Introducción
Al aproximarse a cualquiera de los trabajos
publicados de P. D. Ouspensky, desde
Tertium Organum (aparecido por
primera vez en Rusia en 1912 y reeditado muchas veces desde entonces) hasta
esta nueva colección de trabajos cortos, es importante recordar que el mismo
Ouspensky tenía escasa fe en la palabra escrita como método básico de búsqueda
de la verdad. No es que O. (como le llamaban entre los miembros de su círculo)
tuviera ningún desprecio por la erudición o por el deseo de acceder al
conocimiento. Lector voraz, aunque selectivo, Ouspensky tenía seis años de
edad cuando leyó por primera vez a Turgenev (una clara indicación de
extraordinario talento a una edad tan temprana).
A los doce años había devorado casi toda la
literatura de ciencia natural y de psicología a la que tenía acceso. A los
dieciséis, según su propio testimonio, había decidido no seguir estudios
académicos, sino concentrarse más bien en aquellos aspectos de conocimiento que
estaban fuera y por encima de los campos tradicionales de estudio. “Los
profesores estaban matando a la ciencia”, decía, “de la misma manera que los
sacerdotes estaban matando a la religión”. Ninguna de las ciencias establecidas
iba suficientemente lejos, asentía él, en la exploración de las otras
dimensiones que sin duda existían; se paraban, como Ouspensky señalaba, en una
“blanca pared”.
La consiguiente reluctancia de Ouspensky a depender de lo escrito como
medio de transmitir conocimiento estaba basada en dos puntos fundamentales,
ambos integrados en el sistema que enseñaba. En primer lugar, estaba la
importancia de trabajar en el propio desarrollo personal con, y gracias a, un
entorno proporcionado por una escuela o grupo estructurado. La filosofía de
Ouspensky estaba basada en la idea de que el hombre era una máquina, que pasaba
por su existencia en un estado mecanicista semejante a un sueño, y que para
aprovechar su pleno potencial tenía que despertar por medio de un disciplinado
intento de “auto recuerdo” para ser capaz de estar completamente consciente en
cualquier momento. El auto recuerdo era difícil, requiriendo una serie de
pasos en un orden definido junto con la ayuda de una escuela; la recompensa
final, por medio del auto estudio, el control y la transformación de las
emociones negativas, era la adquisición de la consciencia objetiva. Este era un
estado de vigilia en el cual un hombre, liberado de su estado de “soñar
despierto”, sería capaz de ver la realidad superior (“el conocimiento
esotérico”) invisible para él en su subdesarrollado nivel de existencia
ordinario.
La clave de todo esto, evidentemente, era el trabajo proporcionado por
la escuela basado en el principio de que el desarrollo del conocimiento y el
crecimiento del ser deben ir parejos para que haya un entendimiento correcto. A
diferencia de muchos otros sistemas, el de Ouspensky puede no tener éxito para
el individuo aislado a través de la contemplación o ser comprendido únicamente
mediante el ejercicio de la facultad intelectual. Fue por esa razón por la que
Ouspensky enfatizó, a lo largo de toda su vida, que “el sistema no podía ser
aprendido de ningún libro”. Aunque algunos capítulos de su libro En busca de lo milagroso: Fragmentos de una
enseñanza desconocida fueron en
ocasiones leídos en voz alta a antiguos miembros de sus grupos de Londres, se
usaron allí no sólo para suscitar discusión, sino también para mostrar el
nivel e intensidad del trabajo del grupo ruso original. Todos los libros de
Ouspensky deben, por consiguiente, ser considerados como introducciones al
trabajo del sistema más bien que como “libros‑guía” para la comprensión de
dicho trabajo.
La segunda razón fundamental para las dudas de Ouspensky sobre el valor
del libro como instrumento didáctico fue el considerable respeto que el mismo
sentía por el poder de la palabra. Ouspensky se había ganado la vida como reputado
periodista en la Rusia pre revolucionaria y era bien consciente tanto de su
efectividad como de su dificultad. Las palabras reunidas correctamente en una
pagina pueden transmitir un pensamiento como no podría hacerlo el habla
ordinario; por otro lado, un escrito menos que perfecto podría, por su misma
ambigüedad, oscurecer más de lo que revelara. Era tan consciente Ouspensky de
la importancia de la palabra correcta en el contexto correcto que a menudo revisaba
un manuscrito una y otra vez, pasando años desde su primera versión. Un ejemplo
típico es su novela La extraña vida de Ivan Osokin, escrita en 1905
pero no publicada hasta 1915. Varios libros suyos, incluyendo el bien conocido En busca de lo milagroso: Fragmentos de una
enseñanza desconocida, nunca obtuvieron su aprobación para ser publicados
en absoluto. En busca de lo milagroso apareció
como manuscrito ya en 1925, fue leído en voz alta a miembros de los grupos de
Ouspensky en Londres en los años treinta, pasó unas cuantas revisiones y aun
estaba sin publicar a la muerte de Ouspensky, en 1947.
La gente que conoció bien a Ouspensky y que asistió a sus reuniones a
menudo recuerda su énfasis en la selección de la palabra correcta para definir
una situación dada, su negativa a enredarse con jergas religiosas y
filosóficas y su convencimiento de que ninguna afirmación es valida sacada de
su contexto. Uno de sus antiguos alumnos comentaba que: si alguien empezaba una
pregunta con "el señor Ouspensky dijo la semana pasada..." él
escucharía toda la pregunta y después diría: Pero, ¿en conexión con qué dije yo
eso?. También ellos recuerdan su respeto por la más bien impresionante
autoridad de la obra publicada; esto es, la perspectiva de que una vez que una
filosofía es capturada en un libro esta en peligro de ser enterrada allí,
sujeta a disección sin fin o tomada como evangelio y acabando tan muerta como
las leyes de los medos y los persas. De ahí el convencimiento de Ouspensky del
riesgo de decidirse a publicar un libro y su cuidado al tomar la decisión de
ver su propia obra entre tapas duras.
Ouspensky
fue un maestro de la palabra hablada, así como de la escrita. Fue, en primer
lugar, un instructor, y los cinco trabajos de este pequeño volumen son el
producto no de un hombre que escribe solo en un estudio, sino de un instructor
explicando un sistema de ideas que pueden ser apreciadas lentamente y
entendidas correctamente por medio de cuidadosas preguntas de quienes le
escuchan y de su sincero deseo de aprender. Durante veintiséis años Ouspensky
presidió reuniones en las cuales aquellos que estaban interesados en trabajar
en el sistema podían oír una lectura básica, para después clarificar su sentido
por sí mismos preguntando cuestiones precisas (la formulación propia de una
pregunta era una parte importante de la auto disciplina que Ouspensky
requería). Como puntualiza un miembro del circulo de O:
El mismo leía a grupos de
sesenta o setenta personas una vez por semana durante un periodo de tres meses
Las reuniones duraban tres horas; generalmente se leía media lectura en cada
reunión v después se pasaba a las preguntas a las que Ouspensky respondería.
... Se tomaron notas
taquigráficas de la mayor parte de las reuniones de Ouspensky y se hizo una
larga recopilación de extractos de ellas después de su muerte, publicadas con
el nombre de El cuarto camino, en
1957. Este libro contiene mucho material de estudi..., pero las valiosas
pepitas son difíciles de extraer.
El presente volumen consiste en cinco ensayos
cortos que fueron impresos originalmente como libros de 1952 a 1955, después de
la muerte de Ouspensky y antes de la recopilación de El cuarto camino. Los libros se imprimieron para su distribución
privada (en ningún caso se produjeron más de 300 copias). Estos libros no se
pusieron a la venta, y han sido, hasta la fecha, inasequibles para el gran
publico.
Al igual que El
cuarto camino, los cinco libros que forman este volumen se construyeron a
partir de cosas dichas por Ouspensky en sus reuniones; a diferencia de la magnitud
de ese amplio volumen, cada ensayo en éste concentra una cantidad importante de
principios del sistema, de modo que las “pepitas” son más fáciles de “extraer”.
El valor de esta identificación y sintetización de conceptos es que, tomados
juntos, los ensayos cubren el lado psicológico práctico del sistema comunicado
por Ouspensky; tomados por separado, pueden ser entendidos de una sentada y
pueden, de ese modo, servir de “llave” para acercarse al rico material contenido
en libros más extensos de Ouspensky.
Se ha puesto el máximo cuidado en la selección de
los pasajes de las copias de las reuniones de Ouspensky, en editarlas para su continuidad
y en evitar la distorsión o el adorno de las ideas de Ouspensky. Prácticamente
en cada caso los comentarios de Ouspensky son transcritos in extenso. Debe recordarse, por supuesto, que las reuniones de
cuyas transcripciones se compusieron estos libros tuvieron lugar a lo largo de
un periodo de aproximadamente treinta años, y que durante ellos Ouspensky
amplió, profundizó y refinó sus pensamientos. Además, él entendimiento
completo de algunos de los términos empleados en estos ensayos depende de un
conocimiento de “los significados especiales en conexión con un sistema del
cuarto camino que Ouspensky enseñó”.
Aquellos que busquen una visión más cohesiva de
la filosofía de Ouspensky o una elaboración más completa acerca de ciertos
términos empleados en este libro, deberían pasar de esta “muestra” a sus libros
más extensos, incluyendo Un nuevo modelo
del universo, En busca de lo milagroso: Fragmentos de una enseñanza
desconocida y La psicología de la posible evolución del hombre. Publicado
después de la muerte de Ouspensky, este librito contiene el texto de las
lecturas que se leyeron a “gente nueva” en las reuniones de Ouspensky durante
el periodo de introducción de una duración de cuatro a seis meses. Se ha dicho
que su lectura es “esencial... para cualquier estudio serio de las ideas”. A
pesar de las advertencias anteriores, el lector profano no ha de dudar al
aproximarse a los cinco trabajos en él contenidos, porque hay en ellos muchas
cosas que puede entender cualquiera que sea consciente, aunque sea vagamente,
de que existe algo más de lo que puede revelarse a la vista de las monótonas
pautas de la vida cotidiana. Uno no puede evitar reaccionar, por ejemplo, a
las seductoras palabras de Ouspensky en las primeras paginas de Memoria:
El hombre tiene momentos ocasiónales de auto consciencia, pero no tiene
dominio sobre ellos. Van y vienen por sí mismos, siendo controlados por
circunstancias externas y asociaciones o emociones ocasiónales. Surge la
cuestión: ¿es posible conseguir dominio sobre estos fugaces momentos de
consciencia, para evocarlos más a menudo y mantenerlos durante más tiempo, o
incluso hacerlos permanentes?
