El M.·.R.·.H.·. Jorge León Cabrera G.·.M.·. acompañado de su Gran Cuadro
domingo, 31 de julio de 2011
sábado, 30 de julio de 2011
AKHESA (ANKHES-EN-PA-ATÓN)
NMIP: LUIS LEON PIZARRO
Nos ubicamos en la XVIII Dinastía egipcia. La cultura egipcia se impone. Es sin duda el primer imperio del mundo.
Encontramos aquí (aproximadamente hacia los años 1552-1306 A.C . Y es precisamente Tebas el centro del reino ubicado al sur del país.
Es esta ciudad la del Dios Amón garante de felicidad y de independencia.
Todo Faraón deberá engrandecer y embellecer el Templo de Karnak donde está entronado Amón-Ra el Rey de los Dioses. Amenophis III inició otras formas divinas, especialmente a Atón, influenciado por su esposa la Reina Teje.
Le seguiría su hijo, Amenophis IV, conocido como Akhenatón quien desde muy joven supo luchar contra los sacerdotes tebanos.
Su tercera hija, cuyo nombre egipcio era Ankhes-en-pa-Atón que quiere decir “Vive para Atón” y aquí la llamaremos Akhesa, viviría en carne propia la traición del clero, complots militares, espionaje y la traición de sus amigos. Esposa del famoso Faraón Tutankamón , quien la amó desesperadamente. Fue su única mujer. Ella supo imponerse durante su reinado.Hija y esposa de Faraones, ésta es la crónica de Akhesa, la Reina Sol, llamada así por el destacado egiptólogo francés Christian Jacq, obra del cual está basada parte de esta historia, donde la realidad y la suposición se entrelazan para marcar un período decisivo y enigmático dentro de la Historia grande egipcia.
Su tercera hija, cuyo nombre egipcio era Ankhes-en-pa-Atón que quiere decir “Vive para Atón” y aquí la llamaremos Akhesa, viviría en carne propia la traición del clero, complots militares, espionaje y la traición de sus amigos. Esposa del famoso Faraón Tutankamón , quien la amó desesperadamente. Fue su única mujer. Ella supo imponerse durante su reinado.Hija y esposa de Faraones, ésta es la crónica de Akhesa, la Reina Sol, llamada así por el destacado egiptólogo francés Christian Jacq, obra del cual está basada parte de esta historia, donde la realidad y la suposición se entrelazan para marcar un período decisivo y enigmático dentro de la Historia grande egipcia.
LA CIUDAD DE LA LUZ
Durante mi estadía en el bello Egipto, visitamos numerosos y diversos Templos y ciudades, visitamos las Pirámides e ingresamos en ellas, descubrimos y “vivimos” la magia misteriosa que hay en ellas, recorrimos el Río Nilo y estuvimos también en lo que otrora era “la Ciudad de la Luz” ó “la Ciudad del Sol”. Hoy totalmente destruida por la erosión. Sus tumbas guardan allí el secreto de un período extraño.
Su Rey el Faraón Amenophis IV, es decir “Amón-está-en-plenitud” al abandonar su culto a Amón y el Templo de Karnak se convertiría en Akhenatón, “El que brilla por Atón”. Necesitaba una nueva capital fundando Aketatón, “El horizonte de Atón”, la ciudad del Sol conocida también con el nombre árabe de Tell-el-Amarna, El-Amarna ó Amarna situado en el Egipto medio. El condujo a unos 50.000 egipcios a la nueva capital transformado de un desierto a un oasis.Akhenatón reinó durante más de diecisiete años (aprox. 1364-1347 A.C.) acompañado por su esposa la bella Nefertiti (que significa “La Bella ha llegado”), según las esculturas que hemos visto, nos demuestra la belleza real de esta Reina.
Tebas su antigua capital se encontraba a unos 300 kilómetros de distancia más al sur.
Padres de seis hijas mujeres, pero sólo la tercera de ellas pasaría a la historia como Reina. Akhesa tendría entre doce y quince años de edad (resulta imposible determinar la edad exacta de acuerdo a las fuentes históricas). Ya se estaba convirtiendo en mujer.
Era común en ella las escapadas de Palacio para ir a recorrer la ciudad y sentir como vivía la gente en realidad el reinado de su padre.
Su amor al Faraón era total, como así también sentía en lo más profundo el poder solar del Dios
Su Rey el Faraón Amenophis IV, es decir “Amón-está-en-plenitud” al abandonar su culto a Amón y el Templo de Karnak se convertiría en Akhenatón, “El que brilla por Atón”. Necesitaba una nueva capital fundando Aketatón, “El horizonte de Atón”, la ciudad del Sol conocida también con el nombre árabe de Tell-el-Amarna, El-Amarna ó Amarna situado en el Egipto medio. El condujo a unos 50.000 egipcios a la nueva capital transformado de un desierto a un oasis.Akhenatón reinó durante más de diecisiete años (aprox. 1364-1347 A.C.) acompañado por su esposa la bella Nefertiti (que significa “La Bella ha llegado”), según las esculturas que hemos visto, nos demuestra la belleza real de esta Reina.
Tebas su antigua capital se encontraba a unos 300 kilómetros de distancia más al sur.
Padres de seis hijas mujeres, pero sólo la tercera de ellas pasaría a la historia como Reina. Akhesa tendría entre doce y quince años de edad (resulta imposible determinar la edad exacta de acuerdo a las fuentes históricas). Ya se estaba convirtiendo en mujer.
Era común en ella las escapadas de Palacio para ir a recorrer la ciudad y sentir como vivía la gente en realidad el reinado de su padre.
Su amor al Faraón era total, como así también sentía en lo más profundo el poder solar del Dios
Luego de las más variadas charlas su hija le convence para que salga de Palacio. Su pueblo lo requería.
Hacía tiempo que Akhenatón no salía, su tarea dedicada al Dios Atón le llevaba todo el día. Su esposa la Reina Nefertiti vivía en su Palacio Real, ya no lo acompañaba.
Todo el mundo se impresionaba al ver a la princesa Akhesa bajar de Palacio. Su belleza era casi igual a la de su madre Nefertiti. Sus paseos en el carro real con Akhenatón daban inicio a los más diversos comentarios. Había quienes los adoraban y otros que los odiaban como Mut (cuyo nombre verdadero era Mutnedjenet, supuestamente hermana de la Reina Nefertiti, según algunos historiadores), esposa del General Horemheb.Este había sido una de las primeras salidas de Akhenatón, conocido también como el Faraón “hereje”. La princesa Akhesa había llamado la atención a todo el pueblo, especialmente al General Horemheb quien había quedado impresionado por su belleza.
Al tiempo la princesa es llevada a la parte sur de la ciudad de la luz. Allí sería perfectamente educada y preparada.
Este Palacio estaba construído en forma de tres abanicos, el primero correspondía para la Reina madre Teje (conocida también por los historiadores como Tii, Tiyi, etc.), el segundo para la Reina Nefertiti y el tercero para la princesa Meritatón, heredera del reino.
Allí conocería al Príncipe Tutankatón, hijo de Amenophis III, a partir de allí el amor de él hacia la princesa sería eterno.
Los estudios y aprendizajes continuaban, como así también los recelos entre las princesas Meritatón y Akhesa. Más aún, enterada esta última que su hermana se desposaría con el príncipe Semenkh, hermano de Tutankatón, formando así la futura pareja real.Los cuidados hacia él fueron totales, al tiempo se repondría, pero sus desmejorías continuarían en su corta vida.
En sus continuas escapadas Akhesa se encontraría con su madre la Reina Nefertiti quien apoyaba plenamente a Tutankatón como futuro Faraón.
Hacía tiempo que Akhenatón no salía, su tarea dedicada al Dios Atón le llevaba todo el día. Su esposa la Reina Nefertiti vivía en su Palacio Real, ya no lo acompañaba.
Todo el mundo se impresionaba al ver a la princesa Akhesa bajar de Palacio. Su belleza era casi igual a la de su madre Nefertiti. Sus paseos en el carro real con Akhenatón daban inicio a los más diversos comentarios. Había quienes los adoraban y otros que los odiaban como Mut (cuyo nombre verdadero era Mutnedjenet, supuestamente hermana de la Reina Nefertiti, según algunos historiadores), esposa del General Horemheb.Este había sido una de las primeras salidas de Akhenatón, conocido también como el Faraón “hereje”. La princesa Akhesa había llamado la atención a todo el pueblo, especialmente al General Horemheb quien había quedado impresionado por su belleza.
Al tiempo la princesa es llevada a la parte sur de la ciudad de la luz. Allí sería perfectamente educada y preparada.
Este Palacio estaba construído en forma de tres abanicos, el primero correspondía para la Reina madre Teje (conocida también por los historiadores como Tii, Tiyi, etc.), el segundo para la Reina Nefertiti y el tercero para la princesa Meritatón, heredera del reino.
Allí conocería al Príncipe Tutankatón, hijo de Amenophis III, a partir de allí el amor de él hacia la princesa sería eterno.
Los estudios y aprendizajes continuaban, como así también los recelos entre las princesas Meritatón y Akhesa. Más aún, enterada esta última que su hermana se desposaría con el príncipe Semenkh, hermano de Tutankatón, formando así la futura pareja real.Los cuidados hacia él fueron totales, al tiempo se repondría, pero sus desmejorías continuarían en su corta vida.
En sus continuas escapadas Akhesa se encontraría con su madre la Reina Nefertiti quien apoyaba plenamente a Tutankatón como futuro Faraón.
Mientras tanto los más diversos comentarios reinaban en la ciudad. El Faraón no existe, no cumple con sus funciones reales, el culto a Atón debe ser eliminado. El General Horemheb debe de reinar. Supuestos vientos de guerra conmocionaban a Egipto.
En una de las ceremonias ofrecidas por Akhenatón a Atón, es la princesa Akhesa quien lo salva de un atentado. Querían matar al Faraón. Pero quién. Desconfiaban del general Horemheb perdidamente enamorado también de Akhesa y odiados por su esposa Mut,
En una de las ceremonias ofrecidas por Akhenatón a Atón, es la princesa Akhesa quien lo salva de un atentado. Querían matar al Faraón. Pero quién. Desconfiaban del general Horemheb perdidamente enamorado también de Akhesa y odiados por su esposa Mut,
Veían al Faraón “hereje” débil, totalmente no apto para su cargo.
Las redadas en la ciudad habían comenzado. Toda la población era requisada. La población escondía sus estatuillas, no podría haber ninguna otra divinidad en sus casas a excepción de Atón. El monoteísmo se imponía. Pero no sería la primera vez que atentarían con la vida del Faraón.
Las redadas en la ciudad habían comenzado. Toda la población era requisada. La población escondía sus estatuillas, no podría haber ninguna otra divinidad en sus casas a excepción de Atón. El monoteísmo se imponía. Pero no sería la primera vez que atentarían con la vida del Faraón.
EL DOLOR DE AKHENATON
En uno de los paseos de los príncipes Akhesa y Tutankatón, luego de una velada divertida el príncipe se ve obligado a regresar a Palacio por una grave indisposición.
El clero comenzaría a derrocar al Faraón, que lo veían muy fuerte en sus convicciones religiosas pero muy débil para gobernar.
El dolor de Akhenatón se acrecentaría con la muerte de una de sus hijas y más tarde con la de la Reina NefertitiAhora se encontraba solo, pensando en dejar el poder a la princesa Meritatón y al príncipe Semenkh.
Casados ya los príncipes Akhesa y Tutankatón, todos veían en ellos a los verdaderos reyes, a pesar de algunos que se resistían.
Otros los consideraban fáciles de manejar, eran apenas unos niños.
Ellos habían contado con el apoyo de la Reina madre Teje, madre de Akhenatón y también el de la Reina Nefertiti. El Faraón veía en Akhesa una verdadera Reina, pero le correspondería a su hermana el trono.
El clero comenzaría a derrocar al Faraón, que lo veían muy fuerte en sus convicciones religiosas pero muy débil para gobernar.
El dolor de Akhenatón se acrecentaría con la muerte de una de sus hijas y más tarde con la de la Reina NefertitiAhora se encontraba solo, pensando en dejar el poder a la princesa Meritatón y al príncipe Semenkh.
Casados ya los príncipes Akhesa y Tutankatón, todos veían en ellos a los verdaderos reyes, a pesar de algunos que se resistían.
Otros los consideraban fáciles de manejar, eran apenas unos niños.
Ellos habían contado con el apoyo de la Reina madre Teje, madre de Akhenatón y también el de la Reina Nefertiti. El Faraón veía en Akhesa una verdadera Reina, pero le correspondería a su hermana el trono.
Llevado a palacio el príncipe Semenkh era requerido por Akhenatón para ofrecerle el reino. Este no lo quiso, no aceptó la función, prefería seguir honrando a Atón, ser un sacerdote además no se llevaba con su esposa Meritatón, ésta sería enviada debido a diversos conflictos que originaba a un Templo dejando de lado toda actividad oficial. La princesa Meritatón pasaría el resto de su vida dedicada a la oración y plegaria.
Una vez más el Rey Faraón Akhenatón veía oscura su ciudad del Sol.
La vida del Faraón se extinguía.
LOS NUEVOS REYES
Una mañana es despertada la princesa Akhesa.
Le requerían urgente en Palacio. Su padre no se encontraba bien.
“Es la hora... Atón me llama...” serían sus palabras. Al alba y en compañía de Akhesa el Faraón partía siguiendo la luz de Atón. Pronto se reencontraría con su esposa y sus hijas.
Ella debería seguir su culto, era la única persona en quien confiaba.El luto había comenzado. Al morir el Faraón el país viviría un período oscuro en que las fuerzas del mal tratarían de invadir Egipto.
El general Horemheb se imaginaba en el poder y a su lado la deseada princesa Akhesa.
Le requerían urgente en Palacio. Su padre no se encontraba bien.
“Es la hora... Atón me llama...” serían sus palabras. Al alba y en compañía de Akhesa el Faraón partía siguiendo la luz de Atón. Pronto se reencontraría con su esposa y sus hijas.
Ella debería seguir su culto, era la única persona en quien confiaba.El luto había comenzado. Al morir el Faraón el país viviría un período oscuro en que las fuerzas del mal tratarían de invadir Egipto.
El general Horemheb se imaginaba en el poder y a su lado la deseada princesa Akhesa.
El divino padre Ay y parte del ejército representado a través de Nakhtmin apoyaban a los jóvenes príncipes.
De Tebas habían llegado los sumos sacerdotes quienes proclamaron como futuro Faraón al príncipe Tutankatón.
De Tebas habían llegado los sumos sacerdotes quienes proclamaron como futuro Faraón al príncipe Tutankatón.
Sin embargo ellos deberían irse de la ciudad del Sol y regresar a Tebas, volviendo a la antigua ortodoxia. Es decir al politeísmo. Tebas volvería a convertirse nuevamente en Capital y en la gran ciudad que siempre fue.
Además el nombre de Tutankatón, “Símbolo viviente de Atón”, debería ser cambiado por Tut-ank-Amón, “Símbolo viviente de Amón”.
Pronto la Ciudad de la Luz se apagaría, el culto a Atón moriría, todos marcharían a Tebas.
Una vez en la ciudad y superadas las pruebas rituales Tutankamón era ya el nuevo Rey Faraón de las Dos Tierras acompañado por su esposa la Reina Akhesa, Ankhes-en-pa-Amón, “La que vive por Amón”, según el clero.
Además el nombre de Tutankatón, “Símbolo viviente de Atón”, debería ser cambiado por Tut-ank-Amón, “Símbolo viviente de Amón”.
Pronto la Ciudad de la Luz se apagaría, el culto a Atón moriría, todos marcharían a Tebas.
Una vez en la ciudad y superadas las pruebas rituales Tutankamón era ya el nuevo Rey Faraón de las Dos Tierras acompañado por su esposa la Reina Akhesa, Ankhes-en-pa-Amón, “La que vive por Amón”, según el clero.
Era el año 1361 A.C. aproximadamente. Se había convertido en el onceavo Rey de la Dinastía XVIII de Egipto.
El joven Rey volvería a establecer el festival de Opet donde el niño Rey sería un Dios viviente.
Varios momentos de tensión rodearían su corto reinado de aproximadamente 10 años. Complots militares, chantajes, espionajes y mentiras formarían parte del mismo.
Todos veían en el General y en los sumos sacerdotes un complot para derrocarlos.
La salud de Tutankamón era regular, en más de una ocasión se desfallecía y se descomponía.
En sus viajes por Egipto quedarían impresionados en Gizeh por la espectacularidad de las grandes Pirámides.
Recorrieron dentro de ellas y vieron la magnitud y la magia de sus antepasados, construídas más de mil años atrás de ellos.
Pero la felicidad no era total. Akhesa había perdido ya a dos hijas, la Reina no podía ser madre temiendo por su vida personal.
Sin embargo el amor de Tutankamón era total, su amor a Akhesa era eterno.
Era su única mujer.
Supuestos complots continuaban llevándose a cabo. ¿Cómo dos jóvenes inexpertos manejarían el país más poderoso del mundo?.
Maya, el escultor, era el fiel amigo del Rey Faraón.
Sin embargo el amor de Tutankamón era total, su amor a Akhesa era eterno.
Era su única mujer.
Supuestos complots continuaban llevándose a cabo. ¿Cómo dos jóvenes inexpertos manejarían el país más poderoso del mundo?.
Maya, el escultor, era el fiel amigo del Rey Faraón.
