir herejía en la "Divina Commedia", y el "De Monarchiâ" fue quemado en Bolonia por orden de un legado papal. En épocas más recientes se ha ensalzado a Dante como a un precursor de la Reforma. Su posición teológica como un católico ortodoxo ha sido amplia y repetidamente corroborada, recientemente y más notablemente por el Dr. Moore, quien declara que "no hay ningún rastro en sus escrituras de duda o descontento respecto a cualquier parte de la enseñanza de la Iglesia en materias de doctrina establecida con autoridad". Un antagonista enérgico de los objetivos políticos de los Papas de su propia época, los hermosos episodios de Casella y Manfred en el "Purgatorio", no menos que el capítulo final del "De Monarchiâ" mismo, dan testimonio de la reverencia de Dante por el poder espiritual del papado, que él acepta como de origen Divino. No es el menor testimonio a su ortodoxia el papel jugado por la Virgen Bendita en el sagrado poema desde el principio hasta el final. Es, como fue, la transcripción en inspirada poesía de la frase de Ricardo de San Víctor: "A través de María no sólo es la luz de la gracia dada al hombre en la tierra sino también la visión de Dios es conferida a las almas en el Cielo".


Nuestro más antiguo registro de la vida y trabajos de Dante esta contenido en un capítulo del "Croniche Fiorentine" de Giovanni Villani (d. 1348), quien habla del poeta como de "nuestro vecino". Hay seis comentarios existentes sobre la "Divina Commedia", en totalidad o en parte, compuestos dentro de los diez años de la muerte del poeta. Tres de estos por Graziolo de' Bambaglioli, entonces canciller de la comunidad de Bolonia; un florentino no identificado conocido como Selmi's Anonimo, y Fray Guido da Pisa, una extensión carmelita únicamente sobre el "Inferno"; los de Jacopo Alighieri, el segundo hijo del poeta, Jacopo della Lana de Bolonia, y el autor del "Ottimo Commento" tratan del poema entero. Graziolo aparece como el primer defensor de la ortodoxia de Dante (entonces ferozmente atacada en Bolonia); el autor del "Ottimo" (posiblemente identificado como un notario y poeta florentino, Andrea Lancia) profesa haber realmente hablado con Dante, y nos da varios detalles interesantes acerca de su vida. Hacia 1340 el hijo mayor de Dante, Pietro Alighieri, se puso a describir el trabajo de su padre; se han guardado dos versiones de su comentario latino, el más reciente contiene complementos que (si verdaderamente suyos) son de considerable importancia. Poco después de 1348, Giovanni Boccaccio escribió la primera vida formal de Dante, el "Trattatello in laude di Dante", cuya autoridad fue en su ocasión muy ridiculizada, ha sido grandemente rehabilitado por investigaciones más recientes. Su comentario sobre el "Inferno" es la esencia de conferencias dadas en Florencia en 1373. Unos años más tarde vinieron los comentarios de Benvenuto da Imola y Francesco Buti, que se dieron originalmente como conferencias en Bolonia y Pisa respectivamente. El de Benvenuto es un libro vivaz, lleno de humor y realidad así como de enseñanzas. El pequeño "Vida" de Leonardo Bruni (d. 1444), el famoso canciller de la República Florentina, que complementa el trabajo de Boccaccio con información nueva y cita cartas del poeta otras que aquellas que ahora se conocen y el comentario más ligero de Filippo Villani (c. 1404), quien es el primer comentarista que se refiere en términos explícitos a la "Carta a Can Grande", lleva el primer periodo de la interpretación de Dante a una conclusión apropiada. El título de padre de la erudición moderna de Dante incuestionablemente pertenece a Karl Witte (1800-83), cuyas labores pusieron a los estudiantes del siglo XIX en el camino correcto tanto en la interpretación como en la investigación textual. Más recientemente, principalmente por la influencia de G.A. Scartazzini (d. 1901), una ola de escepticismo excesivo barrió por encima de este campo, por la que se veían los eventos tradicionales de la vida de Dante como poco mas que fábulas y la mayoría de sus cartas e incluso algunos de sus trabajos menores fueron declarados espurios. Esto ha disminuido felizmente. Hoy en día, las necesidades más urgentes de la investigación de Dante son mas estudio textual de la "Divina Commedia", un conocimiento más estrecho y más completo de cada aspecto de los trabajos menores y una investigación más completa de la posición de Dante con respecto a las grandes filosofías de la edad media; tales que justifiquen o reiteren la trascendente apertura del epitafio que Giovanni del Virgilio compuso para su tumba: Theologus Dantes, nullius dogmatis expers quod foveat claro philosophia sinu ("Dante el teólogo, hábil en cada rama del conocimiento que la filosofía adoraría en su pecho ilustre").