Desde la Segunda Guerra Mundial, evidentemente, ha
habido un crecimiento continuo del interés publico en
el estudio de la “consciencia”, no definida según las ciencias médicas, sino significando algo más: una consciencia
y una percepción de un mundo por encima y más allá de nuestra experiencia
ordinaria. Especialmente en los últimos veinte años hemos contemplado la emergencia
de diversas técnicas que buscan elevar el nivel de consciencia o de “ser”,
desde el empleo de drogas a aquellas basadas totalmente, o en parte, en las
antiguas religiones orientales. Además, por todas las así llamadas “ciencias
legitimas” se ha producido un estudio renovado y serio en aquellas áreas en su
tiempo etiquetadas como parte de lo oculto: percepción extrasensorial,
fenómenos psíquicos, dimensiones adicionales, biofeedback, telepatía y otros
temas considerados en tiempos pasados territorio de echadores de cartas y
charlatanes. Puede decirse que todo el mundo cotidiano esta dando la razón a la
observación hecha hace cuatrocientos años en Hamlet: “Existen más cosas en el
cielo y en la tierra, Horacio, de las que sueña tu filosofía.”
Es por estas razones por lo que es apropiado hoy reeditar estos cinco libros, al tiempo que se produce un redespertar del interés por P. D. Ouspensky y por otros filósofos, en otro tiempo marginados, que hace tiempo dijeron “hay un conocimiento que sobrepasa todo conocimiento humano ordinario y que es inaccesible a la gente común, pero que existe en alguna parte y pertenece a alguien”. Los papeles de Ouspensky, ahora contenidos en la Colección de Manuscritos y Archivos de la Biblioteca de la Universidad de Yale (la colección Memorial de P. D. Ouspensky se abrió a los estudiosos en una gran exhibición en octubre de 1978), muestran una amplia evidencia del hecho de que P. D. Ouspensky y su “gente” estaban buscando un modo de alcanzar ese conocimiento superior mucho antes de que estuviera de moda o de que fuera aceptable tan siquiera.
Es por estas razones por lo que es apropiado hoy reeditar estos cinco libros, al tiempo que se produce un redespertar del interés por P. D. Ouspensky y por otros filósofos, en otro tiempo marginados, que hace tiempo dijeron “hay un conocimiento que sobrepasa todo conocimiento humano ordinario y que es inaccesible a la gente común, pero que existe en alguna parte y pertenece a alguien”. Los papeles de Ouspensky, ahora contenidos en la Colección de Manuscritos y Archivos de la Biblioteca de la Universidad de Yale (la colección Memorial de P. D. Ouspensky se abrió a los estudiosos en una gran exhibición en octubre de 1978), muestran una amplia evidencia del hecho de que P. D. Ouspensky y su “gente” estaban buscando un modo de alcanzar ese conocimiento superior mucho antes de que estuviera de moda o de que fuera aceptable tan siquiera.
Seguir “el cuarto camino” no exige contribuciones
monetarias, tomar drogas, ni incluso una aceptación servil a las afirmaciones
hechas por el mismo Ouspensky; en verdad, uno de su círculo recuerda: “Nos
pidió que no aceptásemos ningunas ideas que no pudieran ser probadas en la
práctica.” Lo necesario era el
aceptar la propia mecanicidad y la falta de consciencia unificada, y apelar a
la voluntad del auto recuerdo para vencer a una y adquirir la otra. El lector
que se encuentre a sí mismo desorientado por los objetivos y métodos en
conflicto de muchos de los cultos y filosofías de hoy debería encontrar una
claridad digna de agradecer en los objetivos de Ouspensky, tal y como se expresa
en La personalidad superficial: “La
meta de este sistema es llevar al hombre a la consciencia.”
El lector sacará más partido
de estas cinco cortas obras de Ouspensky leyéndolas antes que leyendo acerca de ellas. A pesar de todo, unas
breves explicaciones:
La memoria: extractos de los dichos y escritos de P. D.
Ouspensky acerca de la memoria, el auto recuerdo y el retorno.
Al igual que las otras obras
de este volumen, La memoria fue impresa para uso privado en la Stourton
Press de Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Data de 1953. Las primeras cuatro
secciones del libro pueden encontrarse con ligeras variaciones en La psicología de la posible evolución del
hombre. La sección quinta está tomada de En busca de lo milagroso.
El tema principal de La memoria es que en realidad recordamos muy poco de nuestras
vidas, y esto es porque recordamos solo momentos
conscientes. La “consciencia” de Ouspensky no era meramente lo opuesto del dormir, o inconsciencia; era una consciencia
del yo, un auto recuerdo. Ouspensky discute, pues, cómo podemos conseguir la
verdadera auto consciencia, y con ella la memoria total y una apreciación de
que estamos vivos (como opuesto al meramente existir en un estado mecánico).
La personalidad superficial: un estudio del hombre
imaginario.
Este libro, publicado en
1954, esta compuesto enteramente de cosas dichas por P. D. Ouspensky en
reuniones entre 1930 y 1944. La personalidad superficial esta organizada
alrededor de la afirmación de Ouspensky de que “La principal característica de
nuestro ser es que somos muchos, no uno”. Porque el hombre no es completamente
consciente de sí mismo, tampoco es consciente de los muchos deseos contradictorios,
creencias, emociones y prejuicios que le llevan desde un instante al siguiente;
no tiene “centro de gravedad”, y careciendo de él es incapaz de mantener una
meta fija durante un período de tiempo. Aunque puede creer que él esta determinando
la dirección de su propia vida, en realidad un hombre es zarandeado de un
deseo a otro por una variedad de influencias exteriores. El hombre puede
superar este estado sólo si se vuelve consciente de sus múltiples yoes y en la
búsqueda del desarrollo de su verdadero yo detiene la expresión de emociones
negativas, identificaciones, mentiras y demás elementos de la “falsa
personalidad”.
La obstinación. Una recopilación de cosas dichas por P.
D. Ouspensky principalmente acerca de la necesidad de sojuzgar la obstinación
como preparación para el desarrollo de la voluntad.
Doscientas copias de este
libro se imprimieron en Ciudad del Cabo en 1955; el texto se imprimió a partir
de respuestas dadas a preguntas en los encuentros mantenidos por P. D.
Ouspensky en Londres y Nueva York entre 1935 y 1944. El hombre, dice Ouspensky,
no tiene voluntad, sino sólo obstinación (“el deseo de tener nuestro propio
camino”) y terquedad (“el deseo de hacer algo simplemente porque no debemos”).
Ambos se desarrollan a partir de los momentáneos deseos pasajeros de los muchos
“yoes” o sí mismos de los que consta el hombre. La verdadera voluntad está
presente únicamente en el hombre consciente, y es una meta que se consigue
mediante el sistema; ganamos voluntad con el ejercicio del trabajo mediante el
sistema, en el contexto de una escuela. La obstinación y la terquedad son
particularmente difíciles de erradicar porque forman parte de nuestra ilusión
de que somos ya conscientes y capaces de “hacer”, es decir de llevar a cabo
algo por una genuina intención más bien que como una respuesta refleja,
mecánica a influencias exteriores .
Una síntesis de alguno de los dichos y escritos de P. D.
Oupensky sobre el tema de las emociones negativas.
Este trabajo, impreso originalmente en 1953, fue
sacado de los escritos no publicados de P. D. Ouspensky, con la excepción de
algunas definiciones de términos tomados de Lecturas
psicológicas publicadas para uso privado en 1934‑40. Las “emociones
negativas” son de violencia o depresión. Ouspensky afirmó que dichas emociones
eran inútiles y destructivas, y que a pesar de nuestras protestas de lo
contrario surgen no a causa de provocaciones externas, sino desde dentro de
nosotros. Sin embargo, las emociones negativas eran artificiales (originándose
en la identificación “nuestra incapacidad de separarnos a nosotros mismos de
los objetos, la gente o las emociones que nos rodean”), y de ahí que puedan
ser destruidas una vez que nos volvemos conscientes de ellas e intentamos
suprimirlas por medio del auto recuerdo. El primer paso para eliminar las
emociones negativas es limitar su expresión; cuando esto sucede entonces será
posible acceder a la raíz de las mismas emociones negativas
Notas sobre el trabajo
Notas sobre el trabajo, impreso por primera vez en 1952, se compone de
tres ensayos cortos: “Notas sobre la decisión de trabajar”, “Notas sobre el
trabajo en uno mismo” y ¿Qué es la escuela?. Todos tratan acerca del grado de
compromiso requerido para un trabajo de iniciación en el sistema. El mensaje
principal de Notas sobre el trabajo está
contenido en el párrafo de Ouspensky en el comienzo: “Piensa muy seriamente
antes de decidir trabajar en ti mismo con la idea de cambiarte a ti mismo, este trabajo no admite el no compromiso y
requiere una gran dosis de auto disciplina y disposición a obedecer todas las
reglas...”
Estos cinco trabajos fueron impresos en su
tiempo en tiradas muy limitadas, y solamente tuvieron acceso a ellos un pequeño
grupo de gente que se había dedicado durante años al estudio de la filosofía de
Ouspensky. La decisión de reimprimir La
memoria, La personalidad superficial, La obstinación, Las emociones negativas y
Notas sobre el trabajo para su presentación a una audiencia más amplia se
basa en el entusiasmo renovado del público, a menudo bajo la forma de preguntas
acerca de la colección Memorial de P. D. Ouspensky en la biblioteca de la
Universidad de Yale. Es de desear que los muchos estudiosos y profanos
interesados que han llegado a conocer a Ouspensky a través de esas y otras
avenidas consigan una mayor comprensión de P. D. Ouspensky (y de sí mismos) con
el descubrimiento de esta nueva y notable colección.
Merrily E.