LA MUERTE DEL JOVEN FARAÓN
La noticia había llegado a la Reina Akhesa. Habían profanado la tumba de su padre Akhenatón
La ira era total. El General Horemheb le negaba que tuviera algo que ver. ¿Por qué iban a perseguir un cadáver?.
La ira era total. El General Horemheb le negaba que tuviera algo que ver. ¿Por qué iban a perseguir un cadáver?.
Sin embargo ellos odiaban al Faraón “hereje”, de cráneo alargado, presentando alguna deformación en los rasgos de su rostro y una hinchazón en su vientre, según las esculturas vistas, que lo han hecho célebre así.
También en el Museo Central de El Cairo, Egipto, hemos visto sus representaciones. Existen allí varias esculturas y grabados.
También en el Museo Central de El Cairo, Egipto, hemos visto sus representaciones. Existen allí varias esculturas y grabados.
En Karnak, el General era recibido por uno de sus sacerdotes. No había duda que la Reina Akhesa continuaba con la religión de su padre y manejaba fácilmente al joven Rey Faraón, que seguramente continuaría con los ritos de Atón. Algo había que hacer.
Los complots continuaban y el General se veía muy pronto en el poder de Egipto, con el apoyo de su ejército, los nobles y el clero, y tendría a su lado a Akhesa, la mujer que más deseaba.
El Faraón sufría varias indisposiciones al asumir largas horas de rituales y viajes.
El General Horemheb atacaba nuevamente, pero esta vez abiertamente ofreciéndole a la Reina Akhesa que le entregue el poder absoluto de las Dos Tierras.
Un nuevo rito debería pasar Tutankamón. El nuevo año comenzaba. El Faraón debería ser purificado. En medio del mismo una nueva indisposición sufriría el Rey Faraón, vómitos de sangre y bilis que fueron rápidamente disipados. El Rey debería cumplir la totalidad del rito y así lo hizo.
El Gran Rey-Dios se manifestó a la población victorioso. El nuevo año había comenzado. Las jornadas fueron placenteras y victoriosas para los Reyes. Habían tomado buenas decisiones y firmado decretos que beneficiaban a pobladores y pueblos. Egipto estaba feliz y en plenitud.
Egipto vivía momentos de riqueza y grandeza.
Mientras en Palacio se encontraban compartiendo con los Reyes, el escultor Maya, también Artífice y Superintendente de Finanzas, el Embajador Hanis y el divino padre Ay.
La sirvienta Nubia habría traído uvas que sólo Tutankamón comería.
Pronto firmaría el decreto declarando al general Horemheb Gobernador de los Oasis y así terminarían con este enemigo cercano que no los perjudicaría más estando en medio del Desierto.
Pero no llegaría a hacerlo. De repente el joven Rey Faraón se levantaría de su asiento bruscamente dando unos pasos y caería. “Me ahogo....” decía, “Akhesa...” serían sus últimas palabras.
Su cabeza caería hacia atrás y miraría fijamente a la mujer que amó. Su única esposa.
La Reina Akhesa estaba a su lado. El joven Rey Tutankamón había muerto.Tendría tan sólo 18 años de edad.
LA SOLEDAD DE LA REINA AKHESA
La investigación llevada a cabo por la Reina demostraría que las uvas se encontraban envenenadas con sustancias tóxicas.
Las mismas procederían de los viñedos de los sacerdotes de Karnak. Su padre Akhenatón no se había equivocado. Ellos eran los más peligrosos de todos los hombres.
Setenta días de duelo oficial, donde la Reina Akhesa era la única autoridad reconocida.
Con el cuerpo ya momificado, el sepulcro para el Rey sería el Valle de los Reyes. Allí descansaría junto a sus pertenencias para siempre.
El general Horemheb le pediría que se casara con él y lo nombrara Faraón compartiendo así el trono con ella.
Akhesa consideró imposible esta postura.
¿Cómo casarse con el enemigo de su padre y el asesino de su esposo?.
Los funerales se llevaban a cabo, la transformación había culminado. La Reina dejaría alrededor de su cuello un ramillete o collar de flores y hojas antes de ser cerrado el sarcófago.
Los mismos serían descubiertos y encontrados al abrir el ataúd, más de 3.000 años después. Ya la momia descansaba eternamente y en paz. La Reina había despedido a quien fuera la persona que más la amara en todo el mundo.
Junto a él, quedarían depositados todos sus recuerdos para el regreso a la vida.
La momia estaría acompañada por diversos tipos de mobiliarios y esculturas protectoras, mantos reales, un gran trono real de oro, junto a jarrones, lechos, cofres, otros tronos, arcos, vasos, vajillas, muebles de oro, juegos y joyas entre otras cosas que marcaban alrededor su marco familiar y ritual al Faraón en su viaje al más allá.
El arqueólogo americano James Breadstad describiría al contenido de estas cámaras como: "Los inmensos e incalculables tesoros de un niño que dominó el mundo mucho antes de que se conociera Creta, antes de que Grecia fuera concebida o Roma creada ... y cuando aún más de la mitad de la Historia de la civilización estaba por escribirse".
Las mismas procederían de los viñedos de los sacerdotes de Karnak. Su padre Akhenatón no se había equivocado. Ellos eran los más peligrosos de todos los hombres.
Setenta días de duelo oficial, donde la Reina Akhesa era la única autoridad reconocida.
Con el cuerpo ya momificado, el sepulcro para el Rey sería el Valle de los Reyes. Allí descansaría junto a sus pertenencias para siempre.
El general Horemheb le pediría que se casara con él y lo nombrara Faraón compartiendo así el trono con ella.
Akhesa consideró imposible esta postura.
¿Cómo casarse con el enemigo de su padre y el asesino de su esposo?.
Los funerales se llevaban a cabo, la transformación había culminado. La Reina dejaría alrededor de su cuello un ramillete o collar de flores y hojas antes de ser cerrado el sarcófago.
Los mismos serían descubiertos y encontrados al abrir el ataúd, más de 3.000 años después. Ya la momia descansaba eternamente y en paz. La Reina había despedido a quien fuera la persona que más la amara en todo el mundo.
Junto a él, quedarían depositados todos sus recuerdos para el regreso a la vida.
La momia estaría acompañada por diversos tipos de mobiliarios y esculturas protectoras, mantos reales, un gran trono real de oro, junto a jarrones, lechos, cofres, otros tronos, arcos, vasos, vajillas, muebles de oro, juegos y joyas entre otras cosas que marcaban alrededor su marco familiar y ritual al Faraón en su viaje al más allá.
El arqueólogo americano James Breadstad describiría al contenido de estas cámaras como: "Los inmensos e incalculables tesoros de un niño que dominó el mundo mucho antes de que se conociera Creta, antes de que Grecia fuera concebida o Roma creada ... y cuando aún más de la mitad de la Historia de la civilización estaba por escribirse".
Veintidós barcos de tamaños diversos se disponían en su tumba para que el Rey Faraón utilizara para navegar en sus viajes en el otro mundo.
Diversos objetos lo acompañaban, más de cuatrocientos estatuillas de granito, madera, cuarzo, cerámica y alabastros eran depositadas en cajas. Estos se llamaban “fiadores” y eran los encargados de trabajar en lugar del Rey en los campos del más allá.
Poseían casi dos mil instrumentos agrícolas indispensables para su trabajo.
La momia contenía diversos amuletos protectores, entre ellas se colocó en el cuello un amuleto de oro llamado “estabilidad” para que su columna vertebral se irguiera en el más allá. Su cabeza tenía una hermosa diadera de oro. Su cuerpo adornado con distintos collares de oro, cristales coloreados, cornalina y lapizlázul.
En sus muñecas y tobillos se colocaron varios brazaletes, siete en el brazo derecho y seis en el izquierdo, cada uno de sus dedos tenían estuches de oro.
Poseía un delantal que contenía perlas de cristal y cerámica. En su cinturón se le colgó una cola de toro que representaba la potencia del Faraón. Bajo su nuca un pequeño cabezal metálico y bajo el cinturón una daga con la hoja de oro serviría para vencer a los enemigos que se interpondrían en su camino.
Su rostro estaría oculto bajo una máscara sólida de oro decorada con el buitre y la cobra evocando el Alto y el Bajo Egipto. Esta máscara semejaba sus facciones aniñadas.
En el mentón la barba terminaba en espiral. Sus manos se encontraban cruzadas sobre el pecho, sujetando los cetros que concedían la soberanía de Osiris sobre los reinos subterráneos.
Poseía un delantal que contenía perlas de cristal y cerámica. En su cinturón se le colgó una cola de toro que representaba la potencia del Faraón. Bajo su nuca un pequeño cabezal metálico y bajo el cinturón una daga con la hoja de oro serviría para vencer a los enemigos que se interpondrían en su camino.
Su rostro estaría oculto bajo una máscara sólida de oro decorada con el buitre y la cobra evocando el Alto y el Bajo Egipto. Esta máscara semejaba sus facciones aniñadas.
En el mentón la barba terminaba en espiral. Sus manos se encontraban cruzadas sobre el pecho, sujetando los cetros que concedían la soberanía de Osiris sobre los reinos subterráneos.
El cuerpo de la momia del joven Rey había sido colocado en un ataúd de oro macizo.
Tutankamón estaría protegido por tres sarcófagos metidos uno dentro del otro, los dos primeros de madera con incrustaciones de oro y piedras preciosas, y el tercero de oro macizo conteniendo su cuerpo. Todos dentro de un ataúd de granito que los cubriría.
Quienes hemos visto en persona estos tesoros hemos quedado asombrados e impactados por la belleza y magnitud de los mismos. No hay palabras para definir esta grandeza. Varias veces asistimos en Egipto a ver estas reliquias contemplándolo mágicamente.
La Reina recitaba las plegarias de Isis para su resurrección y el divino padre Ay oficiaría la ceremonia, donde el sepulcro se convertiría en lugar de resurrección. Su cuerpo viajaría entre el cielo y la tierra en su morada de regeneración.
“Tutankamón vive y haz que viva tu energía creadora, pasa miles de años en el amor a Tebas con el rostro vuelto hacia el suave viento del norte contemplando la felicidad”, texto grabado por Akhesa en una copa de alabastro con la forma de una corola de loto, depositado en el umbral de la antecámara.
Maya había grabado su rostro en las puertas y en los flancos de naos de oro para que estuvieran juntos para toda la eternidad.
Posteriormente, diversas muestras demostrarían otros grabados de Akhesa en su sepultura.
Ya Tutankamón descansaba eternamente. El sepulcro se había cerrado.
Pasado el período de duelo, la Reina Akhesa debería elegir a su nuevo esposo y próximo Faraón de Egipto. ¿Sería el General Horemheb futuro Rey de las Dos Tierras?
La sorpresa fue total cuando la Reina designa al divino padre Ay como futuro esposo.
Los comentarios sacudían Tebas. ¿Cómo una mujer joven se casaría con un anciano y convertirlo en Faraón?, ¿Cuánto duraría su reinado?.
Egipto vivía épocas de terror. Una posible invasión hitita acechaba al país.La salud de Ay no era buena, las decisiones las volvía a tomar la Reina.
El General había solicitado comparecer a Ay para demostrar su incapacidad de gobernar en todos estos meses de gobierno. Era ya un geronte.
Los sacerdotes de Karnak le esperaban. Pero en vez de presentarse el divino Padre lo hizo la Reina quien escuchó las protestas y necesidades del General que solicitaban la renuncia al trono de su esposo.
La Reina Akhesa informaría a la corte que no era necesario, ya que su marido Ay había fallecido durante la noche.
EL PODER Y LA TRISTEZA DEL GENERAl
Por no haber sido coronado de acuerdo con los ritos sagrados como Rey Faraón, el período de luto se reduciría sólo a un mes de acuerdo a las decisiones del General Horemheb y los ritualistas de Karnak.
Su nombre no figuraría en las listas reales. Los funerales iban a ser discretos.
Mientras duraba el nuevo período de luto y el General se acercaba cada vez más a la Reina para pedirle que se casara con él, un día decidió escribir una carta dirigida al Rey de Hatti, Shubbiluliumas, que sería enviada lo más secretamente posible por su amigo Hannis.
El texto es un documento histórico y real. Dice lo siguiente:
“Al Gran Rey de Hatti, mi Hermano, de parte de la Reina de Egipto. Nuestros dos países viven en paz y conocen la alegría, gracias a los regalos que intercambian”.
“Hoy sufro una gran desgracia. Soy viuda. Mi marido ha muerto y no tengo hijos. Todos saben que tú tienes muchos. Envíame uno en edad de reinar. Se convertirá en mi marido y será Faraón. Me repugna tomar por esposo a uno de mis súbditos. Si tuviera un hijo, no escribiría a un Rey extranjero rebajándome y rebajando al país. Pero no tengo elección. Puedes creer en mi sinceridad, no intento engañarte. Ya no tengo marido. Dame a uno de tus hijos y lo convertiré en señor de Egipto”.
“ Egipto y Hatti formarían una sola tierra gracias a este matrimonio”.
Para demostrar la realidad de esta carta le había entregado el sello real.
Su nombre no figuraría en las listas reales. Los funerales iban a ser discretos.
Mientras duraba el nuevo período de luto y el General se acercaba cada vez más a la Reina para pedirle que se casara con él, un día decidió escribir una carta dirigida al Rey de Hatti, Shubbiluliumas, que sería enviada lo más secretamente posible por su amigo Hannis.
El texto es un documento histórico y real. Dice lo siguiente:
“Al Gran Rey de Hatti, mi Hermano, de parte de la Reina de Egipto. Nuestros dos países viven en paz y conocen la alegría, gracias a los regalos que intercambian”.
“Hoy sufro una gran desgracia. Soy viuda. Mi marido ha muerto y no tengo hijos. Todos saben que tú tienes muchos. Envíame uno en edad de reinar. Se convertirá en mi marido y será Faraón. Me repugna tomar por esposo a uno de mis súbditos. Si tuviera un hijo, no escribiría a un Rey extranjero rebajándome y rebajando al país. Pero no tengo elección. Puedes creer en mi sinceridad, no intento engañarte. Ya no tengo marido. Dame a uno de tus hijos y lo convertiré en señor de Egipto”.
“ Egipto y Hatti formarían una sola tierra gracias a este matrimonio”.
Para demostrar la realidad de esta carta le había entregado el sello real.
Los complots continuaban. Al General le informaban que Hanis viajaba hacia el Hatti.
El Rey hitita le sorprendió esta carta. Envió a un mensajero, un chambelán hacia Egipto para corroborar. La respuesta fue positiva. Había sido recibido por la Reina.
El Rey de Hatti decide enviar a su hijo, el príncipe Zannanza de veinticinco años de edad acompañado de cincuenta soldados de élite hacia Egipto para casarse con la Reina.
Hanis, mientras tanto informa todo al General Horemheb. ¿Cómo es posible que la Reina hiciera esto?, ¿Otro sería el Faraón?. Imposible replicó. La guardia privada del General los había emboscado y matado a cada uno de los hititas, inclusive al príncipe Zannanza quienes fueron degollados en el acto.
Incendiaron su carro y lograron capturar la carta y el sello de la Reina que llevaba consigo.
La noticia estremeció a todos. El Rey de Hatti declaraba la guerra a Egipto.
La Reina sonreía, su plan había acertado.
Ambos ejércitos estaban frente a frente, los hititas ocupando la mayor parte de Siria.
Las granjas habían sido saqueadas y sus pobladores asesinados.
El ejército egipcio era inferior pero estaba mejor preparado.
Cuatro días de tensa calma, hasta que los egipcios ven como los hititas comenzaban a retroceder. Poco a poco fueron retirándose.
A pesar de no haberse enfrentado, el General volvería a Egipto victorioso. Todo Tebas festejaba al vencedor.
Fue una semana de fiestas y alegrías. Muchos soldados y oficiales serían recompensados por su valor.
Mientras la Reina recibía al General.
Este le interrogaba acerca de la carta y de su sello real. Ella le confirmaría estos hechos.Si entregaba estos documentos iba a ser juzgada, a cambio le reiteraría que lo designe Rey Faraón. Ella se negaría, ya que su único amor era Tutankamón.
Entonces sucedería lo peor. Era el fin del verano cuando se iniciaba el proceso a la Reina. El lugar: la Sala de Justicia del Palacio. Numerosas personas acudían a ésta. Los sumos sacerdotes de Karnak, los Ministros y Consejeros.
El General como Regente del Reino leería la carta. Todos se asombraban.
A pesar de no haberse enfrentado, el General volvería a Egipto victorioso. Todo Tebas festejaba al vencedor.
Fue una semana de fiestas y alegrías. Muchos soldados y oficiales serían recompensados por su valor.
Mientras la Reina recibía al General.
Este le interrogaba acerca de la carta y de su sello real. Ella le confirmaría estos hechos.Si entregaba estos documentos iba a ser juzgada, a cambio le reiteraría que lo designe Rey Faraón. Ella se negaría, ya que su único amor era Tutankamón.
Entonces sucedería lo peor. Era el fin del verano cuando se iniciaba el proceso a la Reina. El lugar: la Sala de Justicia del Palacio. Numerosas personas acudían a ésta. Los sumos sacerdotes de Karnak, los Ministros y Consejeros.
El General como Regente del Reino leería la carta. Todos se asombraban.