Se puede decir de Dante que él ha hecho a la poesía italiana, y ha estampado la marca de su elevada e imponente personalidad en toda la literatura moderna. Se puede afirmar incluso que sus trabajos han tenido un papel directo en la formación de las aspiraciones y destinos de su país natal. Su influencia sobre la literatura inglesa empieza con la poesía de Chaucer, quien lo honora magníficamente en el "Cuento de los Monos", y lo refiere a sus lectores como "the grete poete of Itaille that highte Dant". Eclipsado un tiempo durante la era Tudor por la más grande popularidad de Petrarch, fue después ignorado o descuidado desde la Restauración hasta fines del siglo XVIII. La primera traducción integral de la "Divina Commedia" en inglés, trabajo de un irlandés, Enrique Boyd, se publicó en 1802 (la del "Inferno" había sido emitida en 1785). Dante regreso a su herencia entre nosotros con la gran abundancia de noble poesía que los principios del siglo XIX presenciaron. Los elocuentes tributos que se le rindieron por parte de Shelley (en "Epipsychidion", el "Triunfo de la Vida", y "Una Defensa de la Poesía") y de Byron (sobre todo en la "Profecía de Dante") así como después de ellos por parte de Browning y Tennyson, no necesitan ser repetidos aquí. A través de Dante Gabriel Rossetti y los Pre-Rafaelitas, ha habido una influencia fructífera en el arte no menos que en las letras. En la interpretación y crítica de Dante, los estudiosos anglófonos están actualmente en segunda posición únicamente respecto a los italianos.


Nunca, quizás, ha sido la fama de Dante tan elevada como el día de hoy, cuando es universalmente reconocido como siendo del rango de Homero, Esquilo, Sofocles, y Shakespeare, entre los pocos poetas supremos del mundo. Se ha observado bien que su inspiración se parece mas a la del profeta hebreo que a la del poeta como se entiende. Su influencia además, no es de ninguna manera confinada a la literatura. Un distinguido Unitarista divino ha señalado que el culto moderno de Dante es "una señal de una mas amplia y profunda percepción espiritual tanto como de apreciación literaria", y que es una de las indicaciones principales de "la renovada influencia que la baja edad media ha ganado en la Europa moderna" (Wicksteed, "La Religión de Tiempo y de Eternidad"). el propio hijo del poeta Pietro Alighieri, declaró que, si se extinguiera la Fe, Dante la restauraría, y es notable que hoy en día tantos serios estudiantes no-católico de la vida y las letras deban una concepción totalmente diferente de la religión católica al estudio de la "Divina Commedia". El poder del sagrado poema para popularizar la teología católica y la filosofía católica, y para hacerlas aceptables, o por lo menos inteligibles para los no-católicos, es hoy casi incalculable.


El lugar de honor entre las sociedades sobre Dante pertenece incuestionablemente y en todo sentido a la "Societa Dantesca Italiana", un asociación admirablemente dirigida con su oficina principal en Florencia, que acepta estudiantes extranjeros entre su miembros, y se distingue por su elevada y liberal erudición. Además de cursos de conferencias presentados bajo sus auspicios en varias ciudades italianas, publica un trimestral "Bulletino", un estudio de literatura contemporáneo sobre Dante, y ha empezado una serie de ediciones críticas de los trabajos menores. De estos últimos, los volúmenes que tratan del "De Vulgari Eloquentia" y del "Vita Nuova", por Pio Rajna y Michele Barbi respectivamente, han aparecido ya, y se puede en verdad decir que marcan una época en el estudio crítico y textual del latín de Dante y de las escrituras italianas por igual. La asociación conocida como la "Dante Alighieri", en cambio, es esencialmente una sociedad nacional y política, y está sólo indirectamente interesada con el poeta cuyo nombre utiliza. De las sociedades sobre Dante otras las que italianas, la "Sociedad Dante Americana " de Cambridge, Massachusetts, se ubica en primer sitio en importancia. La pequeña pero distinguida " Sociedad Dante de Oxford " trabaja en un elevado orden de erudición. La "Sociedad Dante de Londres" es notable por su gran número de miembros, y publica sus sesiones de conferencias en forma de volumen; pero sus fines aparecen mas como sociales que de erudición. 

Por Edmund G. Gardner. Transcrito por Tomas Hancil y traducido por Oscar Olague.
Fuente: ENCICLOPEDIA CATOLICA