La memoria
Extractos de los dichos y escritos
de P. D. Ouspensky
acerca de la memoria, el
recuerdo de uno mismo
y el retorno
Prefacio
Las primeras cuatro secciones
de este libro se encuentran impresas con ligeras variaciones de forma en La psicología de la posible evolución del
hombre. La sección quinta esta tomada de En busca de lo milagroso. Las secciones sexta y séptima han sido
reconstruidas partiendo de anotaciones de algunas de las reuniones de Ouspensky
en Londres y en Nueva York. Estas dos secciones no siempre utilizan las
palabras exactas de Ouspensky porque unas anotaciones taquigráficas de
preguntas y respuestas pueden ser bastante difusas, pero se ha tenido mucho
cuidado para no alterar o embrollar en modo alguno el significado de las
palabras de Ouspensky.
1
En el lenguaje ordinario la
palabra consciencia se utiliza muy a menudo como equivalente de la palabra
inteligencia (en el sentido de actividad mental) o como alternativa de esta. En
realidad, la consciencia es una forma particular de “darse cuenta”, en el
hombre, darse cuenta de sí mismo, darse cuenta de quien es él, de lo que siente
o piensa o de dónde se encuentra por el momento.
De acuerdo con el sistema que
estamos estudiando, el hombre tiene la posibilidad de cuatro estados de
consciencia. Estos son: dormido, vigilia,
consciencia de sí mismo y consciencia objetiva. Pero aunque tenga la
posibilidad de estos cuatro estados de consciencia el hombre realmente vive
sólo en dos estados: una parte de su vida la pasa dormido y la otra parte en lo
que se denomina “estado de despertar”, aunque en realidad difiere muy poco del
sueño.
Por lo que respecta a nuestra
memoria ordinaria, o momentos de memoria, realmente recordamos sólo momentos
de consciencia, aunque no veamos que esto es así.
Más tarde explicaré lo que
significa la memoria en sentido técnico. Ahora simplemente quiero que dirijan
la atención a sus propias observaciones de su memoria. Notaran que recuerdan
las cosas de un modo diferente: algunas cosas las recordarán bastante
vívidamente, algunas muy vagamente y otras no las recordarán en absoluto.
Solamente saben que sucedieron.
Esto significa, por ejemplo, que si saben que hace
algún tiempo fueron a un lugar concreto para hablar con alguien, pueden
recordar dos o tres cosas conectadas con su conversación con esta persona;
pero puede que no recuerden en absoluto cómo llegaron allí o cómo regresaron.
Pero si les preguntan si se acuerdan de cómo llegaron allí y cómo regresaron
dirán que lo recuerdan con claridad, cuando, en realidad, simplemente conocen
el hecho y saben dónde fueron; pero
no lo recuerdan, con la posible
excepción de dos o tres chispazos.
Se quedarían asombrados si
descubrieran lo poco que en realidad recuerdan. Y esto sucede así porque solamente se memorizan los momentos en los
que eran conscientes. Comprenderán mejor lo que quiero decir si retroceden
mentalmente todo lo que puedan a su temprana infancia, o en todo caso a algo
que pasó hace mucho tiempo. Entonces se darán cuenta de lo poco que realmente
recuerdan y cuanto de ello afecta a lo que simplemente saben u oyen que ha sucedido.
Por lo que respecta al tercer
estado de consciencia, podemos decir que el hombre tiene momentos ocasiónales
de auto consciencia, pero no manda sobre ellos. Ellos van y vienen solos,
siendo controlados por las circunstancias externas y por asociaciones o
emociones ocasiónales.
Se plantea la cuestión: ¿es
posible adquirir dominio sobre estos fugaces momentos de consciencia para
evocarlos más a menudo y para mantenerlos durante más tiempo, o incluso para
hacerlos permanentes?
2
El primer estado, o más bajo,
es el de dormido... El hombre esta rodeado por sueños... Imágenes puramente subjetivas
(bien reflexiones de experiencias anteriores, bien reflexiones de vagas
experiencias del momento, tales como sonidos dentro del alcance del durmiente,
sensaciones provenientes del cuerpo, ligeras molestias, sensaciones de tensión)
revoloteando por la mente, dejando sólo una ligerísima traza en la memoria e
inclusive no dejándola.
El segundo grado de
consciencia llega cuando el hombre se despierta. Este segundo estado (el estado
en el que nos encontramos ahora, el estado en el cual trabajamos, hablamos,
nos imaginamos a nosotros mismos como seres conscientes y todo lo demás)
normalmente lo llamamos “consciencia de vigilia” o “consciencia clara”, pero
realmente debería llamarse “duermevela” o “consciencia relativa”.
En el estado de dormido podemos
tener chispazos de consciencia relativa. En el estado de consciencia relativa
podemos tener chispazos de auto consciencia. Pero si queremos tener períodos
más prolongados de auto consciencia y no meramente chispazos, debemos entender
que estos no pueden sobrevenir por sí mismos. Necesitan acción voluntaria. Esto significa que la frecuencia y duración de
los momentos de auto consciencia dependen del dominio que uno tenga sobre sí
mismo. Significa también que consciencia y voluntad son casi una y la misma
cosa o, en cualquier caso, aspectos de la misma cosa.
En este punto debe entenderse
que el primer obstáculo en el camino del desarrollo de la consciencia de uno
mismo en el hombre es su convicción de que ya posee la auto consciencia o, en
cualquier caso, que puede obtenerla siempre que quiera.
Es muy difícil persuadir a un
hombre de que no es consciente y de que no puede ser consciente a voluntad. Es particularmente difícil
porque aquí la naturaleza utiliza un divertido ardid. Si le preguntas a un hombre
si es o no consciente, responderá que él es consciente y que es absurdo decir
lo contrario, porque te oye y te entiende. Y no le sobraran razones, aunque a
su vez estará bastante equivocado. Este es un ardid de la naturaleza. Tendrá
bastante razón, porque tu pregunta o puntualización le ha hecho vagamente consciente
por un momento. Al instante, la consciencia habrá desaparecido, Pero recordará
lo que dijiste y lo que respondió, y se considerara a sí mismo ciertamente
consciente.
En realidad, la adquisición
de la auto consciencia significa trabajo largo y duro. ¿Cómo puede un hombre
estar de acuerdo con este trabajo si piensa que ya posee la misma cosa que se
le promete como el resultado de largo y duro trabajo?. Naturalmente, un hombre
no comenzará esta tarea y no la considerara necesaria hasta que se convenza de
que ni posee auto consciencia ni
nada que se le parezca conectado con ella; es decir, unidad o individualidad,
“yo” permanente y voluntad.
3
Con el objeto de entender los
siguientes párrafos debe tenerse en cuenta que el punto de vista general de que
el hombre tiene sólo una mente (la mente intelectual) es erróneo. En realidad,
el sistema nervioso se divide de acuerdo con las funciones del cuerpo, y cada
división tiene su propia mente. El uso que hace Ouspensky de la palabra
“centro” difiere del significado científico corriente porque incluye la mente
particular en control así como los nervios y los conjuntos de células nerviosas
subsidiarias que conectan esta con otras partes del cuerpo.
Debemos encontrar la razón
por la cual no podemos desarrollarnos más rápidamente sin un largo periodo de
trabajo escolar. Sabemos que cuando aprendemos algo acumulamos material nuevo
en nuestra memoria. Pero, ¿qué es la memoria? Y ¿qué es material nuevo?
Para entender esto debemos
aprender a considerar cada centro como una máquina separada e independiente,
consistente en materia sensible que, debido a su función, es similar a la
materia de la que están hechos los registros gramofónicos. Todo lo que nos
sucede, todo lo que vemos, todo lo que oímos, todo lo que sentimos, todo lo que
aprendemos, esta registrado en estas grabaciones. Esto significa que todos los
acontecimientos externos e internos dejan ciertas impresiones en los discos.
“Impresiones” es una palabra bastante buena porque realmente son impresiones o
imprimaciones lo que queda. Una impresión puede ser profunda, o puede ser
ligera, o puede ser simplemente una impresión efímera que desaparece
rápidamente sin dejar rastro detrás de sí. Pero ya sea una impresión profunda o
ligera sigue siendo una impresión. Y estas impresiones grabadas son todo lo
que tenemos, todas nuestras posesiones. Todo lo que sabemos, todo lo que hemos
aprendido, todo lo que hemos experimentado, todo esta allí en nuestras
grabaciones.
Exactamente del mismo modo
nuestros procesos mentales, cálculos y especulaciones consisten únicamente en
comparar nuestras grabaciones unas con otras, oírlas una y otra vez,
intentando comprenderlas a base de juntarlas, y así sucesivamente. No podemos
pensar en nada nuevo, nada que no este en nuestras grabaciones. No podemos
decir ni hacer nada que no se corresponda con algo que no este en las grabaciones.
No podemos inventar un pensamiento nuevo, igual que no podemos inventar un
nuevo animal, porque todas nuestras ideas de animales son creadas a partir de
nuestra observación de los animales existentes.
Las impresiones de nuestras
grabaciones están conectadas mediante asociaciones. Las asociaciones conectan
impresiones recibidas simultáneamente o semejantes entre sí de alguna manera.
Desde el momento en que la
memoria depende de la consciencia, y ya que realmente sólo recordamos los
momentos en los que tuvimos chispazos de consciencia, queda bastante claro que
las impresiones simultaneas diferentes conectadas entre sí permanecerán durante
más tiempo en la memoria que las impresiones inconexas. En el chispazo de auto
consciencia, o incluso cerca de este, todas las impresiones del momento se
conectan y permanecen así en la memoria. Lo mismo se puede decir de las
impresiones conectadas por su similitud interna. Si estamos más conscientes en
el momento de recibir una impresión, conectamos esta impresión más claramente
con impresiones anteriores similares, y así permanecen conectadas en la
memoria. Por otra parte, si recibimos impresiones en un estado de sueño,
simplemente no nos damos cuenta de ellas y su rastro desaparece antes de que
puedan ser apreciadas o asociadas.