La Reina en defensa respondería que actuó en defensa de Egipto. Sabía que buscando a un príncipe hitita y matándolo en nuestro territorio, obligaría al Hatti a declarar la guerra. La intervención del ejército egipcio iba a ser inmediata para defender su territorio. Sin duda no se había equivocado. Los hititas se habían marchado y Egipto había salido victorioso.
Nadie le creía. El General repudiaría también los actos de los Faraones Akhenatón y Tutankamón.
Ella defendería su postura con tesón.
El Sumo Sacerdote de Amón la condenaría también por hereje, sería repudiada y perdía así su condición de Reina. Sus títulos y prerrogativas.
Horemheb también perdía. Jamás podría casarse con la mujer que amaba. Akhesa volvía a sonreír.
LA CONDENA
Akhesa sería trasladada de Tebas hacia Sais, en el Delta.Mientras la dama Mut convertida en gran esposa real proclamaba como Faraón a su esposo el General Horemheb.
Mut consideraba que la condena a Akhesa de permanecer recluida hasta el fin de sus días en la cárcel de Sais era insuficiente.
Para ello solicitó al jurado nuevamente que la enjuicien. El mismo se llevaría a cabo pocos días después. Fue mucho más severo y se la condenó de “Alta Traición”.
Akhesa sólo escuchaba manteniéndose firme en sus hechos y creencias hacia Atón.
La sentencia del visir fue confirmada. La “Alta Traición” existía, cabría entonces la muerte.
Desde Memphis el Rey Faraón Horemheb recibía la noticia. Pronto regresaría a Tebas y se encontraría con Akhesa.
Mut consideraba que la condena a Akhesa de permanecer recluida hasta el fin de sus días en la cárcel de Sais era insuficiente.
Para ello solicitó al jurado nuevamente que la enjuicien. El mismo se llevaría a cabo pocos días después. Fue mucho más severo y se la condenó de “Alta Traición”.
Akhesa sólo escuchaba manteniéndose firme en sus hechos y creencias hacia Atón.
La sentencia del visir fue confirmada. La “Alta Traición” existía, cabría entonces la muerte.
Desde Memphis el Rey Faraón Horemheb recibía la noticia. Pronto regresaría a Tebas y se encontraría con Akhesa.
Sólo le quedaban horas. El amor del otrora General continuaba. Ella le solicitó sólo un pedido que la llevaran a la Ciudad de la Luz donde allí moriría.
El barco real atracaría en Aketatón, “El que resplandece por Atón” ó “La región de Luz del Dios Atón”.
La ciudad estaba desierta. Viento y arena cubría la misma. Akhesa recordaba los momentos de felicidad junto a sus padres Akhenatón y Nefertiti, cuando la ciudad brillaba con su reino y sus pobladores. Eran otros tiempos. Hoy sólo era silencio.
Llegaba el momento. Ella debería suicidarse ya que la Ley de Maat prohibía a un hombre ejecutar a otro en nombre de la justicia.
Su tumba debería ser en la montaña de la ciudad del Sol. Debería estar escondida bajo un montón de rocas como la del Rey Tutankamón e inscribir el Himno al Sol. Era su deseo.
La ciudad no debería ser destruida.
El Faraón la escuchaba.
El veneno que llevaba en su anillo el Rey consistía en un líquido que rápidamente perdería el conocimiento y dormiría eternamente.
¿Por qué todo esto?, se preguntaba el Faraón.
La mujer que amaba nunca había sido suya. El amor que tenía ella hacia Tutankamón era la unión para toda la eternidad.El tiempo había llegado.
Akhesa bebería el veneno que la llevaría prontamente a la muerte. La Ciudad de la Luz se apagaba para siempre.
El barco real atracaría en Aketatón, “El que resplandece por Atón” ó “La región de Luz del Dios Atón”.
La ciudad estaba desierta. Viento y arena cubría la misma. Akhesa recordaba los momentos de felicidad junto a sus padres Akhenatón y Nefertiti, cuando la ciudad brillaba con su reino y sus pobladores. Eran otros tiempos. Hoy sólo era silencio.
Llegaba el momento. Ella debería suicidarse ya que la Ley de Maat prohibía a un hombre ejecutar a otro en nombre de la justicia.
Su tumba debería ser en la montaña de la ciudad del Sol. Debería estar escondida bajo un montón de rocas como la del Rey Tutankamón e inscribir el Himno al Sol. Era su deseo.
La ciudad no debería ser destruida.
El Faraón la escuchaba.
El veneno que llevaba en su anillo el Rey consistía en un líquido que rápidamente perdería el conocimiento y dormiría eternamente.
¿Por qué todo esto?, se preguntaba el Faraón.
La mujer que amaba nunca había sido suya. El amor que tenía ella hacia Tutankamón era la unión para toda la eternidad.El tiempo había llegado.
Akhesa bebería el veneno que la llevaría prontamente a la muerte. La Ciudad de la Luz se apagaba para siempre.
RESEÑAS HISTORICAS
En nuestro viaje por Egipto pudimos admirar la belleza de la Reina Akhesa representada en diferentes momentos junto al Rey Tutankamón.
Sin duda lo había heredado de su madre la Reina Nefertiti, que fuera representada en bellas esculturas, y que también tuvimos oportunidad de ver.
Nefertiti (cuyo nombre significa, “La Bella ha llegado”),
Sin duda lo había heredado de su madre la Reina Nefertiti, que fuera representada en bellas esculturas, y que también tuvimos oportunidad de ver.
Nefertiti (cuyo nombre significa, “La Bella ha llegado”),
Su desaparición es incierta. No hay pruebas reales de cómo murió y dónde fue enterrada. Aún no ha sido hallada oficialmente su momia.
Aunque últimas investigaciones arqueológicas realizadas durante el año 2003 en la zona de El Valle de Los Reyes demostrarían, según la Doctora Joan Fletcher, experta en estudios de momias egipcias, el descubrimiento de la momia real.
Nefertiti descansaría junto a otras dos momias también mujeres, que habían sido descubiertas en 1898 por el arqueólogo francés Víctor Loret y descansan en la tumba denominada como KV 35.
Una de las momias presenta la cabeza afeitada ubicada junto a la cripta principal, al lado había una peluca que estudió Fletcher (hoy en el Museo de El Cairo) concluyendo que la misma parecía peinada al estilo de Nubia. Esta región de África formaba parte de Egipto durante el reinado de su esposo Akhenatón y hay quienes sugieren también que Nefertiti podría haber provenido de allí.
La momia de Nefertiti presenta un golpe en la boca y la inexistencia del brazo derecho que fue arrancado del cuerpo. Este brazo fue hallado al lado de la momia al ser descubierta doblado en pose faraónica con los dedos agarrando aún un cetro que hoy no existe.
Para la egiptóloga Fletcher despojarla de ese brazo y de su cetro era como despojarla del poder que ejercía sobre los mortales como Faraona, además del golpe en la cara demuestra el odio que se le tuvo a todos los Reyes de este período.
También en su frente presenta una impresión producida por una banda como la que usaban los gobernantes egipcios y la presencia de dos agujeros en el lóbulo de una oreja, que se presenta sólo en esculturas existentes de Nefertiti.
Estudios llevados a cabo a la momia con equipos nuevos de técnica digital de Rayos X en la misma zona del Valle de Los Reyes demostró la presencia de cuentas de oro en su también fracturada cavidad toráxica, que habrían formado parte de un collar ya arrancado.
El misterio continúa. ¿Será esta momia la hermosa Reina Nefertiti?
Muchas obras y esculturas de este período se encuentran en el Museo Central de El Cairo, Egipto. Hay allí más de 120.000 piezas que demuestran los grandes tesoros del antiguo Egipto. Últimamente se han mostrado al público nuevas piezas que se encontraban guardadas en el sótano del mismo provenientes de diferentes dinastías.
Hemos visitado varias veces este Museo y nos sorprendemos cada vez que vamos a él.
Sobre el Faraón Akhenatón, hay varias hipótesis acerca de su tumba. Para algunos historiadores aún no fue encontrada su momia. Habría sido destruida o bien está oculta en algún lugar de Egipto aún no descubierto, como lo habría requerido su hija, escondiéndolo bajo grandes rocas.
Para otros, se halló el sarcófago que está cubierto de oro, pero la momia contenida en el mismo sigue siendo fuente de polémica. No sería él.
Hay varios momentos inciertos de este período.
Fue su padre Amenophis III quien inició el culto monoteísta a Atón, el disco solar pero no como forma monoteísta como sí lo hizo Akhenatón imponiéndolo en su reino a pesar de las diferencias y problemas con que se encontró.
Escribió el Pequeño y Gran Himno a Atón que aparece grabado en algunas tumbas de diversos funcionarios de Amarna, pero es en la tumba de Ay donde se conserva la copia más completa.Algunos pasajes del mismo dicen: “... ¡Apareces bellamente en el horizonte del cielo, tu, Disco viviente, que has iniciado la vida! ... llenas cada país de tu perfección. Eres hermoso, grande, brillante y te has elevado por encima del Universo. Tus rayos abarcan las tierras... y las subyugas para tu bienamado hijo...Tú creaste el mundo según tu deseo... Tu eres el señor de todos ellos... Disco del día, grande en Majestad... Tú hiciste el cielo lejano para encumbrarte en él, y mirar a todas las criaturas. Tú eres el único, elevándote en forma de Disco viviente... Tú estás en mi corazón y no hay otro que te conozca sino tu hijo...”.
Mandó a construír grandes Templos como Gem-pa-Atón es decir “Atón ha sido encontrado”, Hut-ben-ben, “Morada de la piedra primordial de Atón” , Rud-menu-n-Atón-r-neheh, “Robustos son los monumentos de Atón para siempre” y Teni-menu-n-Atón-r-neheh, “Exaltados son los monumentos de Atón para siempre”.
Del Templo Hut-beb-ben se encontraron allí las primeras estatuas del Faraón mostrando los cartuchos de Atón que lleva grabados en sus muñecas la unión a Atón y se lo ve con el estilo Amarna mostrando al Rey con sus deformaciones clásicas. Hay otras descripciones donde se los ve a los Reyes junto a sus hijas.Fue el hijo del Faraón Amenophis III y de la Reina Teje, teniendo seis hijas con su esposa la bella Nefertiti. Ellas fueron: Merytaton, Meketaton, Ankhesenpaaton (o Akhesa como la llamamos aquí), Neferneferuaton Tasherit, Neferneferure y Setenpenre.
La historia nos dice que inicialmente la princesa Akhesa fue desposada por su padre Akhenatón. Era sólo simbolismo, ya que el Rey Faraón debería estar acompañado por su mujer y en este caso la Reina Nefertiti se encontraba alejada. Luego se casaría Akhesa con el joven Tutankamón.
Los motivos del alejamiento de la Reina siguen siendo un misterio, las razones de su separación son desconocidas hasta hoy. Como así también los últimos años de su reinado son dispares. En realidad no hay datos fehacientes de lo que sucedió. Algunos historiadores consideran que hubo una guerra civil aunque no hay datos que lo confirmen. El traspaso al príncipe Semenkh tampoco sería, ya que éste continuaría dedicándose al culto de Atón como sacerdote. Aunque algunos egiptólogos e historiadores consideran que sí reinó los últimos años dicho príncipe.
Actuales investigaciones en la región de Amarna mostrarían en una tumba las imágenes que se piensa ilustran la tortura de los que serían los asesinos del Rey Faraón Akhenatón. También aquí hay escenas que muestran al Primer Ministro Ay.Nos preguntamos entonces: Akhenatón: ¿murió en forma natural o también fue asesinado?, pero: ¿quién o quiénes intervinieron en esto?
En fin el misterio del Rey Faraón Akhenatón continúa en nuestros días
A la muerte del Rey le sucedió el famoso Tutankamón.
Tanto Amenophis III, Akhenatón y Akhesa no se equivocaron sobre la maldad y el poder del clero. El Faraón Horemheb también vigiló de cerca a los mismos, sin dejar de continuar embelleciendo a Karnak.
Luego de Ramsés III el poder del sumo sacerdote se acrecentó debilitando al poder real. Llegó a tal punto que fue nombrado Faraón un miembro del alto clero de Tebas de nombre Herihor.
El 26 de noviembre de 1922 durante la apertura de la tumba del joven Faraón Tutankamón por parte de Howard Carter y su equipo, en la región del Valle de Los Reyes e identificado como la momia real de la tumba KV-62, cuyos tesoros también hemos visto personalmente destacándose por su belleza y majestuosidad, se encontraron numerosas representaciones de la Reina Akhesa en diferentes edades y momentos.
A las 2 de la tarde de ese mismo 26 de noviembre, luego de diez años de búsqueda continua sobre la tumba del Niño-Rey,
Lamentablemente el entusiasmo de abrir y sacar la momia llevó al arqueólogo Howard Carter y al profesor de Anatomía Douglas Derry a cortar la cabeza de Tutankamón, hacer cortes en el abdomen y quitar violentamente las extremidades de su cuerpo, destruyendo así a la momia y perturbando su descanso eterno que permaneció intacto más de 3.300 años.
Esto se debió quizá a la gran cantidad de ungüentos que contenían las vendas de la momia Real, lo que llevó a desmembrar su cuerpo.
Esto ha llamado mucho la atención como así también algunas manchas halladas en el sarcófago y en las paredes que nadie limpió. ¿A qué se debió esto?, ¿intentaron sellar todo lo más rápido posible?, ¿por qué?
A los Reyes se los ve juntos en una placa de marfil destacándose su belleza. Entrega a su marido ramilletes de loto y papiro.
También se la encuentra en el respaldo de un trono chapado en oro. Lleva una corona y con su mano derecha hace un gesto de protección mágica hacia el Faraón. Ambos reciben los rayos del Sol.
Sobre las paredes de las capillas de Tutankamón se la ve en diferentes representaciones.
Acompañando al Faraón en sus cacerías, cuando el Rey golpea a un enemigo, cuando tira con el arco, cuando le ofrece el “tallo de los millones de años” y le coloca un collar en su cuello.
Otra de las escenas es la que muestra al Rey derramando un líquido a la Reina sentado sobre un almohadón. Akhesa se dirige a Tutankamón apoyando su codo izquierdo en las rodillas de su marido. Al lado figura la inscripción: “Para la eternidad”.Sobre la muerte del Faraón Tutankamón, algunos historiadores consideran que murió asesinado de un golpe en la cabeza, y otros envenenado como lo desarrollamos en este artículo.
Esto se debió quizá a la gran cantidad de ungüentos que contenían las vendas de la momia Real, lo que llevó a desmembrar su cuerpo.
Esto ha llamado mucho la atención como así también algunas manchas halladas en el sarcófago y en las paredes que nadie limpió. ¿A qué se debió esto?, ¿intentaron sellar todo lo más rápido posible?, ¿por qué?
A los Reyes se los ve juntos en una placa de marfil destacándose su belleza. Entrega a su marido ramilletes de loto y papiro.
También se la encuentra en el respaldo de un trono chapado en oro. Lleva una corona y con su mano derecha hace un gesto de protección mágica hacia el Faraón. Ambos reciben los rayos del Sol.
Sobre las paredes de las capillas de Tutankamón se la ve en diferentes representaciones.
Acompañando al Faraón en sus cacerías, cuando el Rey golpea a un enemigo, cuando tira con el arco, cuando le ofrece el “tallo de los millones de años” y le coloca un collar en su cuello.
Otra de las escenas es la que muestra al Rey derramando un líquido a la Reina sentado sobre un almohadón. Akhesa se dirige a Tutankamón apoyando su codo izquierdo en las rodillas de su marido. Al lado figura la inscripción: “Para la eternidad”.Sobre la muerte del Faraón Tutankamón, algunos historiadores consideran que murió asesinado de un golpe en la cabeza, y otros envenenado como lo desarrollamos en este artículo.
Estudios “post-morten” llevados a cabo en 1968 por R.G. Harrison, Profesor de la Universidad de Liverpool, cuando practicó diversas placas de rayos X realizadas al cuerpo de la momia reveló el desprendimiento de la parte interior del hueso occipital del cráneo. También se comprobó que faltaba el esternón y algunas costillas.
En 1996 estudios de la Universidad de Long Island revelarían que la hemorragia y forma del derrame producida es debido a un golpe en posición horizontal sobre una posición dura pero realizado una vez muerto. El examen forense determinó que el joven Rey Faraón podría haber muerto envenenado.
La lesión presentada en su cráneo es justo donde se hacía la extracción del cerebro en la momificación. Sin duda ese hueso fue arrancado al introducir las herramientas de extracción del cerebro (o con posterioridad) durante el proceso de momificación. Se descarta de acuerdo a las consultas realizadas a diversos expertos que la muerte de Tutankamón fuera producida por un golpe.
Esto confirmaría igualmente que fue asesinado pero por envenenamiento.
Diversas inscripciones halladas confirman que la muerte no se produjo en forma natural. En una inscripción hallada en su tumba dice: “Vete al asesino real y golpéalo y despiértalo de su muerte para confesar y admitir su crimen...”. En otra, hallada en un pedestal de una estatua de Horemheb: “... hermanos egipcios, nunca olviden que... han matado a nuestro Rey Tutankamón...”En septiembre de 2002 se llevó a cabo nuevos estudios sobre esta momia y se revisaron diversas placas radiográficas para saber cómo sería el rostro del joven Rey utilizando diversas y modernas técnicas digitales.
En estos mismos estudios de las placas el Dr. Todd Gray encontró un fragmento suelto de hueso dentro del cráneo en la parte superior izquierdo determinando que la muerte del Rey Tutankamón se debió a causas no naturales. Hay fuertes indicios que sugieren esto.