En una de sus reuniones se le
preguntó a Ouspensky si todas las impresiones de nuestras grabaciones se forman
en esta vida o si nacemos con algunas. El contesto:
Las impresiones del centro
instintivo nacen con nosotros; están ya allí, y también hay unas pocas cosas en
el centro emocional. El resto se produce en esta vida; en los centros del
movimiento e intelectual todo ha de ser aprendido.
4
Para comprender más claramente lo que voy a decir
deben intentar recordar que nosotros no tenemos control sobre nuestra
consciencia. Cuando digo que podemos volvernos más conscientes, o que un
hombre puede ser llamado a la consciencia por un momento simplemente con
preguntarle si es consciente o no, he usado las palabras “consciente” y
“consciencia” en sentido relativo. Hay muchos grados de consciencia, y cada
nivel más alto significa más consciente en relación con un nivel más bajo. Pero
aunque no tengamos control sobre la consciencia misma, tenemos un cierto control
sobre nuestro pensamiento acerca de la consciencia, y podemos construir
nuestro pensamiento de forma tal que produzcamos consciencia. Lo que quiero
decir es que si damos a nuestros pensamientos la dirección que podrían tener en
un momento de consciencia, podemos de esta forma inducir a la consciencia.
Ahora intente expresar lo que percibe cuando
pretende observarse a sí mismo. Debe notar tres cosas. Primero, que no se recuerda a sí mismo, es decir, no
es consciente de sí mismo al tiempo que intenta observarse. Segundo, esa observación
se hace difícil por la incesante corriente de pensamientos, imágenes, ecos de
conversaciones, fragmentos de emociones que flotan por su mente y que muy a
menudo distraen su atención de la observación. Y en tercer lugar, que tan
pronto como comienza la auto observación algo en usted comienza a imaginar, y
la auto observación (si es que realmente se había puesto a intentarlo) se
convierte en una lucha constante con la imaginación.
Y este es el punto clave en
el trabajo sobre uno mismo. Si se da cuenta de que todas las dificultades en el
trabajo dependen del hecho de que no puede recordarse a sí mismo, ya sabe lo
que debe hacer. Debe intentar recordarse
a sí mismo.
Con el objeto de lograrlo,
debe luchar con los pensamientos mecánicos y debe luchar contra la
imaginación. Si se hace esto concienzudamente y con persistencia se verán los
resultados en un tiempo comparativamente corto. Pero no debe pensarse que es
fácil o que se puede dominar esta práctica inmediatamente. El recordarse a uno mismo, como es denominado,
es difícil de aprender a practicar. No se debe estar a la expectativa de los
resultados, porque de otro modo uno se encontrará perdido pensando en sus
propios esfuerzos. Debe estar basado en la consciencia del hecho de que no nos
recordamos a nosotros mismos y de que, al mismo tiempo podemos recordarnos a nosotros mismos si ponemos el suficiente
empeño en la dirección correcta.
No podemos volvernos
conscientes a voluntad, en el momento en que lo deseemos, porque no tenemos
mandato sobre los estados de consciencia. Pero podemos recordarnos a nosotros
mismos durante un corto tiempo a voluntad, porque tenemos un cierto mandato
sobre nuestros pensamientos. Y si comenzamos a recordarnos a nosotros mismos
por la construcción especial de nuestros pensamientos, es decir, por la
consciencia de que no nos recordamos a nosotros mismos, de que nadie se
recuerda a sí mismo, y tomando consciencia de lo que esto significa, esta
realización nos llevara a la consciencia.
Debe comprender que hemos encontrado el punto
débil en el muro de nuestra mecanicidad, éste es el conocimiento de que no nos
recordamos a nosotros mismos y la realización de que podemos intentar
recordarnos a nosotros mismos. Con el entendimiento de la necesidad de un
cambio real en nosotros mismos, la posibilidad de trabajar comienza.
Más tarde
aprenderán que la práctica de recordase a uno mismo, conectada con la auto
observación y con la lucha contra la imaginación, no tiene sólo un significado
psicológico, sino que también cambia la parte más sutil de nuestro metabolismo
y produce en nuestro cuerpo efectos químicos, quizá mejor seria decir
alquímicos, definidos. Así que de la psicología llegamos a la alquimia; a la
idea de la transformación de elementos toscos en otros más finos.
5
El auto recuerdo y su efecto en la memoria son
descritos de un modo más personal que
en la sección anterior en Fragmentos de
una enseñanza desconocida, del cual se extraen los párrafos siguientes:
. .. todo lo que mis intentos en auto recuerdo me
han mostrado me convenció muy pronto de que me estaba enfrentando con un problema enteramente desconocido con el cual
no se habían encontrado, hasta entonces, ni la ciencia ni la filosofía
Observe que el problema consistía en dirigir la
atención hacia uno mismo sin debilitar u obliterar la atención dirigida hacia
algo más. Por otra parte, este “algo más” podría estar tanto dentro como fuera
de mí.
Los primerísimos intentos... me mostraron que esto
era posible. Al mismo tiempo, vi claramente dos cosas.
En primer lugar, que el auto recuerdo resultante
por este método no tenía nada en común con el “sentimiento de uno mismo”, o
“auto análisis”. Se trataba de un estado muy interesante, con un aroma
extrañamente familiar.
En segundo lugar, me di cuenta de que en la vida
también tienen lugar momentos de auto recuerdo, aunque más raramente. Solo la
deliberada producción de estos momentos creaban la sensación de novedad. En
realidad me eran familiares desde la más temprana infancia. O bien llegaban en
entornos nuevos e inesperados, en un sitio nuevo, entre nueva gente en un
viaje, cuando de repente uno mira a su alrededor y dice: ¡que extraño! yo y en
este lugar; o bien en momentos especialmente emocionales, en momentos de peligro,
en momentos en los que es necesario mantener la cabeza, cuando uno oye su
propia voz y se ve y se observa a sí mismo desde el exterior.
Vi claramente que mis primeros recuerdos, que en
mi caso eran muy tempranos, habían sido momentos de auto recuerdo. Esta última realización me reveló muchas más cosas.
Por ejemplo, vi que en realidad únicamente recuerdo aquellos momentos del
pasado en los cuales me recordaba a mí
mismo. De los otros solamente sabía
que habían tenido lugar. No soy capaz de revivirlos completamente, de
experimentarlos de nuevo. Pero los momentos en los que me había recordado a mí
mismo estaban vivos y no eran de ninguna manera diferentes del presente. Aun
tenía miedo de llegar a las conclusiones. Pero ya veía que me hallaba ante el
umbral de un gran descubrimiento.
Siempre me había dejado atónito la debilidad e
insuficiencia de nuestra memoria. Tantas cosas que desaparecen. Por una u otra
razón para mí consistía en el mayor absurdo de la vida. ¿Por qué tanta
experiencia sólo para olvidarla más tarde?. Además, había en este hecho algo
degradante. Un hombre siente algo que le parece muy importante, piensa que
nunca lo olvidará; pasan uno o dos años y nada de aquello permanece. Ahora se
hace claro para mí por que esto era así y por que no podía ser de otra manera.
Si realmente nuestra memoria solamente mantiene vivos momentos de auto
recuerdo, esta claro por que nuestra memoria es tan pobre...
A veces, el auto recuerdo no
tenía éxito; otras veces iba acompañado por curiosas observaciones.
Cierta vez iba caminando por la Liteiny hacia la
Nevsky, y a pesar de todos mis esfuerzos era incapaz de mantener mi atención en
el auto recuerdo. El ruido, el movimiento, cualquier cosa me distraían. A cada
minuto perdía el hilo de la atención, lo recuperaba, para más tarde perderlo de
nuevo. Al fin sentí una especie de ridícula irritación conmigo mismo y gire
hacia la calle de la izquierda con la firme decisión de mantener mi atención en
el hecho de que debería recordarme a mí
mismo al menos durante algún tiempo, a cualquier precio hasta alcanzar la
calle siguiente. Llegue a la Nadejdinskaya sin perder el hilo de la atención,
excepto, quizá, por unos pocos momentos. Después volví de nuevo a la Nevsky,
comprobando que en las calles tranquilas me resultaba más fácil no perder la
línea de los pensamientos y deseando, por tanto, probarme a mí mismo en calles
más ruidosas. Llegue a la Nesky y recordándome aun a mí mismo, y ya estaba
comenzando a experimentar el estado extrañamente emocional de paz interior y de
confianza que sobreviene después de grandes esfuerzos de esta clase. Justo en
la esquina de la calle Nevsky estaba la tienda de tabaco en la que me hacían
mis cigarrillos. Aun recordándome a mí mismo pensé que podría llegar hasta
allí y encargar algunos cigarrillos.
Dos horas después me desperté en la Tavrichescaya, esto es,
muy lejos. Estaba yendo en izvostchik a
donde los impresores. La sensación de despertar fue extraordinariamente
vivida. Podría casi decir que volví. Recordé todo de una vez. Cómo había
caminado por la Nadejdinskaya, cómo me había recordado a mí mismo, cómo había
pensado en los cigarrillos y cómo con este pensamiento me parecía que de repente
todo caía y desaparecía como en un profundo sueño.
Al mismo tiempo, mientras que
estaba inmerso en este sueño, había seguido realizando acciones consistentes y
oportunas. Había salido del estanco, ido a mi apartamento en la Liteiny,
telefoneado a los impresores. Había escrito dos cartas. Luego, de nuevo, había
salido de la casa. Había ido caminando por la acera izquierda de la Nevsky
hasta la Gostinoy Dvor, con la intención de dirigirme a la Offitzerskaya.
Luego, había cambiado de opinión al ver que se hacía tarde. Había cogido un izvostchik y estaba conduciendo hacia la
Kavalergardskaya, donde mis impresores. Y en el camino, mientras que estaba
atravesando la Tavricheskaya, empecé a sentir una extraña desazón, como si
estuviera olvidándome de algo. Y de
repente me acorde de que estaba olvidando recordarme a mí mismo.
6
En sus reuniones en Londres
entre 1935 y 1941 y en las de Nueva York de 1944 y 1945, Ouspensky contestó a
muchas preguntas sobre la memoria y el retorno. La presente sección consiste
en una reconstrucción de algunas de sus respuestas a preguntas que le fueron
propuestas en las reuniones londinenses. La sección 7 intentará reconstruir
algunas de las respuestas dadas en Nueva York del mismo modo. En aras de la
continuidad, y para evitar repeticiones, algunas de las preguntas se dan por
supuestas o bien se incorporan a las respuestas de Ouspensky. En los demás
casos, aparecen entre comillas para que se distingan de las propias palabras
de Ouspensky que, constituyendo el núcleo del texto, no se ponen entre
comillas. Se ha cambiado, asimismo, el orden de las preguntas y sólo se han
incluido aquellas que versan sobre la memoria y el retorno.
La memoria es una cosa
extraña. Cada cual tiene su propia combinación de capacidades de memoria. Hay
quien recuerda más algunas cosas; otros recuerdan otras cosas mejor. No se
puede decir que unos sean mejores que otros. La memoria puede desaparecer; hay
también grados muy diferentes de la misma. Algo puede ser olvidado y luego ser
hecho surgir de nuevo por métodos especiales, o bien puede desaparecer
definitivamente.
“¿Por qué unos tienen más
facilidad para los juegos de pelota que otros?”
Hay diferentes tipos de
centros móviles con diferentes tipos de memoria. No hay un solo hombre que sea
igual a otro. Uno puede hacer mejor una cosa; otro, hará otra. Hay miles de
impresiones, de modo que las combinaciones son siempre diferentes. He hablado
varias veces sobre los diferentes tipos de hombre: numero uno, numero dos,
numero tres y así sucesivamente. Uno recuerda mejor un tipo de impresiones;
otro, al contrario.
“¿Consiste la vida en
memorias de momento en momento? ”
No, eso es demasiado
complicado. Usted sabe que hay diferentes tipos de memoria. Y la memoria es
pasiva; uno no la usa. Puede decirse que la vida es un proceso.
“¿Qué se puede hacer para
aumentar la propia memoria? “
Si usted se recuerda más a sí
mismo, su memoria será mejor.
“Hasta que me integré en el sistema, yo tenía una
memoria muy clara de algo que había ocurrido hacia tiempo. Ahora, si me pongo
a recordarlo, resulta ser la memoria de una memoria. ¿Es esto debido a que
ahora estoy un poco más despierto?"
Seguramente estaba conectado con una fuerte identificación.
Si ahora usted mira hacia ello sin identificación, se torna más débil y puede
desaparecer.
“¿Es la auto consciencia una completa no
identificación?”
Identificación y auto
consciencia son dos diferentes caras de la misma cosa.
“¿Resulta de alguna utilidad práctica el pensar en
los sucesos pasados de la propia vida cuando uno intenta recordarse a uno
mismo? Quiero decir, en orden a fijarlos para cualquier futuro retorno.”
No, no resulta práctico. Primero es necesario que
este seguro de que el retorno existe. Segundo, es necesario que este seguro de
recordarse a usted mismo. Si usted se lo plantea a sí mismo tal como lo hizo en
su pregunta, se convertirá en imaginación, nada más. Pero si lo primero de todo
intenta recordarse simplemente, sin añadir nada, y luego (cuando pueda) intenta
también recordar sobre su vida pasada e intenta encontrar encrucijadas,
entonces, en combinación, si que resultarán útiles. Sólo que no piense que
puede hacerlo; usted no puede todavía.
“¿Que son las encrucijadas?”
Las encrucijadas son aquellos momentos en los que
uno puede “hacer”. Se presenta una ocasión en la que uno puede ayudar o no en
este trabajo. Si la oportunidad viene y se deja pasar, la próxima puede tardar
un año, o incluso más. Hay períodos en condiciones ordinarias en las que nada
sucede, y luego se presentan las encrucijadas. Toda la vida se compone de
calles y encrucijadas.
El retorno puede ser útil si uno empieza a
recordar y sí empieza a cambiar y a no seguir el mismo círculo cada vez, sino que
empieza a hacer lo que quiere y lo que piensa que es mejor. Pero si una persona
no sabe nada sobre el retorno, o incluso si sabe pero no hace nada, entonces
nada se saca en limpio de ello. Así, son generalmente las mismas cosas
repetidas y repetidas.
“¿Tengo razón en suponer que es la esencia del
hombre la que retorna?”
Completamente. Sabemos muy poco sobre el retorno.
Algún día podríamos intentar reunir todo lo que se puede considerar como
sólido en todo lo que se ha dicho sobre el retorno, y ver entonces lo que
podemos pensar sobre ella. Pero es sólo teoría.
El retorno sucede en la eternidad; no es la vida
misma. Esta vida termina y el tiempo termina. Hay una teoría, y este sistema la
admite, de que el tiempo puede ser prolongado. Yo no tengo evidencia. Piense en
cuantos intentos se han hecho, por parte de espiritistas y de otros, para
averiguar cosas sobre el tiempo. Pero no hay evidencia.
El modo más fácil de estudiar el retorno es
estudiar a los niños. Si tuviéramos suficiente material podríamos contestar a
muchas preguntas. ¿Por qué, por ejemplo, aparecen tendencias inesperadas en
los niños, completamente opuestas a sus circunstancias ambientales y bien
nuevas para la gente que les rodea? Eso sucede a veces de diferentes modos. Y
puede tratarse de tendencias muy fuertes que cambian la vida y van en
direcciones inesperadas, sin que haya nada en la herencia que pueda
explicarlas.
Como he dicho a menudo, la idea de la herencia no
funciona para el hombre. Es una idea fantástica. Funciona para los perros y
los caballos, pero no para el hombre.
“¿Tiene que ver con todo esto la idea de los
tipos?”
Si, pero no sabemos nada sobre los tipos. Al menos
no lo suficiente como para poder hablar sobre ellos. Esta es la razón por la
que en la mayoría de los casos sucede que los padres no entienden a los hijos,
y viceversa. En realidad, no pueden llegar nunca a entenderse correcta o
suficientemente porque son personas muy distintas, extraños entre sí, que simplemente
ha sucedido que se encuentran por accidente en cierta estación y que luego parten de nuevo en diferentes direcciones.
El estudio del retorno debe empezar con el estudio
de las mentes de los niños; particularmente antes de que empiecen a hablar. Si
los niños pudieran acordarse de esta época recordarían cosas muy interesantes.
Pero, desgraciadamente, una vez que empiezan a hablar se convierten en
verdaderos niños y olvidan después de los seis meses o del año.
Es muy poco corriente que la gente se acuerde de
lo que pensaba antes de ese punto, en una edad tan temprana. Si pudieran hacerlo,
se recordarían a sí mismos tal como son en estado adulto. No eran niños en
absoluto, sino que después se convirtieron en niños. Si pudieran recordar su
primera mentalidad, se encontrarían con que tenían la misma de un adulto.
Esto es lo interesante.
“¿Sabe usted por que un niño debe recordar su
mente adulta y no su mente infantil previa?”
Tenemos muy poco material
para juzgar. Hablo sólo del modo en que puede ser estudiado. Supongamos que
intentamos recordar cómo eran nuestras mentes a una edad muy temprana,
procurando que la imaginación no se inmiscuya. Supongamos que intentáramos
averiguar si eran de un tipo o de otro. Cualquier cosa que halláramos serviría
como material. En la literatura se encuentra muy poco porque la gente no sabe
cómo estudiar el retorno, pero, dentro de mi propia experiencia, me he
encontrado con cosas muy interesantes. He conocido a gente que tenía recuerdos
de los primeros años de sus vidas y todos tenían la misma impresión de que su
mentalidad no era una mentalidad de niño. El modo en que consideraban a la gente,
el modo en que la reconocían, no era una psicología infantil. Tenían mentes
completamente formadas con reacciones bien de personas mayores como no se puede
imaginar que se hubieran podido formar en seis meses de vida inconsciente.
Tales mentes tenían que haber existido antes si sus memorias eran en verdad
correctas. Pero, como digo, es muy difícil encontrar material, y la mayoría de
la gente no recuerda en absoluto.
“¿Cómo es que la memoria
temprana desaparece cuando el niño empieza a hablar?”
El niño
empieza a imitar a otros niños y hace exactamente lo que los adultos esperan
de él. Ellos esperan que se comporte como un niño estúpido, y el se convierte
en ello.
“¿Cómo se puede saber que un
bebe recuerda? Yo creía que uno nacía con los propios centros en blanco, y que
uno recordaba con los centros?.”
Es algo extraño. Pero la
persona con la que hable (que no difiere mucho del resto de la gente) tiene
memorias muy definidas incluso de sus primeros meses. y todos ellos piensan
que veían a la gente del mismo modo que lo hacen los adultos y no como los
niños. Ellos no intentan reconstruir imágenes elaboradas a partir de
recolecciones dispersas y fragmentarias. Tienen impresiones bien definidas de
casas, gente, y así sucesivamente. Parecen haber tenido una mentalidad bien
desarrollada.
“Puedo recordar cosas de
cuando tenía dos años que no sucedieron en absoluto. ¿Cómo se puede verificar
lo que un bebe recuerda antes de poder hablar?”
¿Cómo sabe usted que esas
cosas no sucedieron? Podían haberse tratado de sueños. Yo tuve una experiencia
de ese tipo. Recuerdo que cuando era muy niño estaba en cierto lugar cerca de
Moscú y la imagen del sitio permaneció en mi memoria. En realidad no estuve
allí hasta aproximadamente cuatro años después del suceso. Entonces, cuando de
verdad fui, vi que el lugar no era igual a como había estado en mi memoria, y
me di cuenta de que mi memoria había sido un sueño.
Sobre la cuestión de vidas
anteriores creo que hay gente que puede recordar algo, aunque sólo en casos muy
raros, ya que recordar implica ya un cierto grado definido de desarrollo. El
hombre ordinario (numero uno, numero dos y numero tres) no tiene aparato para
una memoria tal. La esencia es mecánica. No vive por sí misma; no tiene un aparato
especial para el pensamiento sino que tiene que pensar a través de la
personalidad, y la personalidad no tiene experiencia.
“Cuando usted dice "observar a los niños", ¿a qué se refiere en
realidad?”