También se determinó en estas nuevas investigaciones clínicas que el joven Faraón sufría de una enfermedad congénita que afectaba su columna vertebral.
Se identificó una fusión de las vértebras en el cuello de Tutankamón, condición conocida como el síndrome de Klippel-Feil que podría haber impedido al Rey voltear la cabeza sin tener que girar totalmente toda la mitad superior de su cuerpo. Además tendría problemas para caminar, lo demuestra esto los más de 120 bastones hallados en su tumba y hay representaciones que lo muestran así, sostenido por uno de ellos.
En la misma tumba se hallaron dos fetos humanos de dos mujeres hijas de Tutankamón y Akhesa. Uno de estos fetos también tenía la columna deformada de acuerdo a los estudios realizados. ¿Habría heredado este bebé el síndrome de Klippel-Feil de su padre el Rey Tutankamón?.
Otros investigadores de EE.UU, Greg Cooper, ex agente del F.B.I. y experto en análisis de crímenes y Mike King, ex Tte. de la Oficina del Fiscal General de Utah, también experto en análisis de crímenes, iniciaron la reconstrucción e investigación del caso en base a todas las evidencias encontradas. Ellos determinaron que Tutankamón sufrió una muerte violenta y fue por asesinato.
Concluyeron la existencia de cuatro sospechosos principales del crimen del Rey, la Reina Akhesa, el Tesorero Real Maya, el jefe del Ejército General Horemheb y el Primer Ministro Ay. Descartaron a los dos primeros quedando como fuertes sospechosos al General Horemheb y fundamentalmente al ministro Ay, el segundo hombre más poderoso de Egipto.
En la cámara mortuoria de Tutankamón hay pinturas sobre las paredes mostrando una de ellas la “apertura de la ceremonia de la boca” en la cual el alma es liberada y vuelve a nacer. Quien realizó esta tarea fue Ay, quien se convirtió en el próximo Faraón de Egipto.
Para estos investigadores era el principal sospechoso del asesinato del joven Rey.
También a Ay lo encontramos en otras escenas en esta misma tumba y en otra hallada en la región de Amarna que mostraría la tortura a los asesinos de Akhenatón. Ay aparece en algunos grabados.
Según los investigadores, conocedores de que el comportamiento del pasado es indicativo de las acciones del futuro, Ay sería el asesino.
Como Primer Ministro era el segundo hombre más poderoso de Egipto. Era protector y padre sustituto de Tutankamón. Sirvió para los planes de Akhenatón cuando revolucionó la religión egipcia cambiándose posteriormente durante el reinado del joven Rey a la vieja postura de reinstalar a todos los dioses.
Era un político al servicio de sí mismo. Al morir el Rey tomaría el gran imperio, heredaría la riqueza y poder de todo Egipto convirtiéndose en el próximo Faraón y se casaría con la hermosa y joven Reina.
Para quien esto escribe, sin duda la muerte de Tutankamón se debió por envenenamiento producida por el clero de Karnak con la ayuda del General Horemheb.
A fines del año 2004 se decidió realizar un nuevo estudio a la momia del joven Rey. Y es así que el Ministerio de Cultura egipcio encargó a un equipo de expertos locales realizar un estudio completo que incluía un “escaneo” de cuerpo entero mediante Tomografía Computada (TAC). Estos estudios comenzaron el 5 de enero de 2005 sumándose en febrero del mismo año además de los 9 egipcios, investigadores de Suiza (1) e Italia (2) que realizaron 1.700 imágenes de TAC producidas a la momia durante 15 minutos de exposición.
El grupo de radiólogos y patólogos egipcios dirigidos por la Dra. Madiha Khattah de la Universidad de El Cairo encontró que los restos tenían los brazos y piernas separadas del cuerpo. La cabeza, que estaba sólidamente unida tanto al sarcófago como a la máscara de oro a causa de las sustancias utilizadas por la momificación, se encontró en una sola pieza con la madera del sarcófago. A juicio de los especialistas, la falta y rotura de algunas costillas en el pecho del Faraón fueron causadas por el maltrato que recibió la momia cuando Carter arrancó su máscara y las joyas.
Se estableció que al morir Tutankamón medía 1.68 / 1.70 metros y tendría unos 19 años de edad aproximadamente, de acuerdo a los huesos de sus piernas y las suturas de su cráneo que aún no estaban totalmente cerradas.
Para el Secretario General del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, Zahi Hawass anunció que no se hallaron indicios de que el Faraón muriera por un golpe en la nuca, considera que las fracturas halladas “pueden haberse producido” antes de su muerte.
Los estudiosos destacan que a partir del análisis de los huesos se comprobó que Tutankamón gozaba de buena salud y que recibió buena alimentación durante su infancia. Observaron que su columna mantenía una flexión poco habitual, pero –según ellos- no sería producto de alguna enfermedad congénita.
Los estudios revelaron una fractura en el fémur izquierdo, considerando los miembros del equipo como prueba de que el Faraón se había fracturado esa pierna antes de morir.
“Si bien la fractura por sí misma no habría puesto en riesgo su vida, es posible que desarrollara una infección severa que le provocó la muerte. No obstante, parte del equipo cree también posible, aunque menos probable, que la fractura haya sido causada por los embalsamadores”, informó Hawass, agregando: “Creo que esos resultados cerrarán el caso de Tutankamón y que no será necesario volver a examinarlo. Ahora debemos dejarlo en paz”.
Se encontró que tenía una fractura en el tobillo derecho, una rotura en la rodilla izquierda faltándole la rótula y la piel allí parecía haber sido arrancada, es decir era una lesión violenta, producida aun cuando estaba vivo.
Las dudas persisten hoy en día, a pesar de los últimos descubrimientos nadie puede confirmar la verdadera razón de la muerte del joven Rey.
Finalmente el cuerpo del Rey Faraón fue llevado nuevamente a su lugar de descanso en el Valle de Los Reyes, donde permanecerá allí eternamente,
También Tutankamón se hizo famoso no sólo por la cantidad de tesoros hallados en su tumba que llevó diez años en desenterrarlos, estudiarlos y catalogarlos, sino también por la famosa Maldición que llevó a varios historiadores a difundirla por la muerte de Lord Carnarvon, quien financió la expedición de Howard Carter, muriendo éste seis semanas después de entrar en la tumba del Rey.
Su muerte se esparció por el mundo al decir que Tutankamón y los dioses habían evocado una maldición a todos aquellos que osaran perturbar su lugar de descanso.
Fue Sir Arthur Conan Doyle quien alentó y difundió ampliamente esta teoría, dando credito a la supuesta inscripción hallada en la tumba: “La muerte tocará con sus veloces alas al que moleste al Faraón muerto”.
Algunos historiadores han contabilizado más de 30 personas muertas, y otras versiones hablan acerca de más de 80 seres fallecidos que han tenido relación con el descubrimiento, desenterramiento, cuidados, estudios, etc. del joven Rey.
Carnarvon había sufrido una picadura de un mosquito el cual se infectó, enfermándose y muriendo prontamente. También su hermana moriría de igual manera en 1929.
Carter descubrió que Tutankamón tenía en el mismo lugar que Carnarvon había sufrido una picadura de un insecto, una depresión circular como una escara justo frente a la oreja izquierda que lo llevó a la muerte producto de la inexistencia de antisépticos o antibióticos produciéndole una sepsis y finalmente su deceso.
Algunos consideran que lo que muestra la mejilla del Faraón es una herida causada por una flecha.
Posteriormente se sumarían otras muertes y hechos extraños que envolverían y agrandarían aún más a la famosa Maldición de Tutankamón.
Hoy la momia Real continúa descansando en su tumba original en un sarcófago de oro en la región del Valle de los Reyes, tumba conocida como KV-62.
Su vida, su corto reinado, su muerte enigmática sumado a la leyenda de la Maldición envuelven al joven Rey Faraón Tutankamón en otro gran misterio dentro de la historia grande de Egipto.
Tanto Akhenatón, Semenkh, Tutankamón y Ay fueron eliminados de las Listas Reales del Templo de Abydos, ya que estaban todos englobados en la “herejía”. Esta supresión simbólica era esencial para los egipcios.
Sobre Horemheb podemos decir que gobernó Egipto aproximadamente hacia 1333-1306 A.C., algo más de un cuarto de siglo. Fue un período próspero y bueno.
Continuó embelleciendo Karnak, como lo hicieran sus predecesores Akhenatón, Tutankamón y Ay. Mantuvo el equilibrio entre las Dos Tierras. No existió ningún
problema grave durante su reinado. Mantuvo alejado a los hititas, demostrando un fuerte ejército.
Su esposa Mut (Mutnedjemet del cual se cree que era hermana de la Reina Nefertiti), murió en el decimotercer año de su reinado y fue enterrada en la tumba de la necrópolis menfita. Fue su segunda esposa, ya que la primera murió en el segundo año del reinado de Ay y era de origen no real.
Durante su reinado realizó diversas reformas administrativas y jurídicas.
Al morir fue sepultado en el Valle de los Reyes, a pesar de que había construido su tumba en la Necrópolis de Memphis (o Menfis) cuando era General.
En febrero de 1986 en la región de Saqqara (ó Sakkara) es descubierta la tumba del artífice Maya, amigo del Faraón Tutankamón.
La región de Saqqara es espectacular. Allí también contemplamos la gran Pirámide Escalonada y el complejo funerario de Zózer.
La ciudad de la Luz o la ciudad del Sol no la destruiría Horemheb sino en la Dinastía siguiente fue el gran Faraón Ramsés II quien ordenó desmantelar la misma.
Hoy está prácticamente destruido. Queda muy poco de la ciudad. Estudios y trabajos arqueológicos seguramente nos deparará grandes sorpresas.
La joven Reina Akhesa, hija y esposa de Faraones, vivió el poder, la gloria, el amor, el odio y el engaño en su corta vida.
Forma parte de la historia brillante de Egipto. Al igual que sus padres, los Reyes Akhenatón y Nefertiti no se ha hallado su tumba. Se desconoce dónde fue enterrada, dónde está su momia.
El grupo de radiólogos y patólogos egipcios dirigidos por la Dra. Madiha Khattah de la Universidad de El Cairo encontró que los restos tenían los brazos y piernas separadas del cuerpo. La cabeza, que estaba sólidamente unida tanto al sarcófago como a la máscara de oro a causa de las sustancias utilizadas por la momificación, se encontró en una sola pieza con la madera del sarcófago. A juicio de los especialistas, la falta y rotura de algunas costillas en el pecho del Faraón fueron causadas por el maltrato que recibió la momia cuando Carter arrancó su máscara y las joyas.
Se estableció que al morir Tutankamón medía 1.68 / 1.70 metros y tendría unos 19 años de edad aproximadamente, de acuerdo a los huesos de sus piernas y las suturas de su cráneo que aún no estaban totalmente cerradas.
Para el Secretario General del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, Zahi Hawass anunció que no se hallaron indicios de que el Faraón muriera por un golpe en la nuca, considera que las fracturas halladas “pueden haberse producido” antes de su muerte.
Los estudiosos destacan que a partir del análisis de los huesos se comprobó que Tutankamón gozaba de buena salud y que recibió buena alimentación durante su infancia. Observaron que su columna mantenía una flexión poco habitual, pero –según ellos- no sería producto de alguna enfermedad congénita.
Los estudios revelaron una fractura en el fémur izquierdo, considerando los miembros del equipo como prueba de que el Faraón se había fracturado esa pierna antes de morir.
“Si bien la fractura por sí misma no habría puesto en riesgo su vida, es posible que desarrollara una infección severa que le provocó la muerte. No obstante, parte del equipo cree también posible, aunque menos probable, que la fractura haya sido causada por los embalsamadores”, informó Hawass, agregando: “Creo que esos resultados cerrarán el caso de Tutankamón y que no será necesario volver a examinarlo. Ahora debemos dejarlo en paz”.
Se encontró que tenía una fractura en el tobillo derecho, una rotura en la rodilla izquierda faltándole la rótula y la piel allí parecía haber sido arrancada, es decir era una lesión violenta, producida aun cuando estaba vivo.
Las dudas persisten hoy en día, a pesar de los últimos descubrimientos nadie puede confirmar la verdadera razón de la muerte del joven Rey.
Finalmente el cuerpo del Rey Faraón fue llevado nuevamente a su lugar de descanso en el Valle de Los Reyes, donde permanecerá allí eternamente,
También Tutankamón se hizo famoso no sólo por la cantidad de tesoros hallados en su tumba que llevó diez años en desenterrarlos, estudiarlos y catalogarlos, sino también por la famosa Maldición que llevó a varios historiadores a difundirla por la muerte de Lord Carnarvon, quien financió la expedición de Howard Carter, muriendo éste seis semanas después de entrar en la tumba del Rey.
Su muerte se esparció por el mundo al decir que Tutankamón y los dioses habían evocado una maldición a todos aquellos que osaran perturbar su lugar de descanso.
Fue Sir Arthur Conan Doyle quien alentó y difundió ampliamente esta teoría, dando credito a la supuesta inscripción hallada en la tumba: “La muerte tocará con sus veloces alas al que moleste al Faraón muerto”.
Algunos historiadores han contabilizado más de 30 personas muertas, y otras versiones hablan acerca de más de 80 seres fallecidos que han tenido relación con el descubrimiento, desenterramiento, cuidados, estudios, etc. del joven Rey.
Carnarvon había sufrido una picadura de un mosquito el cual se infectó, enfermándose y muriendo prontamente. También su hermana moriría de igual manera en 1929.
Carter descubrió que Tutankamón tenía en el mismo lugar que Carnarvon había sufrido una picadura de un insecto, una depresión circular como una escara justo frente a la oreja izquierda que lo llevó a la muerte producto de la inexistencia de antisépticos o antibióticos produciéndole una sepsis y finalmente su deceso.
Algunos consideran que lo que muestra la mejilla del Faraón es una herida causada por una flecha.
Posteriormente se sumarían otras muertes y hechos extraños que envolverían y agrandarían aún más a la famosa Maldición de Tutankamón.
Hoy la momia Real continúa descansando en su tumba original en un sarcófago de oro en la región del Valle de los Reyes, tumba conocida como KV-62.
Su vida, su corto reinado, su muerte enigmática sumado a la leyenda de la Maldición envuelven al joven Rey Faraón Tutankamón en otro gran misterio dentro de la historia grande de Egipto.
Tanto Akhenatón, Semenkh, Tutankamón y Ay fueron eliminados de las Listas Reales del Templo de Abydos, ya que estaban todos englobados en la “herejía”. Esta supresión simbólica era esencial para los egipcios.
Sobre Horemheb podemos decir que gobernó Egipto aproximadamente hacia 1333-1306 A.C., algo más de un cuarto de siglo. Fue un período próspero y bueno.
Continuó embelleciendo Karnak, como lo hicieran sus predecesores Akhenatón, Tutankamón y Ay. Mantuvo el equilibrio entre las Dos Tierras. No existió ningún
problema grave durante su reinado. Mantuvo alejado a los hititas, demostrando un fuerte ejército.
Su esposa Mut (Mutnedjemet del cual se cree que era hermana de la Reina Nefertiti), murió en el decimotercer año de su reinado y fue enterrada en la tumba de la necrópolis menfita. Fue su segunda esposa, ya que la primera murió en el segundo año del reinado de Ay y era de origen no real.
Durante su reinado realizó diversas reformas administrativas y jurídicas.
Al morir fue sepultado en el Valle de los Reyes, a pesar de que había construido su tumba en la Necrópolis de Memphis (o Menfis) cuando era General.
En febrero de 1986 en la región de Saqqara (ó Sakkara) es descubierta la tumba del artífice Maya, amigo del Faraón Tutankamón.
La región de Saqqara es espectacular. Allí también contemplamos la gran Pirámide Escalonada y el complejo funerario de Zózer.
La ciudad de la Luz o la ciudad del Sol no la destruiría Horemheb sino en la Dinastía siguiente fue el gran Faraón Ramsés II quien ordenó desmantelar la misma.
Hoy está prácticamente destruido. Queda muy poco de la ciudad. Estudios y trabajos arqueológicos seguramente nos deparará grandes sorpresas.
La joven Reina Akhesa, hija y esposa de Faraones, vivió el poder, la gloria, el amor, el odio y el engaño en su corta vida.
Forma parte de la historia brillante de Egipto. Al igual que sus padres, los Reyes Akhenatón y Nefertiti no se ha hallado su tumba. Se desconoce dónde fue enterrada, dónde está su momia.
PEQUEÑO HIMNO DE ATÓN
¡Oh, Atón viviente, señor eterno, eres espléndido cuando sales! Eres resplandeciente, perfecto, poderoso. Tu amor es grande, inmenso. Tus rayos iluminan todos los rostros, tu brillantez da vida a los corazones cuando llenas las Dos Tierras con tu amor. Dios venerable que se ha formado a sí mismo, que crea cada tierra y lo que en ella se encuentra, todos los hombres, los rebaños y el ganado, todos los árboles que crecen en el suelo. Viven cuando tú apareces para ellos. Tú eres el padre y la madre de todo lo que has creado.
Cuando apareces, los ojos te contemplan, tus rayos iluminan la tierra entera. Todo corazón te aclama al verte, cuando te manifiestas como su señor. Cuando te pones en la región de luz en el occidente del cielo, se postran como si muriesen, con la cabeza cubierta, sus narices privadas de aire, hasta que brillas de nuevo en la región de luz en el oriente del cielo. Sus brazos adoran tu ka, nutres sus corazones con tu perfección. Se vive cuando tú resplandeces, todas las comarcas están en fiesta.