Eso es justamente lo que es
tan difícil. Si se observan tendencias en una gran escala se encuentran
tendencias completamente inesperadas. No se puede decir que sean el resultado
de una cierta causa o del medio ambiente, porque tendencias completamente
inesperadas pueden aparecer y desaparecer. Luego continuaran durante toda la
vida. En un caso tal, según la teoría del retorno, la tendencia puede haber
sido adquirida en una vida anterior en años muy posteriores y luego aparecer
muy temprano en esta vida.
“¿Puede ser entonces que,
desde el punto de vista de la recurrencia, ciertas acciones importantes que se
hagan entre el momento presente y el instante de nuestra muerte sean realmente
responsables de nuestras tendencias actuales?”
¿Quiere usted decir en vidas
anteriores? Muy posiblemente. Sólo que recuerde una cosa: este trabajo no
existía antes. Puede ser que hubiera otros (y hay muchos tipos), pero no este.
No existía antes, de eso estoy completamente seguro.
“Lo que quiero decir es que
me parece tremenda la idea de que entre el momento actual y el instante de
nuestra muerte podamos ejecutar acciones fatales que nos den tendencias para la
próxima vez.”
Ciertamente, en cada momento
de nuestra vida podemos crear tendencias de las que no seremos capaces de
librarnos en diez vidas. Por eso la literatura india siempre enfatiza este
punto. Aunque este vertido en forma de cuento, el principio es el mismo.
“¿Se puede aprender algo
sobre la esencia a través de las memorias de la infancia?”
Se puede si se tiene una
buena memoria y se pueden encontrar cosas en uno mismo que han cambiado y
otras que no.
“¿Hay algún signo mediante el
que podamos afirmar que no hemos estado nunca antes en esta casa?”
Nadie puede decirlo. Yo sólo
sé que nunca antes he estado en esta casa.
“Entonces nosotros tampoco.”
No lo sé. Pero estará usted
más cerca de la verdad si empieza con ésta
como la primera vez. Si hemos hecho algo antes, fue sólo en tanto que hizo
esto posible.
"¿La idea de tiempo
paralelo significa que todos los momentos existen continuamente?”
Sí, es muy difícil pensar
sobre ello. Ciertamente significa eternidad del momento, pero nuestras mentes
no pueden pensar de ese modo. Nuestra mente es una máquina muy limitada.
Debemos pensar del modo más fácil y ser indulgentes con ello. Es más fácil
pensar en repeticiones que en la existencia eterna del momento. Debe usted
entender que nuestra mente no puede formular correctamente las cosas como son.
Podemos sólo hacer formulaciones apropiadas que estén más cerca de la verdad
que nuestro pensamiento ordinario. Esto es todo lo que se puede hacer. Nuestra
mente y nuestro lenguaje son instrumentos muy burdos y tenemos que
enfrentarnos a problemas muy finos y cuestiones muy delicadas.
“Habiéndonos encontrado con
el sistema en un retorno, ¿lo encontraremos de nuevo en el próximo?”
Depende de lo que hiciéramos
con él. Uno puede encontrarse con el sistema y decir, “qué de tonterías dice
toda esta gente”. Así que todo depende del esfuerzo que uno haya hecho. Si uno
ha hecho esfuerzos puede que haya adquirido algo, y ese algo puede permanecer
si no pertenece solo a la personalidad
superficial, si no era sólo formatorio.
“Si uno muere como hombre
número cuatro, ¿retorna como hombre número cuatro o puede perder este status imitando emociones negativas,
etc.?”
No. Sólo el hombre número cinco puede retornar
como hombre número cinco. El puede no saberlo, pero las cosas le serán más
fáciles. El número cuatro tiene que hacerlo de nuevo, sólo que con más facilidad
y más temprano.
“¿Puede una tendencia en un retorno convertirse en
habito en el próximo?”
Depende de la tendencia. Si es mecánica, se
convertirá en un hábito; pero si es consciente, no puede convertirse en un
hábito porque son dos cosas distintas.
Todas las tendencias adquiridas se repiten. Una
persona adquiere una tendencia a estudiar o a interesarse en ciertas cosas. Se
interesara en ellas de nuevo. Otro adquiere una tendencia a huir de ciertas
cosas. Escapara de nuevo. Estas tendencias pueden hacerse más fuertes o
desarrollarse en una dirección diferente. No hay ninguna garantía hasta que uno
alcanza algún tipo de acción consciente en la que tener una cierta posibilidad
de confiar en uno mismo.
“¿Puede explicar cómo es
posible que un hombre viva simultáneamente dos vidas coexistentes en dos
lugares al mismo tiempo?”
Hay muchas cosas que parecen
imposibles, pero es porque nuestro aparato pensante no es suficientemente
bueno para pensar esas cosas. Su tendencia es a simplificar demasiado. Este tipo
de problemas precisa de un pensamiento matemático. Por ejemplo, no podemos
pensar en el tiempo como una línea curva, sino sólo como una recta. Si
pudiéramos concebir el tiempo como una curva, entendiendo todas sus implicaciones,
su pregunta no se plantearía. En este caso nos encontramos como seres planos
que intentaran pensar en un mundo tridimensional. Un problema de este tipo no
existe en la realidad. El problema es la estructura de nuestra propia mente.
La meta de todo nuestro trabajo es llegar al tercer y cuarto estados de
consciencia, lo que supone el pensar a través de centros superiores. Si
fuéramos capaces de ello, entonces problemas sobre la vida futura, absurdos
tales como esta cuestión temporal y otros similares, no se presentarían. Tal como
están las cosas, sólo podemos construir teorías. Sabemos más o menos cómo
aproximarnos a esos problemas, pero no podemos saber nada definido.
“¿Puede un hombre ser numero
cinco en una vida y numero tres en otra simultáneamente?”
Realmente
no lo sé. Uno no puede convertirse en numero cinco de golpe; hay que
aproximarse lentamente. Y si un hombre se desarrolla como numero cinco fuera de
una escuela, entonces se trata de un proceso muy lento, de modo que no creo
que la diferencia pueda ser tan grande de una vida a otra. Sólo puedo decir una
cosa sobre esto: yo creo que si uno sabe plena y conscientemente sobre el
retorno, y puede hablar sobre éste y aceptarlo, entonces no puede olvidarlo
totalmente la próxima vez. De modo que si usted lo acepta y lo conoce en una
vida hay una gran probabilidad de recordar mucho la próxima vez. No tenemos
experiencia, pero usted habrá notado cómo la gente, en la literatura, en la
historia y en la filosofía, vuelve una y otra vez a esta idea del retorno. De
hecho no llegan a olvidarla nunca del todo. Lo que pasa es que es muy difícil
encajarla en un mundo tridimensional. Se necesita un mundo pentadimensional y
la cuestión de recordar se refiere ya realmente a seis dimensiones. En la
quinta dimensión el hombre retorna una y otra vez sin saberlo. Recordar implica
un cierto desarrollo en la sexta dimensión.
Las dimensiones pueden entenderse simplemente de
este modo: la cuarta dimensión es la realización de una posibilidad en cada
momento, lo que llamamos el tiempo. La quinta dimensión es la repetición de
esto. La sexta dimensión es la realización de diferentes posibilidades. Pero es difícil concebirla en tanto
tengamos la imagen de la línea recta para el tiempo. El problema no es real. Se
trata tan sólo de nuestra debilidad, nada más.
“No entiendo que es lo que quiere decir cuando
afirma que la cuarta dimensión es la realización de una posibilidad.”
La vida es la cuarta dimensión, un círculo, la
realización de una posibilidad. Cuando la vida llega al fin se encuentra con su
propio principio. El momento de la muerte corresponde al momento del
nacimiento, y entonces la vida empieza de nuevo, puede que con ligeras
desviaciones, pero que no significan nada. Siempre vuelve a la misma línea. Romper
con una tendencia importante, empezar esta vida de un modo completamente
diferente, estaría en la sexta dimensión.
No podemos pensar en instantes simultáneos,
tenemos que pensar en un instante detrás de otro, aunque en realidad son
simultáneos en otra escala. Por ejemplo, nuestra propia experiencia en
relación con las partículas elementales, tales como electrones, es que su eternidad esta en nuestro tiempo.
¿Por qué no entonces nuestra repetición no puede ser en el tiempo
de la tierra?
“De lo que yo entiendo sobre la
memoria, no veo cómo es posible recordar un retorno previo. Yo creía que la memoria
dependía de los contenidos de los centros que están en la personalidad. ¿Cómo
puede la personalidad recordar el retorno?”
Usted no puede recordar si no
se recuerda a sí mismo aquí, en este retorno. Hemos vivido antes. Muchos hechos
lo demuestran. La razón por la que no lo recordamos es porque no nos acordamos
de nosotros mismo. Lo mismo sucede en esta vida. No recordamos realmente las
cosas que hacemos mecánicamente, tan sólo sabemos que han sucedido. Solo con el
auto recuerdo podemos acordarnos de los detalles.
La personalidad aparece
siempre mezclada con la esencia. La memoria pertenece a la esencia, no a la
personalidad, pero la personalidad la puede presentar correctamente si la
memoria es lo suficientemente fuerte.
“¿Es muy difícil pensar en
prepararse para encontrar el sistema antes?”
Usted no puede preparar nada.
Sólo recordarse a sí mismo. Entonces recordara mejor las cosas. Toda la
cuestión estriba en las emociones negativas: nos gustan tanto que de hecho no
nos interesa nada más. Si usted se recuerda a sí mismo ahora, entonces puede
recordarse la próxima vez.
“¿Es ésta la causa del
sentimiento del "yo he estado aquí antes?” El sentimiento de que uno sabe
algo de lo que no tiene posibilidad de haber oído antes."
Yo quiero hechos. Puede
tratarse simplemente de una imagen compuesta de diferentes ideas. Si usted
puede recordar realmente algo de este tipo significa que puede recordarse a
usted mismo. Si no puede hacerlo, entonces se trata de imaginación.
“¿Resulta de alguna utilidad
para este propósito el auto recuerdo accidental?”
El auto recuerdo accidental
es un chispazo que dura un segundo. No se puede confiar en él.
La única posibilidad de cambio comienza con la posibilidad de empezar a
recordarse a uno mismo ahora. El retorno no es necesario en el sistema. Puede
ser interesante o útil, se puede incluso empezar por él, pero para el trabajo
real en uno mismo la idea de retorno no es necesaria. Por eso este sistema no
ha hablado de ella: ha venido de fuera, de la literatura o de mí mismo. Luego
se ve que encaja, que no contradice. Pero no es necesaria porque todo lo que
podemos hacer lo hacemos solo en esta vida. Si en esta pasamos inadvertidos,
la próxima será igual, quizá con pequeñas variaciones, pero sin cambio
positivo.
“¿Puede explicar por que
resultan fatigosos los intentos de auto recuerdo cuando se persiste en ellos
durante algún tiempo?”
No deberían serlo. Una
explicación posible es que al hacer esfuerzo mental usted inconscientemente
hace esfuerzo físico. Yo creo que los esfuerzos de auto recuerdo pueden cansar
solo si hay algo erróneo asociado. Al principio somos incapaces de recordar
durante un periodo largo cada vez y es mejor acordarse o buscar métodos que lo
hagan tan a menudo como sea posible. Puede ser fatigoso si uno solo intenta
mantener la mente fija en ello. Pero eso no es verdadero auto recuerdo, sino
recuerdo sobre el auto recuerdo. Es útil también cuando se empieza a estudiar,
pero después se deben encontrar otros métodos.
“Todos los esfuerzos de auto
recuerdo que he hecho nunca han parecido penetrar hondo o subir a otro nivel.
Parece que siempre hay un esfuerzo involucrado.”
Esa es la cuestión. Usted
debe hacer lo que pueda. Primero intentar recordarse del modo ordinario, luego
en los momentos difíciles, en aquellos en los que usted se olvida de sí mismo
con más frecuencia. Tras muchas repeticiones vera que todo ello pasa de repente
a un nivel superior. Pero eso sucederá sin su propio esfuerzo directo.
"Cuando un hombre
consigue un estado superior de consciencia, tal como la consciencia de sí
mismo, ¿sufre algún cambio la velocidad de sus funciones? En otras palabras,
¿se puede esperar que una impresión para él dure más de una diezmilésima de
segundo o una respiración más de un segundo, etc.?”
Es posible que cambie la
velocidad de las funciones. Pero eso no es lo mismo que la longitud de las
impresiones y es inútil examinar la disimilaridad. Las impresiones ahora son
más largas. Cuando hablamos de la diezmilésima parte de un segundo nos
referimos a una impresión del centro intelectual, pero hay otras.
“Si una célula tomará consciencia de su función como parte de un
hombre, ¿olvidaría con ello que es una célula? Igualmente, si un hombre se
hace consciente del modo en que contribuye a la vida de una estrella, por
ejemplo, ¿perdería la memoria de su vida como un hombre y desaparecería del ciclo
de una infinidad de vidas recurrentes?”
Justamente lo contrario. Una
célula recordaría que era una célula. Lo mismo que un hombre recordaría que él
era un hombre. Sería lo mismo que el auto recuerdo. No perdería memoria, sino
que la adquiriría.
“Pensando retrospectivamente
en la propia vida uno ve ciertas encrucijadas en las que se tomó una decisión
que se piensa incorrecta. ¿Hay algo en particular que se pueda hacer en este
retorno para que haya menos probabilidad de cometer la misma equivocación en
el próximo?”
Sí, ciertamente. Uno puede
pensar que se puede cambiar ahora en esos puntos particulares, y luego (si el
pensamiento es lo suficientemente profundo) uno recordará; pero si no lo es, uno puede recordar. En cualquier caso,
hay una probabilidad de que con el tiempo uno se las arregle para no hacer algo que se hizo antes. Muchas ideas y cosas como
esa pueden pasar a través de una vida a otra. Por ejemplo, alguien ha
preguntado que se puede sacar de la idea de retorno. Si uno se hizo
intelectualmente consciente de esa idea, y si la idea se hizo parte de la
esencia (es decir, parte de la propia actitud general ante la vida), entonces
uno no puede olvidarla, y será una ventaja saber de ella pronto en la próxima
vida.
“¿Existen posibilidades muy
definidas para un hombre en un momento dado?”
La gente cree que hay muchas
posibilidades. Esa es siempre la impresión que da, pero en realidad sólo hay
una posibilidad, o a veces dos. El hombre solo puede cambiar en el sentido de
la sexta dimensión. Las cosas suceden de un cierto modo y en cada momento se
realiza una posibilidad de muchas supuestas:
eso es lo que constituye la línea de la cuarta dimensión. Pero el cambio
consciente, para un propósito definido (que es la idea del trabajo, la idea
del desarrollo, cuando se entra en serio en este sistema) supone ya empezar en
la sexta dimensión.
“Dice usted que puede haber
dos posibilidades en un momento dado. ¿Quiere usted decir una mecánica y otra
no?”
No, puede haber varias
posibilidades mecánicas porque son posibles pequeñas desviaciones, pero siempre
se vuelve a la línea.
7
“¿Cuales son algunas de las
formas que asume el primer esfuerzo consciente?”
El ser consciente de uno
mismo. El apercibimiento de que “yo estoy aquí”. Pero sin palabras.
Sentimiento. La toma de consciencia de quien soy y dónde estoy.
Yo aconsejo pensar
principalmente sobre la consciencia. Cómo aproximars. Cómo empezar a entender
lo que es la consciencia. Podemos encontrar ejemplos de consciencia en nuestras
propias vidas pasadas. Un momento de consciencia produce una memoria muy
fuerte, así que si podemos encontrar en el pasado momentos de una memoria clara
y muy vivida podemos saber que eso es el resultado de ser consciente. Con un
chispazo de consciencia se tienen memorias muy claras: lugar, hora del día,
día de la semana, y así sucesivamente. Esos momentos de consciencia dan una
muy lucida memoria.
“¿Es posible, en un momento
de auto recuerdo, oír cosas que no se oyen normalmente?”
Muy posible, pero depende de
qué. No se puede esperar oír cantar a los ángeles.
El único modo de incrementar
la propia memoria es siendo más consciente. En ningún otro sistema hay un
método para aumentar la memoria. En este hay uno muy explícito: recordarse a uno mismo.
Quizá uno se diga por la
mañana que se recordará a sí mismo a las doce. Luego se olvida de todo el
asunto, pero de repente se acuerda a la una. Así es como funciona. Pero si se
persevera, se pueden producir resultados muy inesperados. La cuestión estriba
en crear continuidad. Los chispazos pueden suceder,
pero la continuidad necesita esfuerzo. Al mismo tiempo, hay que procurar
no desalentarse, porque los resultados del trabajo crecen lentamente. A veces,
como un ejercicio en este sistema, la gente puede decidir recordarse a sí misma
mañana, a una cierta hora, en una circunstancia determinada. Antes de la
guerra, cuando la gente iba a París, yo les decía que ser recordarán a sí misma
en la Gare du Nord. Nadie podía. Una vez, yo había quedado en verme con un
amigo en la Gare du Nord y le pedí que se recordara a sí mismo cuando llegara
allí. Pero el sólo se presentó con una cara de mucha preocupación diciendo: “He
olvidado algo que usted me pidió que hiciera. ¿Era que comprara algo?”
Es necesario distinguir entre
lo que es auto recuerdo y lo que no lo es. Por ejemplo, es muy distinto
recordar que usted dijo que se iba a acordar de sí mismo a las doce que recordarse
de verdad a sí mismo. Es necesario aprender a pensar. Tenemos mucho material
para el pensamiento correcto, pero es necesario no olvidar sobre ello.
Para irse haciendo más fuerte en este sistema hay que acumular conocimiento y ser. Como el ser esta conectado con la memoria de lo que nos prometimos a nosotros mismos, podemos de este modo fortalecer nuestro ser. La memoria de nuestros fracasos también puede ser muy útil, pero a veces no sirve para nada. Si uno recuerda los propios fallos y se sienta a llorar o a acusar a alguien, no sirve de nada.
“El
recibir impresiones es un proceso mecánico, ¿verdad?”
Se usan de modos muy
distintos. Considere el conocimiento, uno puede aprender chino con el número suficiente
de palabras chinas. Si uno reúne suficientes impresiones musicales, aprende
música. El mover energía reúne memorias de una carretera o de un lugar.
“¿Dijo usted que el centro
magnético es un grupo de intereses permanentes? ¿Podría explicarlo?”
Sí. Si pudiéramos recordar lo
que nos gustó la pasada semana, el pasado mes, el año pasado (si pudiéramos
recordarlo) eso constituiría un centro permanente de gravedad. Por lo general,
olvidamos. Pero si pudiéramos recordar y nos siguieran gustando las mismas
cosas, eso constituiría un centro de gravedad. Es mejor recordar incluso lo que
no nos gusta que no recordar en absoluto.
“¿Puede la memoria sobrevivir
a la muerte?”
Morir no es nada. Uno puede
ni notarlo. Si uno no nota que muere, puede no darse cuenta de que ha nacido.
“¿Es la inmortalidad
imposible para los hombres números uno, dos y tres?”
Sí. Para ello ha de
convertirse en hombre número cinco. Esto es una respuesta, pero puede haber
otras. Por ejemplo, desde el punto de vista del retorno los hombres números
uno, dos y tres pueden vivir de nuevo, pueden retornar, pero no recuerdan. Para
recordar hay que llegar a ser un hombre número cinco.
“¿Qué es lo que se convierte
en inmortal, la esencia o el cuerpo físico y el alma?”
Sólo la memoria. El cuerpo
nace de nuevo, la esencia nace de nuevo, la personalidad es creada de nuevo.
Así pues, no es una cuestión de inmortalidad, sino de memoria. Podemos vivir
diez mil veces sin ventaja alguna si no recordamos. Si la inmortalidad mecánica
fuera posible no serviría para nada. Debemos recordarnos a nosotros mismos y
recordar los sucesos; cuanto más, mejor. De nuevo lo repito: lo que es útil y
necesario recordar es que no recordamos;
nunca el recordar y que no sabemos
que no recordamos.
“¿Le entendí bien cuando dijo
que si algo de nosotros sobrevivía era la memoria?”
Probablemente no es del todo
cierto. Porque la memoria generalmente desaparece primero, si algo sobrevive.