Cantantes y músicos gritan de alegría en el patio de la capilla de la piedra levantada (el ben-ben) y en todos los templos de Aketatón, el lugar de rectitud en que te regocijas. En sus centros se ofrecen los alimentos. Tu hijo venerado pronuncia tus plegarias, oh Atón viviente en sus apariciones. Todos aquellos a los que has creado saltan de alegría ante ti. Tu venerable hijo exhalta, oh Atón viviente cotidianamente dichoso en el cielo. Tu descendencia es tu hijo venerado, el único de Ra, el Rey. El hijo de Ra no cesa de exaltar su perfección, Neferjeperure, el único de Ra.
Yo soy tu hijo que te sirve, que ensalza tu nombre. Tu poder y tu fuerza son firmes en mi corazón. Eres el Atón viviente cuyo símbolo perdura, tú has creado el cielo lejano para brillar en él, para observar lo que has creado. Eres el Uno en quien se encuentra un millón de vidas. Para hacerlas vivir, insuflas el aliento de vida en su nariz. Por la vista de tus rayos, todas las flores existen. Lo que vive y surge del suelo crece cuando tú brillas. Abrevados con tu vista, los rebaños triscan, las aves baten alegremente las alas en el nido. Las disponen para orar al viviente Atón, su creador.
EL GRAN HIMNO DE ATON Adoración de Ra-Horajti que se regocija en la región de luz en su nombre de Chu que es Atón, eternamente viviente; el gran Atón viviente que está en fiesta de regeneración, el señor de todo lo que el disco rodea, señor del cielo, señor de la tierra, señor de la morada de Atón en Aketatón; (adoración del) Rey del Alto y el Bajo Egipto, que vive de Maat, el señor de las Dos Tierras, Neferkeperuré, el único de Ra, el hijo de Ra que vive de Maat, el amo de las coronas, Akhenatón, de gran duración de vida, y su gran Reina amada, la Dama de las Dos Tierras, Nefer-Neferu-Atón Nefertiti, que viva para siempre, en salud y en juventud. El visir, el porta abanico a la derecha del Rey, Ay, dice:
Tú apareces en la perfección de tu belleza, en el horizonte del cielo, disco viviente, creador de Vida; sales en el horizonte de oriente, llenas cada región con tu perfección. Eres bello, grande, brillante, elevado por encima de todo el universo, tus rayos rodean las regiones hasta el límite de todo lo que creas. Tú eres el principio solar, riges los países hasta sus extremos, los sujetas para tu hijo, al que amas.
Te alejas, y, sin embargo, tus rayos tocan la tierra: Estás delante de nuestros ojos, y tu camino sigue siendo desconocido; te pones en el horizonte occidental, el universo queda en tinieblas, como muerto. Los hombres duermen en sus habitaciones, con la cabeza envuelta; nadie reconoce a su hermano. Si les arrebatan sus bienes de debajo de la cabeza, ni siquiera se dan cuenta. Todos los leones salen de sus cubiles, todos los reptiles muerden. El mundo yace en el silencio, es la más profunda de las tinieblas, su Creador descansa en el horizonte.
Tú (Atón) sales al amanecer, en el horizonte, resplandeces, disco solar, en el día, disipas las tinieblas, difundes tus rayos. El doble país está en fiesta, los hombres se despiertan, se mantienen erguidos sobre sus pies. Eres tú quien les hace levantarse. Con su cuerpo que se ha vuelto puro, se visten. Sus brazos hacen gestos de adoración ante tu orto. El universo entero se pone al trabajo, cada rebaño está satisfecho de su pasto, árboles y hierbas reverdecen, las aves, volando fuera de sus nidos con las alas desplegadas, hacen los actos de adoración a tu Potencia vital. Todos los animales brincan sobre sus patas, todos los que vuelan, todos los que se posan, viven cuando tú sales. Las barcas izan las velas, remontando y descendiendo la corriente.
Cada día está abierto, tú apareces. En el río, los peces saltan hacia tu rostro. Tus rayos penetran en el corazón de la Muy Verde (el mar).
Tú haces que el embrión nazca en las mujeres, tú produces la semilla en el hombre, das vida al hijo en el seno materno, le pones en paz, con lo que detiene las lágrimas. Tú eres la nodriza del que se alberga todavía en el seno, insuflas constantemente el aliento para dar vida a toda criatura. En el momento en que la criatura sale de la matriz para respirar, abres su boca completamente, le ofreces lo que le es necesario. El pajarillo está en su huevo, pía dentro de su cáscara. Tú le insuflas el aliento en el interior, le das vida. Has ordenado para él un tiempo de gestación medido con rigor, haciéndole completo. Rompe su cáscara desde el interior, sale del huevo, pía en el instante fijado, sale y anda sobre sus patas.
Tú haces que el embrión nazca en las mujeres, tú produces la semilla en el hombre, das vida al hijo en el seno materno, le pones en paz, con lo que detiene las lágrimas. Tú eres la nodriza del que se alberga todavía en el seno, insuflas constantemente el aliento para dar vida a toda criatura. En el momento en que la criatura sale de la matriz para respirar, abres su boca completamente, le ofreces lo que le es necesario. El pajarillo está en su huevo, pía dentro de su cáscara. Tú le insuflas el aliento en el interior, le das vida. Has ordenado para él un tiempo de gestación medido con rigor, haciéndole completo. Rompe su cáscara desde el interior, sale del huevo, pía en el instante fijado, sale y anda sobre sus patas.
¡Qué numerosos son los elementos de tu creación, ocultos a nuestros ojos, Dios único sin igual! Tú creas en universo según tu Corazón-conciencia, siendo así que estabas solo.
Hombres, rebaños, animales salvajes, todo lo que vive sobre la tierra, desplazándose sobre sus pies, todo lo que está en las alturas y vuela, con las alas desplegadas, los países de Siria y de Nubia, el país de Egipto, tú sitúas cada hombre en su función, le otorgas lo que le conviene. Las lenguas son múltiples, en su manera de expresarse, sus caracteres son diferentes, el color de la piel es distinto, has diferenciado los pueblos extranjeros. Tú creas un Nilo en el mundo inferior, lo haces surgir según tu conciencia para dar vida a los hombres de Egipto, según la manera en que lo has hecho para ti mismo. Tú eres su Dueño, te preocupas de ellos, señor de todas las regiones, sales para ellas. Disco del día, grande en dignidad, das la vida a todo país extranjero, incluso alejado. Sitúas un Nilo en el cielo, que desciende para ellos, da fortunas a las corrientes de agua para regar sus campos y sus ciudades. ¡Cuán excelentes son tus designios, oh, Señor de eternidad! El Nilo en el cielo es un don tuyo a los extranjeros, a todo animal del desierto que anda sobre sus patas; para la tierra amada (Egipto), el Nilo viene del mundo inferior.
Hombres, rebaños, animales salvajes, todo lo que vive sobre la tierra, desplazándose sobre sus pies, todo lo que está en las alturas y vuela, con las alas desplegadas, los países de Siria y de Nubia, el país de Egipto, tú sitúas cada hombre en su función, le otorgas lo que le conviene. Las lenguas son múltiples, en su manera de expresarse, sus caracteres son diferentes, el color de la piel es distinto, has diferenciado los pueblos extranjeros. Tú creas un Nilo en el mundo inferior, lo haces surgir según tu conciencia para dar vida a los hombres de Egipto, según la manera en que lo has hecho para ti mismo. Tú eres su Dueño, te preocupas de ellos, señor de todas las regiones, sales para ellas. Disco del día, grande en dignidad, das la vida a todo país extranjero, incluso alejado. Sitúas un Nilo en el cielo, que desciende para ellos, da fortunas a las corrientes de agua para regar sus campos y sus ciudades. ¡Cuán excelentes son tus designios, oh, Señor de eternidad! El Nilo en el cielo es un don tuyo a los extranjeros, a todo animal del desierto que anda sobre sus patas; para la tierra amada (Egipto), el Nilo viene del mundo inferior.
Tus rayos amamantan todos los campos, sales, viven, crecen en ti. Regulas armoniosamente las estaciones, desarrollas toda tu creación. El invierno tiene como función dar el frescor; el calor, la de hacer que los hombres te aprecien. Creas el cielo a lo lejos, te alzas en él, abarcas con la mirada toda tu creación, permaneces en tu Unidad. Sales en tu forma de disco viviente, que aparece y resplandece, que está lejano, que está próximo, extraes eternamente miles deformas a partir de ti mismo, permaneces en tu Unidad. Ciudades, regiones, campos, caminos, ríos, todo ojo te ve frente a él. Tú eres el disco del día por encima del universo. Te alejas, ninguno de los seres engendrados por ti existe salvo para contemplarte únicamente.
Ninguno de aquellos a los que engendras te ve, resides en mi corazón. No existe. Otro que te conozca, a excepción de tu hijo Akhenatón. Tú le haces conocedor de tus proyectos, de tu poderío.
El universo viene a la existencia sobre tu mano, como tú lo creas. Sales, y él vive. Te pones, y él muere. Eres la extensión duradera de la vida, todo vive de ti. Los ojos permanecen continuamente fijos en tu perfección hasta que te pones. Te pones a occidente, y todo trabajo se detiene.
Cuando sales, haces crecer todas las cosas para el Rey; el movimiento se apodera de todas las piernas, pones en orden el universo, lo haces surgir para tu hijo, nacido de tu Ser, el Rey del Alto y el Bajo Egipto, viviente de la Armonía universal, el señor del doble país, hijo de Ra, viviente de la Armonía universal, dueño de las coronas, Akhenatón, que la duración de su vida sea grande... que su gran esposa a la que ama, la dama del doble país, Nefertiti, viva y rejuvenezca para siempre, eternamente.
NMIP: LUIS LEON PIZARRO
LA CAÍDA DE LAS POTENCIAS AHRIMÁNICAS AL REINO HUMANO
(Tercera conferencia del ciclo de seis sobre el tema general de LA CAIDA DE LOS ESPIRITUS DE LAS TINIEBLAS pronunciadas en Dornach. en Octubre de 1917)
RUDOLF STEINER
NMIP: LUIS LEON PIZARRO
No se puede decir que el presente carezca de ideales; los tiene, muchísimos, pero son inoperantes. ¿Por qué no son efectivos? Perdonen la imagen un tanto extraña, pero muy del caso: imaginen una gallina dispuesta a empollar un huevo; se lo quitamos y lo ponemos en la incubadora. Hasta ahí, todo bien. Pero si esta incubación se llevara a cabo bajo el recipiente de una bomba de aire, en el vacío, ¿prosperaría el pollito al salir del huevo? En este caso, existirían todos los factores necesarios para el desarrollo, pero faltaría uno: el medio en que hay que colocar el pollito para que encontrara sus condiciones vitales.
Así, más o menos, sucede con todos los bellos ideales de los que, hoy día, tan a menudo se habla. No sólo suenan a bellos, sino que efectivamente son valiosos, pero nuestra época no trata de explorar debidamente las condiciones reales de la evolución. De ahí que, en las más extrañas sociedades, se formulen, se propugnen y se postulen toda clase de ideales, pero sin resultado. En verdad, a principios de nuestro siglo XX, han abundado las sociedades idealistas, sin que se pueda afirmar que los últimos tres años hayan estado a la altura de su cumplimiento. Ese amargo hecho podría conducirnos a una enseñanza, como a menudo he sugerido en el curso de nuestras pláticas.
El domingo pasado {véase la 1a. Conferencia del ciclo), les tracé un bosquejo de la evolución espiritual de las décadas recientes; y les rogué que tuvieran en cuenta que lo que acontece en el plano físico, por tiempo prolongado se prepara en el mundo espiritual, y señalé algunos aspectos muy concretos: que, en los años 40 del siglo pasado, empezó, en el mundo superior inmediato al nuestro, una lucha que fue metamorfosis de las pugnas a las que, desde siempre, se ha aludido con el viejo símbolo de la Lucha de San Miguel con el Dragón. Les relaté cómo esa contienda en el mundo espiritual se desenvolvió hasta el mes de noviembre de 1879; cómo después, Micael alcanzó la victoria, y como el Dragón, esto es, las potencias ahrimánicas, fue arrojado a la esfera de los hombres.
¿Dónde está ahora? Fijémonos bien: los adeptos de Ahrimán que, desde 1841 hasta 1879, libraban una batalla decisiva en el mundo espiritual, fueron echados al reino de los hombres: y desde entonces, y particularmente en nuestra época, tienen su baluarte, su campo de acción, en el pensar, en el sentir y en los impulsos volitivos del hombre.
Démonos cuenta, pues, de cuan infinitamente lo que hoy día, los hombres piensan, quieren y sienten, hallase impregnado de potencias ahrimánicas. Pero estos acontecimientos concretos en la relación entre el mundo espiritual y el físico, integran el plan del orden universal, y hay que tenerlos en cuenta. ¿De qué sirve estancarse en lo abstracto y proclamar: el hombre debe combatir a Ahrimán? Semejante fórmula abstracta no produce ningún resultado. Nuestros contemporáneos, a menudo, no sospechan en que atmósfera espiritual se mueven; hay que enfocar este hecho en todos sus graves alcances.
Observen lo siguiente: como miembros de la Sociedad Antroposófíca , están llamados a oír todo esto, y a ocuparse de ello en su pensar y sentir. De hacerlo conscientemente, captarán toda la seriedad de la situación; y se darán cuenta de la misión que les corresponde, según el lugar que ocupen, en este presente tan enigmático, tan problemático y tan confuso. Supongan que, en alguna parte, unos cuantos hombres se hubieran asociado, de modo natural, a una especie de trato amistoso, y que ese círculo tuviera conocimiento de las relaciones espirituales que he mencionado, en tanto que vastos sectores de personas nada supieran de todo ello. Pueden ustedes estar convencidos de que, si el círculo de amigos que, hipotéticamente, puse ante su mente, se decidiera, bajo algún motivo, a poner al servicio de quién sabe qué causa, el poder que ese saber les confiere, entonces sería muy poderoso ese pequeño círculo, con los secuaces que ganara, a menudo sin que éstos tengan conciencia del hecho; y lo será particularmente frente a los ignorantes que no quieran saber nada de todo ello. Ya en el siglo XVIII, existió cierto círculo, justamente de este tipo, - hoy tiene sus continuadores - que sabía de los hechos como los que mencioné que sabía asimismo lo que sucedería en el siglo XIX, y hasta entrado el XX; pero que, ya en el siglo XVIII, se propuso llevar a cabo ciertas intenciones egoístas y aspirar a ciertos impulsos. Y esto fue objeto de trabajo sistemático.
Prejuicios, ignorancia, temor a la vida espiritual.
La gente de hoy día, en grandes masas, vegeta como dormida e irreflexiva, sin prestar atención a lo que ocurre a su lado, y a veces en amplios círculos. Al respecto, la gente se entrega a grandes ilusiones, y con cuánta naturalidad exclama: qué magnifico es nuestro sistema de comunicaciones: ¡cómo acerca a los hombres, los unos a los otros! ¡Cómo cada uno se entera de los demás! ¡Qué diferente es esto de los tiempos pasados! Recuerden todo lo que se dice al respecto: basta con analizar, de acuerdo con la sana razón, los diversos hechos, y se encontrará que nuestra época adolece de síntomas muy peculiares. A título de simple ilustración, permítanme preguntar lo siguiente: ¿Quién no cree, hoy día, que las novedades literarias reciben la más amplia difusión por medio de la prensa que sabe de todo, y que en todo se mete? ¿Quién creería que semejantes novedades significativas, memorables e incisivas, pudieran permanecer desconocidas? De alguna manera, uno se entera! Ahora bien, ya en la segunda mitad del siglo XIX, la respetable prensa se encaminó para convertirse en lo que ella hoy es y, no obstante, pudo suceder que cierta novedad literaria fuera más memorable e incisiva para toda la Europa Central , que todos los conocidos autores como Spielhagen, Freytag, Heyse, etc., pues ninguna obra del último tercio del siglo XIX contaba con tantos lectores como "Dreizehnlinden" (El Rancho Trece Tilos) de Weber, Y ahora les pregunto: ¿cuántos de los aquí presentes no saben siquiera de la existencia de esa obra? Así es cómo la gente de hoy vive incomunicada, pese a la prensa. En esta obra "Dreizehnlinden", se hallan incorporadas, en hermoso lenguaje poético, ideas que fueron muy incisivas, y que hoy laten en millares de mentes.
Mencioné esto a título de ejemplo, para que se den cuenta de que, efectivamente, es posible que la mayoría no sepa nada de ciertos hechos que no dejan de ser trascendentales, y que ocurren a su lado. Les aseguro que, aunque algunos de ustedes no hayan leído el libro de referencia, han encontrado a tres o cuatro personas que sí lo habrán leído. Y es que hay paredes divisorias entre los hombres, que les impiden hablar de las cosas más importantes, incluso entre amigos cercanos: no hay comunicación; incluso entre personas de mentalidad afín, se callan los temas más importantes. Y así como sucedió con esta menudencia (pues lo que mencioné no pasa de menudencia dentro de la evolución histórico-universal), así pasa también en lo grande: hay sucesos y procesos en el mundo, que la mayoría no advierte.