La memoria es algo muy inestable.
“Tengo la impresión de que
para descubrir dónde hemos perdido una oportunidad en una vida pasada tenemos
primero que alcanzar un momento de despertar en esta vida.”
Muy
bien, solo que hay que hacerlo efectivamente.
“Cuando miro hacia atrás y
veo las oportunidades perdidas en esta vida, tengo la sensación de que solo
siendo un tipo diferente de persona podría haber actuado en forma diferente.
De esto deduzco que el único modo de afectar al retorno es cambiar la propia
esencia.”
De
nuevo, muy útil. ¿Pero cómo?
“¿Podría la memoria de un
retorno previo hacer posible el cambio de las propias acciones?”
Eso no
lo sé. Usted mismo lo comprobará cuando la tenga.
“Una
vida recurrente no es vivida exactamente como la anterior, ¿verdad?”
El
principio es siempre el mismo.
“En la
recurrencia a través de una vida a otra, ¿retenemos el mismo nivel de ser?”
Hay diversas teorías al
respecto. Una teoría dice que si uno adquiere algo en una vida, esto se halla
abocado al crecimiento. Pero hay muchas otras teorías.
“¿Esta la memoria en la
esencia?”
Es mejor decir que esta
conectada con “yoes” que están en la personalidad. Hay muchos tipos de memoria:
memoria ordinaria, memoria de lo que oímos, memoria de olores, memoria de los
caminos. Pero hablamos de la memoria que conocemos. Es muy fácil echar a perder
esta memoria.
“Hay
personas con memoria fotográfica. ¿Son más conscientes por ello?”
Hay muchos tipos de memoria.
Usted tiene un cierto tipo de memoria. Otros la tienen de otro modo. Pero usted
puede usar mejor o peor su propio tipo de memoria siendo más o menos
consciente. La memoria esta en todos los centros. Puede que en un centro sea
ligeramente mejor que en otro, pero sólo hay un modo de hacer la memoria más
fuerte, haciéndose más consciente. No sólo cada centro tiene su propia
memoria, sino que algunos tipos de memoria pertenecen a la esencia y otros a la
personalidad.
“¿Es la memoria una función
del cuerpo? ¿Puede ser comparada con el movimiento?”
Puede usted decir que es una
función del cuerpo si quiere. Pero, ¿por qué compararla con el movimiento? Son
dos cosas distintas entre sí. La memoria es algo en nosotros, puede que en la
esencia, puede que en la personalidad. Reunimos con la personalidad, pero la
memoria del gusto o del olfato esta en la esencia. Aunque, de hecho, uno
recuerda en la personalidad.
“¿Qué se debe hacer para que
nuestra memoria no se eche a perder?”
Trabajar en la imaginación
primero. Luego en la mentira. Esas dos cosas destruyen nuestra memoria. Cuando
empezamos a hablar de mentira, la gente lo tomó como algo divertido; no se
hacían a la idea de que uno puede destruir su memoria completamente. Luche
contra la imaginación también, no solo como deporte o ejercicio.
“¿En que puede ayudarnos
reconocer la mentira en nosotros mismos?”
En cosas muy diferentes.
Primero en el análisis de los hechos, de las palabras, de las teorías. El
reconocimiento de las mentiras de otros es muy útil y entonces una luminosa
mañana uno puede llegar a uno mismo.
“¿Destruye la memoria la
falsa personalidad?”
Sí, se
puede decir que una falsa personalidad destruye o distorsiona la memoria.
“¿Es la falsa personalidad
una forma de mentira?”
Deje la falsa personalidad.
No es una forma de mentir. Es una defensa. Evitando ciertos resultados
desagradables por medio de una falsa personalidad, uno puede sentirse uno mismo
en cierta forma.
“¿Puede el arruinamiento de
la memoria resultar en cambios fisiológicos?”
¡Oh, sí! Puede acarrear la
completa locura. Los psicólogos de antaño sabían sobre eso. Ellos hablaron de
los histéricos y casos semejantes. Pero de lo que no se percataron es que con
nuestro simple juego psicológico ordinario podemos arruinar la memoria.
Mintiendo sobre las ideas, imaginando sobre las ideas, y así sucesivamente.
“¿Qué efecto tendría sobre el
retorno el trabajo duro en tratar de parar los pensamientos?”
Correcto
o equivocado, detrás de él hay recompensa.
“¿Cuál es el camino hacia el
desarrollo de la memoria en el retorno?”
Esto es muy interesante y muy
importante. Es necesario desarrollar la memoria, como también es posible
destruirla. Según la teoría del retorno, el auto recuerdo es el único modo de
desarrollar la memoria. Si uno se recuerda a sí mismo en esta vida, se
recordará también en la próxima.
“¿Es posible tener
sentimientos emocionales en la idea de retorno?”
Sí, es posible,
particularmente si uno tiene aunque sea un pequeño recuerdo. No quiero decir
siempre, pero incluso una ligera memoria puede dar un interesante entendimiento
emocional.
“Si uno tiene un fuerte
sentimiento de que una cosa ha sucedido antes, ¿cómo puede usarlo para
desarrollar la memoria?”
Bueno, puede tener lugar de
formas muy distintas. Solo después de una investigación muy larga y muy seria
puede llegarse a la conclusión de que se trata de hechos.
“Me pregunto si, caso de
poder haber hecho algo en este trabajo antes de morir, también podría suceder
que no sirviera en nuestro próximo retorno.”
Sí. Lo que sucede antes puede
determinar a lo que sucede después de muy diversos modos. Esto no es retorno.
La cuestión es cómo puede uno
prepararse para el retorno. Suponga que en una cierta vida usted quiere hacer
algo y se encuentra con que no puede hacerlo. Esto necesita de ayuda. Si usted
no puede conseguir físicamente esta ayuda, empieza entonces a pensar sobre ello
y descubre que tiene que prepararse para esta ayuda durante la vida anterior.
Esta vida es demasiado tarde. La próxima vida es demasiado tarde. La única
posibilidad esta en la vida anterior. Piense sobre ello. Quizá usted perdió
alguna oportunidad. Si alguien descubre que no puede hacer nada, se pone a
pensar en una vez anterior en la que quizá él podría haberlo hecho, o quizá no
pudo. Piense en las implicaciones de todo esto.
“¿No tendría dicho sujeto que haber tenido alguna memoria para
percibirse de sus equivocaciones en su vida anterior, o bien de su falta de
preparación?”
Puede que no haya habido
equivocaciones, sino solo falta de preparación. Correcto. Uno necesita
preparación. Uno dice que no esta preparado. Quizá uno podría haberse preparado
antes. ¿Se puede hacer algo al respecto? Es difícil, lo sé. Pero uno puede
descubrir que no esta preparado para una cierta cosa.
Hablamos de seis tríadas. Se
puede hacer algo en una tríada y otra cosa en otra distinta. Pero esto cambia
todas las ideas sobre el retorno. Lo que esta bien para un hombre puede que no
lo este para otro. Por ejemplo, he dicho que incluso un conocimiento teórico
del retorno cambia por completo la propia relación hacia éste. Depende también
de lo profundamente que se sepa. Hay muchos grados.
“¿Puede la Ley del Siete ser
observada en el modo en que las cosas suceden o aparecen?”
Se
puede hablar de la Ley del Siete cuando se encuentran dos intervalos en una
octava.
“¿Puede uno verla en
operación en un periodo de muchos años o de golpe?”
Usted puede usar la memoria.
Eso no significa que usted observe hechos concretos. Y usted debe ver dos
intervalos en una octava.
“¿Qué se puede hacer para
entender la ilusión del tiempo?”
Uno puede entender que no
existe tal cosa como el tiempo. ¿Y por qué? Porque hay hechos que demuestran
la no existencia del tiempo. El eterno retorno no es compatible con nuestro
sentido temporal actual. Todo radica en eso, de modo que usted tiene que
librarse del sentido del tiempo. El retorno se refiere a la eternidad, no al
tiempo.
“¿Podemos impedir que se
repita la pauta?”
Se
puede si se tiene buena memoria.
“¿Dice usted que si de verdad
se aceptara la teoría del retorno eso supondría una gran diferencia?”
Si uno estudia, si uno
trabaja, hay material para el entendimiento. Usamos el entendimiento y la
falta de él. Si pensamos lo suficiente, podemos entender algo y cambiar verdaderamente
el retorno.
“¿Seria correcto decir que el único argumento a favor del retorno es que
en esta vida algunos recuerdan que han vivido antes?”
No, ese es un argumento
débil. Muy poca gente recuerda, y siempre se puede decir que están mintiendo.
“La
creencia en el retorno, ¿no debería convertirse en un gran impulso a hacer un
esfuerzo?”
La creencia no sirve. La
creencia es amortiguante. No tiene suficiente poder. Pero la toma de
consciencia sí.
Algunas cosas se pueden
entender pensando. Por ejemplo, la cuestión de si todo el mundo es afectado
del mismo modo por el retorno. Es imposible decir simplemente si o no porque lo
que se aplica a uno puede que no sea cierto para otro. Para un hombre se
tratará del mismo camino, de la misma casa, de los mismos gatos. Pero para
otro puede ser diferente. Los grande poetas, los grandes escritores, no necesitan
caminar por las mismas calles. Pueden caminar por calles diferentes y, sin
embargo, hacer las mismas cosas. Puede que esta diferencia no se deba a
esfuerzos, sino a capacidades, a logros o a amplitud de pensamiento y
sentimiento. Un gran poeta puede no necesitar escribir los mismos versos de nuevo.
Quizá no sacó todo lo posible, pero si lo suficiente, de su medio ambiente, de
forma que puede intentar algo distinto de la última vez.
“Tras asistir a las
conferencias, la gente siempre pregunta si los grandes poetas tienen el ser de
los hombres números uno, dos y tres. Ahora usted dice que un poeta no necesita
hacer la misma cosa de nuevo.”
No, puede ser un gran poeta y
sin embargo no pertenecer al arte objetivo. Otros menos grandes pueden producir
arte objetivo.
Piensen sobre algunas de
estas ideas, pero no piensen que saben. Hay muchas variaciones, muchas
posibilidades. Piensen, porque nada hay más importante para ustedes.