Similarmente, sucedió en el siglo XVIII, que cierta sociedad gestaba ciertos pensamientos y pareceres que habrían de anidar en los ánimos de la gente para convertirse en fuerzas efectivas en el área de interés de tales sociedades, y luego infiltrarse en la vida publica y determinar el comportamiento mutuo de las personas. No saben de dónde proceden los estímulos que laten en sus emociones, sentimientos e impulsos volitivos, pero los que conocen los procesos que subyacen en la evolución, saben cómo espolear los impulsos y emociones. Así fue, no precisamente con el libro, pero sí con las ideas que en él subyacen, lanzado por una de esas sociedades del siglo XVIII, en que se describe la participación que tiene la entidad ahrimánica en los distintos animales. Como es natural, a esa entidad se le llama diablo, y se describían las diversas particularizaciones de lo diabólico en las diferentes especies animales. Ya saben ustedes que, en el siglo XVIII, tenía su peculiar auge el racionalismo; continúa floreciendo hasta nuestros días, por lo que los supersabios de entre quienes se recluta el gremio de los periodistas, recurren a la burla, diciendo: por ahí, ha habido alguno de ésos, que escribió un libro afirmando que los animales son diablos. Sin embargo, el propagar tales ideas en el siglo XVIII, de modo que anidaran en muchas mentes humanas; el propagarlas con observancia de las reales leyes evolutivas de la humanidad: esto tuvo efectos, efectos reales. Fíjense en el extraño acorde entre por un lado, la emergencia del darwinismo en el siglo XIX, esto es, la generalización de la idea de que los hombres han ido evolucionando, en ascenso, de los animales y, por el otro, la idea de que los animales son diablos. ¡Todo esto existe! Pero los hombres se limitan a escribir historias que contienen gran variedad de temas, con exclusión de las verdaderas energías activas.
Téngase presente lo siguiente: así como el animal sólo medra en la atmósfera, no bajo el recipiente evacuado de la bomba neumática, asimismo las ideas e ideales sólo pueden prosperar si los hombres se sumergen en la atmósfera real de la vida espiritual. Para ello es necesario, sin embargo, que esta vida espiritual salga a nuestro encuentro en su realidad. Pero la gente de hoy ama, más que nada, las generalidades. Y así, fácilmente, queda inadvertido el hecho de que, desde el año de 1879, las potencias ahrimánicas tuvieron que descender del mundo espiritual al reino de los hombres, impregnar la intelectualidad, el pensar, el sentir y la visión humanos. Tampoco es adecuado para lograr la correcta relación con esas potencias, que se plantee simplemente la fórmula abstracta: hay que combatir esas potencias. Eso equivaldría a exhortar la estufa a que dé calor, sin ponerle leña, ni prenderla. Hay que saber, ante todo, que ahora, descendidas esas potencias a nuestra Tierra, hemos de vivir con ellas, y no cerrar los ojos ante ellas, pues, de hacerlo, adquirirían el máximo poderío. Insisto: las potencias ahrimánicas que han invadido el intelecto humano, adquieren el máximo poderío, si uno se niega a enterarse de su existencia y función.
La antigua ciencia del futuro y la moderna ciencia del pasado.
Si se pudiera lograr el ideal de buen número de personas, que consiste en estudiar únicamente las ciencias naturales, y erigir las leyes de la Naturaleza incluso en leyes sociales, enfocar exclusivamente lo llamado "real", entendiéndose como tal lo sensible... si todo eso se lograra en amplia escala, entonces las potencias ahrimánicas tendrían ganada la partida, pues en tal caso nada se sabría de su existencia. Se fundaría una religión monista en sentido de Haeckel, y ellas tendrían campo libre. Eso es lo que más les gustaría: que nada supieran los hombres de ellas, y así poder ellas trabajar en su subconsciente.
Importante ayuda para las potencias ahrimánicas se alcanzaría ofreciendo una religión enteramente naturalista. Si Strauss hubiera podido realizar plenamente su ideal de fundar esa religión filistea, fustigada- por Nietzsche en su libro "David Friedrich Strauss, profesante y filisteo", las potencias ahrimanicas se sentirían hoy a sus anchas, incluso mucho más de lo que, de todas maneras, se sienten. Pero eso no es sino un aspecto, pues esas potencias pueden prosperar óptimamente aun de otra manera, a saber, si se cultivan los elementos que ellas particularmente quieren difundir entre los hombres del presente: el prejuicio, la ignorancia y el temor a la vida espiritual. Nada beneficia tanto a las potencias ahrimánicas como esos tres vicios: el prejuicio, la ignorancia, y el temor a la vida espiritual.
Y ahora pasen ustedes revista de cuántos personajes se imponen, en verdad, la tarea de cultivar dichas tres lacras. En mi conferencia pública que pronuncié ayer en Basilea, dije que no fue hasta 1822 que quedaron sin efecto los decretos contra Copérnico, Galilei, Kepler, etc. Hasta 1822, a los católicos no les era permitido estudiar la interpretación copernicana del mundo, y cosas por el estilo. Se propiciaba sistemáticamente la ignorancia sobre el particular, formidable ayuda a las potencias ahrimanicas. Buen servicio se les había rendido, lo que les permitió prepararse bien para la campaña que habría de seguir a partir de 1841.
A la afirmación que acabo de hacer, tendría que agregar otra, para que fuese completa. Sin embargo, esta segunda afirmación todavía no puede pronunciarla nadie que realmente esté iniciado en estos asuntos. No obstante, si ustedes intuyen lo que se halla inmanente en los substratos de semejante afirmación, quizá vislumbrarán, aunque tenuemente, a que me refiero.
La concepción científico-natural del mundo es una empresa puramente ahrimánica, y no se la combate pasándola por alto, sino elevándola al nivel de la conciencia, conociéndola lo mejor que se pueda. El mejor servicio que se rinde a Ahriman, consiste en hacer caso omiso de los conceptos científicos, y de luchar insensatamente contra ellos; el que ejerce insensata crítica a los conceptos científico-naturales, no combate a Ahrimán, sino que le propicia, porque extiende engaño y turbiedad sobre un campo en que debiera difundirse la luz. Poco a poco, los hombres tienen que encumbrarse a la comprensión de que todo tiene sus dos lados. Ya saben ustedes que la gente del presente es abrumadoramente inteligente, y por eso se les ocurrió afirmar: "en la cuarta época postatlante, la greco-latina, existía todavía la superstición de que, por el vuelo de las aves y por las vísceras de los animales y otros indicios, se podía vaticinar el futuro. Quienes hacían tales cosas, eran, desde luego, mentecatos". Nadie de nuestros contemporáneos que sermonean contra esas antiguas prácticas, sabe cómo se hacía; ningún coetáneo habla en forma distinta al ejemplo que les di el otro día, cuando uno de esos señores inteligentes tuvo que admitir que se había cumplido una profecía onírica, y, sin embargo, dijo: "así lo quiso el azar". La verdad es que, de acuerdo con las condiciones fundamentales de la cuarta época postatlante, había efectivamente una ciencia que algo tenía que ver con la premonición. En aquellos tiempos, no se creía que fuera posible intervenir eficazmente en el devenir social, por medio de máximas como las que hoy se aplican. Si, entonces no hubiera existido cierta futurología, no se habrían encontrado las magnas perspectivas de índole social, de abarcante proyección en el tiempo, no importa que estemos o no de acuerdo con ella. Créanmelo: lo que los nombres logran hoy en la vida social y de la política, arraiga todavía en aquella antigua futurología. Mas esta ciencia del futuro jamás puede obtenerse mediante la observación de lo que ofrecen los sentidos externos, jamás obtenerla según el modelo de las ciencias naturales, pues lo que observan los sentidos externos, es ciencia del pasado. Permítanme ahora que les revele un secreto del universo, muy importante y muy substancial: si observan el mundo tan sólo a través de los sentidos, como lo hace el moderno estudio científico, no tienen en cuenta sino leyes pasadas que aún persisten propiamente, no observan sino el cadáver universal del pasado. La ciencia natural estudia la vida que ha muerto.
Supongamos que éste fuera nuestro campo de observación, lo que se extiende ante nuestros ojos, oídos y demás sentidos. Supongamos que aquí estuviera la totalidad de todas las leyes científico-naturales habidas y por haber; entonces esta totalidad de leyes ya no representa lo que está dentro, sino lo que alguna vez estuvo dentro, perdurando como remanente entumecido. Además de estas leyes, hemos de escrutar lo que los ojos no pueden observar, ni los oídos oír: un segundo mundo de leyes. Este segundo mundo o conjunto, hállase contenido en la realidad, y apunta hacia el futuro.
Sucede en el mundo lo que con la planta: la planta tal y como se presenta a nuestra vista, no es la verdad; misteriosamente entraña algo que todavía no puede verse, y que sólo se revelará el año entrante: el sistema germinal. ¡Ya está ahí, pero es invisible: Así, en el mundo que se extiende ante nosotros, yace contenido, invisible, todo el futuro, en tanto que lo pasado se halla en forma marchita, desecada, muerta; es cadáver. El estudio de la Naturaleza, tan sólo nos suministra una imagen de cadáver: sólo lo pasado. Es verdad que, deteniéndonos únicamente en lo espiritual, nos falta ese pasado más para lograr la realidad total, hemos de tener en cuenta lo invisible también.
¿Cómo es posible que la gente, por un lado, estatuye la teoría de Kant-Laplace y, por el otro, habla como el profesor Drews que construye un fin del mundo, es decir, cuando la gente pueda leer el periódico a centenares de grados bajo cero, con paredes barnizadas de albúmina luciente; la leche sólida? Sería curioso saber cómo se pueda ordeñar, siendo sólida. Todo eso, son conceptos imposibles, como lo es toda la teoría de Kant-Laplace. Tan pronto como se rebasa con esas teorías el campo de observación inmediata fallan. ¿Por qué? Porque son teorías de cadáveres, de lo muerto.
Nuestra intelectualidad afirma: los sacerdotes verificadores de Grecia y de Roma, han de haber sido rufianes truhanes o supersticiosos, pues ninguna persona "sensata creerá que, del vuelo de las aves o de las tripas de animales sacrificados, se pueda deducir algo referente al futuro. En analogía, la humanidad del futuro, si se siente inteligente como nuestra generación se siente frente a inmoladores romanos, podrá mirar con aún mayor desdén, las ideas de que hoy se enorgullece la gente. Y dirá: ¡Teoría de Kant-Laplace! ¡Drews! Qué ideas más supersticiosas tuvieron! Observaron unos pocos milenios de la evolución terrestre y, de ahí, dedujeron los estados inicial y terminal da la Tierra. Hubo extrañas personas supersticiosas que describieron que el Sol y los planetas se separaron de una nebulosa primitiva, y que luego empezaron a girar! - En verdad, amigos míos, sobre las ideas de la teoría de Kant-Laplace y las del fin de la Tierra, podrán hacerse ase-aseveraciones aún mucho más graves que las que hacen nuestros contemporáneos sobre la exploración del futuro con base en las víctimas, el vuelo de las aves, etc.
Significados de los mitos
¡Cuán egregios son, hoy día, los hombres que se han empapado cabalmente del espíritu y actitud mental del actual pensar científico-natural! ¡Con cuánto desprecio miran los antiguos mitos y los cuentos de hadas! ¡Edad infantil de la humanidad, cuando los hombres se divertían con sus sueños! Nosotros, en cambio, hemos alcanzado el auténtico progreso: sabemos que cierto principio de causalidad lo domina todo; hemos llegado a la cúspide del saber.
Todos los que así opinan, ignoran en verdad Que toda esta ciencia moderna no existiría, precisamente en las áreas de su mayor justificación, si no les hubiera precedido el pensamiento mítico. Sin el mito, esa ciencia sería tan imposible, como lo sería la planta formada tan sólo de tallo, hojas y flores, sin ninguna raíz que la sostuviera. Quien concibe la ciencia actual como un todo cerrado en sí mismo, procede como si quisiera cultivar solamente las partes superiores de la planta. Todo lo que hoy es ciencia, arranca del mito: el mito es su raíz. Y a ciertos geniecillos elementales que observan todo esto desde otros mundos, les causa risa diabólica de escarnio el que los eruditos universitarios miren con desprecio las antiguas mitologías, todas las prácticas de la otrora superstición, sin darse cuenta de que ellos mismos, con todo su saber, son producto de esos mitos, y que no podrían tener ni un solo pensamiento adecuado al momento presente, sin que antes hubieran existido. Y algo más les causa esa auténtica risa infernal (y aquí cabe recurrir al atributo infernal", porque las potencias ahrimánicas reciben con júbilo satánico el que se les dé la oportunidad de esa burlona risa): es cuando la gente cree que la teoría de Copérnico, el galileísmo, la gloriosa ley de la conservación de la energía, no han de cambiar nunca, y que tienen eterna validez. ¡Qué juicio tan miope! La misma relación que existe entre el mito y nuestros conceptos actuales, prevalecerá entre los conceptos científicos de los siglos XIX y XX, y lo que vendrá dentro de un par de siglos. Lo de hoy quedara trascendido, del mismo modo como quedó superado el mito. ¿Creen ustedes que rozando el año 3000, subsista el mismo concepto sobre el sistema solar que tenemos hoy? Dejémoslo para una superstición de sedicentes expertos, pero jamás para creencia de antropósofos.
Lo que los hombres de hoy justificadamente piensan; lo que, en verdad, les confiere cierta estatura en nuestra época, deriva precisamente de la circunstancia de que, en la época griega, floreció la mitología griega. Para el hombre racionalista del presente, nada habría más encantador que poder imaginarse: pobrecitos los griegos; ¡Que felices habrían sido si hubieran poseído nuestra actual ciencia! - Pero de haberla tenido, no habría existido lo que constituye su patrimonio cultural: el conocimiento de los dioses griegos, el mundo de Homero, de Sófocles, de Esquilo, de Platón, de Aristóteles. Y entonces, Wagner, el célebre fámulo de Fausto, sería un auténtico Fausto en comparación con los Wagneres gue hoy andarían ante nosotros: enjuto, degenerado, yermo; así sería todo el pensar humano. En efecto, toda la fuerza vital de nuestro pensar se debe a su raigambre en el mito griego, mejor dicho, en el mito de la cuarta época postatlante en general; y quien cree que el míto era una equivocación y que el pensar actual es lo correcto, se parece a quien considere que se puede tener un ramo de rosas sin cortarlas primero del rosal, ¿por qué las rosas no podrían nacer directamente?
Precisamente los hombres que hoy día se estiman más iluminados, se mueven entre los conceptos más irreales, El modo de pensar propio de la cuarta época postatlante, con su figuración de mitos e imágenes que, para los hombres de hoy, parecen sueños más que conceptos científicos nítidamente perfilados, es la base de lo que somos. A su .vez, lo que hoy pensamos y elaboramos, será la base de la próxima época cultural, pero el que lo sea, depende de que se desarrolle, no tan sólo hacia una desvitalización, sino también hacia el lado de la vida: ¿cómo se le insufla la vida? Tratando de llevar al nivel de la conciencia lo que existe, y reconocer lo que nos da la conciencia despierta, lo que nos convierte en personalidad vigilante.
La situación desde el año de 1879, es la siguiente: si uno va a la escuela, si ahí absorbe la mentalidad propia de las ciencias naturales, si luego se apropia una concepción del mundo que concuerde con esa mentalidad científica, si cree que lo único que puede llamarse real es lo que se extiende en el mundo sensible, Ahrimán ha ganado el juego y sus huestes se encuentran a sus anchas. Son muchas las personas que hoy piensan de ese modo. Porque esas potencias ahrimanicas que, desde el año 1879, se han atrincherado en las almas humanas, ¿qué son, propiamente? No son hombres, sino ángeles, pero ángeles rezagados, ángeles que han sido lanzados fuera de su cauce evolutivo y que han desaprendido a ejercer su función en el mundo espiritual superior inmediato. De haber sido capaces no se las habría derribado en el año 1879: cayeron por no poder cumplir su misión al nivel superior. Y ahora pretenden llevarla a cabo con ayuda de los cerebros humanos; en ellos, se hallan en un plano que es inferior en un grado al que propiamente les correspondería. Lo que hoy se llama el pensar monista, no es, en realidad, ejecución humana: las llamadas ciencias económico-políticas ya mencionadas ayer y que, al estallar la guerra, proclamaron como peritaje científico su terminación en cuatro meses -dejando de lado el simple papagayeoperiodístico- son pensamientos angelicales, anidados en los cerebros humanos. El propósito de las potencias que quieren apoderarse del entendimiento humano, es usurparlo más y más, para así poder ellas desplegar su vida. Y contra esa tendencia no es eficaz meter la cabeza en la arena y jugar la política de avestruz, sino sólo tenerla en cuenta conscientemente. No se puede competir con los monistas si uno no sabe lo que ellos piensan: sólo es posible sabiéndolo, reconociendo que es ciencia de Ahrimán, ciencia de ángeles rezagados que anidan en los cerebros humanos. ¡Hay que conocer la verdad, la realidad!
Entre nosotros, los antropósofos, lo expresamos en nuestra terminología, y nos referimos a potencias ahrimanicas, termino de mucho significado para nosotros. En público, ante personas del todo impreparadas, no es posible hablar en esta forma: he ahí una de las paredes divisorias. Con nuestro lenguaje, no alcanzamos el público: pero existen, desde luego, recursos y caminos para transmitirles la verdad. Si no hubiera ningún recinto donde se pudiera decir la verdad, tampoco habría posibilidad de instilarla en la profana ciencia externa. Es imperativo que existan, por lo menos, algunos sitios singulares donde la verdad pueda ser expresada en forma original y genuina. Solo que no hemos de olvidar que los hombres modernos, aun cuando afiliados a la ciencia espiritual, tropiezan, a menudo, con dificultades insuperables para tender el puente hacia la ciencia ahrimánica. He conocido a varios personajes versados en una u otra área de la ciencia ahrimánica: buenos naturalistas, buenos orientalistas, etc., que luego se vincularon a nuestra investigación espiritual. Puse gran empeño en inducirles a tender ese puente. ¡Cuál habría sido el impacto si un fisiólogo o un biólogo, con todo el conocimiento especializado que actualmente puede adquirirse en sus campos, hubiera remodelado su fisiología o biología con enfoque espiritual! Hice el intento con algunos orientalistas, pero me encontré con que, por un lado, son buenos antroposofos, mas por el otro, siguen siendo orientalistas, fieles a su gremio, sin estar dispuestos a tender el puente de lo uno hacia lo otro, eso nuestra época necesita con tanta premura. Como ya dije, potencias ahrimánicas se sienten muy a gusto con que se ejerza la ciencia natural como si fuera imagen del mundo Externo, y se sienten muy incómodas si uno avanza con la ciencia espiritual y la actitud mental que de ella dimana.
¿Por qué? Porque la ciencia espiritual abarca al hombre entero y gracias a ella, cambia nuestro sentir, nuestro querer, nuestra manera de enfocar el mundo.
Es verdad lo que los iniciados han afirmado siempre: el que los hombres se saturen de la sabiduría espiritual, es origen de una gran conmoción tenebrosa para las potencias ahrimánicas de un fuego devorador. Los ángeles ahrimánicos se sienten a sus anchas en los cerebros henchidos de ciencia ahrimánica, en tanto que les son de tenebroso espanto los cerebros impregnados de sabiduría espiritual. Tomemos esto en plena seriedad; sintamos que, al impregnar-sabiduría espiritual recorremos el mundo con la correcta relación con las potencias ahrimánicas, y erigimos, con nuestra propia actividad, lo que tiene que erigirse: para salvación del mundo, erigiremos el lugar del fuego inmolador y devorador, es decir, el lugar donde la conmoción tenebrosa se proyecta sobre lo ahrimánico pernicioso.
¡Compenétrense de estas ideas, de estos sentimientos, modo para mantenerse alertas a lo que sucede en el mundo externo, y observarlo! En el siglo XVIII, se extinguieron los últimos remanentes de la antigua ciencia atávica. Los seguidores del desconocido filósofo Saint-Martín, discípulo de Jacobo Bohme, poseían restos de esa sabiduría, así como un notable saber anticipado de lo por venir, y lo que, en nuestra época, ya ha venido. En aquellos círculos, se mencionaba a menudo que, del último tercio del siglo XIX y la primera mitad del XX, irradiaría un tipo de conocimiento que tiene sus raíces en el mismo suelo en que arraigan determinadas enfermedades humanas - a ellas me referí el domingo pasado - y que prevalecerían concepciones derivadas de la mentira, así como sentimientos arraigados en el egoísmo.
Sigan ustedes con ojo vidente, vidente gracias a los sentimientos a que hoy nos referimos, lo que pulsa y palpita en nuestra época. Muchas de las impresiones que así recojan, les lastimarán el corazón. Pero eso no importa, pues el conocimiento claro, aunque duela, rendirá los buenos frutos que la humanidad necesita para salir del caos en que se halla metida.
Ante todo, revisemos la ciencia de la educación. Y en su área, uno de los primeros principios es a aquel contra el cual más se peca hoy día. Más importante que todo lo que ustedes, conscientemente, puedan enseñarle e inculcarle a un muchacho o a una muchacha, a un joven o a una jovencita, es lo que, durante los años escolares, penetra inconscientemente en sus almas. En la reciente conferencia pública, mencioné que la memoria es algo que se desarrolla en lo subconsciente, como fenómeno paralelo de la vida anímica consciente: he ahí lo que la educación ha de tener en cuenta. El maestro ha de inculcarle al alma, no solo lo que el niño comprende, sino también lo que todavía no comprende, y que misteriosamente se difunde en su alma, para aflorar más adelante en la vida. Esto es importante. Nos acercamos mas y más a la época en que los hombres, durante todo su existir, necesitaran recuerdos de su juventud, recuerdos acariciados, recuerdos que les hagan felices.
Esto tiene que sistematizarse en educación. Para la educación del porvenir será veneno, el que los hombres, en edad madura o avanzada, sólo recuerden los sinsabores de los años escolares; el que prefieran no acordarse de ellos, y el que los años escolares no les sean un manantial del que, una y otra vez, y siempre de nuevo, pueden aprender, aprender y aprender. En cambio sí, de niño, ya extrajeron de la materia todo lo que ella puede rendir, nada queda para años posteriores.
Reflexionen sobre todo esto, y dense cuenta de cuán distintamente de la manera hoy considerada correcta, ciertos principios fundamentales habrán de convertirse, en el futuro, en directrices vitales .Le convendría a la humanidad no pasarse dormida las tristes experiencias del momento presente, sino aprovecharlas familiarizándose con el pensamiento: mucho habrá de cambiar- Recientemente, la humanidad se ha mantenido demasiado satisfecha de sí misma, y así no ha podido sondear este pensamiento en toda su hondura y, ante todo, en toda su intensidad.
Así, más o menos, sucede con todos los bellos ideales de los que, hoy día, tan a menudo se habla. No sólo suenan a bellos, sino que efectivamente son valiosos, pero nuestra época no trata de explorar debidamente las condiciones reales de la evolución. De ahí que, en las más extrañas sociedades, se formulen, se propugnen y se postulen toda clase de ideales, pero sin resultado. En verdad, a principios de nuestro siglo XX, han abundado las sociedades idealistas, sin que se pueda afirmar que los últimos tres años hayan estado a la altura de su cumplimiento. Ese amargo hecho podría conducirnos a una enseñanza, como a menudo he sugerido en el curso de nuestras pláticas.
El domingo pasado {véase la 1a. Conferencia del ciclo), les tracé un bosquejo de la evolución espiritual de las décadas recientes; y les rogué que tuvieran en cuenta que lo que acontece en el plano físico, por tiempo prolongado se prepara en el mundo espiritual, y señalé algunos aspectos muy concretos: que, en los años 40 del siglo pasado, empezó, en el mundo superior inmediato al nuestro, una lucha que fue metamorfosis de las pugnas a las que, desde siempre, se ha aludido con el viejo símbolo de la Lucha de San Miguel con el Dragón. Les relaté cómo esa contienda en el mundo espiritual se desenvolvió hasta el mes de noviembre de 1879; cómo después, Micael alcanzó la victoria, y como el Dragón, esto es, las potencias ahrimánicas, fue arrojado a la esfera de los hombres.
¿Dónde está ahora? Fijémonos bien: los adeptos de Ahrimán que, desde 1841 hasta 1879, libraban una batalla decisiva en el mundo espiritual, fueron echados al reino de los hombres: y desde entonces, y particularmente en nuestra época, tienen su baluarte, su campo de acción, en el pensar, en el sentir y en los impulsos volitivos del hombre.
Démonos cuenta, pues, de cuan infinitamente lo que hoy día, los hombres piensan, quieren y sienten, hallase impregnado de potencias ahrimánicas. Pero estos acontecimientos concretos en la relación entre el mundo espiritual y el físico, integran el plan del orden universal, y hay que tenerlos en cuenta. ¿De qué sirve estancarse en lo abstracto y proclamar: el hombre debe combatir a Ahrimán? Semejante fórmula abstracta no produce ningún resultado. Nuestros contemporáneos, a menudo, no sospechan en que atmósfera espiritual se mueven; hay que enfocar este hecho en todos sus graves alcances.
Observen lo siguiente: como miembros de la Sociedad Antroposófíca , están llamados a oír todo esto, y a ocuparse de ello en su pensar y sentir. De hacerlo conscientemente, captarán toda la seriedad de la situación; y se darán cuenta de la misión que les corresponde, según el lugar que ocupen, en este presente tan enigmático, tan problemático y tan confuso. Supongan que, en alguna parte, unos cuantos hombres se hubieran asociado, de modo natural, a una especie de trato amistoso, y que ese círculo tuviera conocimiento de las relaciones espirituales que he mencionado, en tanto que vastos sectores de personas nada supieran de todo ello. Pueden ustedes estar convencidos de que, si el círculo de amigos que, hipotéticamente, puse ante su mente, se decidiera, bajo algún motivo, a poner al servicio de quién sabe qué causa, el poder que ese saber les confiere, entonces sería muy poderoso ese pequeño círculo, con los secuaces que ganara, a menudo sin que éstos tengan conciencia del hecho; y lo será particularmente frente a los ignorantes que no quieran saber nada de todo ello. Ya en el siglo XVIII, existió cierto círculo, justamente de este tipo, - hoy tiene sus continuadores - que sabía de los hechos como los que mencioné que sabía asimismo lo que sucedería en el siglo XIX, y hasta entrado el XX; pero que, ya en el siglo XVIII, se propuso llevar a cabo ciertas intenciones egoístas y aspirar a ciertos impulsos. Y esto fue objeto de trabajo sistemático.
Prejuicios, ignorancia, temor a la vida espiritual.
La gente de hoy día, en grandes masas, vegeta como dormida e irreflexiva, sin prestar atención a lo que ocurre a su lado, y a veces en amplios círculos. Al respecto, la gente se entrega a grandes ilusiones, y con cuánta naturalidad exclama: qué magnifico es nuestro sistema de comunicaciones: ¡cómo acerca a los hombres, los unos a los otros! ¡Cómo cada uno se entera de los demás! ¡Qué diferente es esto de los tiempos pasados! Recuerden todo lo que se dice al respecto: basta con analizar, de acuerdo con la sana razón, los diversos hechos, y se encontrará que nuestra época adolece de síntomas muy peculiares. A título de simple ilustración, permítanme preguntar lo siguiente: ¿Quién no cree, hoy día, que las novedades literarias reciben la más amplia difusión por medio de la prensa que sabe de todo, y que en todo se mete? ¿Quién creería que semejantes novedades significativas, memorables e incisivas, pudieran permanecer desconocidas? De alguna manera, uno se entera! Ahora bien, ya en la segunda mitad del siglo XIX, la respetable prensa se encaminó para convertirse en lo que ella hoy es y, no obstante, pudo suceder que cierta novedad literaria fuera más memorable e incisiva para toda la Europa Central , que todos los conocidos autores como Spielhagen, Freytag, Heyse, etc., pues ninguna obra del último tercio del siglo XIX contaba con tantos lectores como "Dreizehnlinden" (El Rancho Trece Tilos) de Weber, Y ahora les pregunto: ¿cuántos de los aquí presentes no saben siquiera de la existencia de esa obra? Así es cómo la gente de hoy vive incomunicada, pese a la prensa. En esta obra "Dreizehnlinden", se hallan incorporadas, en hermoso lenguaje poético, ideas que fueron muy incisivas, y que hoy laten en millares de mentes.
Mencioné esto a título de ejemplo, para que se den cuenta de que, efectivamente, es posible que la mayoría no sepa nada de ciertos hechos que no dejan de ser trascendentales, y que ocurren a su lado. Les aseguro que, aunque algunos de ustedes no hayan leído el libro de referencia, han encontrado a tres o cuatro personas que sí lo habrán leído. Y es que hay paredes divisorias entre los hombres, que les impiden hablar de las cosas más importantes, incluso entre amigos cercanos: no hay comunicación; incluso entre personas de mentalidad afín, se callan los temas más importantes. Y así como sucedió con esta menudencia (pues lo que mencioné no pasa de menudencia dentro de la evolución histórico-universal), así pasa también en lo grande: hay sucesos y procesos en el mundo, que la mayoría no advierte.
Similarmente, sucedió en el siglo XVIII, que cierta sociedad gestaba ciertos pensamientos y pareceres que habrían de anidar en los ánimos de la gente para convertirse en fuerzas efectivas en el área de interés de tales sociedades, y luego infiltrarse en la vida publica y determinar el comportamiento mutuo de las personas. No saben de dónde proceden los estímulos que laten en sus emociones, sentimientos e impulsos volitivos, pero los que conocen los procesos que subyacen en la evolución, saben cómo espolear los impulsos y emociones. Así fue, no precisamente con el libro, pero sí con las ideas que en él subyacen, lanzado por una de esas sociedades del siglo XVIII, en que se describe la participación que tiene la entidad ahrimánica en los distintos animales. Como es natural, a esa entidad se le llama diablo, y se describían las diversas particularizaciones de lo diabólico en las diferentes especies animales. Ya saben ustedes que, en el siglo XVIII, tenía su peculiar auge el racionalismo; continúa floreciendo hasta nuestros días, por lo que los supersabios de entre quienes se recluta el gremio de los periodistas, recurren a la burla, diciendo: por ahí, ha habido alguno de ésos, que escribió un libro afirmando que los animales son diablos. Sin embargo, el propagar tales ideas en el siglo XVIII, de modo que anidaran en muchas mentes humanas; el propagarlas con observancia de las reales leyes evolutivas de la humanidad: esto tuvo efectos, efectos reales. Fíjense en el extraño acorde entre por un lado, la emergencia del darwinismo en el siglo XIX, esto es, la generalización de la idea de que los hombres han ido evolucionando, en ascenso, de los animales y, por el otro, la idea de que los animales son diablos. ¡Todo esto existe! Pero los hombres se limitan a escribir historias que contienen gran variedad de temas, con exclusión de las verdaderas energías activas.
Téngase presente lo siguiente: así como el animal sólo medra en la atmósfera, no bajo el recipiente evacuado de la bomba neumática, asimismo las ideas e ideales sólo pueden prosperar si los hombres se sumergen en la atmósfera real de la vida espiritual. Para ello es necesario, sin embargo, que esta vida espiritual salga a nuestro encuentro en su realidad. Pero la gente de hoy ama, más que nada, las generalidades. Y así, fácilmente, queda inadvertido el hecho de que, desde el año de 1879, las potencias ahrimánicas tuvieron que descender del mundo espiritual al reino de los hombres, impregnar la intelectualidad, el pensar, el sentir y la visión humanos. Tampoco es adecuado para lograr la correcta relación con esas potencias, que se plantee simplemente la fórmula abstracta: hay que combatir esas potencias. Eso equivaldría a exhortar la estufa a que dé calor, sin ponerle leña, ni prenderla. Hay que saber, ante todo, que ahora, descendidas esas potencias a nuestra Tierra, hemos de vivir con ellas, y no cerrar los ojos ante ellas, pues, de hacerlo, adquirirían el máximo poderío. Insisto: las potencias ahrimánicas que han invadido el intelecto humano, adquieren el máximo poderío, si uno se niega a enterarse de su existencia y función.
La antigua ciencia del futuro y la moderna ciencia del pasado.
Si se pudiera lograr el ideal de buen número de personas, que consiste en estudiar únicamente las ciencias naturales, y erigir las leyes de la Naturaleza incluso en leyes sociales, enfocar exclusivamente lo llamado "real", entendiéndose como tal lo sensible... si todo eso se lograra en amplia escala, entonces las potencias ahrimánicas tendrían ganada la partida, pues en tal caso nada se sabría de su existencia. Se fundaría una religión monista en sentido de Haeckel, y ellas tendrían campo libre. Eso es lo que más les gustaría: que nada supieran los hombres de ellas, y así poder ellas trabajar en su subconsciente.
Importante ayuda para las potencias ahrimánicas se alcanzaría ofreciendo una religión enteramente naturalista. Si Strauss hubiera podido realizar plenamente su ideal de fundar esa religión filistea, fustigada- por Nietzsche en su libro "David Friedrich Strauss, profesante y filisteo", las potencias ahrimanicas se sentirían hoy a sus anchas, incluso mucho más de lo que, de todas maneras, se sienten. Pero eso no es sino un aspecto, pues esas potencias pueden prosperar óptimamente aun de otra manera, a saber, si se cultivan los elementos que ellas particularmente quieren difundir entre los hombres del presente: el prejuicio, la ignorancia y el temor a la vida espiritual. Nada beneficia tanto a las potencias ahrimánicas como esos tres vicios: el prejuicio, la ignorancia, y el temor a la vida espiritual.
Y ahora pasen ustedes revista de cuántos personajes se imponen, en verdad, la tarea de cultivar dichas tres lacras. En mi conferencia pública que pronuncié ayer en Basilea, dije que no fue hasta 1822 que quedaron sin efecto los decretos contra Copérnico, Galilei, Kepler, etc. Hasta 1822, a los católicos no les era permitido estudiar la interpretación copernicana del mundo, y cosas por el estilo. Se propiciaba sistemáticamente la ignorancia sobre el particular, formidable ayuda a las potencias ahrimanicas. Buen servicio se les había rendido, lo que les permitió prepararse bien para la campaña que habría de seguir a partir de 1841.
A la afirmación que acabo de hacer, tendría que agregar otra, para que fuese completa. Sin embargo, esta segunda afirmación todavía no puede pronunciarla nadie que realmente esté iniciado en estos asuntos. No obstante, si ustedes intuyen lo que se halla inmanente en los substratos de semejante afirmación, quizá vislumbrarán, aunque tenuemente, a que me refiero.
La concepción científico-natural del mundo es una empresa puramente ahrimánica, y no se la combate pasándola por alto, sino elevándola al nivel de la conciencia, conociéndola lo mejor que se pueda. El mejor servicio que se rinde a Ahriman, consiste en hacer caso omiso de los conceptos científicos, y de luchar insensatamente contra ellos; el que ejerce insensata crítica a los conceptos científico-naturales, no combate a Ahrimán, sino que le propicia, porque extiende engaño y turbiedad sobre un campo en que debiera difundirse la luz. Poco a poco, los hombres tienen que encumbrarse a la comprensión de que todo tiene sus dos lados. Ya saben ustedes que la gente del presente es abrumadoramente inteligente, y por eso se les ocurrió afirmar: "en la cuarta época postatlante, la greco-latina, existía todavía la superstición de que, por el vuelo de las aves y por las vísceras de los animales y otros indicios, se podía vaticinar el futuro. Quienes hacían tales cosas, eran, desde luego, mentecatos". Nadie de nuestros contemporáneos que sermonean contra esas antiguas prácticas, sabe cómo se hacía; ningún coetáneo habla en forma distinta al ejemplo que les di el otro día, cuando uno de esos señores inteligentes tuvo que admitir que se había cumplido una profecía onírica, y, sin embargo, dijo: "así lo quiso el azar". La verdad es que, de acuerdo con las condiciones fundamentales de la cuarta época postatlante, había efectivamente una ciencia que algo tenía que ver con la premonición. En aquellos tiempos, no se creía que fuera posible intervenir eficazmente en el devenir social, por medio de máximas como las que hoy se aplican. Si, entonces no hubiera existido cierta futurología, no se habrían encontrado las magnas perspectivas de índole social, de abarcante proyección en el tiempo, no importa que estemos o no de acuerdo con ella. Créanmelo: lo que los nombres logran hoy en la vida social y de la política, arraiga todavía en aquella antigua futurología. Mas esta ciencia del futuro jamás puede obtenerse mediante la observación de lo que ofrecen los sentidos externos, jamás obtenerla según el modelo de las ciencias naturales, pues lo que observan los sentidos externos, es ciencia del pasado. Permítanme ahora que les revele un secreto del universo, muy importante y muy substancial: si observan el mundo tan sólo a través de los sentidos, como lo hace el moderno estudio científico, no tienen en cuenta sino leyes pasadas que aún persisten propiamente, no observan sino el cadáver universal del pasado. La ciencia natural estudia la vida que ha muerto.
Supongamos que éste fuera nuestro campo de observación, lo que se extiende ante nuestros ojos, oídos y demás sentidos. Supongamos que aquí estuviera la totalidad de todas las leyes científico-naturales habidas y por haber; entonces esta totalidad de leyes ya no representa lo que está dentro, sino lo que alguna vez estuvo dentro, perdurando como remanente entumecido. Además de estas leyes, hemos de escrutar lo que los ojos no pueden observar, ni los oídos oír: un segundo mundo de leyes. Este segundo mundo o conjunto, hállase contenido en la realidad, y apunta hacia el futuro.
Sucede en el mundo lo que con la planta: la planta tal y como se presenta a nuestra vista, no es la verdad; misteriosamente entraña algo que todavía no puede verse, y que sólo se revelará el año entrante: el sistema germinal. ¡Ya está ahí, pero es invisible: Así, en el mundo que se extiende ante nosotros, yace contenido, invisible, todo el futuro, en tanto que lo pasado se halla en forma marchita, desecada, muerta; es cadáver. El estudio de la Naturaleza, tan sólo nos suministra una imagen de cadáver: sólo lo pasado. Es verdad que, deteniéndonos únicamente en lo espiritual, nos falta ese pasado más para lograr la realidad total, hemos de tener en cuenta lo invisible también.
¿Cómo es posible que la gente, por un lado, estatuye la teoría de Kant-Laplace y, por el otro, habla como el profesor Drews que construye un fin del mundo, es decir, cuando la gente pueda leer el periódico a centenares de grados bajo cero, con paredes barnizadas de albúmina luciente; la leche sólida? Sería curioso saber cómo se pueda ordeñar, siendo sólida. Todo eso, son conceptos imposibles, como lo es toda la teoría de Kant-Laplace. Tan pronto como se rebasa con esas teorías el campo de observación inmediata fallan. ¿Por qué? Porque son teorías de cadáveres, de lo muerto.
Nuestra intelectualidad afirma: los sacerdotes verificadores de Grecia y de Roma, han de haber sido rufianes truhanes o supersticiosos, pues ninguna persona "sensata creerá que, del vuelo de las aves o de las tripas de animales sacrificados, se pueda deducir algo referente al futuro. En analogía, la humanidad del futuro, si se siente inteligente como nuestra generación se siente frente a inmoladores romanos, podrá mirar con aún mayor desdén, las ideas de que hoy se enorgullece la gente. Y dirá: ¡Teoría de Kant-Laplace! ¡Drews! Qué ideas más supersticiosas tuvieron! Observaron unos pocos milenios de la evolución terrestre y, de ahí, dedujeron los estados inicial y terminal da la Tierra. Hubo extrañas personas supersticiosas que describieron que el Sol y los planetas se separaron de una nebulosa primitiva, y que luego empezaron a girar! - En verdad, amigos míos, sobre las ideas de la teoría de Kant-Laplace y las del fin de la Tierra, podrán hacerse ase-aseveraciones aún mucho más graves que las que hacen nuestros contemporáneos sobre la exploración del futuro con base en las víctimas, el vuelo de las aves, etc.
Significados de los mitos
¡Cuán egregios son, hoy día, los hombres que se han empapado cabalmente del espíritu y actitud mental del actual pensar científico-natural! ¡Con cuánto desprecio miran los antiguos mitos y los cuentos de hadas! ¡Edad infantil de la humanidad, cuando los hombres se divertían con sus sueños! Nosotros, en cambio, hemos alcanzado el auténtico progreso: sabemos que cierto principio de causalidad lo domina todo; hemos llegado a la cúspide del saber.
Todos los que así opinan, ignoran en verdad Que toda esta ciencia moderna no existiría, precisamente en las áreas de su mayor justificación, si no les hubiera precedido el pensamiento mítico. Sin el mito, esa ciencia sería tan imposible, como lo sería la planta formada tan sólo de tallo, hojas y flores, sin ninguna raíz que la sostuviera. Quien concibe la ciencia actual como un todo cerrado en sí mismo, procede como si quisiera cultivar solamente las partes superiores de la planta. Todo lo que hoy es ciencia, arranca del mito: el mito es su raíz. Y a ciertos geniecillos elementales que observan todo esto desde otros mundos, les causa risa diabólica de escarnio el que los eruditos universitarios miren con desprecio las antiguas mitologías, todas las prácticas de la otrora superstición, sin darse cuenta de que ellos mismos, con todo su saber, son producto de esos mitos, y que no podrían tener ni un solo pensamiento adecuado al momento presente, sin que antes hubieran existido. Y algo más les causa esa auténtica risa infernal (y aquí cabe recurrir al atributo infernal", porque las potencias ahrimánicas reciben con júbilo satánico el que se les dé la oportunidad de esa burlona risa): es cuando la gente cree que la teoría de Copérnico, el galileísmo, la gloriosa ley de la conservación de la energía, no han de cambiar nunca, y que tienen eterna validez. ¡Qué juicio tan miope! La misma relación que existe entre el mito y nuestros conceptos actuales, prevalecerá entre los conceptos científicos de los siglos XIX y XX, y lo que vendrá dentro de un par de siglos. Lo de hoy quedara trascendido, del mismo modo como quedó superado el mito. ¿Creen ustedes que rozando el año 3000, subsista el mismo concepto sobre el sistema solar que tenemos hoy? Dejémoslo para una superstición de sedicentes expertos, pero jamás para creencia de antropósofos.
Lo que los hombres de hoy justificadamente piensan; lo que, en verdad, les confiere cierta estatura en nuestra época, deriva precisamente de la circunstancia de que, en la época griega, floreció la mitología griega. Para el hombre racionalista del presente, nada habría más encantador que poder imaginarse: pobrecitos los griegos; ¡Que felices habrían sido si hubieran poseído nuestra actual ciencia! - Pero de haberla tenido, no habría existido lo que constituye su patrimonio cultural: el conocimiento de los dioses griegos, el mundo de Homero, de Sófocles, de Esquilo, de Platón, de Aristóteles. Y entonces, Wagner, el célebre fámulo de Fausto, sería un auténtico Fausto en comparación con los Wagneres gue hoy andarían ante nosotros: enjuto, degenerado, yermo; así sería todo el pensar humano. En efecto, toda la fuerza vital de nuestro pensar se debe a su raigambre en el mito griego, mejor dicho, en el mito de la cuarta época postatlante en general; y quien cree que el míto era una equivocación y que el pensar actual es lo correcto, se parece a quien considere que se puede tener un ramo de rosas sin cortarlas primero del rosal, ¿por qué las rosas no podrían nacer directamente?
Precisamente los hombres que hoy día se estiman más iluminados, se mueven entre los conceptos más irreales, El modo de pensar propio de la cuarta época postatlante, con su figuración de mitos e imágenes que, para los hombres de hoy, parecen sueños más que conceptos científicos nítidamente perfilados, es la base de lo que somos. A su .vez, lo que hoy pensamos y elaboramos, será la base de la próxima época cultural, pero el que lo sea, depende de que se desarrolle, no tan sólo hacia una desvitalización, sino también hacia el lado de la vida: ¿cómo se le insufla la vida? Tratando de llevar al nivel de la conciencia lo que existe, y reconocer lo que nos da la conciencia despierta, lo que nos convierte en personalidad vigilante.
La situación desde el año de 1879, es la siguiente: si uno va a la escuela, si ahí absorbe la mentalidad propia de las ciencias naturales, si luego se apropia una concepción del mundo que concuerde con esa mentalidad científica, si cree que lo único que puede llamarse real es lo que se extiende en el mundo sensible, Ahrimán ha ganado el juego y sus huestes se encuentran a sus anchas. Son muchas las personas que hoy piensan de ese modo. Porque esas potencias ahrimanicas que, desde el año 1879, se han atrincherado en las almas humanas, ¿qué son, propiamente? No son hombres, sino ángeles, pero ángeles rezagados, ángeles que han sido lanzados fuera de su cauce evolutivo y que han desaprendido a ejercer su función en el mundo espiritual superior inmediato. De haber sido capaces no se las habría derribado en el año 1879: cayeron por no poder cumplir su misión al nivel superior. Y ahora pretenden llevarla a cabo con ayuda de los cerebros humanos; en ellos, se hallan en un plano que es inferior en un grado al que propiamente les correspondería. Lo que hoy se llama el pensar monista, no es, en realidad, ejecución humana: las llamadas ciencias económico-políticas ya mencionadas ayer y que, al estallar la guerra, proclamaron como peritaje científico su terminación en cuatro meses -dejando de lado el simple papagayeoperiodístico- son pensamientos angelicales, anidados en los cerebros humanos. El propósito de las potencias que quieren apoderarse del entendimiento humano, es usurparlo más y más, para así poder ellas desplegar su vida. Y contra esa tendencia no es eficaz meter la cabeza en la arena y jugar la política de avestruz, sino sólo tenerla en cuenta conscientemente. No se puede competir con los monistas si uno no sabe lo que ellos piensan: sólo es posible sabiéndolo, reconociendo que es ciencia de Ahrimán, ciencia de ángeles rezagados que anidan en los cerebros humanos. ¡Hay que conocer la verdad, la realidad!
Entre nosotros, los antropósofos, lo expresamos en nuestra terminología, y nos referimos a potencias ahrimanicas, termino de mucho significado para nosotros. En público, ante personas del todo impreparadas, no es posible hablar en esta forma: he ahí una de las paredes divisorias. Con nuestro lenguaje, no alcanzamos el público: pero existen, desde luego, recursos y caminos para transmitirles la verdad. Si no hubiera ningún recinto donde se pudiera decir la verdad, tampoco habría posibilidad de instilarla en la profana ciencia externa. Es imperativo que existan, por lo menos, algunos sitios singulares donde la verdad pueda ser expresada en forma original y genuina. Solo que no hemos de olvidar que los hombres modernos, aun cuando afiliados a la ciencia espiritual, tropiezan, a menudo, con dificultades insuperables para tender el puente hacia la ciencia ahrimánica. He conocido a varios personajes versados en una u otra área de la ciencia ahrimánica: buenos naturalistas, buenos orientalistas, etc., que luego se vincularon a nuestra investigación espiritual. Puse gran empeño en inducirles a tender ese puente. ¡Cuál habría sido el impacto si un fisiólogo o un biólogo, con todo el conocimiento especializado que actualmente puede adquirirse en sus campos, hubiera remodelado su fisiología o biología con enfoque espiritual! Hice el intento con algunos orientalistas, pero me encontré con que, por un lado, son buenos antroposofos, mas por el otro, siguen siendo orientalistas, fieles a su gremio, sin estar dispuestos a tender el puente de lo uno hacia lo otro, eso nuestra época necesita con tanta premura. Como ya dije, potencias ahrimánicas se sienten muy a gusto con que se ejerza la ciencia natural como si fuera imagen del mundo Externo, y se sienten muy incómodas si uno avanza con la ciencia espiritual y la actitud mental que de ella dimana.
¿Por qué? Porque la ciencia espiritual abarca al hombre entero y gracias a ella, cambia nuestro sentir, nuestro querer, nuestra manera de enfocar el mundo.
Es verdad lo que los iniciados han afirmado siempre: el que los hombres se saturen de la sabiduría espiritual, es origen de una gran conmoción tenebrosa para las potencias ahrimánicas de un fuego devorador. Los ángeles ahrimánicos se sienten a sus anchas en los cerebros henchidos de ciencia ahrimánica, en tanto que les son de tenebroso espanto los cerebros impregnados de sabiduría espiritual. Tomemos esto en plena seriedad; sintamos que, al impregnar-sabiduría espiritual recorremos el mundo con la correcta relación con las potencias ahrimánicas, y erigimos, con nuestra propia actividad, lo que tiene que erigirse: para salvación del mundo, erigiremos el lugar del fuego inmolador y devorador, es decir, el lugar donde la conmoción tenebrosa se proyecta sobre lo ahrimánico pernicioso.
¡Compenétrense de estas ideas, de estos sentimientos, modo para mantenerse alertas a lo que sucede en el mundo externo, y observarlo! En el siglo XVIII, se extinguieron los últimos remanentes de la antigua ciencia atávica. Los seguidores del desconocido filósofo Saint-Martín, discípulo de Jacobo Bohme, poseían restos de esa sabiduría, así como un notable saber anticipado de lo por venir, y lo que, en nuestra época, ya ha venido. En aquellos círculos, se mencionaba a menudo que, del último tercio del siglo XIX y la primera mitad del XX, irradiaría un tipo de conocimiento que tiene sus raíces en el mismo suelo en que arraigan determinadas enfermedades humanas - a ellas me referí el domingo pasado - y que prevalecerían concepciones derivadas de la mentira, así como sentimientos arraigados en el egoísmo.
Sigan ustedes con ojo vidente, vidente gracias a los sentimientos a que hoy nos referimos, lo que pulsa y palpita en nuestra época. Muchas de las impresiones que así recojan, les lastimarán el corazón. Pero eso no importa, pues el conocimiento claro, aunque duela, rendirá los buenos frutos que la humanidad necesita para salir del caos en que se halla metida.
Ante todo, revisemos la ciencia de la educación. Y en su área, uno de los primeros principios es a aquel contra el cual más se peca hoy día. Más importante que todo lo que ustedes, conscientemente, puedan enseñarle e inculcarle a un muchacho o a una muchacha, a un joven o a una jovencita, es lo que, durante los años escolares, penetra inconscientemente en sus almas. En la reciente conferencia pública, mencioné que la memoria es algo que se desarrolla en lo subconsciente, como fenómeno paralelo de la vida anímica consciente: he ahí lo que la educación ha de tener en cuenta. El maestro ha de inculcarle al alma, no solo lo que el niño comprende, sino también lo que todavía no comprende, y que misteriosamente se difunde en su alma, para aflorar más adelante en la vida. Esto es importante. Nos acercamos mas y más a la época en que los hombres, durante todo su existir, necesitaran recuerdos de su juventud, recuerdos acariciados, recuerdos que les hagan felices.
Esto tiene que sistematizarse en educación. Para la educación del porvenir será veneno, el que los hombres, en edad madura o avanzada, sólo recuerden los sinsabores de los años escolares; el que prefieran no acordarse de ellos, y el que los años escolares no les sean un manantial del que, una y otra vez, y siempre de nuevo, pueden aprender, aprender y aprender. En cambio sí, de niño, ya extrajeron de la materia todo lo que ella puede rendir, nada queda para años posteriores.
Reflexionen sobre todo esto, y dense cuenta de cuán distintamente de la manera hoy considerada correcta, ciertos principios fundamentales habrán de convertirse, en el futuro, en directrices vitales .Le convendría a la humanidad no pasarse dormida las tristes experiencias del momento presente, sino aprovecharlas familiarizándose con el pensamiento: mucho habrá de cambiar- Recientemente, la humanidad se ha mantenido demasiado satisfecha de sí misma, y así no ha podido sondear este pensamiento en toda su hondura y, ante todo, en toda su intensidad.
Fuente: Rudolf Steiner
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